jueves, 31 de enero de 2008

Alfredo Ovalle. presidente del gremio empresarial, actùa con mètodos del fascismo y es el principal adversario de los trabajadores.

Luis Mesina, Secretario General de la Confederación de Trabajadores Bancarios de Chile:

CHILE: “ALFREDO OVALLE, PRESIDENTE DEL GREMIO EMPRESARIAL, ACTÚA CON MÉTODOS DEL FASCISMO Y ES EL PRINCIPAL ADVERSARIO DE LOS TRABAJADORES”

Mientras el cobre comienza su epílogo alcista, el gobierno, a través del Ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, se reúne con los principales dirigentes sindicales del país en una clara estrategia de control social. Pero pese a los claros objetivos del Ejecutivo tendientes a contener al sindicalismo en lucha chileno, la Confederación de la Producción y el Comercio (gremio patronal del país) pone el grito en el cielo, se incomoda, tiembla y llama a imponer orden al Estado, interpretando estas citas gobierno – sindicatos como un desvío izquierdista (!).
La economía chilena fue la de menor crecimiento en la región durante el 2007 (5.6 %), y América Latina la zona de países en desarrollo de menor crecimiento a nivel mundial. Pero mediáticamente, el gobierno se empeña en convencer a los chilenos y a los capitales extranjeros de que el país goza de una economía “sólida”, a prueba de crisis imperialistas. Claro. Chile. La patria pequeña que vive del precio del cobre, la precariedad laboral, y la desigualdad sideral.
Cuando es prácticamente una evidencia a voces la recesión mundial producto de la crisis provocada por la voracidad insaciable del capital especulativo de las economías centrales del planeta -cuyo impacto en Chile es inminente-, la burguesía nativa y transnacionalizada muestra su dentadura metálica al pueblo, convoca la violencia legalizada, reimpone sus reglas ante un eventual nuevo ciclo de la contradicción histórica entre el capital y el trabajo.
El Ministro del Trabajo y Previsión Social, Osvaldo Andrade, hace unos días, entre otras reuniones, sostuvo un encuentro con los dirigentes de los trabajadores bancarios chilenos. Allí estuvo Luis Mesina, Secretario General de la Confederación de Sindicatos Bancarios –única organización de los empleados financieros nacionales-, multisindical que aglutina a más de un 12 % de los funcionarios bancarios.

¿Cómo evalúas este “acercamiento” del gobierno a los trabajadores organizados?

“Primero que todo, no tenemos bien claro si el gobierno se está acercando a los trabajadores. Ocurre que cuando es posible que se potencien diversos conflictos sociales, el gobierno simplemente se ve obligado a ofrecer alguna respuesta a las demandas de los trabajadores en lucha. Por el contrario, cuando no hay movimiento laboral, las instituciones estatales se subordinan a los sectores dominantes.”

¿Cuáles son las claves del Código Laboral?

“Sobre concepciones “civilistas” y no laborales, y expresan un evidente retroceso de conquistas de la humanidad. La normativa actual ubica al trabajador casi en el nacimiento de la hegemonía capitalista, cuando los trabajadores recién comenzaban la larga lucha que cristalizaría en normativas más protectoras a la fuerza de trabajo.”

LOS MANDARINES DE CHILE

¿Quién manda en Chile?

“Los empresarios, sin ninguna duda. En nuestro país priman los intereses del gran empresariado chileno, representado en la Confederación de la Producción y el Comercio. Hoy tienen incluso, una mayor preponderancia que la que ostentaron para el golpe de Estado de 1973. Actualmente, con mayor prepotencia y arrogancia, siguen digitando la agenda del gobierno.”

¿Cuál es el papel del gobierno, entonces?

“El de un mero administrador de un sistema y un régimen político cuyo horizonte es mantener los ejes fundamentales que están planteados en la Constitución de Pinochet. Es decir, la consagración de la propiedad privada, el mantenimiento de un orden económico que abiertamente favorece la concentración del capital y agudiza la condición regresiva del ingreso. Entonces, los que mandan en realidad, son el grupo que forma el gran empresariado chileno.”

Se ha tratado de dar la impresión pública de que el Ministerio del Trabajo bregaría por los intereses de los trabajadores y el Ministerio de Hacienda por los intereses de los empresarios…

“No hay duda de que Hacienda cumple a pies juntillas los intereses del gran capital. Y con la aprobación de la derecha y el empresariado, el Ministro Velasco ha profundizado los fundamentos del modelo, extremadamente liberal, dedicado a la exportación de recursos primarios sin valor agregado, y garantizando el imperio del mercado.”

EL DISCURSO EMPRESARIAL

Por todo el mundo es sabido que Chile es uno de los 15 países con peor distribución del ingreso. Al respecto, el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, Alfredo Ovalle, aseguró que no se puede “echar la culpa a los empresarios de que exista desigualdad en Chile”, y que la causa estaría en la falta de educación…

“La propia educación reproduce las desigualdades de la sociedad chilena. En realidad la pésima distribución del ingreso tiene que ver con un empresariado que mantiene sueldos miserables, donde más del 70 % de los trabajadores tienen salarios de menos de 600 dólares mensuales, cuando hay ejecutivos de la banca y el comercio que ganan 90 mil dólares al mes. Ni en Estados Unidos o Europa esta realidad resulta presentable. Y los gobiernos de turno también tienen responsabilidad en este fenómeno, porque Ricardo Lagos fue quien permitió que se produjera la mayor concentración de riqueza en una minoría. Su famosa consigna gubernamental de “crecimiento con equidad” en los hechos fue “crecimiento con desigualdad”. En la propia banca hay trabajadores que obtienen 350 dólares mensuales.”

¿Por qué crees que Alfredo Ovalle dialoga asuntos de enorme trascendencia política y económica para el país con el gobierno, sin emplear a los intermediarios históricos del empresariado como son los partidos de derecha?

“Yo creo que el carácter presidencialista heredado de la dictadura prescinde un tanto de los partidos políticos y del parlamento. También el empresariado se ha dado cuenta que con la interlocución directa con los ministerios resultan mucho más expeditas y eficientes las demandas que imponen. Y se encuentran con un gobierno que acoge buenamente sus planteamientos e intereses.”

Algunos dirigentes del empresariado acusaron al Ministro del Trabajo de “activista” por reunirse con líderes sindicales…

“En realidad, el principal activista del gobierno, pero del lado empresarial, es el Ministro de Hacienda, Andrés Velasco. Él es el agente encargado de colocar al Estado de manera íntegra bajo los intereses de la clase dominante. Él es el mayor activista. Velasco es quien promueve que se judicialice, por ejemplo, la Ley de Subcontratación. ¿Dónde se ha visto que se ponga en los tribunales una ley suscrita por la propia presidenta de la República ? Estos hechos nos conminan como trabajadores a colocarnos desafíos de mayor envergadura. Los trabajadores no pueden tener ninguna confianza en las instituciones del Estado. Debemos cuestionar la naturaleza del llamado Estado de Derecho y su fraseología, que sólo se emplea para arrasar contra el patrimonio estatal. Por “razones de Estado” un hijo de Pinochet evade la cárcel cuando el caso de los “pinocheques”, y por esas mismas “razones de Estado” son castigadas las demandas mapuche y de los trabajadores movilizados. Los trabajadores debemos emplear la razón, la fuerza y la movilización. Y tener muy claro que el activista más violento de los patrones es Alfredo Ovalle. Él actúa con los métodos típicos del fascismo, estigmatizando ante la opinión pública a los dirigentes sindicales para desprotegerlos y dejarlos vulnerables frente a la represión. Hoy los representantes sindicales corren un peligro grave porque están delante de un dirigente patronal que emplea métodos propios del fascismo.”

¿Cuál es la relación entre el llamado Estado de Derecho y la patronal?

El señor Ovalle se olvida del Estado de Derecho cuando los grandes empresarios financieros vulneran la legislación, cuando intentan pasar por alto las jornadas de trabajo legales, cuando no respetan el derecho a la maternidad, cuando pagan salarios de miseria. En consecuencia, esa práctica es inmoral porque no ha generado más empleo en Chile, sino concentración y destrucción de fuerzas productivas –como los más de mil desempleados luego de la reciente fusión entre el Banco de Chile y el Citigroup-, la desaparición de más de 5 mil puestos de trabajo con la concentración de las AFPs, etc.”

UN ANALGÉSICO CONTRA LA FUTURA RECESIÓN

Ante la eventual recesión económica mundial originada en USA, el gobierno ha señalado que Chile tiene una economía fuerte, con pilares sólidos, que no hay de qué preocuparse…

“Chile es un país extremadamente dependiente y frágil respecto de la economía mundial. Hay que observar la inmediata caída de la bolsa chilena, que implicó casi el 7 % de la pérdida de los fondos de pensiones. Aquí podríamos tener un colapso gigantesco. Por otro lado, nosotros dependemos energéticamente de la importación de petróleo y otros insumos que en la actualidad están subiendo de precio. No existen razones para tener confianza en que la economía chilena pueda resultar sólida y estable para enfrentar la crisis venidera. Sobre todo, porque es una economía que se ha fundado sobre una estrategia especulativa. El gobierno está haciendo los clásicos llamados a la confianza pública, para que la gente no se impaciente y no se produzca una suerte de “corrida” –a la argentina- donde la gente prefiera guardar su plata bajo el colchón que en el sistema financiero.”

LOS TRABAJADORES VERSUS LA CPC

¿Cuál es el adversario principal de los trabajadores, los sectores medios y el pueblo chileno, desde tu perspectiva?

“Los grandes empresarios de este país –dependientes de las exigencias del capital transnacional-, que persisten en consolidar un modelo económico y político que sólo genera mayor pobreza y desigualdad, y que no tiene viabilidad en el largo plazo. La humanidad no se someterá nunca a cuotas tan profundas de inequidad social. Los trabajadores chilenos se encuentran en una indefensión superior a la de los trabajadores del resto del Continente.”

Los empresarios hablan e influyen sobre política todos los días, determinando aspectos sustantivos de la realidad cotidiana y las condiciones de existencia de millones de chilenos. Pero los trabajadores no salen de la lucha economicista…

“Lo que pasa es que Chile no es un país democrático. La asimetría entre el capital y el trabajo es total. Aquí la única voz que se oye es la de los empresarios. Los trabajadores, entre otras tareas, tenemos la gran labor de construir las condiciones para intervenir en los grandes temas del país. Pero habitamos un régimen político –donde el gobierno sólo es parte y el parlamento está prácticamente en bancarrota- que emplea estrategias que invisibilizan a los trabajadores y sus organizaciones; que promueve un pensamiento acrítico e irreflexivo.”

La presidenta Bachelet ha insistido hasta la majadería en que la Concertación no es lo mismo que la Alianza por Chile…

Aparentemente tienen distancias. Pero, a esta altura, los discursos son prácticamente similares. La UDI también emplea una retórica de ayuda a la clase media y los pobres. En los grandes temas existe acuerdo total entre ambos conglomerados políticos.”

EL FUTURO SINDICAL

¿Es posible pensar en una nueva generación de dirigentes sindicales capaces de actuar independientemente del Estado y el empresariado?

“Las condiciones materiales y objetivas en las cuales se está desarrollando el enfrentamiento entre el capital y el trabajo, tarde o temprano, generarán nuevos dirigentes sindicales que responderán al contexto histórico que transitamos.”

¿La unidad de los trabajadores y el pueblo es anterior a un estadio superior de la lucha de clases, o al revés, el avance de las luchas sociales creará las condiciones de la unidad?

“Al parecer, la historia demuestra que la unidad de los trabajadores y el pueblo no es la simple suma de voluntades unitarias. Algunos sectores se comprometen a procesos de unidad con antelación porque comprenden más que otros su necesidad. La unidad es hija de ambos procesos. La propia lucha demanda dinámicas orgánicas asociadas a la unidad, a articulaciones sociales más potentes. Pero no hay recetas. Me parece que lo determinante es la movilización y la concreta toma de conciencia.”

¿Cuáles son tus perspectivas del movimiento de los trabajadores para el 2008?

“Mejores que antes. Paulatinamente los trabajadores se percatan de las injusticias del modelo y de la manera en que hay que enfrentarlo. Ante la prepotencia y explotación de tantos años de una minoría, los trabajadores se levantarán antes de lo que el empresariado lo calcula.”

