domingo, 29 de enero de 2012

Chile: La huelga de los telefonistas






Andrés Figueroa Cornejo

Unísono Soluciones de Negocio es una transnacional española de call center y funciona mediante trabajo tercerizado. Existe en Colombia, España y Chile, territorio más austral del mundo donde se emplean dos mil personas  como agentes telefónicos. Según  los estados de cuenta presentados al momento de negociar con los trabajadores, por segundo año consecutivo la empresa presentó pérdidas que bordean el millón de euros ($650 millones de pesos chilenos). Pero las corporaciones que forman la  Asociación Chilena de Empresas de Call Center (ACEC) han tenido  por más de 4 años un crecimiento sostenido del 20%, y según la contabilidad española, el 2011 Unísono facturó sobre los 100 millones de euros ($64 mil millones de pesos).
Como en los números Unísono ofreció una rebaja del salario, el 24 de enero la Coordinadora Sindical Unísono votó la huelga.

Francisco Bravo tiene 28 años, es director del Sindicato Empresa N°1 Unísono y representante de la Coordinadora Sindical Unísono desde hace dos años y medio. Francisco  dice que en la compañía “laboran principalmente mujeres, jóvenes y estudiantes. El sueldo es insuficiente para cubrir las necesidades de los trabajadores. En comparación con los que se desempeñan en Jazztel ganamos la mitad y un tercio de lo que obtienen los agentes de la misma empresa en España  por realizar el mismo trabajo”.

- ¿En qué condiciones trabajan?

“No son las mejores, pues el área administrativa de la empresa y de recursos humanos son bastante inoperantes. Siempre tenemos problemas con los pagos, no se entregan los contratos en los tiempos que se debe; se despide a gente sin contrato, y hay servicios en los que los agentes deben ir al baño en su tiempo de descanso o de lo contrario se les penaliza. Los niveles de rotación laboral son muy altos. De hecho, se podría cambiar todo el personal de la empresa durante un solo año. Muchos permanecen un par de meses o apenas semanas por las condiciones y el estrés laboral.”

     - ¿Qué tipo de negociación llevan adelante?

“La llamada negociación reglada. Sin embargo, la negociación en Chile es una farsa. La ley nos impide negociar colectivamente; el gobierno provee toda la información al patrón y la que el patrón nos presenta está maquillada a fin de mostrarse inhabilitado de poder realizar mejoras. Es decir, la ley le permite al empleador prepararse a fin de arreglar su producción y no verse afectado ni satisfacer las demandas de los trabajadores. En el caso nuestro, la empresa se encarga de derivar las llamadas que atendemos a distintos lugares que realizan los mismos servicios y así nunca se ve afectada. Nos mata. En Chile la ley permite hacer eso. Si bien, formalmente prohíbe la contratación de personal mientras se efectúa la huelga, no existe legislación donde no se contrata personal. Simplemente paga para que las llamadas se atiendan en otro lado y esa persona que atiende -a quien podríamos calificar de rompehuelgas virtual- no tiene idea por qué en ese período de tiempo le pidieron hacer horas extras o contestó  más llamadas de lo habitual.”

- ¿A qué tipo de negociación aspiran?

“A la negociación por rama o servicio ya que es la única forma de avanzar en condiciones laborales y contractuales más equitativas para hacerle frente a la patronal en una mejor situación de fuerzas entre capital y trabajo.”

     La toma del reloj

- ¿Qué reivindican y qué les ofrecieron?

“Demandamos un reajuste del 7%; el traspaso del sueldo variable íntegro al sueldo fijo;  un bono para el trabajador estudiante; reajuste de acuerdo a la inflación acumulada anual desde este mes; un bono de colación de 4 dólares ($2 mil pesos) diarios y un bono de movilización equivalente a 3 pasajes diarios.

La empresa nos ofreció el traspaso de un 63% del salario variable al fijo; un reajuste respecto de la inflación acumulada anual desde enero de 2013, y un 2% de reajuste para movilización, colación y sueldo base. Además pretenden generar 3 categorías de trabajadores dentro de la empresa, con diferencias de sueldo de 61 dólares ($30 mil pesos) entre el de 1ra y 3ra categoría.
Sumado todo,  ganamos menos de lo que teníamos. Por eso estamos en huelga y cada día que pasa aplicamos más audacia a nuestras acciones, las llamadas de los servicios que contestamos están siendo derivadas a otras empresas dentro y fuera de Chile; hemos recibido solidaridad de otros call centers, de sectores de la construcción, del retail y profesores; sindicatos de telemarketing de la CGT de España.”

     - ¿Hasta dónde piensan llegar?

“Hasta donde los trabajadores estén dispuestos. Ninguna decisión o acción se piensa y hace fuera o sobre ellos. La participación de muchos trabajadores ha sido ejemplar en la huelga, en las acciones que se organizan y en cómo se ha ido perdiendo el miedo a romper la ley o la regla. Hemos paralizado la producción de la empresa durante varios días seguidos. Los mismos trabajadores  han resuelto desalojar las plataformas e impedir que los demás trabajen, que es la única forma de hacer presión efectiva. Nuestras acciones han ido en crecida, gestándose un movimiento importante que no habíamos visto antes. Se han alcanzado niveles de conciencia, unidad y apoyo que anteriormente no se habían visto.”

-¿Qué tipo de sindicalismo propulsan?

“El sindicalismo clasista, combativo, ese que va a la pelea, que apela a la construcción de un movimiento social, que apunta a construir poder popular, trabajado desde las bases, comprometido y activo. Ese que lucha por los derechos y dignidad de los trabajadores.”

- ¿Qué clase de empresariado enfrentan?

