domingo, 26 de mayo de 2013

Elecciones presidenciales en Chile: Táctica y estrategia

Andrés Figueroa Cornejo 

1. El uso de una, de otra o de combinadas  formas de lucha bajo la dictadura del capital y sus relaciones de clase y de poder, durante toda su historia, está determinado por la lucha de clases. Independientemente de los deseos o ideología de un sujeto individual, de un grupo de interés, o de una clase social en particular, sea parte de la hegemonía o de los hegemonizados.

2. La totalidad de un modo de producción y reproducción de la vida consiste en el conjunto de las relaciones sociales que caracterizan una manera histórica de existencia, de asociación, de continuidad y ruptura entre humanidad y naturaleza, en un momento dado. Esas relaciones sociales se desenvuelven a través del conflicto. Allí concursan variables multidimensionales, de las cuales unas son más relevantes que otras. No es lo mismo una guerra mundial que la formación de un sindicato. No es lo mismo el cambio climático que la quiebra de un banco en la India. Sin embargo, en cada uno de esos fenómenos se manifiesta el movimiento contradictorio e irreductible de la lucha de clases. 

3. Entonces, la totalidad  es un movimiento dialéctico que en la actualidad se resume como la fase de un capitalismo mundializado y maduro, donde predomina el imperialismo financiero y especulativo, la deuda, el despojo, la explotación intensificada del trabajo humano. La contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y sus relaciones sociales, o entre la apropiación privada del excedente que sólo produce socialmente el trabajo humano, es clara para quien quiera ver. Únicamente a la conciencia y conducción de la minoría gran propietaria le cabe oscurecer, a través de  mediaciones alienantes, la cualidad  histórica y finita del modo de producción capitalista y fomentar la falsa naturalidad de la sociedad de clases. Esa conciencia de los que mandan y dominan provisionalmente se vale no sólo de los altos mandos militares y la propiedad de la industria armamentista. Para producir el consenso ampliado de sus intereses y, en consecuencia, un tipo de gobernabilidad inestable, debe controlar y controla los contenidos y maneras de los medios de comunicación de masas, la producción de un sentido común determinista y fatal, y el disciplinamiento operativo en los ámbitos del consumo, educativos, laborales, recreativos y represivos. Asimismo, cuenta con la complicidad de la alta oficialidad religiosa y con la industria de intelectuales orgánicos que, tanto institucional como informalmente, fabrica los relatos mistificados para fortalecer el presente orden de las cosas y su normalización.
Ese oscurecimiento está destinado a la sociedad en general, incluida la minoría dominante, y para los dominados en particular.
Los pocos gozan  de las granjerías que les posibilitan la mala vida y el permiso de los muchos. Sus  políticas tanto de fondo como de utilería teatral son la dictadura del capital y la democracia representativa, aparente y funcional.
Sin embargo, la cuestión no es ‘dar vuelta la tortilla’ por un puro asunto de justicia social milenaria. Ahora mismo las clases explotadas y expoliadas, las grandes mayorías, contienen en su desenvolvimiento conflictivo las potencias objetivas  para superar la sociedad de clases. Esto es, pueden conciente e históricamente precipitar su disolución como humanidad subordinada, cuando enfrenten el término del modo de producción capitalista.           

4. Para transformar la vida y demoler el viejo orden es imprescindible la comprensión conciente de la realidad concreta y contradictoria del capitalismo y su presente fase por parte de las formaciones políticas revolucionarias –es decir, de aquellos conjuntos de personas anticapitalistas y armadas poli-éticamente de vocación de poder- capaces de formular no sólo un proyecto de sociedad nueva desde y entre los de abajo (y cuyas pistas están en las propias fracturas tecnónicas y sin remedio de la sociedad actual), sino también una estrategia y las tácticas adecuadas según el movimiento real del capitalismo y a la parte que en él le toca a la mayoría malviviente. Si bien las formas determinantes de la emancipación son todavía nacionales o regionales, su contenido, hoy más que ayer, permanece condicionado por las relaciones de fuerzas internacionales. El sistema mundo nunca fue antes tan total.

5. La minoría dominante que ofrece contenido, sentido y horizonte al Estado de Chile es un complejo de facciones de clase dependiente de los imperialismos centrales, y sobre todo del norteamericano. La burguesía chilena nunca fue revolucionaria. Siempre ha sido rentista y transnacionalizada. Su breve período cuasi industrializador y sustitutivo de importaciones dentro del caduco paradigma desarrollista de mediados del siglo pasado, no pasó de ser una coyuntura presionada por la segunda guerra mundial y la existencia de la Unión Soviética. En efecto, las políticas imperialistas de la Alianza para el Progreso (administración Kennedy) para Chile y América Latina sólo tuvieron por objeto aminorar las formas más explícitas de la lucha de clases y reprimir el ‘peligro comunista’ proveniente del ejemplo de la Revolución Cubana. Sin embargo, y premeditadamente, los conocimientos científicos y técnicos estratégicos siempre fueron monopolizados por la burguesía imperialista. Su fin también era ‘poner al día’ a Chile  para su mejor explotación de acuerdo a los requerimientos del capital en la división internacional del trabajo. Esto es, para que el territorio chileno –al igual que todo el denominado ‘tercer mundo’- funcionara como proveedor de recursos naturales y trabajo barato para los Estados planetarios hegemónicos.
Pero Chile no sólo es cobre, litio, celulosa, harina de pescado, unos cuantos salmones y dos botellas de vino. Para el Estado corporativo estadounidense es la cuna experimental y paradigma de la vanguardia ultraliberal, plataforma de financiarización y negocios asociados para la región, y es un bien simbólico por la derrota de la Unidad Popular en 1973 y la imposición temprana del orden monetarista del liberalismo más rabioso.