Andrés Figueroa Cornejo
Enero de 2008

viernes, 25 de enero de 2008

Alerta en los trabajadores sin trabajo.Sus funciones seràn externalizadas del CITI

Efecto de fusión entre Banco de Chile y Citigroup
CHILE: ALERTA EN LOS TRABAJADORES BANCARIOS TRAS MASIVO DESPIDO DEL CITI
· Ya van 1.300 empleados sin trabajo. Sus funciones serán externalizadas. Despidos todavía no paran.


Tal como lo habí­a augurado el ex Presidente del Banco Central, el economista Hugo Fazio, el proceso de fusión entre el Banco Chile -propiedad del Grupo Luksic, el segundo más rico de Chile- y el Citigroup traería una reducción de la planta de trabajadores.
En efecto, el 21 de enero, al mediodía, el Gerente General del Banco de Chile, Fernando Cañas, informó de la “desvinculación” de 1.156 empleados que, sumados a los 200 despedidos en octubre pasado, suman 1.300 empleados fuera de la empresa tras la fusión.
Los trabajadores que quedaron sin trabajo corresponden a las áreas de venta y cobranza del Citibank Chile. Son empleados que necesita la institución, pero cuyas funciones realizarán ahora empresas externas, a un precio mucho menor.
Fernando Cañas afirmó muy suelto de cuerpo que “como en toda fusión, lamentablemente los despidos son inevitables”. Asimismo, confirmó que los despidos todavía no terminan.
Por su parte, el presidente del sindicato del Citi enfatizó, luego de hacerse de las pésimas noticias para los empleados, que se tomarán medidas para que terminen los despidos, para buscar una reubicación de los trabajadores a la empresa y además acusó al banco de estar cometiendo medidas antisindicales. “Claramente esta es una práctica antisindical porque está tocando sólo a nuestro sindicato (concentramos un 90 % de los nuevos cesantes). Vamos a tomar las instancias legales con nuestros abogados. Llamamos a los trabajadores a no firmar ningún finiquito que no haya sido revisado por el abogado de los trabajadores y por el directorio sindical”.


HABLA LA CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES BANCARIOS

La Presidenta de la Confederación de Sindicatos Bancarios, Andrea Riquelme, dijo que la fusión entre el Chile Edwards y el Citigroup, “hasta el momento sólo ha significado despidos y mayor flexibilización laboral. La empresa busca tercerizar y volver más barata la fuerza de trabajo. Es decir, pretende ganar más no sólo a través de las colocaciones y venta de productos financieros, sino también e inmediatamente, disminuyendo drásticamente el contingente de funcionarios y reduciendo significativamente los salarios mediante la contratación de empresas externas.”
Sobre la actual fusión entre el Chile y el Citigroup, Hugo Fazio indicó que “El objetivo principal de la fusión, mirado desde el Grupo Lucsik, no está en Chile, sino en el mundo. Aquí, a mi juicio, el Banco de Chile se mete en un muy mal momento, porque se asocia con el Citigroup en un período en que esa empresa está en la picota, cuestionada por el manejo especulativo que ha hecho. En estas circunstancias, el Citigroup es un muy mal paraguas: uno que se está permeando por todos lados.”
La Confederación de Sindicatos Bancarios -única multisindical de la Banca chilena- comunicó que se está estudiando las urgentes medidas que se asumirán para enfrentar con unidad, fuerza y organización, la ola de despidos del Citibank Chile.
Luis Mesina, Secretario General de la Confederación , planteó que los despidos “se dan en un contexto mundial y nacional de una eventual recesión originada por la crisis económica norteamericana. Lo que ocurre en el Citibank es apenas un botón de muestra de lo que vendrá de desplegarse la recesión a escala mundial y local. Es bien sabido que este tipo de crisis golpea con especial dureza al sector bancario y financiero y, en particular a los trabajadores. Llamamos a los trabajadores a permanecer en alerta, a fortalecer los sindicatos, a crearlos donde todavía no existen, y a sumarse a la Confederación , única herramienta que tienen hoy los empleados para enfrentar una embestida empresarial de estas magnitudes contra la fuerza de trabajo. Mantenernos divididos y fragmentados es la estrategia que favorece a los empleadores y que encuentra en algunos dirigentes el espacio para promover este tipo de políticas.”
Ante las consecuencias que podrí­an traer nuevos despidos, Mesina agregó que “si bien es importante efectuar las respectivas denuncias ante los tribunales por las prácticas antisindicales, en el caso del despido masivo del Citibank hay que apelar a los trabajadores y confiar más en las movilizaciones y en la fuerza que elllos puedan desarrollar. Judicializar los conflictos laborales solamente, no ayuda a resolver los despidos.”

Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
Enero 22 de 2008

lunes, 21 de enero de 2008

La asamblea constituyente es un punto de llegada y no de partida

CHILE: LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE ES UN PUNTO DE LLEGADA Y NO DE PARTIDA

1. Las constituciones, las asambleas constituyentes y los cuerpos jurídicos, en general, son expresiones de las relaciones de fuerzas existentes en una sociedad en un momento determinado. Es decir; no comportan el “espíritu” neutral de la justicia en términos idealistas, ni mucho menos, las cartas jurídicas fundamentales son hijas de la filosofía y están por sobre las relaciones materiales de una sociedad dada.

2. Al igual que la radicalización política de los pueblos, y de Chile en particular -que cristalizará mañana en formas generalizadas de lucha popular y cuyo porvenir será sentenciado por su independencia de clase y contenidos socialistas (en su versión anticapitalista y antiimperialista al mismo tiempo)-, las constituciones políticas, y la “puesta de cabeza” y superación de la Constitución impuesta por la dictadura pinochetista en 1980, son siempre, un punto de llegada y no de partida.

3. Resulta una antigua demanda de los sectores más auténticamente democráticos –quizás parida al día siguiente de la promulgación de la Constitución pinochetista- la convocatoria a una Asamblea Constituyente. En efecto, la Constitución de Pinochet fue impuesta por la minoría burguesa en la década de los 80 y su artífice fundamental, Jaime Guzmán (a cuya inauguración de su escultura-homenaje asistirá la presidenta Bachelet próximamente),es un inimitable articulado que salvaguarda los intereses irreductibles de la clase patronal, cuyas ramificaciones antipopulares se expresan en un Código del Trabajo a la talla del empresariado y contra la sindicalización; el valor supremo de la propiedad privada puesto a escala metafísica; y la imposibilidad de reconstruir de manera viable los viejos “tres tercios” que consideraba la Constitución de 1925, y que permitió, entre otros logros del Estado desarrolista extinguido durante la primera década de los 70, que Salvador Allende accediera al Ejecutivo.

4. La Constitución del 80, en resumen, es la superestructura jurídico-política del régimen militar capitaneado por Pinochet y la burguesía en un momento de pleno aniquilamiento de las fuerzas populares y sus destacamentos políticos. En realidad, Jaime Guzmán fue hábil, pero no un genio: sólo aprovechó las inmejorables condiciones que le brindaba una dictadura militar para producir una Carta Magna a la medida del puñado de ricos que gobernaba entonces –y, en gran medida, todavía lo hace-.

5. No deja de ser loable reivindicar una Asamblea Constituyente para construir una nueva Constitución. El enunciado jamás ha sido el problema. Lo realmente sustantivo es que si no se entiende que este empeño debe darse en condiciones de hegemonía de la clase trabajadora y el pueblo, parece que parte de la izquierda chilena continúa desconcentrada y presa de un relato propositivo de grandes rangos pro populares, pero incapaz de dibujar el camino básico, la táctica mínima para enfrentar la enorme acumulación de fuerzas que demanda, no sólo una nueva Constitución, sino, en general, el conjunto de luchas y sujetos para jaquear al capital reinante en Chile.

6. La primera conclusión del Congreso de Derechos Humanos realizado hace poco más de un mes, indica la necesidad de diseñar una nueva Constitución que garantice los derechos fundamentales de las personas, como la salud, educación, techo, trabajo digno, reconocimiento de los pueblos originarios, la pluralidad sexual, el medioambiente, etc. Tal declaración ya comporta por sí sola un enorme avance de este sector de organizaciones que, producto de la estrategia de la pura judicialización de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, mantenía a este ámbito estrechado al micromundo de los familiares y un pequeño contingente de militantes históricos. Si bien, la propuesta de una Asamblea Constituyente de algún modo, politiza este sector extremadamente encapsulado hasta ahora y que jugó un papel relevante en la denuncia valiente bajo el pinochetismo, no es suficiente para reimpulsarlo y convertir sus acuerdos en algo parecido a un proyecto. Lo vital del Congreso fue, más bien, decidir colectivamente, poner sus tensiones y atenciones al servicio de las actuales luchas del pueblo. Nuevamente la Constitución democrática de las grandes mayorías nacionales se ubica como horizonte de sentido, como proceso que rima con la lucha de clases, camino que hace justicia a la causa socialista de los miles de asesinados durante el régimen militar. No como un punto de arranque.

7. Las fuerzas de la izquierda chilena resultan “culturalmente” potentes, pero exiguas política y orgánicamente. La agenda impuesta por el bloque en el poder, inmediatamente electoraliza la lucha y organización popular de la izquierda tradicional y los resabios de los destacamentos políticos de inspiración revolucionaria. Pareciera que, en vez de observarse el parlamentarismo burgués como un aditamento significativo, pero no medular, en la construcción de la fuerza social capaz de poner en crisis el actual modelo, se convierte -por obra de matrices políticas correspondientes a un estadio de lucha de clases, a un país y a un mundo completamente distintos al actual- en un fetiche, en una reificación de la arena electoral super controlada por arriba. Considerando, por lo demás, el peso cada vez más relativo del poder legislativo en un Chile donde el Ministerio de Hacienda, el Banco Central y la Confederación de la Producción y el Comercio (gremio patronal) imponen realmente las reglas del juego. Naturalmente ninguna de estas instituciones están sometidas a escrutinio general.

8. Es cierto; se puede caminar y masticar chicle al mismo tiempo. Se puede advertir “tácticamente” a las elecciones ordenadas por la burguesía como una línea de propaganda, visibilización y denuncia del campo popular. Pero lo que resulta peligroso, y no hace más que fortalecer aún más a los que detentan el poder, es ubicar la lucha electoral como eje de la construcción y escenario sobredimensionado donde se resuelve la lucha de clases. Justo cuando hoy, más que nunca, circuitos populares están en pleno proceso de reconstitución, recién asoman la cabeza, vuelven paulatinamente a convertirse en sujeto.

9. Si las elecciones fueran plenamente funcionales a los intereses del pueblo y los trabajadores, simplemente no existirían en Chile. La concepción de que no estar en el parlamento de los de arriba es sinónimo de marginalidad política, no visualiza lo realmente significativo. Lo que define la marginalidad política de las izquierdas es su escasa existencia en el campo de lucha de los trabajadores y el pueblo, construyendo la armadura de los pobres, orientando desde el seno del pueblo, apostando a las semillas futuras del poder popular. Tener uno o más diputados, uno o más alcaldes incluso (con los cuestionables resultados de gestión en aquellos municipios donde se ha llegado), deben ser piezas de un complejo dinámico de luchas sociales. Por sí solos resultan extraordinariamente insuficientes. Más allá de las nobles intenciones y los deseos.

10. Se observa, en este plano, una confianza asociada a la nostalgia, al etapismo político, al camino colocado en cuestión por la historia de Chile del reformismo por parte de un segmento de las izquierdas chilenas. Es preciso instalar con fuerzas los horizontes políticos de los trabajadores y el pueblo –como el caso de construir una Constitución democrático popular, pero, por un tema económico-orgánico y político, lo urgente es potenciar las luchas cada vez de mayor tonelaje de los asalariados y el conjunto de rebeldías anticapitalistas, con centrales modos unitarios, privilegiando la organización por abajo –sin desdeñar la escasa presencia e influencia política alcanzable por arriba-. Es decir, es necesario subordinar la táctica por arriba, a las fuerzas reales –dinámicamente en crecimiento y disputa contra el capital, gradualmente politizándose-,a la organización del pueblo concreto. Parece más arsenalería política de museo la creencia de que las elecciones, por sí solas, dinamizan procesos de construcción popular. Desde el retorno a los gobiernos civiles en Chile esto no sólo no ha ocurrido, sino que fortalece el modelo, lo legitima, y la “izquierda dura” electoralmente ha ido de más a menos con los años.