“Uno bastante complejo. Se trata de empleo tercerizado y transnacional, de capital que gana con mano de obra precaria y trabajadores poco participativos por la flexibilidad laboral, los turnos rotativos y el trabajo part-time. Eso le da al empresario una gran ventaja sobre nosotros. Además que no existe legislación para el tipo de trabajo que realizamos. Nos hemos encontrado muchas veces con fiscalizadores de la Inspección del Trabajo que no saben cómo resolver los conflictos, o bien no entienden las estructuras de pago, lo que hace muy difícil poder sancionar al empleador. Las denuncias y demandas por lo general se solucionan a favor de la empresa. Por otro lado, son corporaciones que funcionan bajo la lógica de los capitales golondrinas, es decir, como su principal gasto son los ‘recursos humanos’, el personal, se  pueden llevar la inversión a cualquier lado, ya sea porque los trabajadores se organizan o porque pueden pagar menos en otros lados. Así es el caso de Movistar que ahora lo atiende Colombia o Perú. La deslocalización es un gran problema pues funciona arrendando todo.”

      - ¿Qué perspectivas tienen del conflicto?

“Vamos a seguir radicalizando las acciones para lograr volver a una instancia de negociación con la empresa, que se ha mostrado muy negativa al diálogo resolutivo. Sólo lloran diciendo que no tienen dinero, pero sabemos que eso no es así.

Por ahora estamos en la lucha y con la toma del reloj de la Estación Central conseguimos una reunión con la gerencia, esperando que salga humo blanco y solucionar el conflicto. En todo caso, ya consideramos que el desarrollo de esta huelga es una victoria para el movimiento social, pues estamos aportando a la acumulación de fuerzas necesaria para avanzar en la organización de los trabajadores.”




Enero 29 de 2012

miércoles, 25 de enero de 2012

Enero en Argentina: Comenzó el rock





Andrés Figueroa Cornejo


Uno.

El obrero Pablo Díaz que trabajaba en el predio de la minera Vale do Río Doce en el puerto de Bahía Blanca (al sur de la provincia de Buenos Aires), en medio de una tormenta bíblica, fue arañado fatalmente por un rayo.  Se desconocen casos de empresarios al respecto.


Dos.

Es verdad. El actual gobierno argentino no tiene por qué hacer el socialismo y ni siquiera tiene que pavimentar el camino hacia una fase post capitalista. Por una parte -la menos importante-, no está en su programa ni en su práctica concreta y discursiva; y por otra -la más importante-, una nueva etapa histórica caracterizada por la hegemonía de los intereses de los trabajadores y el pueblo es labor de las grandes mayorías. Y el socialismo no es un modo de producción totalmente otro que el capitalismo. Eso será el comunismo. La socialización de las fuerzas productivas y la caminata dura por terminar con la apropiación privada del excedente socialmente producido, es un combate. Un período inacotado y determinado por las relaciones de fuerzas internacionales, regionales y nacionales. Algo parecido al socialismo anticapitalista (¡ahora es preciso adjetivarlo para no confundir el menú todavía más!) es un trecho significado por la exposición multidimensional y desembozada de la lucha de clases, donde el pueblo trabajador  lleva una ventaja parcial sobre la minoría gran propietaria que económica, política, diplomática, mediática y militarmente ofrecerá resistencia mortal ante la perspectiva cierta de la pérdida de sus privilegios naturalizados por siglos de dominación. Esa ventaja parcial de las fuerzas sociales que producen la riqueza; que siembran cereales y fabrican tecnología atómica; que construyen viviendas, educan, pintan, laboran en servicios, historian y novelan desde la emancipación del género humano, se expresa siempre por abajo como movimiento contradictorio ante la vieja sociedad, y luego se juega estratégicamente en el desmantelamiento del Estado tal como se conoce hoy. La participación en la democracia burguesa o dictadura del capital, e incluso hacerse del gobierno, es sólo parte de una forma para facilitar la organización popular, su cabeza y sus pies, y liberar la edificación del poder de los desheredados. Lo cierto es que sin armadura teórica y material, los trabajadores y el pueblo carecen hasta de la oportunidad de ser derrotados.   

Es una perogrullada que frente a la mundialización del capitalismo y sus matices, el socialismo anticapitalista debe avanzar -desigualmente y de acuerdo a los complejos regionales- de manera mundial. Cualquier proyecto de poder con el horizonte puesto en el fin  de las clases sociales y del mismo poder de unos sobre otros, debe considerar cardinalmente ese carácter ampliado de la liberación humana. De lo contrario, contiene en su seno las pistas de su próximo fracaso.   

Por eso, y otras innumerables razones, al Ejecutivo argentino es preciso observarlo con las armas de la crítica mientras se propugna en el movimiento real de los trabajadores su organización altamente politizada, con la mira en el poder como un medio históricamente limitado para acabar con él y las relaciones sociales y de reproducción de la existencia que lo justifican. A aquellos sectores que se decepcionaron rápidamente –algunos sin siquiera dar batalla- y a otros que sí enfrentaron la represión  y que hoy colaboran disciplinadamente con el capitalismo a la argentina, ni siquiera hay que denunciarlos de posibilistas. Menos de reformistas o socialdemócratas. Esas categorías no dan cuenta de la naturaleza del gobierno y sus funcionarios. En Argentina no existe reformismo ni socialdemocracia. Sólo existe el capitalismo puro y duro del siglo XXI propio de un país empobrecido y dependiente: concentración del excedente, desigualdad galopante, intensificación de la explotación del trabajo asalariado, primarización económica, destrucción de recursos naturales sin repuesto, dominio del momento financiero de la reproducción capitalista, programas sociales con tope y dispositivos de alienación para regimentar  precavidamente un eventual ciclo de luchas sociales. Sí, en Chile parece peor. Pero Chile es vanguardia del ultraliberalismo. Habría que ver si los propios eslabones mexicanos y colombianos están a su altura. Y también es preciso testear qué estilo es el que está cruzando la cordillera andina en estos momentos. ¿Chile se argentiniza o Argentina se chileniza? Los ajustes estructurales, los programas sociales focalizados, la transnacionalización de la economía (con disfraces jurídicos o al desnudo), las privatizaciones, el daño irreversible de los ahorros  previsionales, las leyes antiterroristas, el patrón primario exportador, la intervención estatal para rescatar a los dueños de todo cuando están en aprietos, la represión contra los pueblos originarios y la desobediencia civil, la tercerización laboral (si la mitad de la fuerza de trabajo argentina está ‘en negro’, informalizada, entonces el subcontratismo no necesita cobrar las dimensiones chilenas), son materia aprobada con fondo de carnicería desde la segunda mitad de los 70’ del siglo anterior en Chile.