6. Cuando se afirma que los pueblos y los trabajadores, que el conjunto de las fuerzas sociales que en Chile, conciente o inconcientemente, con su acción social se enfrentan a la dictadura del capital no tienen más remedio que emplear todas los medios y formas disponibles según la situación concreta de la lucha de clases, es preciso diferenciar aquellas formas estratégicas de las contingentes. Los instrumentos políticos que expresan los intereses de las grandes mayorías, lejos del eclecticismo y la conciliación de clases, están condenados a elaborar tácticas complementarias y flexibles, y que nunca pierdan de vista hacerse de todo el poder. No de una fracción, sino de todo el poder. No existe otra condición posible para el ejercicio pleno de la democracia radical, la superación del capitalismo y la socialización de todos los ámbitos de la vida.
Ahora bien, lo estratégico en materia de promoción de una mayoría crítica creciente, práctica y teóricamente, se encuentra hoy en la acción directa de los movimientos sociales con miras a la creación de otro momento de la lucha de clases: el poder popular.
En este marco, la participación del anticapitalismo en el momento electoral organizado por la democracia burguesa, no fortalece al sistema por sí mismo, en tanto el o los instrumentos políticos del pueblo nunca dejen de subordinarse a la estrategia arriba descrita. Se trata de participar en un momento, y no de hipotecar, canjear o clientelizar al movimiento social y político del pueblo por una simple campaña electoral.
En consecuencia, la campaña lectoral se emplea como táctica circunstancial con el fin de amplificar los contenidos provenientes del propio pueblo en lucha en un espacio  que  todavía ofrece la democracia restringida, tutelada, burguesa, etc., en Chile por razones explicables en otro borrador. Es imposible negar que las elecciones en el país dan tiempo y visibilidad en los medios de comunicación masivos a quienes participan en ellas. Y quien refute el impacto agitador, político, constructor de opinión, etc., de los grandes medios de masas, tendrá que estudiar sus efectos sobre la realidad desde la Alemania nazi hasta el imperialismo contemporáneo. Como botones de muestra frescos: el objetivo imperialista (norteamericano, israelí, de parte de Europa) de hacerse de los recursos petroleros de Medio Oriente fue capaz, mediáticamente, de convertir la invasión a Afganistán en ‘una lucha contra el terrorismo’; la destrucción de Libia en ‘evitar una masacre de civiles’; la ocupación de Iraq en ‘la búsqueda de armas de destrucción masiva’; y los recientes acontecimientos en Siria en ‘la lucha contra una tiranía que asesina pacifistas’.  Cada una de estas ‘nobles’ justificaciones  ha sido probada en su falsedad por comisiones de la ONU, organismos de DDHH y el periodismo independiente.
De no participar crítica e instrumentalmente en la contingencia electoral de 2013, sólo quedan tres alternativas para el anticapitalismo: lanzar una ofensiva político-militar del pueblo revolucionario; llamar a anular el voto como protesta antisistémica; o dejar hacer.
La primera no resiste análisis; la segunda probará, una vez más, que anular en Chile es ineficaz políticamente; que llamar a la abstención, oportunista; y dejar hacer, cómodo. No participar hoy significa la pérdida de oportunidades de acceso a la comunicación masiva desde los intereses del pueblo y a través de medios todavía ‘veraces’ para gruesas franjas sociales y donde los medios populares aún no llegan (más por falta de recursos y tecnología, y persecución política, que por sus probados talentos y creatividad). Siempre considerando que el uso político popular de la TV, la radio, los periódicos, la web de los que mandan tiene como finalidad sustantiva potenciar al movimiento social y sus luchas. En fin. No es un asunto moral, principista, o una conspiración para distraer políticamente a los de abajo. Simplemente es útil.
Ante las elecciones anteriores quien suscribe este artículo llamó a votar nulo. Pero ahora las condiciones han variado y, además, hay por quién votar-luchando. Y no se está aludiendo en ningún caso a Marcel Claude, sino a la candidatura de una luchadora fogueada y con un entorno de incuestionables  militantes populares. De una candidata que desde hace mucho tiempo es dirigenta de pobres en permanente pelea contra los dueños de todo. Una que es protagonista del movimiento social anticapitalista y que siempre ‘ha puesto el cuerpo’. No se trata de una ‘aparecida’ para nadie. Y que aun con procesos judiciales por luchar, hace de su campaña un todo único con su batallar de siempre ( http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=es&cod=74509 ). Su campaña electoral es una extensión de su condición humana de luchadora social y no lo contrario.  

