jueves, 29 de enero de 2015

La canción del saharaui Hassanna Aalia

Andrés Figueroa Cornejo   


En África del Norte, entre Argelia, el reino de Marruecos y Mauritania, hay un pueblo. De ese pueblo proviene un joven acusado con las penas del infierno por el  Estado marroquí, peón de los intereses del Pentágono, de Francia, del Estado de Israel. Ese pueblo en resistencia lleva el nombre del desierto más grande del planeta: pueblo saharaui, Sahara Occidental. Y el pueblo saharaui tiene hoy un nombre que condensa todas sus razones: Hassanna Aalia.

Perseguido, apresado, oprimido, torturado, Hassanna Aalia ahora es víctima de un mandato de extradición aprobado por la justicia española –justicia de clase, justicia de raza, justicia de la minoría en el poder- para que el joven luchador sea encarcelado legalmente y para siempre por la monarquía de Marruecos. ¿Qué tiene que ver España en este asunto? Que el Sahara Occidental fue colonia hispana. Por eso Hassanna se refugió allí. Más bien, en el País Vasco. Lo que ocurre es que fueron los tribunales del Estado español los que están facilitando un nuevo crimen.

Hassanna Aalia –no olvidemos su nombre que es el mismo que el nombre de su pueblo tantas veces mancillado y vuelto a empinarse como volcán amanecido- es acusado por resistir y denunciar la ocupación marroquí -con muro infame, kilométrico y minado como no existe otro en el mundo- contra su gente. La gente nuestra. El dolor y la injusticia sobre una sola persona son el dolor y la injusticia sobre toda la humanidad.

Yo soy un periodista de origen chileno. Hassanna también es periodista. Yo me la llevo marchando por los intereses de los pueblos explotados, expoliados, acriminados de aquí y de allá. No me interesan las banderas. Ni siquiera soy anarquista. Soy un agente bien poco secreto de los humillados/as. Por eso mi canción es para Hassanna Aalia y para los haitianos y los hondureños y los griegos y los palestinos y los kurdos y los colombianos y los mexicanos y los africanos y los indígenas y.

La arena anegada en sangre saharaui significa la prehistoria de los seres humanos. Marruecos y los poderes mundiales que dirigen sus municiones de última generación, significan la prehistoria. Hacer propio a Hassanna y su causa significa colaborar en la guerra contra la prehistoria. Y la prehistoria, inexorablemente, produce indignación rebelde. Porque para los rebeldes “la vida está en otra parte”. Y los rebeldes de cualquier plaza, cuando se reúnen y planifican, se transforman en combatientes. Amantes sin remedio, en acción y movimiento por la libertad y la igualdad. No se trata de bichos raros y un día llenarán la Tierra. Por necesidad histórica, que le dicen. Aunque lo que hagamos hoy, en el futuro insondable sea apenas una nota al pie del derrotero azul de la liberación.

La justicia española pretende extraditar a Hassanna el 4 de febrero de 2015. O sea, pretende arrojarlo a una celda perpetua muy pronto. El Estado español tendrá sus intereses y negocios con Marruecos, claro. Como el Estado chileno y otros. Pero el contenido de los Estados que tienen intereses ligados a Marruecos no es popular ni nada que se le parezca. Su contenido es capitalista. Esto es, esos Estados forman parte de la composición orgánica de la clase social dominante y minoritaria que engorda reventando al pueblo trabajador y a la naturaleza. El pueblo trabajador y la naturaleza son un todo. Entonces las clases dominantes y minoritarias engordan a costa de la apropiación privada de todo.

Yo soy parte en Chile del recién nacido Comité de Amistad Chileno con el Pueblo Saharaui (https://comitesaharaui.wordpress.com/). Aquiles, que también está en el Comité, me relató en una entrevista (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=191429) que en el exilio de la tiranía de Pinochet los saharauis se ofrecieron para pelear en la resistencia chilena. Ellos sabían que en Chile hay un desierto –el más árido del globo- y manifestaron que tenían experiencia combatiente en ese terreno. La solidaridad enternecedora no alcanzó a concretarse por asuntos de la resistencia chilena. Pero la disposición de lucha sí existió. Es verdad que el internacionalismo militante es brillante y desinteresado. Pero este episodio deben conocerlo incluso los miembros de la antigua oposición contra Pinochet que hoy administran el Estado del país andino cuando sean emplazados a reconocer a la República Democrática del Sahara Occidental. Al menos por pudor: esa palabreja que por abandono premeditado, entre otras causas,  tiene al sistema político chileno en profundo  descrédito.

Hassanna, vengo de un pueblo duramente golpeado. Sin embargo, te aseguro que aquí hay un puñado de corazones que hacen y sueñan por tu libertad justa.

sábado, 24 de enero de 2015

Chile: Las razones de la Coordinadora No Más Montajes

Entrevista con Dauno Tótoro (hijo), militante de la organización.