El anticapitalismo en Argentina tiene el deber objetivo de hundirse en el movimiento real de los trabajadores y el pueblo; aprovechar sus impulsos espontáneos gatillados por el empeoramiento general de la vida para adquirir tonelaje político, para conducir-participando; alimentarse y alimentar una nueva generación de insubordinados que actualice el proyecto de una sociedad distinta a la capitalista. Es decir, tonificarse con celeridad unitaria, amplia, radicalmente democrática, muy lejos de las capillas, los aparatos, los manuales trasnochados y la autoexclusión respecto del propio pulso popular. Salir por fin de la fotografía en blanco y negro, y convertirse en largometraje en 3D. Y ello jamás significa hipotecar principios, objetivos estratégicos ni memoria. Sólo que los principios, los objetivos estratégicos y la memoria son condición insuficiente para transformarse en alternativa política desde, con y para las grandes mayorías. En fin, montados sobre el análisis concreto de la realidad concreta y no sobre recetarios y sectas, llegar a ser pueblo en lucha, construcción genuina de fuerza social de mayorías, con proyecto y orgánicamente democrática, independiente e insobornable. 


Tres.

En la coyuntura, Argentina sufre una crisis inflacionaria y de déficit  público (8 mil 600 millones de dólares el 2011) que en vez de remontarse con industrialización, nacionalizaciones e impuestos sustantivos al capital, pretende solucionarse mediante recorte de subsidios, salarios bajo el costo de la vida y reprimarización privatizada de la economía.

Asimismo, la administración de turno, fuera de toda propaganda, canceló el 2011, sólo en intereses, 9 mil 500 millones de dólares de la deuda pública que alcanza los 175 mil millones de dólares. Y pese al mayor gasto social, según las propias cifras desacreditadas del gobierno, la pobreza en el país raya el 25 %. El crecimiento está numerado en alrededor de un 4 % para el 2012. Ni los programas sociales ni la expansión económica dan como resultado una distribución del ingreso y de la riqueza socialmente producida menos inequitativa. Incluso con un 42 % de la población total percibiendo un salario, casi al borde técnicamente del pleno empleo. ¿Por qué? Porque aunque exista cesantía de un solo dígito, el movimiento del capital tiende a la concentración del excedente producido colectivamente y satisface sus tasas de ganancia a través de la súper explotación del trabajo (la mitad de la fuerza de trabajo está ‘en negro’, remunerada muy por debajo de los promedios de los trabajadores sindicalizados y en condiciones infrahumanas, sin seguridad social ni derechos de ninguna especie), el despojo de recursos naturales (megaminería y abuso del suelo que demanda la industria agropecuaria) con daños económicos y culturales  tanto a los pueblos originarios, como a las comunidades en general donde invasivamente se hincan sus intereses; y la tutela de las bolsas comerciales y financieras donde se especula y dictamina el precio de las mercancías.

Las novedades de enero son la obligatoriedad de hacerse de la tarjeta digital para emplear el transporte de personas en Buenos Aires, y los resultados de la primera negociación colectiva o paritaria del año entre trabajadores y empresarios. Junto con el incremento de un 127 % del precio del boleto en el subterráneo o metro capitalino, ahora la gente de a pie tiene que abrirle un crédito al transporte, pagando por adelantado los viajes que todavía no ha realizado. Igual que en Chile. ¿Qué se hace con el dinero cancelado con antelación al uso real del transporte colectivo mediante la tarjeta? ¿Duerme dentro de la tarjeta o se emplea en asuntos que desconoce la población? ¿Qué ocurrirá con la gente que anda con los ‘pesos justos’ para el viaje diario? ¿Ganan los usuarios con esta medida?

Por otro costado, 15 mil trabajadores de la industria aceitera de la Ciudad de Buenos Aires, San Luis, Bahía Blanca, Rosario, fundados en una investigación efectuada por la Universidad Nacional de Rosario sobre el precio de la canasta básica de una familia tipo (mil 460 dólares), lograron un reajuste salarial del 24 %. Es la primera negociación de 2012 y, en consecuencia, tendrá un impacto significativo en la seguidilla de paritarias que se resolverá durante el primer cuarto del año. Para llegar a ese porcentaje, los trabajadores debieron tomar medidas de fuerza con el fin de “sensibilizar” al empresariado del sector.  Ahora bien, se trata de una negociación donde se concordó un 24 % de  aumento remuneracional. Y el gobierno, a través del Ministerio del Trabajo, obligó el acuerdo. Por tanto, la inflación real supera ese porcentaje.