7. Finalmente y como contribución modesta al debate anticapitalista chileno. Una Asamblea Constituyente para la construcción de una nueva Constitución, a la usanza histórica de Chile, es una reunión de abogados y especialistas de las expresiones políticas del bloque en el poder para refinar y actualizar la arquitectura legal de dominación. Lamentablemente, no sería distinto según las actuales relaciones de fuerzas en el Chile de hoy. De hecho, ni Salvador Allende ni la Unidad Popular la convocaron. Y la Constitución de 1925 consagraba la propiedad privada en todos sus niveles y salvaguardaba los intereses de la clase dominante. Fue legalizada mediante un plebiscito donde participaron 134 mil hombres de más de 21 años que supieran leer y escribir, y el quórum no alcanzó el 50 % de los pocos habilitados para sufragar. La población de Chile era de 4 millones de personas.
Una Asamblea Constituyente radicalmente democrática y una Constitución Popular es un punto de llegada, posterior a la construcción de la hegemonía política de los intereses históricos de los trabajadores y los pueblos. Porque las leyes son también hijas de la lucha de clases y de las relaciones de poder, y no al revés. Sólo cuando la dictadura militar contaba  7 años y ya imponía en los hechos la versión del capitalismo ultraliberal de Friedrich Hayek y Milton Friedman, fabricó una Constitución.

Primero es el poder y luego los cuerpos jurídicos que refrendan y legitiman  las relaciones de fuerzas sociales realmente existentes en una sociedad dada. Los ejemplos recientes en América Latina no hacen más que confirmarlo.

jueves, 23 de mayo de 2013

Argentina: El sionismo israelí es condenado y brilla la resistencia de Palestina

 “Somos los guardianes de la sombra,  de los naranjos y de los olivos,
Sembraremos las ideas como la levadura en la masa.
Cuando tengamos sed, exprimiremos piedras,  
y comeremos tierra cuando tengamos hambre.
Pero no nos iremos.”
Tawfiq Az-Zayyad


Por Andrés Figueroa Cornejo 


  • Mediante un Tribunal Ético inédito en América Latina y Argentina, organismos de DDHH y sociales sancionaron con fundamentos inexcusables la ocupación y colonización de Israel sobre el pueblo de Palestina.

“Yo fui miembro de la colectividad judío sionista en Argentina. Desde niño en mi casa recibí toda la ‘de-formación’ de lo que ocurre ahora en Palestina. Estudié hebreo en una escuela judío-argentina, usando libros que llegaban directamente del Estado de Israel. Los textos generaban una identificación con el soldado israelí como si fuera parte de un ejército de defensa. Fui orientado desde un principio a sentir al Estado de Israel como mi país, y a los 18 años –muy deseoso de cumplir con la práctica sionista- emigré a Israel donde estudié Física”, relata como testigo del espanto David Comedi durante la primera parte del Tribunal y Juicio Ético a los más de 65 años de crímenes sionistas contra el pueblo de Palestina. Pueblo saqueado de vida, territorio, hogar, derechos. Pueblo luminoso en medio del desprecio de los imperialismos, la cobardía de sus subalternos, la conducta cínica de la minoría mundial dominante. Pero el físico Comedi continúa: “Lo primero que me llamó la atención es que cuando empecé mis estudios me conminaron a no acercarme a los árabes, porque eran ‘peligrosos y traidores’. En la universidad, el número de palestinos era ínfimo. Mi tesis doctoral ya estaba avanzada cuando me avisaron que debía alistarme en el ejército a condición de terminar mi tesis. Yo ya tenía dos hijas pequeñas a través de las cuales era muy fácil percibir el racismo respecto de los árabes que se impartía en la escuela. Con el tiempo entendí que todo esto corresponde a un plan de colonización de la historia  donde se introduce el sufrimiento judío como parte del camino hacia el sionismo.  Y el sionismo  es, tanto  una estrategia de ocupación de Palestina, como una alianza entre Israel, primero con el imperialismo inglés y hoy con el norteamericano con el fin de tener el control geopolítico del  Oriente Medio.  En dos meses de instrucción militar, los comandantes israelíes me enseñaron que siempre hay que apuntar al corazón del enemigo. Ese período coincidió con la masacre de refugiados palestinos de Sabra y Chatila en el Líbano, 1982 (   http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Sabra_y_Chatila ). Conseguí salir del ejército y huí de Israel con mi familia. Hoy soy un activista anti-sionista.”  

EL GENOCIO, EL APARTHEID Y DOS MADRES PALESTINAS

El presidente consultivo de la Asociación Americana de Juristas, Belnusz Szmukler, en su papel de testigo del Tribunal, explica por escrito las razones que signan a Israel como un Estado genocida que impone el apartheid: “Se evidencia una política de terrorismo de Estado por crímenes de genocidio y apartheid.  Se entiende por genocidio a los actos perpetrados tendientes a destruir a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Y el apartheid incluye las políticas de discriminación y segregación parcial o total, como se practica en el África Meridional, con el fin de mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre otro grupo racial de personas.”