La Coordinadora No Más Montajes es una expresión más de la retaguardia necesaria de las luchas populares aún disgregadas, y constituye un eslabón en movimiento de la promesa de una sociedad post-capitalista.
 
Andrés Figueroa Cornejo     

El estudiante de Historia de la Universidad de Chile, miembro de la Coordinadora No Más Montajes y de la Asamblea de DDHH 10 de Diciembre, Dauno Tótoro (hijo del reconocido escritor y documentalista del mismo nombre, http://daunototoro.blogspot.com/), dio cuenta de un nuevo montaje (o fabricación de casos falsos) del Estado, esta vez contra 8 jóvenes universitarios y un trabajador el último mes de 2014.
El Estado policial chileno  y su poder ejecutivo de turno no dejan de promover un clima de intolerancia al disenso y fascistización en el país. Extrañamente y negando su propio discurso “inclusivo”, la institucionalidad política del capital continúa profundizando su descrédito social y organizando a golpes las condiciones de su propia fragilidad.
La causa de la Coordinadora No Más Montajes es una expresión más de la retaguardia necesaria de las luchas aún disgregadas del pueblo trabajador, del ambientalismo consecuente, del antipatriarcado, de la resistencia Mapuche, y constituye un eslabón en movimiento de la propia promesa de una sociedad post-capitalista.

Los detalles del montaje

-¿Cuáles son los hechos?

-“Todo se originó en una manifestación ocurrida en el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2014, en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE (ex  Pedagógico). En la actividad hubo un enfrentamiento en la calle entre las fuerzas especiales de carabineros y los estudiantes. Paralelamente, al interior de esa casa de estudios los jóvenes descubrieron a un carabinero infiltrado vestido de civil, el teniente Camilo Ramírez Eyzaguirre de la Dirección de Inteligencia de Carabineros (DIPOLCAR), en cuyo teléfono celular había números de comisarías, de la Policía de Investigaciones (PDI), de sargentos, etc., e incluso fotografías de cómo fabricar una bomba (http://radio.uchile.cl/2014/12/17/estudiantes-de-la-umce-acusan-que-carabinero-infiltrado-portaba-celular-con-fotos-de-una-bomba) . Al agente policial no se le tocó un pelo. De hecho, se ocultó en una de las dependencias de la universidad, pero de algún modo dio el aviso a sus colegas de que fue sorprendido, lo que gatilló el inmediato e ilegal ingreso de los uniformados a la UMCE en tres oportunidades consecutivas, violando la autonomía universitaria.”

-¿En qué terminó la ofensiva uniformada?

“Se llevaron detenidas a 11 personas. 9 de ellas permanecieron en la comisaría 33 de la comuna de Ñuñoa durante 26 horas: 7 estudiantes de la UMCE, uno de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), y un trabajador de Coquimbo que había viajado a Santiago a ver un concierto de rock metálico y que iba caminando por la acera en ese momento (!). Me imagino que como llevaba pelo largo e iba vestido de negro, la policía lo consideró “un peligro público”.”

-¿Y de qué son acusados?

-“De robo con violencia, maltrato de obra a carabineros y secuestro. De acuerdo a la legislación, semejantes acusaciones hacen que los procesados por el 8º juzgado de garantía del centro de justicia arriesguen de 5 años de prisión a cadena perpetua. Finalmente fueron puestos en libertad condicional, con medidas cautelares correspondientes a una firma diaria en la comisaría en la que los mantuvieron detenidos, la que hace unos días se redujo a una firma semanal.”

-¿Qué abogados están defendiendo a los jóvenes?

“La Defensoría Popular (http://www.defensoriapopular.cl/), con los abogados Rodrigo Román y María Rivera.”

Ampliar la retaguardia, multiplicar la resistencia

“A raíz de lo acontecido levantamos una coordinación entre los estudiantes y federaciones de la UMCE y la UTEM”, explica Dauno mientras se enciende el mediodía de fines de enero de 2015 en un café de la Alameda de la capital del país andino. “Rápidamente nos agregamos estudiantes de otras universidades y resolvimos llevar adelante una campaña de solidaridad ampliada para encarar la estrategia estatal de montajes contra todo el movimiento popular en lucha: estudiantes, trabajadores/as, Mapuche, y que el 2014 fue intensificada por la Nueva Mayoría.”

-¿Y en qué consiste esa estrategia del poder?