Enero 25 de 2012

martes, 17 de enero de 2012

Verano en Argentina: Aumenta temperatura social





Andrés Figueroa Cornejo


Uno.
El viejo truco de anunciar ajustes económicos antipopulares inmediatamente después de las elecciones presidenciales todavía funciona en Argentina. El empleo de esa triquiñuela cobra sentido en una nación que ha sido gobernada históricamente de manera vertical, sin participación ciudadana salvo por el recurso de la fuerza ante la sordera del mando. Los gobiernos de turno –y el actual al parecer, no quiere ser distinto- en el territorio de Maradona y Perón, el paternalismo y, por tanto, la desconfianza en los trabajadores y el pueblo es la relación predominante de los de arriba. ¿Qué encierra ello? Un miedo severo de clase que, en consecuencia, justifica  el ejercicio alienante de intentar infantilizar políticamente a las grandes mayorías. Por eso desde el Ejecutivo y la oposición tradicional se apela sistemáticamente a un populismo que procura fortalecer que la historia la hacen ‘los personajes’ mediante frecuentes puestas en escena y la reproducción simbólica de la autoridad unidimensional como “salvador” o “demonio”. La práctica en cuestión facilita el éxito parcial y  a corto plazo del populismo; esa emotividad edulcorada para aplicar medidas de alto impacto, y los guiños frecuentes, descafeinados, sin contexto ni proyecto, y vaciados de contenido hasta del Che Guevara, independientemente de la simpatía o no que se tenga por su legado.


Dos.
Pese a reunir más de 200 mil firmas en menos de 10 días contra el alza de un 127 % del transporte subterráneo en la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores de ese medio y las organizaciones sociales y políticas que condenan el aumento del pasaje, la justicia, en primera instancia, desdeñó tanto los recursos legales para detenerlo, como las firmas de los usuarios. La medida adoptada por el gobernador de Buenos Aires, el ultraliberal Mauricio Macri, tuvo su origen en el retiro de un 50 % del subsidio estatal al subterráneo metropolitano. De esa manera, el gobierno nacional busca dañar la figura de uno de los más bullados precandidatos a las próximas presidenciales. Si Macri es coherente con el programa  de los hijos de la Escuela de Chicago, en el 2013, cuando se acabe incluso el subsidio del 50 % fiscal, el incremento de los viajes podría, al menos, duplicarse. En este sentido, la ciudadanía no hará diferencia entre Macri y el Ejecutivo nacional. Lo que se destruye, tanto con la argucia palaciega, como con el comportamiento esperable de Macri es la credibilidad de la gente en los ‘políticos y partidos profesionales’. Pero como los de arriba consideran a los trabajadores y sus familias ‘seres incompletos’, ‘adolescentes’, clientela y objeto, hasta ahora, hacen vista gorda e imponen simplemente. La manera en que un  individuo, un grupo de interés o una clase observa al que considera  un otro- subordinado (para disciplinar, castigar o ‘edificarle’), revela justamente la frontera de sus propias habilidades políticas y cognitivas. Y la subestimación del otro no es una categoría moral. Es bélica.


Tres.
El crecimiento de Argentina se funda sobre el precio en las grandes bolsas financieras del mundo de la primarizada explotación  agrominera (commodities, cuya parte de soya y granos está a la baja producto del declive de la demanda y la sequía en los campos);  la dependencia de sus exportaciones  a Brasil, Europa y China; y los ahorros previsionales estatizados de los asalariados. Conocido el panorama mundial, y en  particular, la intensificación de la crisis del capital desde el centro hacia su entorno el 2012, el país se encuentra ante un ciclo de contracción económica, caracterizado por el agotamiento del superávit fiscal, la fuga de capitales e inversiones dolarizadas, una de las mayores inflaciones del planeta y la precarización del trabajo.

Como las últimas administraciones no renacionalizaron el capital financiero ni las principales industrias privatizadas durante los años del menemismo; tampoco reindustrializaron nacionalmente ni elevaron de modo sustantivo el importe a las utilidades del capital y al abuso del suelo, entonces ahora, con cierta desesperación ambiental, mediante leyes y solicitudes a los dueños de casi todo, buscan controlar su política cambiaria a través de la compra y ahorro de divisas y a costa del recorte de las iniciativas subsidiarias y populistas que, como un todo, golpean a la mayoría argentina.

Según la Encuesta Permanente de Hogares del desacreditado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC, intervenido desde el 2007) del tercer trimestre de 2011, casi un 28 % de habitantes vive con $ 27 pesos diarios (US$ 6), y la mitad de esas personas sobrevive con $ 18 pesos al día (US$ 4). Es verdad, la sal cuesta menos de $ 2 pesos. Pero el kilo de manteca, $ 35 pesos. El calzado en una tienda cualquiera no baja de los $ 180 pesos y un kilo de pollo vale $ 10 pesos. Ni hablar de vestuario, artículos informáticos, tecnología, recreación y de la enorme especulación inmobiliaria en un país donde escasean 3 millones de viviendas, cifra que suma y sigue diariamente. Y para el organismo gubernamental, una familia de 4 personas no es pobre si cuenta con más de $ 45 pesos al día (US$ 10). De acuerdo al informe, de los 17 millones de ocupados del país, casi 12 millones obtienen un ingreso menor a $ 2.300 pesos al mes (US$ 535). Y de los ocupados, por lo bajo, el 35 % trabaja informalmente, sin derechos laborales ni seguridad social (el Observatorio Social de la Universidad Católica de Argentina arroja que, en realidad, más de un 50 % de la fuerza de trabajo está ‘en negro’).

Como toda sociedad capitalista ‘de verdad’, los números del INDEC dicen que la concentración de la riqueza y las desigualdades sociales tienen su primavera.   El 20 % más empobrecido de la población percibe el 4,2 % del excedente socialmente producido, y el 20 % más rico se queda casi con la mitad del total. Naturalmente que al ir acortando los porcentajes extremos, las diferencias de concentración versus miseria se disparan con mayor violencia.

La deuda pública externa (según guarismos de septiembre de 2011) supera los US$ 230 mil millones, si se considera que el gobierno cancela a sus acreedores externos acudiendo a nuevos préstamos, pero esta vez salidos de entidades nativas y que corresponden a puro trabajo argentino acumulado sin mediaciones, como el Banco Central y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) que administra los ahorros previsionales y jubilatorios de los asalariados. La administración argentina paga afuera, creando deuda adentro. Es decir, se está frente a una colosal y genuina deuda ‘nacional y popular’.  