La psiquiatra y testigo Lucila Edelman, informa que “En junio de 2012 integré una delegación de médicos psiquiatras que viajó a Ramala (Palestina) para realizar una investigación psicosocial de víctimas de torturas”. Edelman ilustra con cifras y casos: “Un 40 % de la población palestina ha pasado por cárceles israelíes y un 15 %  presenta secuelas severas por la tortura. Estuvimos con mujeres que habían perdido a sus hijos, asesinados por las balas del ejército israelí. Contaré un caso. Estuvimos con la mamá de Ahmed, un niño de 12 años que vivía en el campo de refugiados de Yenín cuando la escuela donde se encontraba fue rodeada por los militares de Israel. Se decidió que los chicos se fueran a sus casas para protegerse. Los niños salieron en tropel y Ahmed cayó muerto por una bala en la cabeza que su madre conserva hasta ahora junto con su ropa ensangrentada como es la costumbre entre las madres palestinas. El hijo adolescente de otra madre que conocimos murió peleando en la resistencia de Yenín (en 2002 hubo una matanza allí). Esa mujer estuvo dos años deambulando sin cambiarse la ropa porque no podía tolerar la pérdida de su hijo.”

LAS CIFRAS DE LA INFAMIA Y EL CINISMO DE LA MINORÍA MUNDIAL EN EL PODER

La escritora y especialista del horror organizado por el denominado Plan Cóndor durante los trágicos años 70’ y su reguero de dictaduras militares en Latinoamérica, Stella Calloli, hace de perito en el juicio. Con propiedad califica a  Gaza como el más grande campo de concentración del mundo y un laboratorio de armas de última generación. Es sabido que Israel ha probado armas químicas prohibidas internacionalmente, además del fósforo blanco, como las DIME ( http://es.wikipedia.org/wiki/Explosivos_de_Metal_Inerte_Denso ). 
De acuerdo a un equipo de médicos holandeses que atendieron a más de 5 mil 800 heridos en Gaza  que sufrieron amputaciones en sus extremidades inferiores e intestinos, los profesionales de la salud enfrentaron la realidad negra de que la mayoría de los heridos moría inevitablemente por septicemia.
Las DIME son fabricadas en conjunto por las industrias armamentistas de Israel y EEUU y se emplean en todo Medio Oriente. Calloni asegura que “jamás la ONU hizo algo al respecto, pese a los completos informes médicos. Por lo demás, las guerras coloniales en curso en Medio Oriente empeorarán la situación de Palestina. La destrucción del Estado de Libia y lo que pasa en Siria, son un par de ejemplos. Henry Kissinger ( http://www.youtube.com/watch?v=ucuqeoq6p5g ) ha dicho que ‘en escaso tiempo Israel controlará más de la mitad de Medio Oriente.’”  

Por su parte, en su calidad de perito y de legendario psiquiatra de víctimas de la represión estatal y la tortura, Darío Lagos testimonia  que “Lo que aprendí de Palestina fue fruto del trabajo de colegas originarios y de visitas concretas. De todas mis experiencias en América Latina y el Caribe, jamás había estado en un país ocupado donde se está sacudiendo la identidad de todo un pueblo.” Lagos la emprende con guarismos irrefutables: “En 1948, el 52 % de las tierras eran para los palestinos y el 48 % para Israel. En este momento a Palestina sólo le resta el 13 % de su territorio, mientras avanza la colonización sobre todos los acuerdos y dictámenes de la ONU y su Consejo de Seguridad. Existen 4.901 palestinos prisioneros. Las mujeres son 14; jóvenes 236, de los cuales 39 son menores de 16 años. Hay 14 legisladores tras las rejas; 183 personas de Jerusalén Este; 433 de Gaza; los prisioneros de por vida alcanzan los 530; los que tienen alrededor de los 20 años, 451. Condenados por más de 25 años, 25, etc. Cada uno de ellos es sometido a brutales torturas; encerrados en piezas de dos metros por uno, muchas veces aislados por meses sin permisos de visita, ni control médico adecuado. El 25 % de la población palestina ha perdido a un ser querido; el 50 % está desocupada y bajo la línea de la pobreza. Una de las torturas habituales consiste en tener a una persona de pie durante uno o dos días, sin comida ni agua. Luego sus carceleros le toman  la cabeza, provocándole un movimiento hacia adelante y hacia atrás (shocking) hasta que muere de un derrame cerebral. Una autopsia corriente no revela la causa del fallecimiento por esta tortura.”

Maren Mantovani, coordinadora de las relaciones internacionales de ‘Stop the Wall’, miembro del secretariado del Comité Nacional Palestino por el Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel y perita en el juicio, sentencia que  “Hay una complicidad del concierto internacional, incluyendo a Argentina, de los horrores de la ocupación de Palestina. Existiendo la legislación de DDHH que podría protegerla, no se ejecuta, toda vez que en la propia América Latina se crearon las leyes que prohíben la apropiación de la tierra por la fuerza. En particular, Argentina en el caso de Malvinas y la ocupación criminal de Inglaterra, ya está usando el marco legal mencionado. Como es una legislación universal, con Palestina se debería tener la misma actitud”, y dice que “La comunidad internacional tiene tres obligaciones según sus propios acuerdos: cada Estado debe cumplir con sus obligaciones legales; cooperar en conjunto o individualmente en el término de las violaciones graves de la ley internacional; y no proporcionar ayuda a la implementación de las graves violaciones de la misma ley internacional. Los Estados terceros que incumplen lo anterior se convierten en violadores de la legislación mundial. Nada de esto se ha llevado a cabo por ningún Estado en el caso de Palestina que, lejos, reúne todas las condiciones enumeradas. Al menos debería  revisarse, como efecto de compromisos jurídicos, el Tratado de Libre Comercio del Mercosur con Israel.”

