viernes, 16 de septiembre de 2016

Colombia: “La realidad en los territorios no tiene nada que ver con un escenario de paz”

Entrevista con Gladys Rojas, lideresa y luchadora social y de los DDHH en Colombia

Andrés Figueroa Cornejo   

Gladys Rojas es parte del equipo de trabajo de la Corporación Sembrar, una agrupación de Derechos Humanos con un cuarto de siglo de trayectoria y que se desempeña prioritariamente en el sur del departamento de Bolívar, desde los tiempos más duros de la incursión paramilitar en esa región. Gladys es una luchadora social que inició su compromiso popular hace 30 años, trabajando en la alfabetización campesina. Hasta hoy acompaña a las comunidades agro-mineras en la zona y colabora con las víctimas de violaciones de los DDHH en materia psicosocial.
La Corporación Sembrar se articula nacionalmente con el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, con la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia y con el Congreso de los Pueblos.

-Hoy Colombia está en el centro de la mirada latinoamericana e internacional debido al denominado Proceso de Paz. ¿Cuáles son para ti y para las organizaciones a las que perteneces, las condiciones de una paz genuina para los pueblos de Colombia?

“Puede sonar muy pesimista, pero cuando las y los líderes sociales estamos en terreno, viviendo el día a día junto a las comunidades campesinas, afro, indígenas, esa paz genuina no la percibimos. La realidad en los territorios no tiene nada que ver con un escenario de paz. En las regiones, las causas estructurales que originaron el conflicto social y armado en el país permanecen intactas. No existe ningún interés por parte del Estado colombiano de enfrentar esas causas sistémicas. Por el contrario, el Estado sólo tiene el interés de ‘adornar’ el país para venderlo a los intereses transnacionales. Y ante ese objetivo, el movimiento social e insurgente representa un estorbo. Por eso necesita neutralizarlo a como dé lugar.”

-¿Cuáles son esas causas estructurales?

“Consideramos que existen tres elementos estructurales que nos llevaron al conflicto social y armado. El despojo, la desigualdad económica y la exclusión política. Para nosotros una paz estable y duradera debe superar y resolver estos tres componentes.”

“Todas las reivindicaciones que hemos conquistado han sido mediante la movilización y la lucha. Y eso continuará siendo así.”

-Para reproducirse, el capitalismo  requiere de la destrucción incesante de capital. Si, precisamente, el Estado capitalista colombiano subordinado a los intereses pentagonistas, tal como en muchas partes del planeta, busca superar su feroz depresión y crisis mediante el extractivismo destructivo de humanidad y naturaleza, la deuda y la súper explotación del trabajo asalariado, ¿qué confianza tienen de que el gobierno de Santos acabe con las causas sistémicas que iniciaron y mantienen el conflicto en el país?

“Confianza, ninguna. Nosotros reconocemos que los acuerdos de La Habana son un paso importante en la construcción de la paz. Sabemos que significará salvar muchas vidas en Colombia. Sin embargo, la realidad nos indica que al movimiento social nada se nos regala. Históricamente, todas las reivindicaciones que hemos conquistado han sido mediante la movilización y la lucha. Y eso continuará siendo así, si es que deseamos una paz al servicio de los intereses del pueblo colombiano.”

“Falta la participación de las comunidades y de la población”

-En Chile, a inicio de los 90 del siglo pasado, el primer presidente civil post-dictadura, el demócrata cristiano Patricio Aylwin, a propósito de la lucha por la verdad y la justicia por los crímenes de la tiranía cívico y militar, acuñó la infeliz expresión de “justicia…en la medida de lo posible”. La frase de Aylwin, uno de los golpistas más destacados durante el gobierno de Salvador Allende, sigue vigente en Chile a causa de los pactos entre las facciones del poder para tornar intocables a Augusto Pinochet y a los principales artífices y hechores de la más sangrienta dictadura que registra la historia de mi país. ¿Qué ocurre sobre la paz en Colombia en este sentido?

