sábado, 29 de diciembre de 2007

A mi amigo ,el revolucionario chileno, Guillermo Billeke

A mi amigo, el revolucionario chileno, Guillermo Billeke

Anda y avísale a los compañeros que se ha desgajado un trozo de luna rebelde

Anda y avísale a los compañeros que un trozo de la luna rebelde que nos alimenta se ha desgajado y ha caído pesadamente sobre el pueblo que lo conoció y el que lo conocerá mañana, cuando ganemos para siempre. Anda y avísale a los compañeros que Guillermo Billeke, revolucionario y profesor, agudo como cordillera y escudo de los pobres ha muerto por mano propia, el viernes 28 de diciembre a las 3 de la madrugada.
Anda y dile a los compañeros que también fuimos rodriguistas, más por accidente y urgencia que por manuales. Cuéntales que estuvo preso porque a la violencia de los de arriba hay que encararla por ley histórica desde abajo. Que amaba a su hija como sólo los extraterrestres saben amar y que nació el 21 de septiembre de 1971, cuando despuntaba la primavera, tanto en la naturaleza como en el Chile de Allende.
Anda y avísale a los compañeros que era impulsivo como un corazón y aplicado en los quehaceres. Que odiaba a la autoridad y a la burguesía, y que un buen tiempo hicimos un programa en la radio Universidad de Chile donde nos cagábamos de la risa del poder y le hacíamos fama a los cubanos, a los palestinos, a los sin herencia, a los trabajadores peleadores, a los rockeros anticapitalistas, al Sup, a las trabajadoras sexuales organizadas, a los poetas de este lado de la vía láctea, a los mapuche, a los prisioneros políticos de la dictadura y la democracia de los ricos.
Anda y cuenta que tenía una sonrisa plena como horizonte y que de los ojos le salpicaba la ternura rabiosa de los rebeldes sin retorno. Que se le adelantó Luciano Carrasco y que eran medio hermanos de tanto estar de acuerdo y que ahora se pondrán al día con fondo de Polla Record.
Avísales que entró muy muchacho a la pelea dura contra la tiranía pinochetista, que era hijo de la década de los 80, y que, aunque fuimos insuficientes para replicar la nicaragüense, hizo lo que más pudo. Diles también que supo amar y que las mujeres lo amaron. Pierde cuidado, y avísales que tenía una pinta extraordinariamente atractiva, y que hablaba golpeado y directo, como un martillo. Y que los dolores del mundo le dolían como propios, como a Luciano y Carlos Cid y tantos otros que se me alarga el crepúsculo y la boca se me llena de pájaros muertos.
Anda y avísale a los compañeros que mientras Chile se pudre como una lengua de geografía tumefacta y un puñado de los nuestros continúa planeando la crisis de los que todavía mandan, Guillermo decidió tomar un atajo, que sin compartir, entiendo y entiendo.
Dile a los compañeros que viajaba en bicicleta y hacía clases y lucha de clases, y organizaba rebeldía a su modo y que andaba por Santiago completamente indignado, radicalmente emputecido frente a la desigualdad y la infamia. Y que igual que Roque Dalton, tenía una esperanza irónica, descreída, amorosa, contradictoria. Que Guillermo criticaba todo y siempre eligió la libertad antes que la comodidad, y fue un hombre de su tiempo, despierto, atento, fraterno y franco.
Que era –como todos los rebeldes- un implacable inconformista, radical en sus dichos y sus hechos.
Cuéntales que vivía preocupado por su hermano menor y por su hermano mayor y por su madre, a quienes adoraba sin reservas, sin condiciones.
Diles que vendió libros de cómo hacer la revolución en San Diego, a los pies de los Juegos Diana, que compartió celda con Marcos Cuevas, que organizaba la autodefensa en las protestas estudiantiles del ex pedagógico en los 90. Que transpiraba con el fútbol y se reía como cabro chico. Y también que coqueteaba con la muerte, pero que, hasta ahora, siempre supo hacerle buenamente el quite.
Diles que el paradero 25 de Gran Avenida supo de su audacia y amistades, amores y trinchera. Que también fue rojo con negro y primero en la fila, con Lucho Klener y los demás. Que tenía 36 años y nunca aprendió a cantar, pero entonó todas las luchas posibles. Que Guillermo era una molécula encendida del Che y fue entero como el pan y así siempre lo llevaré conmigo.
Anda y avísale a los compañeros que la patria interior ha sufrido un terremoto sin grado determinado. Que por un momento todo ha perdido sentido, pero que pronto volveremos. Más maduros, acerados, acertados, convencidos y convincentes. Que nos estamos preparando, sin bajar la guardia, buscando e inventando lo que no existe. Que la materia rebelde de su nombre se agrega como una piedra imprescindible a la empuñadura del futuro y la emancipación definitiva. Que esta tristeza de derrumbe es momentánea. Que su nombre vibrará en la victoria necesaria. Inolvidablemente, como un árbol infinito.
Anda y avísale a los compañeros que un trozo de nuestra luna rebelde se ha desgajado. Que Guillermo ha muerto por un momento. Pero que ya vuelve convertido en agua libertaria.