EL AGUA PALESTINA Y LOS NEGOCIOS DEL GOBERNADOR DE BUENOS AIRES Y PRESIDENCIABLE NACIONAL, DANIEL SCIOLI

La investigadora y perito Elsa Bruzzone acusa que “Israel controla los recursos hídricos de la región a su antojo e interés. El informe de Desarrollo Humano elaborado por la ONU en 2006 determinó que el 85 % de la población palestina no tenía acceso al agua salida de su propia zona porque ese mismo porcentaje del acuífero montañoso era drenado hacia las colonias y territorios israelíes. Se ha asignado un consumo de 40 litros de agua al día por persona para Palestina, mientras un colono israelí puede acceder libremente a 500 litros o más al día. Peor aún, los recursos acuíferos son bombeados por Israel desde Palestina. Por tanto, no hay posibilidad de actividades agropecuarias ni producción de alimentos. Esto se agravó con el muro del apartheid. Los campesinos de Palestina han debido abandonar por la fuerza las tierras cultivables. Hay dos empresas tras el desastre y la industria del agua: una agroindustrial y otra, la estatal israelí Mekorod, que para mayor gravedad, vende sus servicios a la provincia de Buenos Aires a través del gobierno oficialista de Daniel Scioli  para abastecer de agua a barrios de los alrededores de La Plata. Ambas empresas, según un equipo de DDHH de la ONU, también funcionan como motivo para la colonización. Sólo este hecho, viola el conjunto de acuerdos y tratados de derechos humanos aprobados por el mundo desde la Convención de Ginebra de 1949 hasta nuestros días. Estamos frente a crímenes de guerra y de lesa humanidad”, remata.   

Después de la defensa de Israel en el juicio, basada en argumentos construidos como relatos de conveniencia para justificar los intereses y hechos consumados del Estado sionista, viene la sentencia del Tribunal, coincidente con la del jurado.
En ella se concluye que “la conducta antes descrita, resulta atribuible centralmente al Estado de Israel, así como a sus cómplices, Estados Unidos y países de la OTAN (…)  Los hechos producidos por tales imputados expresan una clara naturaleza expansionista y anexionista, que genera crímenes de guerra y de lesa humanidad, especialmente el apartheid, segregación y crímenes del Terrorismo de Estado (…) Que los pueblos del mundo deben tomar medidas sobre esos ilegítimos procederes y condenar a los agresores con las pertinentes estigmatizaciones morales y exigencias de que respeten las insoslayables normativas internacionales en busca de la paz y la seguridad en la región (…) No podrían los argentinos, como parte de la comunidad latinoamericana, soslayar el recuerdo de las responsabilidades que atañen a la potencia aquí imputada, Israel, en cuanto a que favoreció las condiciones para el accionar de las cruentas dictaduras impuestas en nuestros países en los años 70, a través de la provisión de equipamientos bélicos, asesoramiento y auspicio político. Más aún, cuando nuestro país sostiene su justa reivindicación sobre Malvinas, Georgia e Islas del Atlántico Sur. Debemos constatar que los tres votos adversos en la ONU, insistentes y reiterados, son los de Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel (…) Que el pueblo argentino debe participar activamente en la convocatoria original de los palestinos al boicot, desinversión y sanción al Estado de Israel a causa de su conducta en Palestina. Hoy se plantea la necesidad de boicotear productos y servicios de grandes empresas israelíes estatales o privadas, así como las no israelíes que comercian conspicuamente con Israel. También se incluye el boicot a equipos culturales y deportivos (…) Solicitar a nuestro pueblo en general que tome debida nota de esta sentencia ética y la proclame como una bandera más, incorporada a sus reivindicaciones permanentes, asumiéndola como parte de las fuerzas que en el mundo suelen alcanzar los objetivos de justicia y redención humana que se expresan en este fallo.”

El cronista -con Palestina enredada en el  corazón- deja al final del texto el link de la versión palestina de ‘Gracias a la Vida’ de la chilena Violeta Parra interpretada por la cantante Mariem Labidi.


sábado, 11 de mayo de 2013

Argentina: Rompa el vidrio en caso de emergencia


Andrés Figueroa Cornejo

1. El Estado argentino es de contenido burgués, no popular, y columna de la promoción y garantía de las relaciones sociales capitalistas. La actual administración del Estado tiene como objetivo cardinal mantener la gobernabilidad conforme a los contenidos del Estado, el consenso inestable y la hegemonía ideológica en constante disputa sobre la mayoría social que vende su fuerza de trabajo al precio determinado dinámicamente por la lucha de clases y la tasa de ganancia de una  minoría. La burguesía argentina, al igual que la de la inmensa mayoría de América Latina, Asia y África, es dependiente del imperialismo financiero y corporativo asociado de las clases dominantes de Estados Unidos, parte de la Unión Europea, Israel.