“El Estado colombiano está por la paz, más que ‘en la medida de lo posible’, derechamente ‘a su medida’. Y en el área de los DDHH, según el proceso de los acuerdos de La Habana en lo que compete a la demanda de verdad y justicia, hay un enorme escepticismo y decepción entre las víctimas, debido a que el acuerdo pondrá en total impunidad a muchos responsables de los crímenes cometidos por la fuerza pública. De hecho, este proceso los colocará a salvo. En tal sentido, sentimos que los años de trabajo, lucha y sacrificio en vidas humanas por la búsqueda de la verdad y la justicia, han sido en vano. Muchos militares que logramos llevar a la cárcel a un altísimo precio en vidas, quedarán libres.”

-Entonces, ¿qué clase de paz es la de los acuerdos de La Habana?

“Una paz incompleta. Faltan otros grupos insurgentes que deben ser tenidos en cuenta. Pero, ante todo, falta la participación de las comunidades y de la población colombiana que han vivido los impactos de la guerra y que no han sido consideradas hasta ahora. Si a ello le agregas la no solución de las causas estructurales del conflicto, entonces el camino está por hacerse todavía. Vale señalar que nosotros en relación al próximo plebiscito, estamos por el ‘Sí Y Vamos Por Más’, entendiendo siempre los aspectos antes señalados.”

Se agudiza la represión

-Desde el denominado cese de las hostilidades acordado entre el gobierno y las FARC, entre el 26 de agosto y el 14 de septiembre de 2016, ya han sido asesinados más de una docena de líderes sociales y defensores de los DDHH, y amenazados de muerte muchos más. ¿Qué significan estos hechos cuando se habla de paz?

“Significa que cuando todos están distraídos con el discurso de la paz, las y los líderes sociales y luchadores de los DDHH que continúan su labor en los territorios son presa del paramilitarismo y la fuerza pública sin control que siguen operando en las regiones. En Colombia cada vez que se habla de paz, siempre hay guerra.Pensamos que esperarían los resultados del plebiscito antes de continuar aplicando la represión. Sin embargo, ya prevemos que la represión se agudizará a través de los grupos paramilitares y de la fuerza pública con la excusa de perseguir al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que ahorita será un objetivo importante desde lo militar. En ese marco, el movimiento social y las y los líderes de las comunidades llevamos la peor parte.”

El amor eficaz

-¿Qué madera insobornable forjó al movimiento social en Colombia?

“La construcción cotidiana con las comunidades. Vivir sus alegrías y sus dolores, sus triunfos y derrotas. Nuestra convicción de que otro mundo es posible; un amor infinito por la libertad y la justicia, un amor eficaz.
Ahora bien, naturalmente el mérito no ha sido sólo nuestro. Hemos recibido el ejemplo de los movimientos populares chileno, ecuatoriano, argentino, cubano, venezolano, etc. Aquí existe una retroalimentación permanente que ha fortalecido todo el sentimiento de resistencia en América Latina.”

-Si la solidaridad es la ternura de los pueblos, ¿qué precisan de las y los luchadores sociales del Continente y del mundo en esta hora incierta?

“Que nos sigan acompañando en la creación de esa paz verdadera y necesaria para Colombia, y que perseveremos en el trabajo conjunto de construir una América Latina tal como la soñamos.”

lunes, 12 de septiembre de 2016

Chile. Marcha De la Memoria al Poder del 11 de septiembre de 2016: Actualidad y promesa

Andrés Figueroa Cornejo  

Con la participación diversas organizaciones políticas y sociales y más de 200 personas, se realizó el 11 de septiembre de 2016 la marcha ‘De la Memoria a la Victoria’ o ‘De la Memoria al Poder’, que se inició a las 11.00 hrs. en el Cementerio General y terminó en la Plaza de Armas de Santiago.

A diferencia de la caminata tradicional convocada por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos que partió del centro de Santiago hasta el Cementerio General, la marcha de la ‘De la Memoria al Poder’ persigue no sólo exigir el fin de la impunidad, de los ‘pactos de silencio’ y de la política gubernamental de dejar en libertad a los contados funcionarios y militares presos por crímenes de lesa humanidad.  Frente al crimen y la tortura sin nombre, la ‘Marcha de la Memoria al Poder’ también exige justicia ante las violaciones de los derechos humanos y sociales cometidos desde el golpe de Estado de 1973 y que continúan hasta ahora, luego de 26 años de gobierno civiles.