Debido a  la inflación, el venidero aumento del transporte (entre otros factores, por el sobreprecio coludido del oligopolio petrolero privado) y el incremento próximo de los servicios básicos debido a la retirada de subsidios a las industrias asociadas (que como queda demostrado, jamás fue una solución de mediano aliento siquiera), hasta las dirigencias de las centrales sindicales que votaron a la actual Presidenta (como la Central de Trabajadores de Argentina que lidera Hugo Yasky) anunciaron que no lucharán por un reajuste salarial inferior al 25 % durante las negociaciones que se desarrollarán en el primer tercio de 2012, toda vez que el gobierno central ha dictado más o menos claramente que la demanda salarial sólo debe bordear el 18 %. De este modo, muchos dirigentes sociales se explican bien la aprobación de la impopular Ley Antiterrorista impacientemente propugnada por el Ejecutivo, y sus consecuencias contra el movimiento de los trabajadores y el pueblo.

Desde arriba, ya existe la  precautoria cubierta jurídica ante el temor de un período explícito de lucha de clases. Desde abajo, comienza a organizarse con celeridad la indignación frente al empeoramiento general de la vida.


Enero 17 de 2012

jueves, 12 de enero de 2012

Buenos Aires: “Contra el ‘tarifazo’ estamos todos menos Macri”


Entrevista con el Secretario General de los trabajadores del transporte colectivo subterráneo de la capital argentina, Roberto Pianelli.




Andrés Figueroa Cornejo


A Roberto Pianelli, Secretario General de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y  Premetro (AGTS y P), se le ubica reuniendo firmas contra el aumento repentino del pasaje de ese medio de transporte en la estación Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con una sensación térmica que raya los 40º, Pianelli, luego de beberse del gollete media botella de agua, explica que su organización “existe de manera independiente desde hace dos años. Tenemos mil 500 asociados, logramos terminar con la subcontratación, laborar 6 horas al día, y nos fuimos de la Unión Tranvía y Automotor porque siempre fue colaboradora de la empresa concesionaria del Subte”.

En 1994, el transporte subterráneo, siendo propiedad del Estado, fue concesionado hasta la hora actual a Metrovías S.A., perteneciente  al  Grupo Roggio que tiene inversiones en la construcción, servicios sanitarios, turismo, informática, inmobiliarias y un largo etcétera.

El dirigente sindical cuenta que “luego de las elecciones nacionales recién pasadas se entregó la administración del Subte al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, cuyo jefe es uno de los precandidatos a las próximas presidenciales, el derechista y empresario Mauricio Macri, y añade que “el primer gobernador de la Ciudad que pidió la concesión del Subte fue Fernando de la Rúa y el presidente Carlos Menem se lo pasó sin subsidios. Entonces de la Rúa lo abandonó en la legislatura de Buenos Aires y nunca se hizo efectivo el traspaso”. Sólo ahora se realiza, pero con un 50 % de subsidio del gobierno nacional por un año y nada más.

El Subterráneo de Buenos Aires es el cuarto inaugurado en el mundo y el primero en Iberoamérica. Nació en 1913. Sin embargo, tiene menos longitud que el de Chile, construido muchas décadas después. Se nacionalizó a mediados del siglo pasado y hoy viaja un millón y medio de personas al día.

La transferencia administrativa del Subte se anunció  el martes 2 de enero. Por la tarde de ese mismo día, Macri manifestó que se tomaría 90 días para estudiar el asunto y luego se resolvería qué hacer. Sin embargo, a las 24 horas, el presidente bonaerense informó que el pasaje  aumentaría un 127 % (de US$ 0,26 a US$ 0,6) desde el viernes 6 de enero, “vulnerando la Constitución de la Ciudad que lo obliga  a llamar a Audiencia Pública con 45 días de anticipación para revisar el contrato de concesión, ver los números reales de la empresa y el propio estado del material rodante, etc. Es decir, el acuerdo era que el Estado subsidiaba con 460 millones de pesos (US$ 107 millones anuales) y el gobierno porteño con otra cifra similar. Hasta entonces el subsidio fiscal era de 800 millones de pesos  (US$ 186 millones al año). Con los nuevos números, el remanente de 2012 se emplearía para invertir en mejoramientos. Pero Macri se ahorró su parte del subsidio cargándoselo a los usuarios”, indica Pianelli, mientras suda y permite el ingreso gratuito de los usuarios a la estación.


MÁS ALLÁ DEL CORPORATIVISMO SECTORIAL


-Algunos consideran que el traspaso de la administración del Subte a Mauricio Macri con sólo la mitad del subsidio por 12 meses, es una forma en que el gobierno nacional le endilga a uno de sus principales competidores políticos  un servicio problemático con el fin de dañar su gestión… ¿Por qué Macri acepta?

“Macri siempre quiso tener la administración del Subte. Es un servicio estratégico a través del cual se puede prestigiar y realizar una campaña electoral que puede reportarle grandes dividendos en la provincia clave de Argentina, por su densidad y naturaleza política.”

-¿Qué pensaron antes de realizar la acción de liberar los molinetes en la tarde del viernes 6 de enero?

“Por un lado, que se estaba castigando a quienes ocupan el Subte que son, en su inmensa mayoría, trabajadores y pueblo. Por eso se llenan los carros en las horas de ingreso y salida de los empleos. Como trabajadores del Subte, no pagamos pasaje, pero tenemos familias y un entorno social que lo usa y cancela diariamente. No seremos cómplices del empeoramiento de la vida de la gente más sencilla. Y por otra parte, pensamos que debíamos ofrecer una señal fuerte para marzo, cuando llegue la hora de que el gremio negocie  sus condiciones laborales con el Ejecutivo citadino.”