2. La oposición tradicional al oficialismo que administra el Estado argentino, en términos estratégicos, es funcional a los mismos intereses de clase. Los matices podrían ofrecerse en el campo del volumen de los programas sociales contenciosos y los porcentajes de los presupuestos destacados a los llamados servicios sociales. El Estado que subsidia áreas del capital bajo el compromiso del traspaso de una fracción de ese mismo subsidio a los consumidores finales, también es concesionista formalmente, y privatista en los hechos. Más allá de la estatización de un porcentaje de la producción petrolera en territorio argentino. De hecho, la estatización por sí sola no determina a sus beneficiarios. Ello corresponde a la coyuntura de la lucha de clases. Es el resultado histórico y necesario del combate entre los pocos de arriba y los tantos de abajo

3. Las reyertas palaciegas entre el oficialismo y la oposición tradicional –que constituyen el sistema de partidos políticos predominante en Argentina- son anécdotas, incidentes, fenómenos que no arriesgan de manera estructural el lugar en la división internacional del trabajo, el despojo y la deuda en que el imperialismo ha situado al país históricamente.
El dramatismo con publicidad o la publicidad  dramática que enmarca la puja por acceder a mejores sitios en la administración  del Estado sólo es la pirotecnia requerida para que la dictadura del capital aparente ofrecer opciones políticas frente a un electorado clientelar, consumidor, recipiente, mercado, no participativo, muchas veces distraído por las productoras de eventos del poder y sus falsos pugilatos.
Y sólo es así, necesariamente así, porque la fórmula imperialista para legitimarse ante su propia contraparte sistémica y adversarios subalternos, consiste en intentar completar su hegemonía una y otra vez, mediante  la imposición  de la democracia representativa, el liberalismo económico y la  denominada lucha contra el terrorismo. El programa de la actual fase del capitalismo tiene por fin  reproducirse y perpetuarse sobre sus intereses de clase, conviviendo y resolviendo las contradicciones intercapitalistas secundarias para destruir competencia y aumentar la concentración y apropiación del excedente de la producción del trabajo humano. Las descompensadas  relaciones de poder dominantes, la intensificación de la explotación del trabajo asalariado, la acumulación por desposesión, la financiarización mundial y el empobrecimiento de la inmensa mayoría planetaria  son las condiciones de su propio movimiento y recreación.
Argentina, con sus particularidades, no escapa de los aspectos fundamentales de la dinámica arriba mencionada.  

4. Contingentemente, como ‘modelo’ y ahora ‘proyecto’, la administración K está en su otoño. La crisis económica mundial se montó sobre crisis anteriores no resueltas. El discurso desarrollista, casi autárquico, industrialista y productor de mercancías terminadas se rompió la cara contra la realidad, las relaciones de fuerzas concretas, la mantención y profundización de las relaciones sociales capitalistas, la ausencia de una voluntad de transformación radical de  Argentina, la consolidación del agroextractivismo primario exportador y las cargas impositivas sobre la mayoría para dibujar un crecimiento que el 2013 terminará a la baja combinado con una inflación a la suba y superior al 30 % anual.
Pero la actual administración del Estado no mintió en sus propuestas y conductas sustantivas. Exigió un ‘capitalismo de verdad’ en foros internacionales. Sin embargo, erró en la lectura del ‘capitalismo de verdad’, porque el imperialismo financiero es la fase hegemónica del capitalismo realmente existente. Hace décadas terminó la acotada fase capitalista desarrollista y de sustitución de importaciones  para países dependientes. De hecho, más del 70 % de la fuerza de trabajo argentina se encuentra en el sector servicios, está tercerizada –y en algunos casos, hasta esclavizada-, y la mitad, ‘en negro’, súperexplotada y sin ninguna relación contractual ni seguridad social. Los obreros fabriles están en extinción; la llamada ‘economía mixta’ es un eslogan nostálgico.
La inflación no golpearía con tan furioso garrote y empeoramiento general de la vida a las grandes mayorías si los salarios y derechos sociales no se redujeran sistemática y vertiginosamente. Independientemente de la corrupción, lumpenización ampliada y otras lacras propias de las relaciones sociales capitalistas dependientes.
Asimismo, las políticas monetarias e improvisaciones de la presente administración nacional, de maneras comprensiblemente desesperadas, buscan compensar una balanza comercial castigada por la baja de exportaciones sojeras y cerealeras durante el primer trimestre de 2013 mediante la emisión de papeles soberanos en forma de deuda con respaldo opaco del Banco Central y de los ahorros previsionales acumulados en la Asociación Nacional de Seguridad Social. Otras medidas evocan el ‘capitalismo popular’ del ultraliberalismo impuesto en la dictadura chilena (y que fracasaron estrepitosamente), como la venta individual de acciones de YPF.
La devaluación del peso devenida del proceso inflacionario y la dolarización a  cualquier costo para salvar la industria inmobiliaria, importar energía, amortiguar la situación de riesgo país que espanta inversiones, y hacer caja para sostener parte de los subsidios a los servicios básicos hasta las elecciones parlamentarias de 2013, son fenómenos concurrentes.
Con Mauricio Macri, Gabriel Mariotto, Daniel Scioli, José De la Sota, Hugo Moyano o el periodista Jorge Lanata en la cabeza del Ejecutivo las cosas no tendrían por qué ser diferentes. Ellos también representan orgánicamente los mismos intereses de clase que los K.