Pero eso no es todo. La marcha De la Memoria al Poder, lejos de caprichos o competencias enfermizas respecto de la caminata tradicional, invierte su sentido porque, muy distante de cierta cultura martiriológica y victimista, reivindica la actualidad de la causa emancipadora de quienes cayeron antes y de quienes resisten ahora. ¿Y qué resisten? Resisten al capitalismo, al imperialismo, al patriarcado. Son militantes del ambientalismo consecuente, son mapuche y solidarios con la liberación y autodeterminación de los pueblos indígenas. Son migrantes empobrecidos. Luchan por las transformaciones estructurales en materias de súper-explotación del trabajo asalariado, contra el imperio de la deuda y la especulación financiera y comercial, contra el saqueo extractivista y la destrucción de la biodiversidad. Batallan por una educación gratuita, universal, de excelencia, y con un currículo al servicio de los intereses de las y los oprimidos y ya no de la reproducción del capital y la ganancia privada. Luchan por una salud pública con presupuestos adecuados y por un sistema de seguridad social basado en la solidaridad. Luchan contra el centralismo metropolitano y por la creación de poder popular como un punto de llegada complejo y sometido a la realidad de la situación genuina de la lucha de clases. Luchan por el derecho a la vivienda digna y contra la criminalización y represión del Estado capitalista y policial chileno. Combaten la alienación social promovida por los pocos opresores mediante la rica producción cultural de las y los oprimidos.

La marcha De la Memoria al Poder define su proyecto de sociedad tras las lecciones de lo mejor del socialismo revolucionario de Chile, el Continente y el mundo, y apurando aquello que todavía es preciso imaginar colectiva e individualmente. Sabe que nada está terminado y que la voluntad humana amalgamada y en acción es la variable determinante para cambiar la historia y descompensar las relaciones de fuerza que aún sostienen un régimen político agotado y un Estado antipopular. No se fía de manuales, de remedos, de caudillismos de ocasión. Confía y se resuelve en los modos y fuerzas concretas de la paulatina recomposición del movimiento social y popular a escala territorial y sectorial. No se autoproclama vanguardia ni pretende sustituir las distintas formas en las que se expresan las resistencias populares. Sabe que aún son pocas y pocos, pero también sabe que el futuro se desenvuelve de lo simple a lo complejo, de menos a más. Pero no por ello escasea la convicción de poder. Sólo que con los pueblos, todo, y sin ellos, nada. Esa marcha es pueblo.

La segunda marcha De la Memoria al Poder efectuada este año fue superior que la del año anterior. La Plaza de la Constitución donde se encuentra el monumento al ex Presidente Salvador Allende estaba blindada hasta los huesos policialmente, debido a lo cual la marcha alcanzó a llegar a la Plaza de Armas, a pocas cuadras de La Moneda. Ardiente paciencia, le llaman. Que las fuerzas sociales y políticas de las y los oprimidos no se reconstruyen de un día para otro y que ‘no hay revoluciones tempranas: crecen desde el pie’.

Para atesorar: la disciplina y sentido de cuerpo de la marcha. No fue un mosaico desarticulado de grupos mirándose hacia adentro. Fue un mismo proceso. Diverso y compacto a la vez. Igual horizonte de sentido y distintos modos de manifestarse. Finalizó con la entonación conjunta de La Internacional. No por nostalgia. Por lo perentorio de su emergencia.

Una promesa en medio de la confusión ambiental.