11. Con las actuales condiciones de fuerza, ni una nueva Constitución, ni la revolución social están a la orden del día en Chile. Lo que sí corresponde a una tarea ineludible de la militancia anticapitalista, es potenciar la organización popular en clave socialista y con independencia de clase, la unidad de todos aquellos cuyos intereses se contradicen al capital y la burguesía, y la convicción de golpear sistemáticamente a la minoría en el poder.

12. En Venezuela, la Constitución Bolivariana significó un gran avance pro popular debido a que Chávez está en la presidencia, el momento de producirla encontró una oposición política muy debilitada, y la mayoría de las fuerzas armadas apoyan el proceso. Otro gallo canta en Bolivia donde, con Evo en el Ejecutivo y un vasto movimiento social a favor de las transformaciones antioligárquicas, la derecha ha sido capaz de boicotear violentamente la Asamblea Constituyente , restándose de su ejercicio y, en los hechos, deslegitimándola.

13. Es correcta la demanda por una nueva Constitución política. Sin embargo, para llegar allí es preciso construir las fuerzas populares que la vuelvan acorde a sus intereses. De hecho, de establecerse una Asamblea Constituyente hoy, lo más probable es que se ratifiquen los contenidos de la imperante, se modifiquen aspectos adjetivos y todo quede “en donde lo dejamos”, tal cual ha ocurrido en todas las fórmulas del mal llamado “pacto social” vitoreado por arriba, el que, sin pueblo, reproduce las desigualdades estructurales en la salud, la previsión social, el trabajo, la educación y la salud. El punto clave es la correlación de fuerzas y no solamente lo correcto de nuestras propuestas y salidas políticas.


Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
Enero de 2008

lunes, 14 de enero de 2008

Marco de anàlisis para la lucha de l@s trabajador@s chilen@s

Enero de 2008

MARCO DE ANÁLISIS PARA LA LUCHA DE L@S TRABAJADOR@S CHILEN@S

· Bordeando la primera década del siglo XXI, el mundo transita un período signado por el predominio y la crisis mundial del imperialismo capitalista (norteamericano, europeo y asiático), en su brutal versión neoliberal, que permite el bienestar de un 20 % de la población mundial a costa de la explotación, empobrecimiento y miseria del 80 % de la humanidad, y que hoy pone en riesgo cierto la misma sobrevivencia del planeta.

· Hacia el año 2000, había oficialmente 22 millones de desempleados en los países capitalistas desarrollados (OCDE), sin considerar los cientos de millones de cesantes en África, Asia y América Latina. Lo que permitió al capitalismo, hasta los años 70, superar sus contradicciones fue el desarrollo del comercio mundial. Después de 1945, la dominación mundial de USA, dictada por la necesidad de impedir la revolución en Europa y Japón y contener el bloque soviético, les dio la oportunidad, mediante el tratado de Bretton Woods (acuerdo sobre tasas de intercambio), de obligar a las demás potencias imperialistas a disminuir las barreras arancelarias y eliminar obstáculos a la libre circulación de mercancías.

· Sin embargo, el período de crecimiento entre 1948 y 1973 terminó hace tiempo. El pleno empleo, el crecimiento de los niveles de vida y el Estado de bienestar son piezas del museo capitalista. Hoy la economía mundial es presa del estancamiento económico, la recesión y la crisis y destrucción creciente de las fuerzas productivas. En lugar de crear puestos de trabajo y aumentar la riqueza de la sociedad, los grandes monopolios están dedicando enormes recursos a la especulación en los mercados monetarios y financieros especulativos.

· La mundialización del capitalismo ha significado que casi dos tercios de la humanidad vivan lindando la barbarie. Enfermedades inofensivas con vacunaciones sencillas, como la diarrea y el sarampión, matan a siete millones de niños al año. Cien millones de niños viven en las calles.

· Una de las principales causas de la creciente pobreza del tercer mundo es el saqueo a gran escala de sus recursos a través del intercambio comercial y los tres billones de dólares de deuda externa con los grandes bancos occidentales. Según UNICEF, los pagos de la deuda han provocado que los ingresos del tercer mundo hayan caído un 25 %; el gasto sanitario, un 50 % y el gasto educativo, otro 25 %. En búsqueda de beneficios, las grandes multinacionales están arrasando el planeta. Cada año se destruyen cerca de cien mil kilómetros cuadrados de selva tropical. En el mundo, 450 millones de personas sufren malnutrición o mueren de hambre.

La Transnacionalización y la hegemonía mundial del Capital Financiero

§ Dos fenómenos caracterizan la mundialización financiera, modo hegemónico de desenvolvimiento del capitalismo contemporáneo: la desregulación del dólar y la separación entre flujos financieros y economía real.

§ La desregulación del dólar se impuso a inicio de los 70 y significó la privatización de la moneda internacional, es decir, la apropiación privada de los flujos financieros internacionales. El giro en el sistema financiero internacional (1971) con la desregulación del dólar, marca el inicio de la hegemonía del capital financiero y un cambio en las formas jurídicas de la acumulación y la circulación del capital a favor de los grupos privados transnacionales. Los grupos financieros son organizaciones capitalistas a gran escala, que combinan el negocio empresarial con el comercial y el crediticio. En su organización interna se dividen entre una sociedad matriz que controla los movimientos financieros de las sociedades filiales o “ejecutoras”, en función de la rentabilidad total del capital.

§ La desregulación del dólar opera como sinónimo de la pérdida de los Estados nacionales del monopolio de la administración de las divisas como inicio de la privatización de los activos financieros estatales. Esto importa la liquidación gradual del llamado “capital social” -capital resultado de intermediación financiera del Estado-, tanto en los mercados internos, como en el comercio exterior. La forma de “capital social” le permitía antes al Estado ser agente económico directo, garantizar la intervención económica y durante el Estado de bienestar, asumir parte del llamado “salario indirecto”, los costos laborales como la seguridad social, salud, educación que se pagaban en los presupuestos públicos.

§ La privatización de las divisas también comportó la liquidación paulatina del capital social-estatal. El keynesianismo fue derrotado porque la mundialización financiera fulminó el soporte económico sobre el cual se sustentaba.

§ La fórmula neoliberal considera que todo lo público, incluso el aire, los ríos, los océanos, pueden someterse a las reglas de la propiedad privada (en Chile este fenómeno es una realidad hace tiempo).

§ La mundialización financiera consiguió trasladar una parte importante del pago de salarios (capital variable) a la dimensión de la ganancia devenida del crédito. Este es el caso del salario diferido, es decir, el salario que no se le reconoce al trabajador de manera inmediata, sino que se difiere hasta que cumpla con requisitos de edad o tiempo de servicio. La mundialización financiera convirtió el salario diferido en flujo financiero (AFP’s en Chile), y hoy, los fondos de pensiones norteamericanos y europeos son determinantes en la inversión financiera transnacional.

§ En los 70, el capitalismo mundial resuelve disminuir el capital variable en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se evidencia una caída en el promedio internacional de las tasas de ganancia. Ello se ha confirmado como una tendencia para el período. La imposición de esta forma de acumulación se dirimió transitoriamente en la arena de la lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva de los trabajadores y el desmantelamiento del llamado Estado de bienestar, y producto de una derrota parcial de los trabajadores y el pueblo a escala internacional durante ese período.

§ El neoliberalismo requiere abaratar el trabajo. La crisis del fordismo (producción en cadena de mercancía con alto empleo de trabajadores) presionó a los capitalistas a depreciar el trabajo, a “flexibilizarlo”. El neoliberalismo es un nuevo modelo de acumulación, y una redefinición de las reglas del juego entre capital y trabajo, a favor del primero. El posfordismo es, en los hechos, precarización del trabajo, inestabilidad laboral, y posibilidad de desalojar trabajadores de manera permanente (características de la tercerización del trabajo en Chile).

§ El neoliberalismo es una forma de acumulación que utiliza al máximo las ventajas tecnológicas de la computación y la informática, combinándolas con la extensión de la jornada laboral, con el trabajo migrante en el universo desarrollado del capital, con el abaratamiento del salario femenino y el trabajo infantil.

§ Nuevamente se confirma una de las contradicciones centrales del funcionamiento del capital: aquella que se expresa entre la renovación técnica incesante de los procesos industriales, obligada por la competencia intercapitalista, y la necesidad de obtener ganancias extraordinarias, y la baja tendencial de la ganancia que esta tecnificación produce al desplazar trabajo vivo por trabajo muerto. Esta contradicción expresa los límites históricos del capitalismo; de una sociedad que preserva la apropiación individual de la riqueza, a pesar de que colectiviza y desarrolla al máximo las fuerzas productivas. La desindustrialización y el desempleo en el tercer mundo y en vastas capas del planeta no evidencia una crisis del trabajo o de la clase trabajadora; por el contrario, confirma las limitaciones históricas del funcionamiento de la ley valor.

§ Lo que aparece como división entre lo financiero y lo industrial en realidad corresponde al desplazamiento de la inversión industrial hacia la inversión financiera. La hegemonía del capital financiero fue uno de los resultados de la crisis del fordismo. La desregulación del dólar optimizó la ganancia financiera y obligó a los propios consorcios industriales a crear bancos e instituciones crediticias.

§ La actual hegemonía del capital financiero es la consecuencia inevitable de las contradicciones históricas de la acumulación capitalista, y obliga a centrar los empeños en la construcción de una política independiente y con un horizonte socialista de los trabajadores y el pueblo.


Chile

§ En el continente, Chile juega el papel paradigmático de la hegemonía del capital financiero y especulativo en la Región (entre enero y octubre de 2007, el sistema bancario obtuvo $ 834 mil millones de pesos de gananacia); y la reprivatización y explotación irracional de los recursos naturales del país (cobre, madera y productos del mar). Asimismo, el modelo de acumulación capitalista sostiene sus millonarias tasas de ganancias sobre la administración privada de los servicios básicos y la capitalización del ahorro del pueblo trabajador a través de las AFP's; la concentración monopólica de los medios de comunicación de masas; y la aniquilación y desmantelamiento sistemático de las organizaciones de la clase trabajadora y el pueblo.

§ La dictadura pinochetista impuso a sangre y fuego la refundación capitalista del país; y restableció la dominación, control, y administración sin contrapesos de los intereses de la minoría burguesa subordinada y fundida al capital extranjero. Los intereses imperialistas fueron repuestos en gloria y majestad en Chile, y fidedignamente se han implementado los mandatos político económicos provenientes del FMI , el Banco Mundial y la OMC –todas instituciones tuteladas por los intereses imperialistas, principalmente norteamericanos (el 49 % de las sedes corporativas de las principales multinacionales del mundo están en Estados Unidos; el 40% de la inversión transnacional en América Latina es norteamericana, y el 60 % se reparte en capitales europeos y asiáticos)-.

§ El actual crecimiento económico del Chile se explica, entre otros factores menos relevantes, fundamentalmente, por el alto precio del cobre, sustentado en su gran demanda asiática (sobre todo, China).

§ El término pactado por arriba, producto de la presión desde abajo, de la dictadura pinochetista sólo comportó una readecuación del escenario político, garantizando algunas libertades civiles y la democracia formal de las elecciones generales, manteniendo incólume los intereses y procedimientos de acumulación y control social de la clase entronizada en el poder; modificando cosméticamente aspectos de la Constitución del 80, y creando, en el tiempo, una casta de nuevos ricos al amparo del Estado –demoliberales y de retórica antidictatorial-.

§ El modelo de reproducción capitalista inaugurado a mediados de los 70 del siglo pasado, y hoy perfeccionado, legitimado y administrado por la Concertación de Partidos por la Democracia , sólo ha profundizado la diferencia de clases que ha convertido a Chile en uno de los países más desiguales del mundo (entre las 15 naciones de peor distribución del ingreso del planeta). El 60 % de los chilenos sobrevive con menos de $ 82 mil pesos mensuales, en tanto el producto por habitante es cuatro veces mayor. De 1990 al 2005, la brecha entre el 5 % más privilegiado de la sociedad respecto del 5 % más pobre, aumentó de 110 a 220 veces. Los estándares educativos son extraordinariamente deficitarios (de paso, destruyendo el mito burgués de la educación como vehículo de movilidad social, y proletarizando a la marginalidad social juvenil mediante los 12 años de escolaridad obligatoria); existe una insuficiente e ineficiente salud pública (donde se atiende el 80 % de los chilenos); hay crisis de la vivienda y creciente demanda de los derechos sociales básicos insatisfechos. La tasa de cesantía entre los trabajadores jóvenes oscila entre el 15 % y 20 %, y Santiago es la séptima ciudad del mundo donde más horas se trabaja.