5. Como totalidad, el capitalismo argentino reproduce las relaciones patriarcales de dominación, el racismo, el verticalismo en la aplicación de la toma de cualquier decisión de arriba hacia abajo –que sólo echa pie atrás, congela o posterga  por obra de los conatos de resistencia popular-. No existen plebiscitos, consultas vinculantes, y la publicación del resultado de las encuestas privadas está penada. La prensa en todos sus formatos refleja la disputa por la administración del Estado del actual Ejecutivo y de la oposición tradicional. Por mito, mediación, propaganda y fetichismo, la mayoría de los grupos de interés dominantes en disputa se dicen ‘depositarios del verdadero peronismo’.
La lucha de los pueblos indígenas por su territorio e identidad, autodeterminación y libertad; del ambientalismo consecuente contra los estragos de la megaminería y la sojización; del sindicalismo de base y antiburocrático; de la vivienda; de los migrantes que realizan los peores trabajos; de los jóvenes y las mujeres; de la defensa de los ámbitos públicos que quedan, son duramente reprimidos e invisibilizados. En este sentido, el sistema de partidos políticos opera coludidamente, más allá de las declaraciones oportunistas.

6. Debido a la formación histórica del sindicalismo por arriba, los trabajadores contratados y organizados no logran salir de la pelea economicista, corporativa, peticionista, la negociación del reajuste, los bonos, el no cobro de impuestos al salario, el mejoramiento de las pensiones. En Argentina, y hasta el momento, las movilizaciones callejeras y piquetes son contra personajes particulares y políticas antipopulares limitadas. Los trabajadores, en general, no luchan aún por el poder y la mayoría espera un salvador o salvadora que caiga de una cumbre. Es decir, no llegan a convertirse en sujeto histórico, en protagonistas de su propio porvenir. Al respecto, la alienación multidimensional utilizada por la clase dominante transnacionalizada cuenta con un éxito parcial no menor. Asimismo, todas las semanas aparecen fugaces partidos ‘nuevos’, que no son más que terceras banderas de uno u otro bloque dominante y concesionario de la administración estatal.    

7. La unidad de la izquierda no es el problema principal para el triunfo de los de abajo, aunque esa unidad, que no existe, sin duda ayudaría a la recomposición de las fuerzas y el proyecto radicalmente democrático o francamente revolucionario del pueblo y los trabajadores en Argentina. Hoy es infinitamente más importante la unidad con sentido de los de abajo. Por más difícil que resulte la destrucción (deconstrucción dirán otros)  de las mediaciones que impiden ligar como una solo momento la igualdad y la libertad.
De hecho, sólo la intensidad, voluntad, horizonte y contenidos de la lucha de clases determinarán las claves, el sujeto transformador y forjarán desde su propio seno el nuevo instrumento político emancipador y conductor de las grandes mayorías. Ni atajos oportunistas, funcionales e inconducentes, ni voluntarismo épico, pero ineficaz.
La lucha social más politizada y autoconciente posible, como movimiento contradictorio y real, de acuerdo a sus estadios, composición, independencia de clase, fuerzas, práctica y evaluación de la situación concreta de la totalidad capitalista, fijará las formas de lucha más convenientes para la realización de sus intereses históricos.
Lo anterior supone la preexistencia necesaria de incipientes polos de reagrupación anticapitalistas cuyo objetivo primordial sea la articulación política de la unidad popular. Es decir, los activos facilitadores orgánicos de la composición del conjunto de grupos humanos reales que, de sólo sufrir el capitalismo,  pase a construir la hegemonía de su propio sentido común. El sentido común de sus intereses; el despliegue compuesto y complejo de su constitución como sujeto que contiene en su movimiento la superación del capitalismo.         

domingo, 5 de mayo de 2013

Argentina: ¿Qué hacer con los trabajadores empobrecidos, mujeres, indígenas y migrantes?


“Para el Estado cuando un indígena muere es un problema menos”

Félix Díaz

Andrés Figueroa Cornejo 

1. Mientras me entero que una patota medio mató al hijo del líder indígena qom Félix Díaz, confirmando una vez más que el poder, en la figura del gobernador de Formosa y dirigente del partido del gobierno nacional, Guildo Insfrán, va por la vida del vocero indígena más notable del territorio argentino, tramo y junto la lucha originaria con la de los trabajadores más pobres que abarrotan las comunas miseria y con los migrantes.