Fotos: Mario Aballai y Maricelu Ramírez

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Chile. “En la Universidad Alberto Hurtado rompieron su propio récord: 289 expulsados”


  • Entrevista con el Presidente de la Federación de Estudiantes de la entidad jesuita, Gustavo Orellana
  • Y más de mil no podrán continuar sus estudios por causas económicas

“Conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo”
Mario Benedetti

Andrés Figueroa Cornejo  

El  movimiento estudiantil de la Universidad jesuita Alberto Hurtado (UAH) ha permanecido en el ojo del huracán de los medios masivos de comunicación dominantes. El objetivo: criminalizar, satanizar y aniquilarlo premeditadamente.
El reciente 3 de septiembre, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), máxima agrupación del sector en el país, se reunió en la sede de la  de la UAH para brindar su respaldo a las y los jóvenes perseguidos y sancionados.
El Presidente de la Federación de Estudiantes de la UAH, Gustavo Orellana Acuña, señala que “Los grupos que controlan la U son el Partido Demócrata Cristiano, la alta jerarquía de la congregación católica de la Compañía de Jesús, una fracción del Partido Socialista. Y la gente que representa esos grupos tiene en común provenir del ex Movimiento de Acción Popular Unitario (Mapu), un partido de izquierda en sus orígenes y que devino en un grupo de interés asociado al poder, al lobby profesional y a la inteligencia política (en términos de represión y control social). Por eso la dirección tiene tanto apoyo de la actual ministra de Educación, Adriana Delpiano, también ex Mapu”.
Y Gustavo añade que “El movimiento estudiantil en la UAH comenzó a formarse con seriedad el 2010, cuando se terminó el ciclo de federaciones impuestas por la dirección de la entidad con los partidos políticos de la Concertación (hoy Nueva Mayoría). Desde entonces las y los estudiantes logramos construir un petitorio histórico y por el cual seguimos luchando hasta hoy”.

-¿Qué demandas considera?
“Son tres puntos básicos. Terminar con el subcontrato y la tercerización de los servicios de aseo y guardias privados de seguridad. No para que dejen de existir esos servicios, sino que para que sean un cuerpo de trabajadores/as de la propia institución. Por otra parte, la democratización de la UAH y un gobierno triestamental (académicos, trabajadores, estudiantes) con voz y voto. Acá no existe ninguna instancia en la que podamos participar en las decisiones sobre la vida universitaria. Y por último, un financiamiento adecuado y la gratuidad universal. Al respecto, es preciso recordar que la UAH se define por su rol público, pero en la realidad las carreras, en promedio, cobran alrededor de 3 millones de pesos al año (USD4.470).”

GOLPE A GOLPE: LA POLÍTICA REPRESIVA DE LOS SUMARIOS A GRANEL

-La UAH tiene 18 años de vida. ¿Cuándo comenzaron a ser castigados por la autoridad?
“El 2010 fue expulsada la primera Federación de estudiantes democráticamente elegida. El argumento que usó la dirección fue que se les habían ‘perdido los papeles del crédito universitario’ de los miembros de la Federación. Como se trataba de estudiantes empobrecidos, fueron inmediatamente expulsados por incapacidad de pago del arancel.
Posteriormente, hubo una serie de sumarios (procesos punitivos jurídicos internos) en contra de dirigentes estudiantiles que se destacaban por ser organizadores del movimiento. El 2012 se produjo la primera toma de la UAH, donde también se realizó el primer ingreso de las Fuerzas Especiales de Carabineros (policía militar chilena) a las dependencias de la universidad.
El movimiento estudiantil, al igual que en todo el país, cobró mayor masividad, hasta que, desde las bases, llegamos nosotros a la Federación. Nuestro objetivo hasta hoy es recuperar la Federación para las y los estudiantes porque los dirigentes anteriores fueron siempre funcionales a los intereses de la dirección de la UAH, de los gobiernos nacionales de turno y del Estado. Luego de muchas dificultades interpuestas por las autoridades de la institución, logramos ganar la Federación en noviembre de 2015. A la semana de asumir el máximo organismo democrático estudiantil de la universidad, ya la dirección había sumariado a nuestro jefe de campaña. Hasta el momento en que llegamos a la Federación, la autoridad universitaria había sumariado a 8 estudiantes. Mientras tanto, rápidamente los estudiantes volvieron a la política universitaria, volvieron a llenarse las asambleas, los consejos de Federación volvieron a estar al servicio de las carreras. Ello comenzó a incomodar a la dirección.”