-“Básicamente en criminalizar a cualquier sector social en movimiento, en reprimirlo “precautoria” y selectivamente, y en la creación recurrente de montajes. Por ejemplo, en el campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, el estudiante Camilo Díaz el 8 de mayo de 2014 fue detenido en la calle y estuvo bajo prisión preventiva dos semanas en la cárcel Santiago 1 por falsa tenencia de molotov. Bryan Seguel fue tomado con el cargo de golpear a un carabinero el 1º de mayo en una actividad a la que ni siquiera asistió. El estudiante Manuel Erazo (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193371) de la Universidad Arcis, hace poco fue sumariado sin fundamentos por la rectoría de esa institución. En suma, los casos se multiplican hasta convertirse en una clara política sistemática.”

-¿Qué papel ha jugado la Confederación de Federaciones de Estudiantes de las Universidades de Chile (CONFECH) al respecto?

“Todavía no se ha puesto a la cabeza de nuestra iniciativa como debería resultar natural. En la última reunión de la CONFECH el tema ni siquiera estuvo en el acta. Faltan muchos/as, en verdad, para la dimensión y gravedad que comporta el fenómeno.”

-¿Qué ha hecho la Coordinadora hasta el momento?

-“Actividades de denuncia pública y propaganda en las arterias principales de Santiago y en los tribunales de justicia; campañas de firmas y pegatinas.”

-¿Y por qué participas en la Asamblea de DDHH 10 de Diciembre?

“Porque estoy convencido de que es preciso hacer un frente común contra la represión, y en la Asamblea 10D hay una experiencia histórica acumulada contra la criminalización y represión estatal. Nos necesitamos solidariamente.”

La intensificación del carácter selectivo de la represión

-¿A qué achacas el comportamiento del Estado chileno?

-“Este Estado es parte de la herencia de la dictadura de Pinochet. Ello se observa en la reglamentación general de la vida de las personas, en su armadura legal antipopular, en la privatización de la salud, de la educación, de la seguridad social; en la precarización del trabajo. Para seguir así, el Estado requiere de una política represiva potente, siguiendo al pie de la letra la doctrina y la formación política y militar concreta dependiente de los intereses del Estado imperialista norteamericano. Como si fuera poco, todavía integran las fuerzas armadas y carabineros muchos violadores de derechos humanos, mientras otros tienen empresas de seguridad y corporaciones privadas. De hecho, se ha vuelto cotidiano el ingreso de fuerzas policiales a territorio Mapuche con armas israelíes de última generación. La represión contra el pueblo Mapuche es la escuela de guerra donde el Estado practica para castigar al conjunto de las luchas.”

-¿Qué piensas que pasa por la cabeza de los dirigentes de la Nueva Mayoría?

-“Mira, no me asombra que no hayan cumplido con las promesas de reformas que levantaron durante su campaña. Lo que sí me llama la atención es que el gobierno haya potenciado una línea de represión, criminalización, montaje y cooptación del movimiento popular, esta vez, mucho más selectiva, sin perder, al mismo tiempo, los golpes masivos a los que nos tenía habituado la administración anterior. Me parece que este tipo de medidas se inscriben en el complejo reordenamiento geopolítico y económico actual entre las potencias capitalistas del mundo, y en el cual Chile está subordinado al polo controlado inestablemente por Estados Unidos.”

miércoles, 14 de enero de 2015

Chile: “No existen cambios doctrinarios entre la Armada golpista de 1973 y la de 2015”

Entrevista con el Presidente de la Agrupación de Marinos Antigolpistas de Chile,  Víctor López.


“Cayó el rayo en los mares, cayó la estrella”
Patricio Manns

Andrés Figueroa Cornejo   

El sábado 17 de enero, a las 11.00 hrs., en el Cementerio General de Santiago, se trasladarán hasta el Memorial del Detenido Desaparecido y Ejecutado Político  los restos del “compañero Ernesto Zúñiga Vergara, miembro de la Resistencia armada contra la tiranía; un marino antigolpista que se la jugó durante el gobierno de Allende y después, siempre junto a su pueblo”, informa el Presidente de la Agrupación de Marinos Antigolpistas de Chile, Víctor López, y añade que “Ernesto fue ejecutado el 16 de enero de 1982 por la Central Nacional de Informaciones (CNI, policía política de Pinochet) en una emboscada sufrida en la comuna de la Quinta Normal de Santiago.”
De acuerdo al abogado de la causa judicial por el homicidio de Ernesto Zúñiga (Rol 305-2010), ya están siendo procesados los agentes de la policía  Martiniano Arias Fernández, Manuel Tibaldo Flores Jorquera y José Hernán Huaquimil Uribe, responsables del crimen político ejecutado hace más de 30 años.