· El pan corriente subió entre enero y septiembre de 2007, de $ 623 a $ 733 pesos, más o menos un 17 %. El arroz, durante el mismo período, ha aumentado en un 13 %, los tallarines en un 8,2 %, la carne molida en un 6 % por ciento, la merluza en un 11 % por ciento, el pollo en un 16 % y los huevos en un 21 %. La leche aumentó un 51 %, el queso en un 55 %, la mantequilla un 20 % y el café en un 10 %. Las papas han subido un 95 % y las cebollas un 130 %. Otros bienes básicos son los medicamentos. Durante el año 2007 los analgésicos subieron un 5 %, los antibióticos un 28 %, los antitusivos y broncodilatadores un 5 % y los tranquilizantes un 41 %. El agua potable aumentó un 5,4 %, el gas-ciudad un 13,3 % y la electricidad, en los primeros meses de 2008, llegará a un 50 % más.

· Asimismo, por arriba, el poder criminaliza y reprime “a la antigua” la movilización social y laboral, las demandas históricas del pueblo mapuche, y emplea como mano de obra barata la fuerza de trabajo femenina, adolescente e inmigrante.

· En el país, los grupos económicos más poderosos y diversificados son los Angelini, Luksic y Matte, cuyos capitales puestos en la explotación cuprífera, forestal, pesquera, industrial, eléctrica y portuaria, se convierten, en un mismo movimiento, en capital financiero a través de la propiedad de bancos y entidades financieras de crédito y colocaciones, como el Banco Chile, BICE y otros. Es decir, los patrones de Chile, cuyos capitales hace tiempo están transnacionalizados, han hegemonizado sus intereses y diversificado sus propiedades. Esto quiere decir, por ejemplo, que los trabajadores que luchan por mejoras laborales en la empresa de cables de cobre Nexans, y los empleados del Banco Chile que resisten el despido ante la fusión con el Citigroup, en distintos lugares y funciones, y contra distintas formas contractuales y jurídicas, están negociando con el mismo grupo Luksic, con el mismo patrón.

§ El actual Código del Trabajo resulta extremadamente antipopular, obstruye la sindicalización (más allá de la propaganda hipócritamente insuficiente), cuya realidad habla de que sólo un 7 % de la fuerza laboral chilena (es decir, menos de 500 mil trabajadores de un universo de cerca de 7 millones) está capacitada jurídicamente para negociar colectivamente sus condiciones de trabajo, lo cual, en los hechos, se reduce a tratar de actualizar el poder adquisitivo de quienes negocian y obtener insignificantes bonos compensatorios de fin de conflicto. Desde el 1 de enero de 2008, la vida de los chilenos es casi un 6 % más cara debido a la inflación acumulada (7.8 %) y la refrigeración de los salarios (que en rigor aumentaron un 1.8 %.)

§ De este mismo modo, el Ministerio y la Dirección del Trabajo –donde se atrincheran las rémoras del “progresismo” concertacionista- emplea groseramente a la CUT –multisindical más numerosa del país, pero presa de la mañosa burocracia del reformismo obrero y sus expresiones orgánicas- como apéndice y extensión de sus políticas, más allá de los discursos accidentalmente insolentes de sus "dirigentes" cada Primero de Mayo.

§ Lo cierto es que en Chile aumenta sostenidamente el sector de trabajadores contratistas y subcontratistas (más del 70 % de la fuerza productiva y de servicios del país ya está tercerizada); en general, las mujeres ganan un tercio menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, y la línea de la pobreza está delimitada arbitrariamente en los $ 49 mil pesos; cifras, en general, que consolidan el funcionamiento de una democracia antipopular y una burguesía sin proyecto de desarrollo para el conjunto de la sociedad.

§ Estos números son los causantes del sideral endeudamiento de los chilenos, cuyo monto multiplica varias veces sus salarios, y demanda la distracción de alrededor de un 60 % de sus remuneraciones mensuales en pago de deudas. A lo anterior se agrega la costumbre patronal (multada en cifras ridículas por el Estado) de no cancelar las imposiciones de los asalariados, y el empeoramiento de las condiciones contractuales y laborales de los trabajadores. Al respecto, un 70 % de la fuerza laboral en Chile cambia de empleo (o de relación contractual) entre 3 y 4 veces al año.

§ Por su parte, la fuerza laboral ligada a la explotación de productos agrarios sufre condiciones laborales todavía peores que los trabajadores de las grandes ciudades. Su situación de obrero agrícola, empeora aún más en el llamado "sector temporero" donde los salarios son miserables y los trabajadores (normalmente mujeres y adolescentes) laboran en peligrosas condiciones de higiene y seguridad. Sólo marginalmente logran cristalizar sus demandas a través de una pequeña expresión sindical.

§ En la actualidad, los países capitalistas centrales, como efecto de la llamada “burbuja inmobiliaria” originada en Norteamérica, comienzan a vivir una crisis económica que ha pasado de una “desaceleración económica”, a una eventual recesión de dimensiones todavía insospechadas. Pese a la clásica “tendida de mano” y liquidez proporcionada por los bancos centrales de USA, la Unión Europea y Canadá, entre otros, a las entidades financieras en riesgo de quiebra, se transita de una crisis crediticia a una crisis de mercado. Resumidamente, se asiste a un proceso de contracción de la demanda de consumo de los norteamericanos (que representa el 72 % del crecimiento imperial) con inciertas consecuencias. Según los analistas de la propia burguesía, el enorme crecimiento de China (alrededor de un 12 %) ha ralentizado el despliegue de la crisis a escala mundial. Gran parte de la producción cuprífera chilena se exporta a los países asiáticos, y en especial a China. Sin embargo, un reflujo de los niveles de consumo de las grandes economías podría incidir en la demanda del cobre chileno, cuyos valores sometidos a la mundialización del capital financiero y especulativo importaría la crisis a un país tan frágil –aunque con importantes ahorros todavía- como Chile.

§ Durante el 2007, los trabajadores forestales, los subcontratistas del cobre, y otros múltiples sectores menos estratégicos para el capital, rompieron la paz de cementerio reinante en el país, realizando largas huelgas por reivindicaciones económicas, cuyas demandas políticas (renacionalización del cobre, por ejemplo) se diluyeron al no contar con un movimiento popular debidamente organizado. Sin embargo, los trabajadores -la clase que produce la riqueza de Chile- retoman paulatinamente su rol histórico tras el cual debe ordenarse el conjunto de rebeldías anticapitalistas y demandas multisectoriales del país. Si bien, aún están pendientes los compromisos “asumidos” por el gobierno en torno a la Ley de Subcontratación, el escenario de emergencias laborales parece reiniciar lentamente un nuevo ciclo de lucha de clases. Ante el pavor de la burguesía, hasta la iglesia católica ha denunciado las ominosas inequidades del modelo y propuesto un salario mínimo, incluso mayor que el negociado por la CUT de Martínez. Del mismo modo, el gobierno ha instalado una "Mesa de Equidad Social" y habla de pacto y cohesión social (acordados por los de arriba y sin pueblo) para "aligerar" la violencia de la explotación frente a eventuales movimientos de los de abajo que podrían espantar inversionistas y aminorar ganancias. En este sentido, el 2008 –año electoral, por lo demás- debería contemplar un período de pugnas más explícitas y extendidas, entre la lucha histórica entre el capital y el trabajo. Sobre todo ante un cuadro de alzas alimenticias y servicios básicos, congelamiento de salarios, desigualdades estructurales, eventual recesión económica, incertidumbre en el ámbito del transporte colectivo y condiciones subjetivas más alentadoras para el pueblo.

(Autores consultados: Alan Woods, Ted Grant, Carlitos Marx, Hugo Fazio, José Cademártori, Paul Wader, Noam Chomsky, Rafael Agasino, Vladimir Lenin, Leon Trotsky, Francois Chesnais, James Buchanan,Daniel Libreros, Ernest Mandel, Jonh Holloway.)

Una Plataforma de Lucha de los Trabajadores para el actual período

Durante el último tercio de 2007, un conjunto de dirigentes sindicales, trabajadores en lucha, y profesionales y militancia asociada al mundo laboral se ha entregado a la formación de un polo de trabajadores por el socialismo, ante la inexistencia de un espacio articulador que sea capaz de elaborar colectivamente un compacto de análisis y proyecciones desde el campo político anticapitalista, dirigido a los trabajadores llamados a intervenir de manera protagónica y creciente en las luchas contra la burguesía y sus expresiones. La presentación de este debate –cuya composición mestiza permanece abierta y en crecimiento, por necesidad y convicción- se materializa a través de reuniones permanentes y de la publicación mensual de “El Piquete de Huelga”.

El espacio en construcción se funda sobre dos ejes básicos: la independencia de la clase trabajadora –autonomía respecto de la burguesía y sus expresiones institucionales, el empresariado y el Estado- y el horizonte político de la edificación del socialismo en Chile. Es decir, en último término, la conquista de un gobierno de los trabajadores y el pueblo, la destrucción de las relaciones sociales y de poder dominantes, y la hegemonía de un proyecto político, ético, científico y estético fundado en la clase mayoritaria y sus maneras.

Considerando estos elementos, y teniendo clara la labor pendiente de un acabado análisis de la realidad material e ideológica que sostiene el actual estado de cosas, se aventuran aquí algunos puntos que podrían ser útiles como herramientas de lucha de los trabajadores en el actual período.

· A igual trabajo, igual salario. Esta demanda no sólo tiene sentido en el mundo del contratismo, el subcontratismo, el trabajo eventual y transitorio; sino que también en el ámbito de la mujer trabajadora y los inmigrantes.

· Establecimiento de un sueldo base que tienda a resolver las condiciones de vida de los trabajadores. En este sentido, la lucha por un sueldo base ajustado al precio de la vida, debe instalarse, por un lado, como manera central de enfrentar la creciente alza de las mercancías y servicios básicos, y por otra parte, como aspecto de negociación predominante ante la embestida patronal de su relativización y el acento en la parte “variable” de la renta, sobre todo en un país donde el 70 % se desempeña en áreas ligadas al sector terciario o de “servicios”.

· La precarización del empleo y la llamada “flexibilidad laboral” se expresan jurídicamente en las condiciones contractuales de los trabajadores. En este sentido, para cautelar la estabilidad del salario, es preciso demandar contratos indefinidos y reimponer la indemnización por años de servicio.

· Las alzas en la electricidad y en los alimentos de primera necesidad impactan negativamente en los salarios refrigerados de los trabajadores. La lucha por el término de las alzas está íntimamente ligada a las condiciones remuneracionales y laborales de la clase trabajadora.

· Fin a las prácticas antisindicales, a las llamadas “listas negras”, la criminalización de la lucha de los trabajadores, el derecho a huelga sin reemplazo de los trabajadores.

· Potenciación de una sindicalización masiva en clave socialista y con independencia de clase.

· Instalación de demandas asociadas a los Derechos Humanos, tanto en el ámbito de la memoria actualizada de las víctimas de la dictadura y la lucha por la verdad y la justicia de los trabajadores asesinados por el pinochetismo, como en el plano de los derechos sociales fundamentales de las personas (educación, salud, vivienda, previsión social, trabajo, medioambiente, tolerancia sexual, reconocimiento de las demandas históricas del pueblo mapuche). Al respecto, la acción y proyección renovadas por los Derechos Humanos en el siglo XXI deben ponerse a la altura de las actuales luchas de los trabajadores y el pueblo.

· Renacionalización del Cobre. En la actualidad, la explotación cuprífera y el precio del mineral rojo son el sostén predominante de la economía nacional. Sin embargo, casi el 70 % de su propiedad y explotación están en manos de corporaciones transnacionales. La lucha conjunta de los trabajadores y el pueblo por volver el cobre propiedad social son prioridad central a la hora de construir un proyecto de desarrollo nacional sustentable, y resorte para salir de la pobreza.

· Establecimiento de un nuevo Código del Trabajo, donde las expresiones organizadas de la clase tengan un peso cualitativamente sustantivo en su rediseño.

Se podría engrosar esta nómina de demandas de acuerdo a las reivindicaciones sectoriales de las distintas áreas del trabajo, pero se estima que para el actual período, la presente propuesta ya comporta las condiciones y punto de arranque necesarios para la unidad y lucha de los trabajadores.