-¿Y cómo se expresa el malestar de los dueños de la UAH?
“Con más sumarios en contra de los estudiantes. A nuestro propio jefe de campaña se le hicieron tres sumarios consecutivos justo en días de exámenes. De ese modo, como no fructificaron los cargos falsos que le imputaron, entonces se le expulsó por razones académicas. En enero de 2016, temporada de vacaciones, fueron sumariados 8 jóvenes más, de los cuales 7 quedaron en situación de ‘condicionales’. Ahora bien, la política de los sumarios se basa en castigar a los estudiantes que solidarizan con los estudiantes sumariados anteriormente. Es el absurdo completo.”

NUEVO RECTOR INTENSIFICA LA REPRESIÓN
-¿Qué pasó con el rector Fernando Montes (S.J.)?
“Fernando Montes estuvo 18 años de rector  y en su gestión se registró la mayor cantidad de sumarios en contra de estudiantes de educación superior a nivel de país desde el retorno de los gobiernos civiles.  Después de Montes, en marzo de 2016, asumió la rectoría el decano eterno de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Eduardo Silva (S.J.). Su historial está marcado por la deslegitimación frente a los trabajadores. Sin embargo, a su investidura asistió incluso la presidenta Michelle Bachelet, dándole un respaldo gubernamental incondicional.”

-Entre el 9 de junio a principios de agosto de 2016 ustedes realizaron una movilización general…
“Siempre tras el petitorio histórico que levantamos. En el proceso de movilización se efectuó una toma y la autoridad desplegó toda su represión sobre nosotros. Una de las estrategias de criminalización en nuestra contra consiste en responsabilizarnos de supuestos daños sufridos por la UAH durante la toma. Para eso la dirección empleó montajes (armados) fotográficos muy pobres. También utilizó la amenaza de calificarnos académicamente con la nota mínima para intentar obligarnos a volver a clases sin ninguna demanda estudiantil cumplida, ni diálogo, ni negociación. Alrededor de un 25% del estudiantado fue castigado con las peores evaluaciones por seguir movilizado. La reprobación de una cantidad de asignaturas determinadas es causal de eliminación de la institución. En ese rango hoy existen 1.158 estudiantes, quienes quedaron en calidad de ‘condicionales’, mientras que, por lo mismo, fueron expulsados inmediata y formalmente 264 jóvenes (el 30 de agosto de 2016). Para las expulsiones primó un criterio político, independientemente de la excelencia académica de los estudiantes. El argumento fue la condición de representantes estudiantiles y su compromiso con las demandas del movimiento. Asimismo, el día de un plebiscito del movimiento estudiantil y durante una segunda toma de las dependencias universitarias, según un listado de las Fuerzas Especiales de Carabineros, se ‘individualizó’ a un grupo de 25 estudiantes a quienes se les acusó de los supuestos daños de la primera toma (!).”

-¿Y existen pruebas para semejante acusación?
“Ninguna. De los 25 jóvenes, tres fueron notificados de su expulsión y los otros 22 de la suspensión de un año (dos semestres), lo que, en los hechos, significa la expulsión porque se pierden las becas y la continuidad de los estudios. En general, de los casi 290 estudiantes sancionados en total, la inmensa mayoría somos jóvenes pobres. No podemos estudiar sin becas.”

MONTAJE MEDIÁTICO Y JUDICIAL, Y CRISIS INSTITUCIONAL
-El último día de agosto ustedes ingresaron a rectoría con un petitorio…
“En efecto. El rector Silva hasta ese momento, sólo había sostenido una reunión con la Federación estudiantil donde se limitó a reiterar sus negativas al diálogo. El ingreso a rectoría contaba con solicitudes bien sencillas: consensuar un nuevo reglamento de convivencia universitaria y formularlo triestamentalmente; consensuar un protocolo de movilización para evitar sanciones y represalias; y la reincorporación inmediata de los casi 290 estudiantes sancionados. El rector Silva, una vez más, se negó a todo y nos dijo que los tribunales de la UAH son autónomos, toda vez que sus miembros son designados por el propio secretario general de la institución, el demócrata-cristiano José Miguel Burmeister.”