La Armada o la mano ajena del Imperio

Víctor López alcanzó el grado de marinero 1º y fue parte de la promoción de 1969 de la rama castrense más penetrada por los intereses del imperialismo norteamericano entonces y hoy en el país andino: la Armada.
“De altamar arribamos a Chile en 1970 y en septiembre, para las elecciones presidenciales, nos percatamos por primera vez que el país había cambiado. Debes entender que nosotros ingresamos a la Marina a los 15 años, sin tener idea de política”, dice Víctor.
“Nosotros éramos marinos de una Escuadra que estaba conciente de que se estaba urdiendo una conspiración para derrocar al gobierno de Salvador Allende. Ello muy paradójicamente, considerando que la Armada era la institución de las fuerzas armadas más clasista, de mayor identificación con la derecha y con el imperialismo norteamericano. En ese contexto, nosotros nos dimos cuenta de que somos parte de un pueblo, tan excluidos y precarizados como ese mismo pueblo. Nos identificamos plenamente con los intereses de las clases sociales más desfavorecidas”, sentencia Víctor López, y agrega que “Incluso, al contar con un gobierno popular, los más empobrecidos de la Marina, la tropa, la gente de mar, levantamos nuestras propias reivindicaciones. Queríamos una escuela de formación única que no diferenciara entre grumetes y cadetes, entre tropa y oficialidad. ¿Por qué teníamos que alimentarnos con comidas diferentes y en un comedor distinto al de los oficiales? En suma, la lucha de clases era mucho más marcada en la Marina que en el mundo civil. Todo eso nos llevó a dar un salto cualitativo en nuestra forma de pensar. Además, desde 1971 los oficiales comenzaron a dictarnos recurrentemente charlas en contra de las políticas que implementó el gobierno de Allende. Por ejemplo, recuerdo perfectamente una exposición que nos dieron sobre la nacionalización del cobre, en la cual la oficialidad nos señaló que esa medida era lo más nefasto que podía ocurrir porque si se le expropiaba el cobre a las grandes compañías norteamericanas, entonces ¿quién nos vendería armas, Coca-cola y cigarrillos Marlboro? O cuando se implementó el medio litro de leche diario para cada niño y niña, los oficiales nos dijeron que eso era un ‘despilfarro del erario nacional’, porque los chicos del pueblo no estaban acostumbrados a tomar leche (!).
No nos quedó otra alternativa que ubicarnos en la vereda contraria al alto mando, y por simple intuición. Ni siquiera ponderamos que, por pura lógica, estábamos propugnando una transformación radical de la institución. Nos sentíamos trabajadores con uniforme.”

-De ese modo se desarrolló rápidamente su politización. ¿Advertían los peligros?

“El mayor riesgo que constatamos fue que como tropa de la Marina, usábamos armas. En consecuencia, si la oficialidad se salía con la suya, nosotros, la tropa, tendríamos que salir a masacrar a gente inocente y desarmada. No queríamos, definitivamente, cumplir esa función criminal. De allí surge nuestro pensamiento antigolpista.”

-¿Crees que desde la Marina que tú conociste hasta la de hoy ha habido cambios significativos en la ideología y doctrina de su alto mando?

“No hay cambios entre la Armada golpista del 73 a la de hoy en Chile 2015. Y basta evidenciarlo cuando la oficialidad de la Marina sigue rindiendo homenaje al miembro de la junta militar de la dictadura, el almirante José Toribio Merino (http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Toribio_Merino), frente a una estatua de ese sujeto que está levantada en un paseo público de la ciudad de Valparaíso. La Concertación no sólo no le negó el permiso a la Marina para tributar a uno de los principales golpistas, sino que le facilitó todos los medios para hacerlo. Y estamos hablando de un oficial que fue un hombre de los norteamericanos, un oficial de la Armada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, un tipo que siempre estuvo al servicio de una potencia extranjera. De hecho, el 11 de septiembre de 1973 el comandante en jefe de la Armada era el almirante Montero que ese mismo día Merino encarceló para usurpar el mando, autoproclamándose comandante en jefe. ¿Qué mérito tiene un hombre así para ser tratado como un ‘héroe’ de Chile? ¿Quién entiende a un país que pone una estatua de un golpista y, como si fuera poco, autoriza su homenaje oficial? ¿Por qué tenemos que expresar nuestra protesta presencial los 11 de cada mes en la calle 21 de mayo de Valparaíso los marinos antigolpistas y ex militantes de la Resistencia antifascista mientras se ‘recuerda’ a Merino con bombos y platillos? Esta misma indignación ante un absurdo completo se lo hemos representado al presidente y al vicepresidente de la cámara de diputados, al subsecretario de Defensa, y a la presidenta de la República, Michelle Bachelet. Pero ahí sigue la estatua.”

La tropa de clase se auto-organiza

-¿Cómo enfrentaron la intriga golpista?