Muchas tareas quedan pendientes. Sin embargo, estas propuestas, las fuerzas en construcción, la edificación de un proyecto y orgánicas políticas propias de los trabajadores y el pueblo serán las mandatadas a su constante evaluación y modificación de acuerdo a los diversos estadios de la lucha de clases orientadas políticamente hacia la emancipación definitiva de las mayorías nacionales.

POLO DE TRABAJADOR@S POR EL SOCIALISMO


· Bordeando la primera década del siglo XXI, el mundo transita un período signado por el predominio y la crisis mundial del imperialismo capitalista (norteamericano, europeo y asiático), en su brutal versión neoliberal, que permite el bienestar de un 20 % de la población mundial a costa de la explotación, empobrecimiento y miseria del 80 % de la humanidad, y que hoy pone en riesgo cierto la misma sobrevivencia del planeta.

· Hacia el año 2000, había oficialmente 22 millones de desempleados en los países capitalistas desarrollados (OCDE), sin considerar los cientos de millones de cesantes en África, Asia y América Latina. Lo que permitió al capitalismo, hasta los años 70, superar sus contradicciones fue el desarrollo del comercio mundial. Después de 1945, la dominación mundial de USA, dictada por la necesidad de impedir la revolución en Europa y Japón y contener el bloque soviético, les dio la oportunidad, mediante el tratado de Bretton Woods (acuerdo sobre tasas de intercambio), de obligar a las demás potencias imperialistas a disminuir las barreras arancelarias y eliminar obstáculos a la libre circulación de mercancías.

· Sin embargo, el período de crecimiento entre 1948 y 1973 terminó hace tiempo. El pleno empleo, el crecimiento de los niveles de vida y el Estado de bienestar son piezas del museo capitalista. Hoy la economía mundial es presa del estancamiento económico, la recesión y la crisis y destrucción creciente de las fuerzas productivas. En lugar de crear puestos de trabajo y aumentar la riqueza de la sociedad, los grandes monopolios están dedicando enormes recursos a la especulación en los mercados monetarios y financieros especulativos.

· La mundialización del capitalismo ha significado que casi dos tercios de la humanidad vivan lindando la barbarie. Enfermedades inofensivas con vacunaciones sencillas, como la diarrea y el sarampión, matan a siete millones de niños al año. Cien millones de niños viven en las calles.

· Una de las principales causas de la creciente pobreza del tercer mundo es el saqueo a gran escala de sus recursos a través del intercambio comercial y los tres billones de dólares de deuda externa con los grandes bancos occidentales. Según UNICEF, los pagos de la deuda han provocado que los ingresos del tercer mundo hayan caído un 25 %; el gasto sanitario, un 50 % y el gasto educativo, otro 25 %. En búsqueda de beneficios, las grandes multinacionales están arrasando el planeta. Cada año se destruyen cerca de cien mil kilómetros cuadrados de selva tropical. En el mundo, 450 millones de personas sufren malnutrición o mueren de hambre.

La Transnacionalización y la hegemonía mundial del Capital Financiero

§ Dos fenómenos caracterizan la mundialización financiera, modo hegemónico de desenvolvimiento del capitalismo contemporáneo: la desregulación del dólar y la separación entre flujos financieros y economía real.

§ La desregulación del dólar se impuso a inicio de los 70 y significó la privatización de la moneda internacional, es decir, la apropiación privada de los flujos financieros internacionales. El giro en el sistema financiero internacional (1971) con la desregulación del dólar, marca el inicio de la hegemonía del capital financiero y un cambio en las formas jurídicas de la acumulación y la circulación del capital a favor de los grupos privados transnacionales. Los grupos financieros son organizaciones capitalistas a gran escala, que combinan el negocio empresarial con el comercial y el crediticio. En su organización interna se dividen entre una sociedad matriz que controla los movimientos financieros de las sociedades filiales o “ejecutoras”, en función de la rentabilidad total del capital.

§ La desregulación del dólar opera como sinónimo de la pérdida de los Estados nacionales del monopolio de la administración de las divisas como inicio de la privatización de los activos financieros estatales. Esto importa la liquidación gradual del llamado “capital social” -capital resultado de intermediación financiera del Estado-, tanto en los mercados internos, como en el comercio exterior. La forma de “capital social” le permitía antes al Estado ser agente económico directo, garantizar la intervención económica y durante el Estado de bienestar, asumir parte del llamado “salario indirecto”, los costos laborales como la seguridad social, salud, educación que se pagaban en los presupuestos públicos.

§ La privatización de las divisas también comportó la liquidación paulatina del capital social-estatal. El keynesianismo fue derrotado porque la mundialización financiera fulminó el soporte económico sobre el cual se sustentaba.

§ La fórmula neoliberal considera que todo lo público, incluso el aire, los ríos, los océanos, pueden someterse a las reglas de la propiedad privada (en Chile este fenómeno es una realidad hace tiempo).

§ La mundialización financiera consiguió trasladar una parte importante del pago de salarios (capital variable) a la dimensión de la ganancia devenida del crédito. Este es el caso del salario diferido, es decir, el salario que no se le reconoce al trabajador de manera inmediata, sino que se difiere hasta que cumpla con requisitos de edad o tiempo de servicio. La mundialización financiera convirtió el salario diferido en flujo financiero (AFP’s en Chile), y hoy, los fondos de pensiones norteamericanos y europeos son determinantes en la inversión financiera transnacional.

§ En los 70, el capitalismo mundial resuelve disminuir el capital variable en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se evidencia una caída en el promedio internacional de las tasas de ganancia. Ello se ha confirmado como una tendencia para el período. La imposición de esta forma de acumulación se dirimió transitoriamente en la arena de la lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva de los trabajadores y el desmantelamiento del llamado Estado de bienestar, y producto de una derrota parcial de los trabajadores y el pueblo a escala internacional durante ese período.

§ El neoliberalismo requiere abaratar el trabajo. La crisis del fordismo (producción en cadena de mercancía con alto empleo de trabajadores) presionó a los capitalistas a depreciar el trabajo, a “flexibilizarlo”. El neoliberalismo es un nuevo modelo de acumulación, y una redefinición de las reglas del juego entre capital y trabajo, a favor del primero. El posfordismo es, en los hechos, precarización del trabajo, inestabilidad laboral, y posibilidad de desalojar trabajadores de manera permanente (características de la tercerización del trabajo en Chile).

§ El neoliberalismo es una forma de acumulación que utiliza al máximo las ventajas tecnológicas de la computación y la informática, combinándolas con la extensión de la jornada laboral, con el trabajo migrante en el universo desarrollado del capital, con el abaratamiento del salario femenino y el trabajo infantil.

§ Nuevamente se confirma una de las contradicciones centrales del funcionamiento del capital: aquella que se expresa entre la renovación técnica incesante de los procesos industriales, obligada por la competencia intercapitalista, y la necesidad de obtener ganancias extraordinarias, y la baja tendencial de la ganancia que esta tecnificación produce al desplazar trabajo vivo por trabajo muerto. Esta contradicción expresa los límites históricos del capitalismo; de una sociedad que preserva la apropiación individual de la riqueza, a pesar de que colectiviza y desarrolla al máximo las fuerzas productivas. La desindustrialización y el desempleo en el tercer mundo y en vastas capas del planeta no evidencia una crisis del trabajo o de la clase trabajadora; por el contrario, confirma las limitaciones históricas del funcionamiento de la ley valor.

§ Lo que aparece como división entre lo financiero y lo industrial en realidad corresponde al desplazamiento de la inversión industrial hacia la inversión financiera. La hegemonía del capital financiero fue uno de los resultados de la crisis del fordismo. La desregulación del dólar optimizó la ganancia financiera y obligó a los propios consorcios industriales a crear bancos e instituciones crediticias.

§ La actual hegemonía del capital financiero es la consecuencia inevitable de las contradicciones históricas de la acumulación capitalista, y obliga a centrar los empeños en la construcción de una política independiente y con un horizonte socialista de los trabajadores y el pueblo.


Chile

§ En el continente, Chile juega el papel paradigmático de la hegemonía del capital financiero y especulativo en la Región (entre enero y octubre de 2007, el sistema bancario obtuvo $ 834 mil millones de pesos de gananacia); y la reprivatización y explotación irracional de los recursos naturales del país (cobre, madera y productos del mar). Asimismo, el modelo de acumulación capitalista sostiene sus millonarias tasas de ganancias sobre la administración privada de los servicios básicos y la capitalización del ahorro del pueblo trabajador a través de las AFP's; la concentración monopólica de los medios de comunicación de masas; y la aniquilación y desmantelamiento sistemático de las organizaciones de la clase trabajadora y el pueblo.

§ La dictadura pinochetista impuso a sangre y fuego la refundación capitalista del país; y restableció la dominación, control, y administración sin contrapesos de los intereses de la minoría burguesa subordinada y fundida al capital extranjero. Los intereses imperialistas fueron repuestos en gloria y majestad en Chile, y fidedignamente se han implementado los mandatos político económicos provenientes del FMI , el Banco Mundial y la OMC –todas instituciones tuteladas por los intereses imperialistas, principalmente norteamericanos (el 49 % de las sedes corporativas de las principales multinacionales del mundo están en Estados Unidos; el 40% de la inversión transnacional en América Latina es norteamericana, y el 60 % se reparte en capitales europeos y asiáticos)-.

§ El actual crecimiento económico del Chile se explica, entre otros factores menos relevantes, fundamentalmente, por el alto precio del cobre, sustentado en su gran demanda asiática (sobre todo, China).

§ El término pactado por arriba, producto de la presión desde abajo, de la dictadura pinochetista sólo comportó una readecuación del escenario político, garantizando algunas libertades civiles y la democracia formal de las elecciones generales, manteniendo incólume los intereses y procedimientos de acumulación y control social de la clase entronizada en el poder; modificando cosméticamente aspectos de la Constitución del 80, y creando, en el tiempo, una casta de nuevos ricos al amparo del Estado –demoliberales y de retórica antidictatorial-.

§ El modelo de reproducción capitalista inaugurado a mediados de los 70 del siglo pasado, y hoy perfeccionado, legitimado y administrado por la Concertación de Partidos por la Democracia , sólo ha profundizado la diferencia de clases que ha convertido a Chile en uno de los países más desiguales del mundo (entre las 15 naciones de peor distribución del ingreso del planeta). El 60 % de los chilenos sobrevive con menos de $ 82 mil pesos mensuales, en tanto el producto por habitante es cuatro veces mayor. De 1990 al 2005, la brecha entre el 5 % más privilegiado de la sociedad respecto del 5 % más pobre, aumentó de 110 a 220 veces. Los estándares educativos son extraordinariamente deficitarios (de paso, destruyendo el mito burgués de la educación como vehículo de movilidad social, y proletarizando a la marginalidad social juvenil mediante los 12 años de escolaridad obligatoria); existe una insuficiente e ineficiente salud pública (donde se atiende el 80 % de los chilenos); hay crisis de la vivienda y creciente demanda de los derechos sociales básicos insatisfechos. La tasa de cesantía entre los trabajadores jóvenes oscila entre el 15 % y 20 %, y Santiago es la séptima ciudad del mundo donde más horas se trabaja.

· El pan corriente subió entre enero y septiembre de 2007, de $ 623 a $ 733 pesos, más o menos un 17 %. El arroz, durante el mismo período, ha aumentado en un 13 %, los tallarines en un 8,2 %, la carne molida en un 6 % por ciento, la merluza en un 11 % por ciento, el pollo en un 16 % y los huevos en un 21 %. La leche aumentó un 51 %, el queso en un 55 %, la mantequilla un 20 % y el café en un 10 %. Las papas han subido un 95 % y las cebollas un 130 %. Otros bienes básicos son los medicamentos. Durante el año 2007 los analgésicos subieron un 5 %, los antibióticos un 28 %, los antitusivos y broncodilatadores un 5 % y los tranquilizantes un 41 %. El agua potable aumentó un 5,4 %, el gas-ciudad un 13,3 % y la electricidad, en los primeros meses de 2008, llegará a un 50 % más.

· Asimismo, por arriba, el poder criminaliza y reprime “a la antigua” la movilización social y laboral, las demandas históricas del pueblo mapuche, y emplea como mano de obra barata la fuerza de trabajo femenina, adolescente e inmigrante.