TODOS MENOS UNO


-Hubiera quedado como una protesta importante, pero simbólica. ¿Qué hicieron luego?  

“Ese viernes por la noche convocamos por los medios de comunicación  a todas las organizaciones sociales, de consumidores, culturales, sindicales, políticas de la Ciudad, que estuvieran contra el ‘tarifazo’.”

-¿Y cómo les fue?

“Llegó el más amplio espectro social y político que había visto reunido en mi vida. Estaban desde las organizaciones anticapitalistas más radicales hasta el partido del gobierno nacional, y todas las centrales sindicales. Nosotros les dijimos que sabíamos que en la reunión se encontraba representado un sinfín de diferencias, pero que a nosotros sólo nos interesaba que se cumplieran dos cosas: que se frenara el ‘tarifazo’ y que se realizara la Audiencia Pública como indica la Constitución de Buenos Aires. Así se creó la Multisectorial. Entonces se convino recolectar las firmas durante esta semana, manteniendo la liberación de molinetes en las horas punta de las estaciones más concurridas. Serán más de 100 mil firmas  cuando las hayamos entregado a la Defensoría Popular y a la Justicia.”

-¿Qué ha hecho la empresa?

“Nos mandó un centenar de telegramas diciéndonos que la protesta estaba entorpeciendo las labores habituales del servicio. Pero nosotros efectuamos la actividad fuera de nuestro horario de trabajo.”


CONTRA LA INCERTIDUMBRE, LUCHA


-¿Cómo opera la Audiencia?

“Allí participan los legisladores y todas las fuerzas sociales a quienes les afecta el asunto. Es el espacio más democrático que existe en la legislación de la Ciudad. Por lo mismo, es un lugar altamente expuesto a la opinión pública. Nos podríamos preguntar socialmente qué Subte necesitamos, y responder de manera fundada, con conocimiento de causa, y colectivamente  esa pregunta.”

-¿Qué pasa si la Justicia, que debe dirimir muy pronto, aprueba el ‘tarifazo’?

“La lucha sigue con más fuerza, especialmente en marzo.”


LA INDEPENDENCIA POLÍTICA POR DELANTE


-¿Esto no es un espaldarazo político al gobierno central?

“No. Definitivamente. Es cosa de ver la composición de la multisectorial que se formó. Además nuestro gremio ha tenido conflictos con todos los gobiernos de turno desde hace 15 años. Asimismo, por ejemplo, estamos en contra de la Ley Antiterrorista que promueve la Casa Rosada.”

-¿Y si la mentada ‘quita’ gradual de los subsidios a los servicios básicos de agua, electricidad y  gas llegará a afectar la economía de los asalariados y los empobrecidos, qué haría el gremio que diriges?

“Lo mismo que ahora.”
  

Enero 12 de 2012


miércoles, 4 de enero de 2012

Chile: La Patagonia en llamas y otros acertijos





Andrés Figueroa Cornejo


1. Por lo menos 15 mil hectáreas patagónicas del  Parque Nacional Torres del Paine (declarado Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1978) anclado en la Región de Magallanes y Antártica Chilena y riquísimo en bosque nativo, han sido destruidas desde el 27 de diciembre de 2011 por un incendio atribuido, hasta ahora, al militar del Estado de Israel, Roter Singer.

Al respecto, el senador por La Araucanía, Eugenio Tuma, señaló que “No es normal que el gobierno israelí envíe contingente militar de casi 10 mil individuos, supuestamente licenciado, para hacer turismo en la Patagonia. Una cosa es el libre tránsito de los turistas, pero otra es que un Estado financie y organice a sus ex reclutas y disponga su traslado a un te­rritorio al parecer como terapia frente al estrés”, y agregó que Roter Singer “Llega a Chile, se hospeda en un hostal exclusivo para israelíes, su abuelo nos notifica que es un buen muchacho que viene de formar parte de una unidad de combate del ejército israelí y sus únicas declaraciones a la prensa las hace a una radio militar de Tel Aviv”.

¿Pero resulta tan extraño el ‘incidente’ que gatilló la tragedia, el tipo de personaje que la habría ejecutado y el lugar?

En 1895, Theodor Herzl escribió “El Estado judío”, manifiesto matriz del sionismo que, según interpretaciones expansionistas posteriores, en la actualidad fundamenta el crimen colonialista contra el pueblo de Palestina. En la época, una de las alternativas alentadas por el entonces imperio británico era, precisamente, establecer a los isrelíes en la Patagonia argentina. Y el Parque Torres del Paine  limita al norte con el Parque Nacional Los Glaciares de Argentina. ¿Pura casualidad?

Según el abuelo del militar  Roter Singer que habría originado el incendio, el sujeto “sirvió en una unidad de combate en el Ejército de Israel". Es decir, Singer es parte de uno de los ejércitos mejor armados del planeta (y nada menos que por EE.UU., que produce ella sola la mitad de la tecnología militar del globo), y que adiestra a sus tropas en la soberbia de la ocupación, en la sorna de su dominio súper apertrechado por el imperialismo norteamericano, en el ejercicio concreto y psiquiatrizado de pretender doblegar cotidianamente a un pueblo empobrecido mediante la militarización, puntos de control  contra la población civil, encarcelamientos, torturas y asentamientos invasivos crecientes; la asfixia económica y el racismo del  que irónicamente alguna vez fueron víctimas los  mismos judíos en su punto más atroz, por la Alemania nazi.

Basta citar la Operación Plomo Fundido y su saldo ominoso de 1400 palestinos asesinados, entre ellos más de 300 niños, ejecutada, justamente, un 27 de diciembre de hace tres años. Si cuando los marines   llegan al puerto de  Valparaíso, sus ciudadanos deben encerrarse en sus casas debido a la prepotencia y ‘excesos’ de la Armada imperial, resulta sencillo imaginar la ‘disposición combativa’ de un militar israelí proveniente de similar escuela, de la parte que oprime y castiga impunemente, en medio del fin del mundo, ‘en tierra de nadie’, con poder, alojamiento y recursos.