Andrés Figueroa Cornejo
Diciembre 28 de 2007

viernes, 21 de diciembre de 2007

Trabajadores acusan a gerencia ante fusión entre citigroup y banco chile.

CHILE: TRABAJADORES ACUSAN A GERENCIA ANTE FUSIÓN ENTRE CITIGROUP Y BANCO CHILE

Como se ha anunciado desde hace meses, se apronta la fusión entre el Citigroup, de capitales norteamericanos, con el Banco Chile, perteneciente al grupo Luksic, uno de los conglomerados económicos más poderosos de Chile.
Según el Director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, el economista y ex presidente del Banco Central, Hugo Fazio, “el objetivo principal de la fusión, mirado desde el Grupo Luksic, no está en Chile, sino en el mundo. Aquí, a mi juicio, el Banco Chile se mete en un mal momento, porque se asocia con el Citigroup en un período en que esa empresa está “en la picota”, cuestionada por el manejo especulativo que ha hecho en torno a la llamada crisis de la burbuja inmobiliaria. En estas circunstancias, el Citigroup es un “muy malo paraguas”; uno que está permeado por todas partes.”
Las fusiones bancarias corresponden a modalidades de concentración del capital que emplean las grandes corporaciones transnacionales para aumentar sus ganancias a costa de la destrucción de fuerzas productivas, precarización del empleo y despidos. Sólo en Chile, el conjunto de la banca obtuvo entre enero y octubre de 2007 la friolera de $ 834 mil millones de pesos. La reunión de capitales entre el conglomerado Citigroup y el Grupo Luksic consolida aún más la relación estructural entre la burguesía nativa y la imperialista en Chile

TRABAJADORES DENUNCIAN

El Sindicato Nacional Nº 1 de Trabajadores del Banco de Chile, por su parte, denunció la actitud “negligente, arbitraria y autoritaria” del Gerente General de la institución, Fernando Cañas, quien ante la solicitud de información de los empleados sobre el proceso de fusión y las eventuales “desvinculaciones laborales” que provocará, señaló que el banco no entregará ninguna noticia al respecto.
En este sentido, el alto ejecutivo, indicó que la empresa está en espera de que se obtengan las autorizaciones respectivas de la FED (Banco Central norteamericano) y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras chilena. Cañas insistió en que, una vez aprobadas las autorizaciones, la administración dará a conocer a todo el personal, la 2da. y 3ra. línea ejecutiva y el Plan de Desvinculación, los cuales “ya se encuentran definidos”.