· En el país, los grupos económicos más poderosos y diversificados son los Angelini, Luksic y Matte, cuyos capitales puestos en la explotación cuprífera, forestal, pesquera, industrial, eléctrica y portuaria, se convierten, en un mismo movimiento, en capital financiero a través de la propiedad de bancos y entidades financieras de crédito y colocaciones, como el Banco Chile, BICE y otros. Es decir, los patrones de Chile, cuyos capitales hace tiempo están transnacionalizados, han hegemonizado sus intereses y diversificado sus propiedades. Esto quiere decir, por ejemplo, que los trabajadores que luchan por mejoras laborales en la empresa de cables de cobre Nexans, y los empleados del Banco Chile que resisten el despido ante la fusión con el Citigroup, en distintos lugares y funciones, y contra distintas formas contractuales y jurídicas, están negociando con el mismo grupo Luksic, con el mismo patrón.

§ El actual Código del Trabajo resulta extremadamente antipopular, obstruye la sindicalización (más allá de la propaganda hipócritamente insuficiente), cuya realidad habla de que sólo un 7 % de la fuerza laboral chilena (es decir, menos de 500 mil trabajadores de un universo de cerca de 7 millones) está capacitada jurídicamente para negociar colectivamente sus condiciones de trabajo, lo cual, en los hechos, se reduce a tratar de actualizar el poder adquisitivo de quienes negocian y obtener insignificantes bonos compensatorios de fin de conflicto. Desde el 1 de enero de 2008, la vida de los chilenos es casi un 6 % más cara debido a la inflación acumulada (7.8 %) y la refrigeración de los salarios (que en rigor aumentaron un 1.8 %.)

§ De este mismo modo, el Ministerio y la Dirección del Trabajo –donde se atrincheran las rémoras del “progresismo” concertacionista- emplea groseramente a la CUT –multisindical más numerosa del país, pero presa de la mañosa burocracia del reformismo obrero y sus expresiones orgánicas- como apéndice y extensión de sus políticas, más allá de los discursos accidentalmente insolentes de sus "dirigentes" cada Primero de Mayo.

§ Lo cierto es que en Chile aumenta sostenidamente el sector de trabajadores contratistas y subcontratistas (más del 70 % de la fuerza productiva y de servicios del país ya está tercerizada); en general, las mujeres ganan un tercio menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, y la línea de la pobreza está delimitada arbitrariamente en los $ 49 mil pesos; cifras, en general, que consolidan el funcionamiento de una democracia antipopular y una burguesía sin proyecto de desarrollo para el conjunto de la sociedad.

§ Estos números son los causantes del sideral endeudamiento de los chilenos, cuyo monto multiplica varias veces sus salarios, y demanda la distracción de alrededor de un 60 % de sus remuneraciones mensuales en pago de deudas. A lo anterior se agrega la costumbre patronal (multada en cifras ridículas por el Estado) de no cancelar las imposiciones de los asalariados, y el empeoramiento de las condiciones contractuales y laborales de los trabajadores. Al respecto, un 70 % de la fuerza laboral en Chile cambia de empleo (o de relación contractual) entre 3 y 4 veces al año.

§ Por su parte, la fuerza laboral ligada a la explotación de productos agrarios sufre condiciones laborales todavía peores que los trabajadores de las grandes ciudades. Su situación de obrero agrícola, empeora aún más en el llamado "sector temporero" donde los salarios son miserables y los trabajadores (normalmente mujeres y adolescentes) laboran en peligrosas condiciones de higiene y seguridad. Sólo marginalmente logran cristalizar sus demandas a través de una pequeña expresión sindical.

§ En la actualidad, los países capitalistas centrales, como efecto de la llamada “burbuja inmobiliaria” originada en Norteamérica, comienzan a vivir una crisis económica que ha pasado de una “desaceleración económica”, a una eventual recesión de dimensiones todavía insospechadas. Pese a la clásica “tendida de mano” y liquidez proporcionada por los bancos centrales de USA, la Unión Europea y Canadá, entre otros, a las entidades financieras en riesgo de quiebra, se transita de una crisis crediticia a una crisis de mercado. Resumidamente, se asiste a un proceso de contracción de la demanda de consumo de los norteamericanos (que representa el 72 % del crecimiento imperial) con inciertas consecuencias. Según los analistas de la propia burguesía, el enorme crecimiento de China (alrededor de un 12 %) ha ralentizado el despliegue de la crisis a escala mundial. Gran parte de la producción cuprífera chilena se exporta a los países asiáticos, y en especial a China. Sin embargo, un reflujo de los niveles de consumo de las grandes economías podría incidir en la demanda del cobre chileno, cuyos valores sometidos a la mundialización del capital financiero y especulativo importaría la crisis a un país tan frágil –aunque con importantes ahorros todavía- como Chile.

§ Durante el 2007, los trabajadores forestales, los subcontratistas del cobre, y otros múltiples sectores menos estratégicos para el capital, rompieron la paz de cementerio reinante en el país, realizando largas huelgas por reivindicaciones económicas, cuyas demandas políticas (renacionalización del cobre, por ejemplo) se diluyeron al no contar con un movimiento popular debidamente organizado. Sin embargo, los trabajadores -la clase que produce la riqueza de Chile- retoman paulatinamente su rol histórico tras el cual debe ordenarse el conjunto de rebeldías anticapitalistas y demandas multisectoriales del país. Si bien, aún están pendientes los compromisos “asumidos” por el gobierno en torno a la Ley de Subcontratación, el escenario de emergencias laborales parece reiniciar lentamente un nuevo ciclo de lucha de clases. Ante el pavor de la burguesía, hasta la iglesia católica ha denunciado las ominosas inequidades del modelo y propuesto un salario mínimo, incluso mayor que el negociado por la CUT de Martínez. Del mismo modo, el gobierno ha instalado una "Mesa de Equidad Social" y habla de pacto y cohesión social (acordados por los de arriba y sin pueblo) para "aligerar" la violencia de la explotación frente a eventuales movimientos de los de abajo que podrían espantar inversionistas y aminorar ganancias. En este sentido, el 2008 –año electoral, por lo demás- debería contemplar un período de pugnas más explícitas y extendidas, entre la lucha histórica entre el capital y el trabajo. Sobre todo ante un cuadro de alzas alimenticias y servicios básicos, congelamiento de salarios, desigualdades estructurales, eventual recesión económica, incertidumbre en el ámbito del transporte colectivo y condiciones subjetivas más alentadoras para el pueblo.

(Autores consultados: Alan Woods, Ted Grant, Carlitos Marx, Hugo Fazio, José Cademártori, Paul Wader, Noam Chomsky, Rafael Agasino, Vladimir Lenin, Leon Trotsky, Francois Chesnais, James Buchanan,Daniel Libreros, Ernest Mandel, Jonh Holloway.)

Una Plataforma de Lucha de los Trabajadores para el actual período

Durante el último tercio de 2007, un conjunto de dirigentes sindicales, trabajadores en lucha, y profesionales y militancia asociada al mundo laboral se ha entregado a la formación de un polo de trabajadores por el socialismo, ante la inexistencia de un espacio articulador que sea capaz de elaborar colectivamente un compacto de análisis y proyecciones desde el campo político anticapitalista, dirigido a los trabajadores llamados a intervenir de manera protagónica y creciente en las luchas contra la burguesía y sus expresiones. La presentación de este debate –cuya composición mestiza permanece abierta y en crecimiento, por necesidad y convicción- se materializa a través de reuniones permanentes y de la publicación mensual de “El Piquete de Huelga”.

El espacio en construcción se funda sobre dos ejes básicos: la independencia de la clase trabajadora –autonomía respecto de la burguesía y sus expresiones institucionales, el empresariado y el Estado- y el horizonte político de la edificación del socialismo en Chile. Es decir, en último término, la conquista de un gobierno de los trabajadores y el pueblo, la destrucción de las relaciones sociales y de poder dominantes, y la hegemonía de un proyecto político, ético, científico y estético fundado en la clase mayoritaria y sus maneras.

Considerando estos elementos, y teniendo clara la labor pendiente de un acabado análisis de la realidad material e ideológica que sostiene el actual estado de cosas, se aventuran aquí algunos puntos que podrían ser útiles como herramientas de lucha de los trabajadores en el actual período.

· A igual trabajo, igual salario. Esta demanda no sólo tiene sentido en el mundo del contratismo, el subcontratismo, el trabajo eventual y transitorio; sino que también en el ámbito de la mujer trabajadora y los inmigrantes.

· Establecimiento de un sueldo base que tienda a resolver las condiciones de vida de los trabajadores. En este sentido, la lucha por un sueldo base ajustado al precio de la vida, debe instalarse, por un lado, como manera central de enfrentar la creciente alza de las mercancías y servicios básicos, y por otra parte, como aspecto de negociación predominante ante la embestida patronal de su relativización y el acento en la parte “variable” de la renta, sobre todo en un país donde el 70 % se desempeña en áreas ligadas al sector terciario o de “servicios”.

· La precarización del empleo y la llamada “flexibilidad laboral” se expresan jurídicamente en las condiciones contractuales de los trabajadores. En este sentido, para cautelar la estabilidad del salario, es preciso demandar contratos indefinidos y reimponer la indemnización por años de servicio.

· Las alzas en la electricidad y en los alimentos de primera necesidad impactan negativamente en los salarios refrigerados de los trabajadores. La lucha por el término de las alzas está íntimamente ligada a las condiciones remuneracionales y laborales de la clase trabajadora.

· Fin a las prácticas antisindicales, a las llamadas “listas negras”, la criminalización de la lucha de los trabajadores, el derecho a huelga sin reemplazo de los trabajadores.

· Potenciación de una sindicalización masiva en clave socialista y con independencia de clase.

· Instalación de demandas asociadas a los Derechos Humanos, tanto en el ámbito de la memoria actualizada de las víctimas de la dictadura y la lucha por la verdad y la justicia de los trabajadores asesinados por el pinochetismo, como en el plano de los derechos sociales fundamentales de las personas (educación, salud, vivienda, previsión social, trabajo, medioambiente, tolerancia sexual, reconocimiento de las demandas históricas del pueblo mapuche). Al respecto, la acción y proyección renovadas por los Derechos Humanos en el siglo XXI deben ponerse a la altura de las actuales luchas de los trabajadores y el pueblo.

· Renacionalización del Cobre. En la actualidad, la explotación cuprífera y el precio del mineral rojo son el sostén predominante de la economía nacional. Sin embargo, casi el 70 % de su propiedad y explotación están en manos de corporaciones transnacionales. La lucha conjunta de los trabajadores y el pueblo por volver el cobre propiedad social son prioridad central a la hora de construir un proyecto de desarrollo nacional sustentable, y resorte para salir de la pobreza.

· Establecimiento de un nuevo Código del Trabajo, donde las expresiones organizadas de la clase tengan un peso cualitativamente sustantivo en su rediseño.

Se podría engrosar esta nómina de demandas de acuerdo a las reivindicaciones sectoriales de las distintas áreas del trabajo, pero se estima que para el actual período, la presente propuesta ya comporta las condiciones y punto de arranque necesarios para la unidad y lucha de los trabajadores.

Muchas tareas quedan pendientes. Sin embargo, estas propuestas, las fuerzas en construcción, la edificación de un proyecto y orgánicas políticas propias de los trabajadores y el pueblo serán las mandatadas a su constante evaluación y modificación de acuerdo a los diversos estadios de la lucha de clases orientadas políticamente hacia la emancipación definitiva de las mayorías nacionales.

POLO DE TRABAJADOR@S POR EL SOCIALISMO

Andrés Figueroa Cornejo

jueves, 10 de enero de 2008

La reforma previcional;una nueva estafa contra el pueblo trabajador

CHILE: LA REFORMA PREVISIONAL ; UNA NUEVA ESTAFA CONTRA EL PUEBLO TRABAJADOR

Menos de dos horas le tomó al Senado votar la imposibilidad de los bancos de ingresar al negocio de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP’s), propuesta gubernamental que tenía como propósito que el Banco Estado pudiera crear la AFP Estado , cuyas modalidades –teóricamente- se distanciaran de alguna manera de la usura sideral que la previsión administrada por privados impone a los chilenos que cotizan.
Sin embargo, lo que el conjunto de los trabajadores desconoce es que hace mucho tiempo que la banca y los conglomerados financieros han extendido sus intereses y capitales a las AFP’s.
La principal AFP, Provida, está asociada al Banco BBWA y la Cámara Chilena de la Construcción ; la AFP Habitat al Citibank; la AFP Bansander al Grupo Santader (institución que concentra las mayores tasas de ganancias del sistema financiero); La AFP Cuprum al Grupo Pentam; la AFP Santa María a ING Group; y la AFP PLanVital a la Banca de la Svizzeri Italiana. Y allí termina el modelo de fondos de pensiones impuesto por el equipo económico pinochetista capitaneado por José Piñera (hermano del dueño del Partido Renovación Nacional, Sebastián Piñera, precandidato a la presidencia de la República y uno de los personajes más millonarios de Chile) en 1981. Para aniquilar el antiguo sistema de pensiones, imperfecto, pero fundado en la solidaridad y mucho más justo que el actual, la dictadura empleó la persuasión de las armas y la rebaja en las cotizaciones del ahorro forzoso. De golpe, terminó un sistema tripartito fundado en aportes de los trabajadores, el Estado y los empleadores, y en la solidaridad dictada por el sentido común de que los trabajadores jóvenes colaborarán con la previsión social de aquella fuerza laboral en retiro, y se implementó la capitalización individual. Ello significó una nueva victoria de la oligarquía y el capital financiero especulativo, en un inmejorable contexto dictatorial y sin pueblo informado y organizado.