-¿Cuáles son los poderes de José Miguel Burmeister?
“Todos. Es el nexo entre los grandes empresarios que forman el Consejo Superior de la universidad con la dirección. De hecho, Burmeister sesiona como secretario general en ambas instancias, cuestión que ni el rector puede hacer.”

-¿Quiénes son los ‘personajes’ más relevantes en el consejo superior?
“Eugenio Tironi (cabeza de un importante grupo económico del país); Andrea Vial (productora ejecutiva de Televisión Nacional de Chile); un miembro del grupo económico Saieh vinculado a la propiedad de bancos; el responsable provincial de la Compañía de Jesús, Cristian del Campo.”

-Ustedes caracterizan a la coyuntura de la UAH como situada en una crisis institucional…
“Con las represalias y sumarios, tres carreras ni siquiera tendrán egresados este año. Más de mil estudiantes no podrán seguir estudiando porque ya no tienen becas. Hay profesores que se han ido por cuenta propia y otros que han sido echados por apoyar la movilización. ¿No es una verdadera crisis institucionalidad que una universidad jesuita, la congregación del Papa; una entidad educativa que se dice sin fines de lucro y de carácter público, y que sostiene un relato progresista, humanista y de servicio a la comunidad, deje a su suerte a tantos jóvenes empobrecidos? Estamos hablando de una institución que sí recibe aportes del Estado para que estudiantes empobrecidos puedan estudiar. A estas alturas, aquí ya se perdió cualquier criterio académico y humano. Sólo prima la política de reprimir al movimiento estudiantil. La ministra de Educación, Adriana Delpiano públicamente apoyó al rector y sus medidas en nuestra contra. O sea, la crisis adquirió un carácter de Estado.”

-El miércoles 31 de agosto pasado, otra vez irrumpieron las Fuerzas Especiales de Carabineros a la universidad…
“A punta de golpes, lumazos, gases antimotines, dejando más de seis estudiantes lesionados de gravedad, y a una trabajadora migrante y subcontratada que además está embarazada, la que fue trasladada de urgencia a la Posta Central de Santiago. No contentos con ello, nos montaron sumarios a 25 dirigentes estudiantiles, entre ellos a tres de los cuatro miembros de la Federación. Ya habíamos sido sancionados antes de los acontecimientos descritos. El objetivo de las autoridades es claro: desfederar y destruir la organización estudiantil. A otro estudiante y a mí se nos procesó penalmente por ‘maltrato de obra de carabineros’, sin más pruebas que la declaración de un carabinero. Quedamos en la comisaría con orden de arraigo y firma mensual. El tribunal determinó 90 días de investigación. Carabineros actuó indiscriminadamente, agrediendo a varios periodistas.”

-Esta política represiva y criminalizadora, ¿sólo cae sobre ustedes?
“En absoluto. Ya van 20 estudiantes expulsados en la Universidad Diego Portales; 30 en la Universidad Cardenal Silva Henríquez; y otras y otros tantos en la Universidad Católica de Valparaíso y de Temuco, y en Universidad Viña del Mar. A ello se suma la política de desfinanciar a otras Federaciones estudiantiles de estudios superiores. En la Universidad de Magallanes la ministra de Educación llegó a destituir a la rectora Roxana Pey por manifestar públicamente su disconformidad con el incumplimiento de la gratuidad de la enseñanza proveniente del gobierno central.”

-Frente a esta política de Estado que reprime ‘ejemplarmente’ toda disidencia, y que, en tanto régimen político en crisis por la corrupción abierta refrendada en todas las encuestas a la población, ¿qué piensan hacer?
“Ante el autoritarismo, la corrupción, la represión, la ausencia de diálogo y democracia, sólo nos queda un camino: generar más organización y apelar solidariamente a un movimiento amplio de defensa de nuestros derechos. Y no abandonaremos la movilización. No lograrán que se naturalice la violencia del Estado en contra de las y los jóvenes que luchan por una causa justa.”

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