GERENCIA PASA POR SOBRE NORMAS LEGALES

El Sindicato Nº 1 del Banco Chile presentó el 10 de octubre pasado una propuesta sobre los posibles despidos. Sin embargo, Fernando Cañas manifestó que el plan de desvinculación está terminado, que no tiene relación con la propuesta de los trabajadores, sino que se estructuró de acuerdo a un análisis realizado por Recursos Humanos sobre las condiciones que ofrece el mercado a los empleados despedidos por un proceso de fusión. Respecto de este ámbito, Cañas fue enfático en indicar que el plan determinado “no es negociable, ya está definido, es inapelable y no será modificado.” Ante esa respuesta, los dirigentes del Sindicato decidieron retirarse en forma inmediata de la reunión.
Mario Mayer, Presidente del Sindicato, señaló que “la actitud de Fernando Cañas se aleja del respeto mínimo a los trabajadores, y no se condice con el artículo 314 del Código del Trabajo, que dice que la empresa y los trabajadores, sin sujeción a normas de procedimiento ni restricciones y en cualquier época, pueden pactar condiciones comunes de trabajo y remuneraciones por un tiempo determinado. También la Gerencia se pasa por alto el reglamento interno del banco en su artículo 43, el cual determina como un derecho de los trabajadores reclamar cuando la respuesta de la empresa no es satisfactoria o atente contra principios básicos de justicia.”
Mayer agregó que el tema tiene ribetes económicos y éticos, considerando que ”Fernando Cañas, de acuerdo al diario La Tercera del 22 de abril de este año, es uno de los sillones mejor pagados del Banco Chile, con $ 591,7 millones de pesos anuales, es decir, nuestro Gerente General gana 101 veces más que lo que recibe el promedio de los socios del Sindicato.”
Asimismo, el presidente de la organización de los empleados de la institución bancaria se manifestó preocupadísimo en relación a la cantidad de trabajadores que serán afectados por el proceso de despidos ante la eventual fusión; respecto de las nuevas exigencias de productividad planificadas; y de la perspectiva con que la administración enfrentará la próxima negociación colectiva de 2008.

Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
Diciembre 20 de 2007

lunes, 17 de diciembre de 2007

TRES MIL TEMPORER@S PROTESTAN EN EL NORTE

CHILE: TRES MIL TEMPORER@S PROTESTAN EN EL NORTE

Esto sucede en la patria de la desigualdad ominosa, la unidad metálica de los intereses antipopulares entre la Concertación y la Alianza por Chile; el nepotismo faraónico de la clase en el poder, y donde solamente el capital bancario, de enero a octubre de 2007, obtuvo más de 38 mil millones de pesos en ganancias libres de polvo y paja, mientras gran parte de sus empleados recibe 120 mil pesos mensuales.
Aquí mismo, en el paraíso de la burguesía rentista, el 14 de diciembre, 3 mil trabajadoras y trabajadores de la agroexportación de las empresas Cerrillos, Villa María, Agrícola Atacama, Nantoco, Colina, Las Terrazas, Atacama y Los Maitenes, de la provincia de Copiapó en el norte chileno, paralizaron sus faenas y ocuparon el puente Cerrillos para denunciar sus demandas desoídas en innumerables ocasiones por las autoridades.
Cuando se va a cumplir un siglo de la matanza de miles de obreros salitreros por la artillería de la oligarquía, y a pocos días de un nuevo aniversario del natalicio del niño más famoso de la Tierra que de adulto sentenció que es “más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que entre un rico al reino de los cielos”, los temporeros, la mano de obra peor pagada de Chile, anuncia su indignación y apresura su protesta.

¿QUÉ BUSCAN?

Las reivindicaciones de las y los obreros agrícolas del norte parecen sacadas del museo del capitalismo. Exigen salarios dignos; que se les reajuste la miseria congelada que tienen por pago desde 1985 y que es inversamente proporcional a la riqueza de los patrones del sector. Que termine el subcontrato, el cual, como es por todos conocido, jibariza el precio del trabajo y precariza las condiciones laborales, irresponsabilizando jurídicamente al empleador. Y que, por favor, existan comedores, agua, baños y guardarropas mínimamente higiénicos, mínimamente humanos.