“A la par que el mando naval ya se preparaba para destruir a la Unidad Popular desde 1971, nosotros estructuramos una organización clandestina al interior de la Marina en todos los buques de la Escuadra nacional, como en las reparticiones de tierra a lo largo de toda la costa chilena. Teníamos dos objetivos bien claros: denunciar que en la Marina se gestaba un movimiento golpista para derribar a Allende, y crear una fuerza suficiente para detener el golpe de Estado.”

-¿Qué tipo de estructura formaron?

“Una eminentemente operativa y capaz de tomarse un buque.”

-¿Cómo procedieron a denunciar la conspiración?

“Realizamos una labor de recolección de datos de distintas partes para confeccionar un mapa seguro del complot en curso. Sólo lo informamos cuando consideramos que estaba absolutamente generalizado en la oficialidad de la Armada. Por ejemplo, en la división de Electrónica del crucero Prat donde yo me encontraba, el 80% de la gente no estaba por dar ningún golpe de Estado. Y en el conjunto de las naves las relaciones de fuerza eran más o menos similares. En fin. Hicimos las denuncias correspondientes en varias oportunidades, pero nadie nos creyó. De hecho, nos criticaron por andar ‘conspirando’ contra las fuerzas armadas que, según la Unidad Popular (UP), ‘en Chile tenían una tradición democrática’. Incluso, yo sostuve una reunión con la dirección regional del Partido Comunista donde nos aseguraron que lo que nosotros afirmábamos ‘es imposible que ocurra en Chile’. Claro. No podían darme crédito porque en aquella época la política del PCCh era ‘No a la guerra civil’. Era una postura pacifista en la cual la realidad que nosotros planteábamos no calzaba, y si no calzaba, en consecuencia, para ellos no existía. Fueron muy frustrantes nuestros vínculos con el mundo civil. Hasta nos acusaron de locos. Así también comenzó nuestro temor de que fueran a denunciarnos.”

La duda que mata y que muere

-¿Y los denunciaron?

“Finalmente, sí. La última cita que mantuvimos fue con el secretario general del Partido Socialista, Carlos Altamirano (http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Altamirano_Orrego), los primeros días de agosto de 1973, a poco más de un mes antes del golpe. Ocurrió que el grupo que había tenido la reunión con Altamirano, al abordar después sus respectivos buques, fue detenido. Y casi todos los que teníamos mayor visibilidad de nuestra fuerza, caímos prisioneros entre el 5 y el 8 de agosto. Como habíamos acordado previamente, todos negamos nuestra participación en la denuncia antigolpista. Pero al parecer ya el mando de la Armada contaba con algunas informaciones que intentó forzarnos a confesar mediante la tortura, y que tenían que ver con qué dimensión de relaciones teníamos con los partidos políticos de la UP. Pese a nuestras negativas, la oficialidad inventó una suerte de infiltración político partidista entre nosotros. Recién a mediados de agosto de 1973 nuestras familias y el mundo civil se enteraron de que había marinos presos y torturados. En ese momento comenzaron a constituirse los primeros comités de solidaridad con los marinos torturados que tenían el fin de que el Presidente Allende nos ofreciera la libertad dado que nuestra causa empalmaba con la defensa de la UP. Sin embargo, entre los titubeos del gobierno transcurrieron dos semanas más y se precipitó el golpe.”

-¿Qué pasó con ustedes?

“Nosotros permanecíamos recluidos en recintos militares. Cuando ocurrió el golpe nos cambiaron la acusación: nos convertimos en sediciosos y traidores a la patria. La mayoría estuvimos presos entre tres y 5 años. Yo estuve prisionero durante tres años y recorrí la cárcel de Concepción, de Talcahuano, la Penitenciaría, la cárcel pública de Valparaíso. A un grupo de los nuestros se lo llevaron a un campo de concentración de Ritoque donde, mediante trabajos forzados, fueron obligados a construir un nuevo campo de concentración. Como resultado de los malos tratos, yo me enfermé de tuberculosis y fui trasladado a la cárcel de Limache y luego al sanatorio Peñablanca. En 1976 la embajada de Noruega me rescató y me llevó  a ese país. Sin embargo, otros compañeros nuestros, después de salir en libertad, resolvieron quedarse en Chile a tratar de organizar la Resistencia contra la tiranía, porque estimamos que nuestro trabajo no se había terminado. No pudimos detener el golpe de 1973, es cierto. Pero sí asumimos íntegramente la hora de colaborar militarmente con la liberación del pueblo chileno. Es decir, nuestro objetivo fue combatir a la dictadura con su propio lenguaje: las armas. Lo anterior ocurrió hacia fines de los 70 y continuó en los 80 del siglo XX.”

La lucha por el reconocimiento

-¿Cuáles son los propósitos de la Agrupación de Marinos Antigolpistas?