¿Por qué se comunica informal, no oficial,  pero frecuentemente de presencia y propiedades (suelo, comunidades y edificaciones) israelíes en la Patagonia tanto argentina, como chilena? ¿Se trata de una posición geomilitar estratégica para el Estado sionista? ¿Puro placer turístico? ¿Y qué han hecho los gobiernos de Chile y Argentina al respecto en las últimas tres décadas? ¿De dónde viene el silencio? ¿Es sólo mito del “palestinismo internacional”, otra teoría de la conspiración, paranoia, azar, o dinero, influencia y relaciones de poder?



2. Si bien toda encuesta o ‘investigación de mercado’ resulta interesado, el Centro de Estudios Públicos (CEP) se ha caracterizado por dar pie en bola en asuntos relevantes, más que cualquiera otra empresa de esta naturaleza en Chile.

Tal como se proyectara hace casi un año atrás (http://alainet.org/active/43639&lang=es), la administración de Sebastián Piñera nació con los días contados. De acuerdo a la recolección de datos que se efectuó entre el 11 de noviembre y el 11 de diciembre de 2011 por el CEP, el presidente chileno se hundió como plomo hasta las honduras de la opinión pública con un 23 % de aprobación. Sólo un 22 % de los encuestados confía en su gobierno; y apenas el 20 % estima que el Ejecutivo ha hecho “bien o muy bien” las cosas en el plano económico, un 18 % en el empleo, un 14 % en la salud, y un 8 % en la pobreza.

En otros ámbitos, únicamente un 16 % de los consultados considera que la democracia chilena funciona “bien o muy bien”; un 18 % confía en la empresa privada, un 13 % en el Congreso (ambas cámaras), y un 7 % en los partidos políticos existentes. El 20 % se identifica con la Concertación, el 13 % con la Coalición por el Cambio (en el gobierno); y el 4 % con el Juntos Podemos. El 60 % de la gente con nadie. Y de los políticos más importante de la Coalición por el Cambio, campea Ninguno con un 22 %, y lo sigue Laurence Golborne con un 20 %, Andrés Allamand con 5 %, Pablo Longueira con 4 %, y Joaquín Lavín  con 2 %.

Los números no hacen más que confirmar la crisis estructural en materia de credibilidad que sufre, tanto la democracia representativa y encorsetada del país,  como el sistema de partidos políticos y las instituciones centrales del Estado. Naturalmente, no todo ello es producto del movimiento estudiantil, ecológico y mapuche que marcó la agenda social el 2011. Más bien, ocurre a la inversa. Las componendas políticas larvadas antes del mismo retorno pactado de los gobiernos civiles hace más de dos décadas simplemente ya no son hegemonía político-cultural. Ello no comporta por sí solo una crisis de gobernabilidad que demandaría, al menos, una alternativa política madura que proveniente del movimiento concreto de los trabajadores y el pueblo (en su sentido más amplio e inclusivo), insubordinado por abajo, por el medio y por arriba, pero sustantivamente por abajo, ya hubiera hecho temblar los sostenes precarios del mero rito electoral del capitalismo ultraliberal que conduce Chile desde mediados de los 70’. La democracia de papel combinada con el capitalismo de vanguardia se expresa como negación de las reivindicaciones de las grandes mayorías y la lucha abierta por sus intereses históricos.

Por eso, las elecciones municipales de 2012 no son una báscula cierta de las relaciones de fuerza de nada, y la aprobada ley de inscripción automática y votación voluntaria tampoco garantizan una calcificación de la decadencia institucional de las clases mandantes, ni de los ‘grupos de interés’ que se ofrecen una vez más, como mejores administradores de un sistema que evidencia que el crecimiento económico, control de la inflación, políticas monetaristas ‘equilibradas’ y desempleo ‘a raya’, en caso alguno significa mejor vida para la inmensa mayoría nacional. Es falso que las variables macroeconómicas mencionadas amortigüen las desigualdades extraordinarias, la precarización y explotación intensiva del trabajo, la proliferación de enfermedades mentales, la delincuencia salida del empobrecimiento y la alienación, la lucha de clases, y la inestabilidad potencial de la gobernabilidad. A diferencia de ayer, de llegar hasta las elecciones generales de fines de 2013, esta vez, Michelle Bachelet sólo podría ganar como ‘el mal menor’. Ello pospondría por tiempo breve la intensificación de las luchas sociales ante facciones de la ciudadanía, del pueblo trabajador, cuando ahora son millones quienes han perdido la inocencia. Es  altamente probable que la carta del imperialismo norteamericano –Bachelet- para el 2013 obtenga más votos que el ministro Laurence Golborne. Pero ello no cambia radicalmente en nada la acumulación de descontento sistémico y su eventual organización superior.

Si se concede que sólo fracciones del movimiento estudiantil que estremeció el 2011 alcanzaron estadios de politización más que significativas -independientemente de cierto corporativismo universitario basado en la desactualizada creencia de que la educación por sí sola contiene el mejoramiento de la situación económica y social individual, toda vez que la tendencia habla, salvo excepciones, de la proletarización pura y dura de los profesionales universitarios-, ya ese fenómeno escenifica la irrupción objetiva de nuevas fuerzas sociales con convicción de poder. Resulta casi una paradoja que los estudiantes secundarios más que un gran porcentaje de  universitarios, que los ‘pinguinos’ que comenzaron el movimiento del año pasado, sean el sector más resuelto y claro en los objetivos estratégicos del combate social (http://rebelion.org/noticia.php?id=122795). Por eso no es extraño que la represión estatal se haya ensañado especialmente contra ellos, no sólo mediante la armadura policial directa, sino en estos mismos días, cancelando arbitrariamente matrículas, clausurando a la fuerza establecimientos, abriendo sumarios en período de vacaciones. La clase que todavía ordena (y que es un tramado de intereses corporativos transnacionales, y en particular, financieros) sabe bien dónde golpear.