LA SOLIDARIDAD QUE URGE

Las 3 mil trabajadoras y trabajadores no son un ejército popular con estrategias de poder, ni el rostro de la vanguardia revolucionaria que busca socializar los medios de producción para terminar de una vez por todas con tanta fechoría. Son, simplemente pobres superexplotados, descreídos ya de tanto diálogo inconduscente y de tanta ausencia de futuro para ellos y sus hijos. Es por eso que el gobierno ha arrojado a las Fuerzas Especiales de Carabineros para reprimirlos y dejen de empañar el ambiente navideño que estalla en las tiendas e insulta la pobreza sobreendeudada de la mayoría nacional. Hasta el momento, el saldo de la batalla, es un buen número de mujeres heridas y un trabajador grave, producto del impacto en plena cara de una bomba lacrimógena que lo mantiene hoy en un miserable centro de urgencias de Tierra Amarilla.
Ya la protesta ante los hechos que ocurren en el norte emplea la voz de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI para acusar la represión estatal, guardia histórica del capital. Pero faltan muchas, muchas más voces y manos.

Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
Diciembre de 2007

jueves, 13 de diciembre de 2007

Sobre la construcción de la conducción ...

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA CONDUCCIÓN POLÍTICA REVOLUCIONARIA CHILENA

Hoy no existe la conducción revolucionaria de los trabajadores y el pueblo de Chile llamada a construir las condiciones, la fuerza social y material, que colabore con la crisis del modelo y siente las bases políticas de una sociedad en clave socialista.

La organización revolucionaria pendienteActualmente están en curso algunos intentos de convergencia político sociales cuyos horizontes de sentido se sostienen sobre la independencia política e ideológica de la clase mayoritaria, y de inspiración socialista y revolucionaria. Colocando entre paréntesis el contexto de producción histórica de los movimientos políticos revolucionarios que tuvieron su mejor momento en el país y el Continente entre los 60’ y 80’ (guevarismo galopante, guerra de Vietnam, múltiples frentes de liberación nacional en los países coloniales y neocoloniales, reformas universitarias radicales, existencia del polo soviético, novedad de la revolución cubana, luego nicaragüense y casi salvadoreña; optimismo mundial sobre la parcial hegemonía socialista en los pueblos de la Tierra , etc.); de acuerdo a las condiciones materiales objetivas del actual período, la emancipación popular y el establecimiento de un gobierno de los trabajadores y el pueblo en un solo movimiento antiimperialista y anticapitalista, continúan pendientes.
El problema de la unidad de los revolucionarios

La fórmula de la resistencia antisistémica fundada en la creación durante los 90 de colectivos políticos (que van desde formaciones estrictamente territorializadas, temáticas, grupos filiales, sensibilidades y culturas políticas procedentes de destacamentos de inspiración revolucionaria que brillaron con luz propia en los 60 y 80, pero que en la actualidad se sostienen apenas simbólicamente) parece ser superada por su ineficacia política, agotamiento, desprendimiento de militancia ante la ausencia de un proyecto político potente y ausencia de vocación de poder.

Es justamente ahora, que el concepto de la unidad de la expresión desarticulada de los distintos empeños políticos cobra un sentido nuevo, extraordinariamente prioritario para la construcción de una alternativa que, desde abajo y con todos quienes quieran apostar con consecuencia a la aventura necesaria de cambiar la vida, dé pasos ciertos a su cristalización.

Después de innumerables y trabajosos ejercicios de afán unitario (unos más exitosos que otros) y aprovechando con relativos resultados la “libertad de asociación” que permite la democracia de los de arriba, hoy existe un superior reconocimiento de las fuerzas y organizaciones político sociales, y de sus horizontes estratégicos.

Aquí los revolucionarios enfrentan una paradoja.

Cada día que pasa sin resolverse el problema de la unidad popular más resuelta contra el bloque burgués en el poder, es un día más de irresponsable postergación de la emancipación definitiva de los trabajadores y el pueblo.

¿Qué explica la imposibilidad de la unidad de los luchadores organizados en cientos de empeños descoyuntados?