APENAS EL 11 % DE LOS TRABAJADORES COTIZA TODO EL AÑO


En la actualidad, alrededor de un 80 % de los adultos mayores y más del 90 % de los mayores de 70 años está cubierto con algún tipo de pensión –extraordinariamente miserable- con recursos públicos. Tanto el Gobierno como la propia Asociación de AFP’s han admitido que la mitad de los afiliados al sistema no alcanzará a ahorrar en su cuenta individual lo mínimo para alcanzar siquiera una pensión básica.
El 96.5 % de los afiliados a las AFP’s se declaran trabajadores dependientes. No obstante, en promedio cotizan 5 meses por año y 4.5 en el caso de las mujeres. Los asalariados estables, que cotizan todo el año, llegan apenas al 11 % del total.
La votación del Senado, obviamente, apunta a obstruir la creación de una AFP estatal, lo que, en rigor, además de eventualmente, bajar la tasa de comisiones –uno de los sostenes de la rentabilidad del negocio- no garantiza mucho mejores condiciones bajo un modelo basado en la aniquilación de las regulaciones fiscales y la privatización de todo (en realidad, sólo queda vender el 30 % de la propiedad del cobre que resta de la antigua e histórica nacionalización de 1971; y la mitad de la Empresa Nacional del Petróleo).

EL VÍNCULO INCESTUOSO ENTRE EL CAPITAL FINANCIERO Y LAS AFP’s

Ante la votación del Senado, realizada una vez más a espaldas del pueblo, el Presidente de la Asociación de AFP, Guillermo Arthur, naturalmente, valoró que el Senado rechazara el “ingreso de los bancos al sistema previsional”, pues consideró que así “se fortalece el giro único.” Al respecto, el Secretario General de la Confederación de Trabajadores Bancarios, Luis Mesina, informó que “Arthur es parte del Grupo financiero Santander. El argumento de cautelar el giro único es sólo una formalidad peregrina al lado de la estrategia general del capital financiero de fortalecer la relación íntima entre la banca y el negocio de las AFP’s.”

ALGUNOS EJEMPLOS DE PAÍSES VECINOS


Más allá de las deficiencias que de todos modos comportaría una AFP estatal en Chile (por resultar un sistema de genética antipopular y cuyo único objetivo es la ganancia), en América del Sur, las naciones del Río de la Plata cuentan con empresas previsionales estatales. En Uruguay existe la AFP República , perteneciente a los bancos estatales, de previsión social y seguros, que administra el 52.2 % del mercado, con comisiones más bajas que las otras cuatro administradoras privadas. En Argentina, hay una administradora estatal Banco de La Nación , con un 12.5 % del mercado y que cobra comisiones inferiores al promedio, aunque no es la de menor costo. En Bolivia se presentan AFP’s de propiedad mixta.


$ 60 MIL PESOS PARA LOS JUBILADOS POBRES


Lo anterior es parte del paquete de reformas previsionales propiciado por el gobierno de Bachelet, que convino por arriba, en sus aspectos medulares una pensión básica a todos los chilenos de 65 años de edad y pertenecientes a las franjas más pobres de la cartografía social del Chile de $ 60 mil pesos (4 dólares diarios en un país donde el arriendo de una vivienda promedio vale 6 dólares al día); instituciones de atención previsional, la incorporación gradual de los trabajadores independientes al sistema y un bono único por cada hijo nacido.


HACIA UN PROYECTO DE SEGURIDAD SOCIAL AUTÉNTICO

El dirigente de los trabajadores bancarios de Chile, Luis Mesina, al enterarse de los resultados de la discusión y resolución senatorial enfatizó que “el gobierno y el sistema de partidos políticos no tienen la voluntad política para establecer una auténtica política de seguridad social. La reforma previsional, finalmente, sólo blinda los intereses oligopólicos en manos de compañías transnacionales que están tras las AFP’s, cuando lo que urge es discutir democráticamente, con los trabajadores, un proyecto de seguridad social que garantice una vejez digna luego de haber laborado toda la vida.”
Esta nueva situación no hace más que confirmar la trama profunda que digita al bloque en el poder (Concertación y Alianza por Chile), indistintamente, donde la Presidenta Bachelet y el poder legislativo son simples conductores y expresión de los intereses del capital y la clase minoritaria. El segundo tiempo del cuarto gobierno de la Concertación , más allá de los “cambios” de gabinete (los mismos en otros cargos), los discursos pseudo populistas en vísperas de las elecciones municipales de fines de 2008, y donde el 5 % más rico de la población obtiene un ingreso 220 superior al 5 % más pobre, revela una vez más, su contenido burgués, meramente administrativo y en creciente estado de crisis.


Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo

Enero 10 de 2008

lunes, 7 de enero de 2008

Ante la fusiòn de citigoup y la empresa finaciera..

Ante fusión entre el Citigroup y la empresa financiera del Grupo Luksic
DESCONTENTO LABORAL CON PLAN DE DESVINCULACIÓN DEL BANCO CHILE
Y aún se desconoce la cantidad de cesantes que provocará la concentración de capitales financieros.

Ya fue presentado a los trabajadores del Banco Chile el Plan de Desvinculación impuesto por la gerencia ante la fusión en curso de esa casa bancaria con el Citigroup.
Al respecto, el Sindicato Número 1 del Chile se refirió a cada uno de los aspectos que contempla el sistema de los futuros despidos que deberá enfrentar la fuerza laboral de la empresa.
El Presidente del Sindicato, Mario Ruiz, indicó que ante la indemnización adicional planteada por el banco, “de un total de 12 mil trabajadores (Chile-Citi), sólo existen 125 funcionarios mayores de 60 años –hombres- y 55 años –mujeres- que tienen rentas inferiores a $ 800 mil pesos mensuales (mil cuatrocientos dólares). Por lo que el tramo de indemnización de un 40 % adicional señalado por el empleador, representa únicamente un 1.04 % del total de empleados.”
En relación a la indemnización por años de servicio, sin bien no hay tope, “es similar a la fusión realizada el 2002 entre el Banco Edwards y el Chile”. En cuanto a la indemnización mínima garantizada, “esta es menor a la fusión anterior, donde se estipuló en $ 1 millón de pesos. Hoy, sólo se garantiza $ 710 mil pesos, muy por debajo de lo negociado hace unos años”, aseguró Ruiz.
Tanto en el ámbito del mes de aviso previo, como del seguro de salud, la asesoría previsional y el apoyo a la reinserción laboral (Outplacement), las condiciones son similares a la fusión con el Edwards.

EVENTUAL DEMANDA CONTRA LA EMPRESA BANCARIA

Mario Ruiz afirmó que “por ser un hecho provocado por el empleador, no corresponde legalmente la desvinculación. En una eventual demanda se podría ganar una indemnización adicional de un 80 % a un 100 %.”
El dirigente sindical informó que el Banco Chile recibirá 130 millones de dólares por la venta de sus sucursales en Estados Unidos.
“Fue esta la cifra que manejaba Andróniko Luksic (propietario del Chile y de buena parte de Chile) en agosto de 2007, momento en que nos manifestó que la venta de las oficinas de Nueva York y Miami no se tenían contempladas, por lo tanto, dinero habría de sobra para compensar a los trabajadores por la fusión a través de un Bono de Fusión o de un Incremento de Renta”.
Ruiz enfatizó que el Plan de salida “no es mejor que el de la fusión Chile-Edwards y en varios puntos es menor; se castiga a las rentas mayores con menores indemnizaciones; y se entrega un seguro de salud a los empleados que quedarán cesantes, pero se les condiciona al pago de un deducible.”


LLAMADO A LA UNIDAD Y LA SINDICALIZACIÓN MASIVA

El presidente de los trabajadores organizados del Banco Chile dijo que “las condiciones alcanzadas durante la fusión Chile-Edwards el 2002, se obtuvieron en virtud a la unión de los sindicatos. Ahora no existió la voluntad conjunta para hacer lo mismo. Este hecho fue aprovechado por el Gerente General del Chile, Fernando Cañas para imponer un Plan de Desvinculación, sin otorgar ningún derecho a negociar.”
Mario Ruiz indicó que en el actual proceso de fusión financiera “no se ha reconocido la mayor carga de trabajo que significa para los trabajadores. Se han debido asumir mayores funciones con la incorporación de nuevos productos, atendiendo a más clientes, y tolerando una mayor presión.”
El dirigente puntualizó que “no existe voluntad de hacer parte a los trabajadores en todos los procesos que vive el banco, tanto laborales, como compensatorios”, e hizo un llamado al conjunto de los empleados a la unidad y a la sindicalización masiva “para poder ejercer efectivamente el derecho a mejorar nuestras condiciones contractuales en la próxima negociación colectiva de este año, con el objetivo de disminuir la brecha entre las altísimas utilidades obtenidas por el Banco Chile en los últimos años, y los bajos sueldos que percibimos los trabajadores”
Ruiz lamentó que “la fusión no sea la alegría que nosotros esperábamos como trabajadores del nuevo Banco Chile.” Y eso que todavía se desconoce la cantidad de despidos que comportará la concentración de las dos entidades financieras.

LA HEGEMONÍA DEL CAPITAL FINANCIERO

El sistema bancario chileno, entre enero y octubre de 2007, obtuvo $ 834 mil millones de pesos (1.600 millones de dólares), y es una de las áreas económicas con más altas utilidades del país, junto al cobre y la explotación forestal, marina y energética.
Desde mediados de los 70, la hegemonía del capital financiero en Chile, ha asociado metálicamente a la burguesía nativa con el capital transnacional, por una parte, y al capital productivo con el especulativo, por otra. El Grupo Luksic es uno de los tres holdings oligárquicos más poderos del país, y su fusión con el Citigroup destruirá fuerzas productiva y multiplicará ganancias.
Si es que los ecos la nueva crisis del capital especulativo originada por la llamada “burbuja inmobiliaria” en Usamérica, no replican con fuerzas en el corto a mediano plazo en el modelo económico chileno, superdependiente de la economía mundial.

Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
Enero 7 de 2008

domingo, 6 de enero de 2008

Transnacionalizaciòn y hemonìa del capital financiero

SEGUNDA PARTE: TRANSNACIONALIZACIÓN Y HEGEMONÍA DEL CAPITAL FINANCIERO

§ Dos fenómenos caracterizan la mundialización financiera, modo hegemónico de desenvolvimiento del capitalismo contemporáneo: la desregulación del dólar y la separación entre flujos financieros y economía real.
§ La desregulación del dólar de oficializó a inicio de los 70 y significó la privatización de la moneda internacional, es decir, la apropiación privada de los flujos financieros internacionales. El giro en el sistema financiero internacional (1971) con la desregulación del dólar, no sólo marca el inicio de la hegemonía del capital financiero, sino ante todo, un cambio en las formas jurídicas de la acumulación y la circulación del capital a favor de los grupos privados transnacionales. Los grupos financieros son organizaciones capitalistas a gran escala, que combinan el negocio empresarial con el comercial y el crediticio. En su organización interna se dividen entre una sociedad matriz que controla los movimientos financieros de las sociedades filiales o “ejecutoras”, en función de la rentabilidad total del capital.
§ La desregulación del dólar opera como sinónimo de la pérdida de los Estados nacionales del monopolio de la administración de las divisas como inicio de la privatización de los activos financieros estatales. Esto significa la liquidación paulatina del llamado “capital social”, capital resultado de intermediación financiera del Estado, tanto en los mercados internos, como en el comercio exterior. Esta forma de capital “desmercantilizado” le permitía antes al Estado ser agente económico directo, garantizar la intervención económica y durante el Estado de bienestar, asumir parte del llamado “salario indirecto”, los costos laborales como la seguridad social, salud, educación que se pagaban en los presupuestos públicos.
§ La privatización de las divisas también comportó la liquidación gradual del capital social-estatal. El keynesianismo fue derrotado porque la mundialización financiera erosionó la base económica sobre la cual se sustentaba.
§ Este fenómeno condujo a la liberalización financiera, a la comercialización de los bienes públicos, a la mercantilización de los mismos, a la expansión ilimitada de la ley del valor, la cual, tal y como lo demostró Carlitos Marx, es la que explica “en última instancia” el movimiento de la sociedad capitalista.
§ La liberalización financiera fue una determinación política tomada por los gobiernos de Tatcher y Reagan en el inicio de los 80.
§ Las diferencias importantes entre el liberalismo económico de corte clásico (Smith y Ricardo) y el actual neoliberalismo pregonado por los tecnócratas del capital, se encontraría en el desconocimiento de los clásicos de la economía de las posibilidades de comercialización de los bienes públicos. Esto se observa en la concesión de carreteras, privatización de las empresas de servicios públicos locales y la creación de un “mercado social” para la salud y la educación.
§ La fórmula neoliberal también considera que todo lo público, el aire, los ríos, los océanos, pueden someterse a las reglas de la propiedad privada (en Chile este fenómeno es una realidad hace tiempo).
§ La mundialización financiera consiguió trasladar una parte importante del pago de salarios (capital variable) a la esfera de la ganancia-crédito. Este es el caso del salario diferido, es decir, el salario que no se le reconoce al trabajador de manera inmediata, sino que se difiere hasta que cumpla con requisitos de edad o tiempo de servicio. La mundialización financiera convirtió el salario diferido en flujo financiero (AFPs en Chile), y hoy, los fondos de pensiones norteamericanos y europeos son decisivos en la inversión financiera transnacional.
§ En los 70, el capitalismo mundial decide reducir el capital variable en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se evidencia una caída en el promedio internacional de las tasas de ganancia. Ello se ha confirmado como una tendencia para el período. La imposición de esta forma de acumulación se resolvió en la arena de la lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva de los trabajadores y el desmonte del llamado Estado de bienestar, y producto de una derrota parcial de los trabajadores y las poblaciones a escala internacional durante ese período.
§ El neoliberalismo requiere abaratar el trabajo. La crisis del fordismo, presionó a los capitalistas a depreciar el trabajo, a “flexibilizarlo”. El neoliberalismo no es sólo un nuevo modelo de acumulación, sino también una redefinición de las reglas del juego entre capital y trabajo, a favor del primero. El posfordismo es, ante todo, precarización del trabajo, inestabilidad laboral, abre la posibilidad de desalojar trabajadores de manera permanente (características de la tercerización del trabajo en Chile).
§ El neoliberalismo combina plusvalía absoluta con plusvalía relativa; es una forma de acumulación que utiliza al máximo las ventajas tecnológicas de la computación y la informática, combinándolas con la extensión de la jornada laboral, con el trabajo migrante en el universo desarrollado del capital, con el abaratamiento del salario femenino, el trabajo infantil.
§ Nuevamente se confirma una de las contradicciones centrales del funcionamiento del capital analizadas por Carlitos: aquella que se expresa entre la renovación técnica incesante de los procesos industriales, obligada por la competencia intercapitalista, y la necesidad de obtener ganancias extraordinarias, y la baja tendencial de la ganancia que esta tecnificación produce al desplazar trabajo vivo por trabajo muerto. Esta contradicción manifiesta también los límites históricos del capitalismo, de una sociedad que preserva la apropiación individual de la riqueza, a pesar de que colectiviza y desarrolla al máximo las fuerzas productivas. La desindustrialización y el desempleo en el Tercer Mundo y en vastas capas del planeta no evidencia una crisis del trabajo o de la clase obrera; por el contrario, confirma las limitaciones históricas del funcionamiento de la ley valor.
§ Lo que aparece como separación entre lo financiero y lo industrial no es otra cosa que el desplazamiento de la inversión industrial hacia la inversión financiera. La hegemonía del capital financiero fue uno de los resultados de la crisis del fordismo. La desregulación del dólar optimizó la ganancia financiera y obligó a los propios consorcios industriales a crear bancos e instituciones crediticias.
§ Aceptar que la actual hegemonía del capital financiero es la consecuencia inevitable de las contradicciones históricas de la acumulación capitalista, obliga a centrar los empeños en la construcción de una política independiente de los trabajadores.
§ La financiarización exige un monto mayor de plusvalía absoluta al exigido por la baja en la tasa de ganancia industrial, agravando las difíciles condiciones laborales y salariales de los trabajadores. Hoy, los países que logran mayores incrementos en el PIB son aquellos donde el trabajo es más precarizado, incluso en el Primer Mundo. El incremento del PIB en USA durante la última década del siglo XX se explica en gran medida por el abaratamiento del trabajo; con lo que hoy se pagan 4 trabajadores norteamericanos, en los 80 se pagaba a un trabajador.
§ El posfordismo recupera para el capital el mando, cuestionado en su momento por la negociación colectiva, en la toma de decisiones y en la totalidad espacial de las empresas. La lucha de clases explica el cambio en los métodos de trabajo. El neoliberalismo expresa en el plano internacional una correlación de fuerzas a favor del capital.
§ La mundialización capitalista es desigual; homogeiniza la circulación financiera, pero aumenta las desigualdades productivas entre los países. En la fase imperialista inicial, la exportación de capitales focalizó la inversión en la rama de las materias primas; las crisis del 30 permitió la industrialización parcial del Tercer Mundo.
§ En la actualidad, la división internacional del trabajo viene cambiando. El neoliberalismo intentó, con la reestructuración empresarial posfordista, no sólo recuperar la tasa de ganancia, sino igualmente, salir de una reseción internacional oficializada desde 1973, sin que hasta ahora, haya logrado ese cometido. El promedio de crecimiento del PIB mundial en los 90 fue de 3 % mientras que en los “años gloriosos” del boom de la posguerra este mismo promedio llegó a estar en el 10 %. La financiarización permitió canalizar el “capital ocioso” que dejó la reducción de la inversión productiva, pero, dada las transformaciones en el sistema financiero internacional, terminó imponiendo condiciones al conjunto de la acumulación capitalista, limitando, aún más, las posibilidades de recuperación del ciclo económico declinante. Desempleo generalizado y reducción de la inversión empresarial, son resultado de una “crisis de sobreproducción” internacional. La crisis bloqueó el comercio internacional a los países del Tercer Mundo en los inicios de la década de los 70, dando inicio al período de endeudamiento externo, particularmente en las ramas de la producción que habían realizado una reestructuración tecnológica para incrementar exportaciones, colocando en una encrucijada al modelo de sustitución de importaciones. La participación de las regiones subdesarrolladas en el comercio mundial caen por efecto de las desigualdades en la productividad media. Esta es la base del intercambio desigual.
§ La transferencia masiva de capitales del sur hacia el norte a título de pago de la deuda externa erosionó la base productiva resultado de la industrialización parcial conseguida con la “sustitución de importaciones”, especialmente en América Latina.
§ Las reformas estructurales exigidas por las políticas de ajuste del FMI estabilizaron a inicios de los 90, un modelo económico que favoreció el ingreso de capitales especulativos, permitiéndoles una rentabilidad elevada al garantizarles altas tasas de interés con inflaciones bajas. Así, los países atrasados pasaron a convertirse en “mercados emergentes”. La mundialización financiera desigual terminó por imponer un modelo de exacción de riqueza por vía del pago de préstamos usureros.
§ El capital financiero obtiene una transferencia de valor mediante el endeudamiento generalizado de los Estados mediante imposiciones políticas, por la vía de los presupuestos públicos, del incremento de las tarifas de los servicios públicos domiciliarios, de la reducción de la calidad de vida general de las poblaciones.
§ América Latina sólo representa el 20 % del comercio mundial. Y eso se manifiesta en la inevitable dependencia de los capitales financieros. Asimismo, se manifiesta una dependencia política. Los desmontes arancelarios obligaron, en el sur, al consumo de los excedentes productivos del norte, mientras tanto, ese mismo norte continúa subsidiando la producción agrícola. Esta apertura impacta en América Latina, aumentando la desindustrialización y la crisis agrícola en las regiones subdesarrolladas. A cambio, el norte deja sus maquilas. La reorganización espacial de la producción, la disminución del tamaño de las empresas transnacionales, como resultado de la separación entre el proceso de ensamblaje y el proceso de piezas, viene transformando la geografía industrial. Hoy el capital tiene la capacidad, a escala planetaria, de fragmentar la producción sacando al exterior de la fábrica convencional la producción de piezas hacia las regiones donde el costo del trabajo es menor. Las maquilas hacen parte de la transición hacia una nueva división internacional del trabajo, que empeorará aún más la calidad de vida de las poblaciones del Tercer Mundo.
§ Los Tratados de Libre Comercio promovidos por los imperialismos proponen la “reprimarización” de la economía latinoamericana, ofertan negociar las “ventajas comparativas” de nuestros países en recursos naturales y biodiversidad, sobre la base de que, como no tenemos la capacidad técnica-investigativa para explotarlos, debemos venderlos baratos.
§ La desindustrialización termina reflejándose en las balanzas cambiarias y aparece como déficit comercial. La manifestación local de la separación entre finanzas y producción termina en “burbujas especulativas”, burbujas que se desinflan cuando el achatamiento de la demanda interna es de tal magnitud que interrumpe la línea de continuidad de transferencias de valor: entonces los “capitales golondrina” salen, buscando refugio más seguro. Ello obliga a devaluaciones masivas que aumentan las deudas.
§ De acuerdo a los autores consultados, hoy se asiste en el plano internacional al inicio de una crisis de las magnitudes de los años 30; incluso con la misma secuencia. Aquella empezó igualmente como una crisis financiera, como una crisis en el mercado de capitales. Esta es la forma como el mercado elimina la separación entre capital ficticio y capital productivo. En el universo de la mundialización financiera desigual, los capitales especulativos salen de los “mercados emergentes”, van a USA, a Europa, abaratando allá el costo del dinero y propiciando el círculo virtuoso durante dos o tres años, aumentando la oferta de productos en el momento en que se evidencia una contracción de la demanda en los mercados internos y en el comercio internacional. Hasta que se generalice la crisis internacional.
§ Naturalmente, por sí solo el capitalismo no se va a derrumbar. Las alternativas de solución a esta crisis van a depender de la correlación de fuerzas entre las clases. Según Lenin, “no hay capacidad de respuesta anticapitalista automática de los trabajadores ante la degradación de la calidad de vida; no hay formas de respuesta automática en la conciencia de los trabajadores ante la degradación de sus condiciones de vida. Vendrán luchas sociales reivindicativas y, ante todo, una disputa de la conciencia de los asalariados”, por la posibilidad de construir proyectos políticos alternativos y anticapitalistas que permitan derroteros claros a los trabajadores en el período de recesión generalizada que se acerca.
§ A diferencia de la crisis de los 30, hoy existe menos racionalidad de conjunto para las clases dominantes en época de crisis; el desplazamiento en la toma de decisiones de los Estados nacionales hacia los centros financieros internacionales ha colocado el interés del lucro privado inmediato por encima de los intereses de la dominación política tradicional (institucionalizada).
§ Esto, en un contexto donde 300 multinacionales controlan el 30 % aproximado del PIB mundial y continúan concentrando riqueza.
§ Las reivindicaciones inmediatas, las nacionales y las anticapitalistas solamente se pueden resolver cambiando las condiciones que los grupos financieros han impuesto en el espacio económico internacional. Tal como ayer, las luchas de los trabajadores son nacionales en su forma pero internacionales en su contenido. Y con un elemento adicional; el Estado-nación ahora es súbdito del capital transnacional.

Autores consultados: Francois Chesnais (La mundialización financiera, 1996), James Buchanan, Vladimir Lenin,Daniel Libreros (Globalización financiera y reformas fiscales, 1997), Ernest Mandel (La crisis y el capitalismo tardío, 1977), Jonh Holloway y Carlitos Marx.

AFC
Enero 2008