“Nuestra asociación corresponde a una reagrupación creada al inicio de los gobiernos civiles para exigir un reconocimiento público por parte de las administraciones de la Concertación (hoy, Nueva Mayoría). Queremos que el país y el mundo sepan que no todos los uniformados fueron golpistas, que también hubo muchos que combatimos contra la dictadura, muchos que caímos en ese empeño; que nosotros también existimos. Luchamos por verdad, justicia, memoria, reparación y reconocimiento.”

-¿Y cómo les ha ido?

“Mal. Hasta ahora no se han realizado nuestras demandas.” 

viernes, 9 de enero de 2015

Chile: ¿Qué es una línea política para la transformación social?

“…no es grave cometer un error. Todo el mundo lo comete. Lo grave es persistir en él, agrandarlo y justificarlo.”
Mario Roberto Santucho

Una línea política justa es una construcción y pedagogía colectivas que se desenvuelve como un solo momento respecto de los detalles de la estrategia global, sus movimientos tácticos y el balance de las relaciones de fuerza locales e internacionales entre la minoría gran propietaria y el pueblo trabajador ampliado.

Andrés Figueroa Cornejo  

¿Qué es una "línea política"? Si la estrategia general es el establecimiento del gobierno de la sociedad misma y de la socialización total de la organización de la vida por el pueblo trabajador en términos ampliados y en camino a la disolución del Estado, del trabajo asalariado y de las clases sociales de intereses antagónicos e irreconciliables, entonces uno de sus momento sustantivos corresponde a que el arsenal político de los intereses de la mayoría explotada directa o indirectamente, aquel que cobra sentido en la articulación de la totalidad de los combates dispersos que se enfrentan al capital (capital/trabajo, naturaleza expoliada y saqueo/ambientalismo consecuente, patriarcado/liberación femenina y del disenso sexual, nacionalismo/socialismo, etc.), es la colaboración resuelta en la generación de las condiciones de la desobediencia popular. La síntesis de la reunión de las luchas anticapitalistas es la superación dinámica de la simple suma de sus partes y de su subordinación a una estrategia transformadora y radical.

Lo anterior sólo es un conjunto de palabras sin el análisis concreto de la realidad concreta, de las relaciones de fuerza en todos los ámbitos, la desmistificación y destrucción del fetiche de la democracia representativa y del develamiento de la dictadura del capital en la acción directa conciente, a escala nacional e internacional. Hoy habitamos el desafío crucial y sin subvenciones de recrear el proyecto liberador del género humano, lejos de los "progresismos" de umbral agotado, los populismos y la ingenuidad de retornar a los paradigmas y programas nostálgicos de un "Estado fuerte", "nacional-desarrollista" y de la ideología burguesa del "progreso infinito".

Una línea política justa reivindica la pre-existencia del y los núcleos humanos que, armados del más amplio pensamiento emancipador producido históricamente, están dispuestos a recorrer el proceso completo de su estrategia. Por eso sus componentes corresponden a las mujeres y los hombres cuyo quehacer práctico –imaginativo, audaz, crítico, valiente, inteligente, autoconciente- deletrea sus expedientes junto y desde el pueblo trabajador en lucha. Al respecto, el rol del núcleo político es democratizar colectivamente el pensamiento y las experiencias transformadoras, de modo de evitar a toda costa la formación de especialistas y de jefaturas eternas, precisamente, obstruir la repetida promesa trágica de la burocratización de cualquier empeño y los riesgos de su cooptación, esclerosis, e independientemente de la “lucidez” de sus cuadros de dirección, de la subsecuente imposibilidad de ofrecerle proyección en el tiempo ante su eventual aniquilamiento o deserción.

Una línea política coherente –en una época de reordenamiento geoeconómico de los capitalismos centrales sobre la base de una ofensiva conjunta que se expresa con brutal rigor en las sociedades dependientes de América Latina, África, gran parte de Asia y el sur de Europa- informa perfectamente sobre la desventaja estratégica desde donde se origina. Como también sabe que lo nuevo proviene de lo viejo, es capaz de descubrir las claves de la hegemonía burguesa, que los planes y las planificaciones corren de menos a más, de lo simple a lo complejo, y que la dialéctica materialista es su método de análisis por excelencia.

Muy lejos del cretinismo y la ingenuidad, en Chile, una línea política justa abreva hoy de su propia historia, en tanto forma nacional del capitalismo mundializado como nunca antes en el devenir de la humanidad, y cautela con celo mayúsculo los primeros pasos de los núcleos insubordinados. El peligro permanente de sus implosiones, desintegraciones y abortos en el actual período constituye su propia formación crítica. La estabilidadde su constante recreación requiere de verdad, disciplina, independencia política de las instituciones e intereses del poder establecido, y de la separación obligada entre las individualidades –personalismo, egotismo, acaudillamiento- y los argumentos fundados en la práctica. La confusión entre los afectos y la realidad de cada uno de sus miembros se instaura como prohibición necesaria. Obviamente, ello no excluye jamás la inclusión en su caja de herramientas analítica de la llamada psicología social y psiquiatría crítica y humanista. De hecho, de resultar desalojados esos saberes, es imposible desarmar las relaciones de alienación dominantes.