2. Yo soy migrante. Hace casi dos años que vivo y trabajo en la Ciudad de Buenos Aires, pero nací en Santiago de Chile. Allí vuelvo cuando puedo para tocar los ojos de mi hijo y regreso a un barrio porteño. La cordillera de los Andes no debería existir, pienso. Y también pienso que los  pueblos de Chile y Argentina son como dos hermanos vertebrados por una rugosidad mineral y que dormimos de espaldas, sin saber mucho uno del otro.
Claro que Argentina no era lo que yo creía ni Chile es lo que muchos creen. En ambos territorios abunda la miseria, la desigualdad, el mando vertical, la dictadura del capital, la confusión y la soledad. Y también existen los solidarios y la mano abierta como estrella y los que abrazan y entienden bien. Ni acá ni allá faltan ni sobran. No son especialmente de izquierda o derecha. Esas categorías no dicen mucho en estos tiempos. Lo que sí dice son los intereses y derechos destruidos de la mayoría vapuleada y expoliada. Que las cárceles están llenas de pobres, que los pobres son sospechosos aun cuando se pruebe lo contrario, que lo contrario y necesario ante el actual orden de las cosas es que los tantos se hagan uno en la diferencia y conviertan la indignación en rebeldía y la rebeldía en insubordinación organizada.

3. Como en Santiago de Chile, en Buenos Aires tampoco cierta gente te ve. Te mira, pero no te ve. En mí país de origen las migraciones europeas de finales del siglo XIX y principios del XX fueron acotadas. En Argentina, cuantiosas, aunque ya no es así hace casi 100 años. Es un mito que Argentina es la Suiza de América Latina, como que Chile es la Inglaterra. Ambos son países dependientes de los imperialismos corporativos del mundo. Ambos viven del precio especulativo de la exportación de materias primas no renovables (que cae en tanto China se contrae). La fuerza de trabajo se condensa en  los servicios en un 70 % y no en la producción racional de bienes durables y terminados, democráticamente administrada y respestuosa de las comunidades y el ecosistema, valga la falsa división. El momento financiero del capital ordena; y ambos, cada cual a su modo, tiene una clase dominante nativa parasitaria y rentista, excluyente, racista, corrupta, criminal, patriarcal, ínfima, capataz.

4. En Argentina lo que sí crece como espuma azul es la migración de los países fronterizos. Se habla de un millón de paraguayos y de otro millón de bolivianos, peruanos, uruguayos. Y realizan los peores trabajos junto a los muchos millones de empobrecidos que nacieron aquí.  Argentina se está morenizando rápidamente. Eso es un movimiento creciente, real, una variable que está modificando su rostro. Ya ningún país latinoamericano está fuera de América Latina, salvo en la imaginación estéril de algunos mandarines. Por más que el sentido común de la minoría privilegiada intente blanquear la sociedad argentina, ella ahora mismo es una mezcla, una composición amorosa de matices afrodescencientes, indígenas, pardos, ocre como tierra mojada. El futuro es mixtura, y en la mixtura están las pistas de la emancipación. Porque, en general, coincide la policromía cultural con los condenados a resistir hasta volverse hegemonía, fuerza social nueva y destacamento ampliado para refundar la vida sobre la igualdad y la libertad.

5. Los migrantes fronterizos, los indígenas, los trabajadores ‘en negro’, los asalariados  precarizados, los jóvenes sin porvenir –con estudios o sin ellos y siempre objeto y peonada de la industria del narcotráfico y los ‘emprendimientos’ del crimen tercerizado-. Los jubilados con pensiones de hambre. Las mujeres, sobre todo las mujeres. Las torturadas cotidianamente por el patriarcado feroz en el desprecio y el golpe y la red de trata de personas y la explotación sexual infantil.
No son las burocracias sindicales ni la pequeña burguesía –cada vez más pequeña y menos burguesa- las convocadas de manera objetiva a transformar las relaciones sociales radicalmente. A pesar de ellas y con los arriba nominados, tendrá que ser la unidad de los que sobreviven al día, endeudados o ni siquiera con posibilidades de endeudarse, los hacinados o sin vivienda, los malcomidos, quienes desconocen un contrato o una obra social, los que envían a sus hijos a la escuela pública para que merienden una vez al día por lo menos; quienes llevan corbatas plásticas ‘porque como te ven, te tratan, y son políticas de la empresa’; los que venden cualquier cosa, desde seguros truchos hasta calendarios de cartón. Los que sufren la locomoción colectiva y tardan horas en llegar al lugar de trabajo; los que arriesgan su salud esperando un turno eterno en los hospitales públicos desfinanciados. Los cristianos hambrientos de justicia y que el paraíso también se construye en la Tierra, porque una cosa es el estado mayor de las iglesias y otra los creyentes de abajo. Los emputecidos con tanto mendigo y niño que canta en el subte y luego es culpógenamente aplaudido.  
Todas las razones nos atan hacia un solo domicilio. De la unidad concreta a la resistencia, de la resistencia a la ofensiva blindada. Sin atajos, contradictoriamente, usando todas las formas de lucha, con vocación de poder y no del ‘cómo voy ahí’ que sólo fortalece el problema. Con convicción de mayoría activa y crítica que combate y vence el miedo por sus intereses postergados. Y que sus intereses vueltos derechos, sentido común, consenso, eventual gobernabilidad participativa y protagónica, sean la madera de la historia, la agonía de la sociedad de clases, la derrota de la indiferencia y el egoísmo.