En este sentido, y más allá de los intentos de instrumentación orgánica de esa franja joven –desde el poder, por derecha, centro e izquierda, como se dice “en antiguo”- fabricada de estudiantes y trabajadores con poco tiempo en el mundo laboral y menos sindical, son la fuerza mínima necesaria para la creación de un proyecto societal y político que, con audacia probada,  abarque los intereses y la materia en acción del conjunto del pueblo. A muchos de los políticos especialistas de todo el arco existente les llegó la hora de jubilarse (lamentando de paso las condiciones en la que lo harán con las pensiones de miseria que ofrecen las Afes). Y los viejos-jóvenes, y no tan viejos-jóvenes, rehabilitados de las derrotas, la melancolía y de los paradigmas trágicos de la guerra fría a nivel nacional e internacional, les cabe ganarse en la práctica y la voluntad de rehacerse, edificar el puente dinámico entre los períodos de lucha de clases que jamás han dejado de existir en Chile y el mundo; actuar con modestia y mirando el reloj (que las transformaciones sociales y la historia no tienen necesariamente que ver con la edad biológica de los sujetos); y colaborar en la nueva arquitectura política que requieren las presentes relaciones de fuerza y las complejidades de la realidad concreta de la segunda década del siglo XXI. Continuidad y ruptura, permanencia y revolución, lectura correcta de la actual fase y período, estado de la lucha de clases, ampliación de la vista política y cada mujer y hombre en el lugar donde caben sus habilidades, talentos y pericias. No es una fórmula. Apenas economía de recursos.    


3. En el 2012 –de acuerdo a analistas conservadores, moderados, catastrofistas, ortodoxos y heterodoxos- recrudecerá la crisis económica mundial, con énfasis en el  sur de Europa y Estados Unidos. Naturalmente, las llamadas ‘economías emergentes’, pero sobre todo China, ya presenta un enfriamiento debido a que las poblaciones del planeta a las que exporta sus mercancías han inclinado a la baja su demanda hace rato e incluso sus gobiernos han aumentado las medidas proteccionistas. En consecuencia, China, con una fuerza de trabajo que ya puja por mejores salarios y condiciones laborales (menos excedente y producción más cara, por tanto), y la invalidez de su propia población para comprar y consumir lo que vierte su sobrecapacidad productiva, ya no necesitará adquirir los mismos niveles de materias primas y recursos naturales de cuya compra se explica cierta estabilidad macroeconómica de América Latina, Rusia, y países asiáticos y africanos. La crisis que atraviesa el capital descubre los límites de la genuina división internacional del trabajo, y de la falsa retórica neo desarrollista, en tanto las economías de Latinoamérica ya no se fundan sobre la industrialización y sustitución de importaciones (fase capitalista que antecedió al predominio superlativo del momento financiero en la reproducción del sistema y que respondía a otras relaciones de fuerza mundiales), sino sobre la reprimarización o patrón primario exportador, sea mineral, petrolero, soyero, agroalimenticio, maderero, etc. Algunos gobiernos de países de América Latina que se autoperciben ‘más blindados’ para hacer frente a la peor crisis capitalista desde hace alrededor de 90 años, únicamente queman recursos en propaganda para encantar inversiones. Lo cierto es que las relativas y cada vez más deprimidas reservas fiscales son fruto casi exclusivo de la transitoria alza de la demanda  de commodities de China y los Estados corporativos centrales.  

Chile es una economía que además del ahorro previsional de sus asalariados administrado privadamente y jugado en el casino especulativo de las bolsas clave y en crisis del mundo,  alimenta sus reservas privadas y públicas de la exportación de materias primas, y principalmente del precio del cobre y mucho después, de la celulosa. Y las exportaciones chilenas están dirigidas en un 50,4 % a Europa, China y Japón, según la CEPAL. El 2012, de acuerdo a los optimistas, Europa crecería un 0,5 % (si dicen 0 % es recesión); China un 8 % y Japón un 2 %. De hecho, el 2011, el cobre chileno, respecto de 2010, vio desplomado su precio en casi un 22,5 % (US$3,42 la libra comparado con US$4,41 del cierre de 2010, de acuerdo a la Comisión Chilena del Cobre).

Pero eso no es todo. El IPSA (Índice de Precio Selectivo de Acciones, principal indicador bursátil de Chile diseñado por la Bolsa de Comercio en 1977, en pleno despliegue del ultraliberalismo) cayó un 15,7 % en 2011, en relación a 2010. Es decir, lo que desfallece es el precio de las acciones de las empresas que intrigan en la bolsa. Y las bolsas son el lugar donde se le pone precio a las mercancías. Por eso cuando se habla de mercado, quiere decirse ‘mercado financiero’. Y el movimiento especulativo determina las ganancias, el precio del trabajo e impone las reglas de la producción en general, o ‘economía real’, como algunos señalan. Las causas, según los gigantes de la especulación que operan en Chile,  se encontrarían en la ausencia de confianza en la economía europea, y nativamente, en la estafa y situación al borde del precipicio de la venta al detalle de La Polar que ha contaminado a todo el retailer o grandes tiendas minoristas que hace tiempo arrancan sus utilidades de los créditos de consumo, que no de la venta de sus mercancías tradicionales.

2012 se presenta bravo e incierto, como un acertijo donde la variable política y social de los trabajadores y el pueblo -nacional, regional e internacionalmente- tendrá su hora y su plaza en la marcha concreta de la realidad, de acuerdo a su tonelaje, composición y dirección política unitaria, al menos tácticamente.


Enero 4 de 2012