En consecuencia, una línea política justa es una construcción y pedagogía colectivas que se desenvuelve como un solo momento respecto de los detalles de la estrategia global, sus movimientos tácticos y el balance cotidiano y pormenorizado de las relaciones de fuerza locales e internacionales entre la minoría gran propietaria y el pueblo trabajador ampliado.

Asimismo, el o los núcleos insubordinados guardan distancia estratégica de la institucionalidad burguesa, dicen con la práctica pre-meditada, ganan capacidad para localizarse y deslocalizarse, se territorializan produciendo al mismo tiempo su propia retaguardia, aprovechan las debilidades del poder (por ejemplo, el descrédito estructural del sistema político que administra el Estado que subsidia al capital y se funda sobre la sobreexplotación del trabajo, la tercerización avasallante, la destrucción de la naturaleza (no existe humanidad fuera de ella) y el patriarcado); sospechan de las reformas que enmascaran la propia desesperación e inestabilidad de los que mandan todavía; se integran protagónicamente al conjunto de luchas atomizadas con el fin de aportar a la politización unitaria de las fuerzas sociales en combate de acuerdo a sus modos, gramática y rítmica.

jueves, 1 de enero de 2015

Chile: Las primeras horas del resto de 2015

Andrés Figueroa Cornejo   

En medio de la nueva guerra fría, la nueva guerra fría como la economía concentrada, la economía regentada por el capital financiero, y la política como la economía condensada; el planeta capitalista es organizado por las ofensivas de sus polos centrales, esto es, China-Rusia y el Estado usamericano y sus amigos alemanes, japoneses y sionistas. De fría a caliente, algunos hipotetizan los preparativos para una guerra frontal, como las de antes, pero hoy en un mundo más pequeño y con armas apocalípticas y definitivas. Crimea y Oriente Medio son su representación dramática y sintética; su anticipación a escala, la pesadilla quirúrgica. La carnicería del barrio que tantea el mercado, mide la competencia, quema sobreproducción, calcula inversiones a futuro.

Los pueblos dependientes, semi-coloniales, periféricos, saqueados de biodiversidad, recursos naturales, trabajo esclavo, medio esclavo, trabajo barato; escasos de conocimiento propio, de ciencia y de tecnología, son incorporados al presente reordenamiento geopolítico de manera subordinada. También como antes, pero ahora en tiempo real y clave financiera y energética y televisada y más envilecida que de costumbre. Así como China y EE.UU. funcionan como megacorporaciones mundiales y duopolio mandante, complementario y conflictivo, los territorios marginales menos empobrecidos, lo hacen como mini-pymes. En la cadena global de valorización del capital, los tutelados desde hace tanto, realizan su aporte al desastre desarrollista en curso con sangre, enfermedades mentales, analfabetismo funcional, servicios varios, comercio asimétrico, y el fetiche de la creación de burguesías subsidiadas, como si la historia fuera lineal, unívoca, cuestión de poner el reloj a la hora y ya estamos.

Y como la crisis civilizatoria que arrancó a mediados de 2007 y no parece remontar –sino, consulten a los africanos, a los griegos, a los hondureños, a los españoles, a los argentinos, a los saharauis, a los palestinos, a los kurdos, a los paraguayos, a los tunecinos, a los haitianos, a los mexicanos, etcétera-, no ha provocado ninguna insurrección aún, en consecuencia, el capital –concentrado, deslocalizado, financiarizado y armado hasta los dientes por la deuda y la industria bélica-, venga de donde venga (¿a quién se le ocurrió que la hegemonía china es más benévola que la norteamericana?), devora y devora “a dentelladas secas y calientes”.

En suma, unas izquierdas derechizadas y unas derechas nazificadas. Unas izquierdas sin memoria ni imaginación, sin proyecto ni decoro, acariciando el mito de una suerte de socialdemocracia para pobres, pero sin colonias con qué sostenerla. Los límites del progresismo y el progreso únicamente para una minoría.

Los revolucionarios prudentes y comedidos, resignados, realistas que se nombran, a la defensiva, rabiosos y en compás de espera. Que no en compás de voluntad colectiva insubordinada y creativa. Los derechos humanos, o sea, la retaguardia, tornada en la vanguardia posible. Como si la lucha de clases  -independientemente de los aparatos populares pequeños y más grandes, los autoproclamados, los movimientismos arropados con zapatos viejos y con la extraña certeza de ser una solución y no un episodio, un momento en la recomposición de la fuerza social emancipadora- no existiera o fuera pura ideología. Como si la necesaria conducción política de los intereses de la mayoría explotada, asaltada, expoliada, endeudada, sobreviviendo al día, fuera cuento, manual, desafío y decisión prescindibles. Así la mayoría, sabiéndose explotada, asaltada, expoliada, endeudada, sobreviviendo al día, se la pasa comiendo lo que puede, recogiendo migajas de carbohidrato y programas sociales insuficientes e ineficientes. Rogando a los santos para conjurar a la muerte, comprando educación funcional, pésima asistencia sanitaria, vivienda  a cuotas de por vida, automóviles más caros que los hijos y, entonces, automóviles en vez de hijos; o bien dormitando en el transporte público o con la cabeza apoyada contra las vitrinas de las multitiendas, en la fila de los supermercados, colgando de celulares para hablar sin decir (que la comunicación virtual sólo produce relaciones virtuales, aparentes, falsificadas), consumiendo suerte en la lotería, esa gramática mágica que pueda lanzarte a una privadísima piscina aclimatada y a la renta de un paquete de acciones insignificante en el casino bursátil más próximo.

Mientras tanto, en el Chile transnacionalizado y reprimarizado –servicios financieros, cobre, litio y pinos embarcados a saco, retailer, asesorías mineras, agroindustria-, la Nueva Mayoría, hacia adentro, intenta parecer la versión posmoderna de la Unidad Popular de Allende con la bendición de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras a su reciente proyecto de reforma laboral, y hacia afuera, desesperadamente, trata de presentar la lucha centenaria del pueblo Mapuche como un acotado incidente delincuencial para no atemorizar a los capitales, procurando acelerar los planes de inversión atrasados en materia minera y energética. Siempre a costa de comunidades, agua, territorios útiles para la siembra. Y siempre a riesgo de la sublevación de localidades enteras, que ya nunca más de ambientalismo en pose cinematográfica, sino que de combate por la supervivencia, tan real como la sed, el hambre, el sitio donde morir.

El Estado de Chile abastecido de drones con dedicatoria al pueblo Mapuche que combina la guerra centenaria con el anticapitalismo y optimiza-actualizando la acción de golpear y hundirse en campo conocido. Desafiando el monopolio de la violencia estatal, ampliando la solidaridad chilena e internacional, voceando la libertad y la soberanía desde las cárceles; una vez más, quebrando la geografía de un país solamente zurcido en el discurso práctico de la milicia ocupante.

Y, claro está, los aparatos de inteligencia en competencia de cada una de las especialidades de las fuerzas armadas, los carabineros, las policías y de la propia Agencia Nacional de Inteligencia del gobierno (Anita, para los ex amigos y ex compañeros y ex hermanos).  Sin paranoia, pero con ojo que lee el editorial del poder, que todos los empeños populares independientes produzcan sus recaudos, su precaución planificada, que presten atención a los cazabobos, que se cuiden de las invitaciones, las ofertas y los cursillos provenientes de los personajes de pasado combatiente y presente mercenario. El proverbio de la inteligencia es doble: “Extermínelos antes de que crezcan y/o, extermínenlos cuando hayan crecido lo suficiente”.

Sin embargo, el terror de los dueños de todo, aunque instale cámaras, compre y forme aparatos de vigilancia contra todo lo que se mueva; ejecute leyes antiterroristas, se haga de policía política ex verde-oliva con todos los recursos a su disposición, sólo puede retardar lo inevitable y lo necesario. O lo inevitable por necesario. No es fatalismo ni determinismo históricos. Se trata de la voluntad colectiva que sistematiza la experiencia rebelde y revelada, es decir, que crea conocimiento. La fuerza social y popular en construcción que piensa-haciendo y que vuelve a pensar para depurar el hacer. Y que pensando-haciendo se multiplica, deletrea las relaciones de fuerza concretas y el estado del arte. Que pulveriza las fronteras interiores, que se internacionaliza, que reafirma su composición orgánica, de clase, con las potentes corrientes migratorias venidas de la vecindad continental y extiende su armadura hacia el género humano en lucha de todo el planeta; esa resistencia totalizada sin la cual, aunque en el 2015 se desmoronen las catedrales conocidas de la zurda, resulta cretino imaginar una sociedad humana en la naturaleza, autogobernada, sin clases sociales ni Estado, a cada cual lo que precisa para bien vivir, y de cada quien lo que mejor de sí puede ofrecer al conjunto. Esto es, ya no el trabajo asalariado, ya no el trabajo como maldición, sino que todo lo contrario: el trabajo como energía creadora, colectiva y existencialmente realizada y realizadora.