Las nuevas generaciones de revolucionarios han heredado aprendizajes fructuosos y también vicios invalidantes, de las luchas político populares provenientes de mediados del siglo pasado.

La inexistencia de un proyecto político altamente analítico respecto de la actual hegemonía capitalista mundial, regional y local, de la cual se desprenden las tácticas y la estrategia ajustadas para la posibilidad de la revolución en Chile (fuerzas motrices, aliados, enemigos centrales y accesorios, estadio de los factores de producción, relaciones de clases, etc.); el caciquismo, la autoreferencia, la sobredimensión interesada de las “diferencias políticas”; el localismo estéril, la mezquindad; la confusión respecto del enemigo principal y los secundarios; la evaluación despectiva de los distintos esfuerzos políticos; la mitología política en su versión sectaria y melancólica; la megalomanía y otros tantos males que recorren el campo popular revolucionario parecen dar cuenta, al menos parcialmente, de las condiciones subjetivas que dinamitan las posibilidades de la unidad.

Pero, sin duda, una de las causas sustantivas de esta verdadera “diáspora revolucionaria”, se sintetiza en la desconfianza (máscara de la desinteligencia, escasez de política, y victoria de los poderosos).

Más allá de los aciertos del enemigo y sus aparatos de desarticulación del mundo popular, son los propios revolucionarios quienes, en gran medida, han dibujado su actual situación.

¿Pero qué hacer frente a un estado de cosas que mantiene a la necesaria constelación de iniciativas revolucionarias atrapadas en la marginalidad política, el enfrascamiento y la falta de un proyecto de clase amplio, claro, unitario, popular, y socialista; premisas nucleares para la formulación de una alternativa política con posibilidades de éxito?

Es preciso –y un deber insoslayable- aventurar metodologías y prácticas que destruyan al “enemigo interno” del archipiélago revolucionario. Sin descuidar en ningún momento el trabajo político social de cada uno de los empeños orgánicos existentes, urge establecer vínculos donde prime la generosidad política y el acento de los eventuales acuerdos por sobre las distancias (la mayor de las veces, imaginarias). No restarle valor y cualidades a ninguna iniciativa política social, por acotada que sea. Establecer relaciones de horizontalidad en todos los encuentros, con perspectivas -y de acuerdo a los ritmos y modos concretos de las organizaciones populares- de eventuales conducciones compartidas. Sinceramiento de las capacidades reales del conjunto, hermanándolas en la elaboración de un mapa de fuerzas correcto, complementario, coherente y potencial. Que cada episodio de lucha, de conmemoración o celebración de la agenda del pueblo, ponga en el centro apuestas concretas de vinculación, y se organicen como iniciativas complementarias y no competitivas. Junto al justo homenaje a los héroes y luchadores populares de antaño, hay que superar la nostalgia (más propia de la “depresión política” que de los objetivos ligados a la convicción de poder) y apurar colectivamente acciones conjuntas, limitadas en el tiempo por el momento, pero que releven el imperio de la unidad popular y limiten las desconfianzas e incertidumbres.

Hoy, los mejores hijos del pueblo, los mandatados a formular el nuevo movimiento popular organizado para la toma del poder y el desalojo definitivo del puñado de privilegiados anclado por la fuerza y que impone un orden infame contra las mayorías nacionales, tiene la tarea titánica e inaplazable de reunirse, paso a paso, pero con tranco profundo y de largo plazo.

El signo del capitalLa refundación capitalista impuesta por la dictadura pinochetista y digitada por el imperialismo norteamericano asociada a las clases dominantes –sintetizada con acierto profundo por un campesino de Lonquén como “la venganza de los patrones”- luego de la experiencia allendista, ha modificado de manera relevante, en relación al período pre dictatorial, el patrón de acumulación del capital y la manera radical de expropiar el plusvalor generado por la fuerza de trabajo chilena.Muy lejos del Estado desarrollista, hoy la precarización del empleo, la flexibilidad laboral, la situación ultra debilitada del trabajo en relación al capital (sólo un 7 % de los asalariados chilenos cuenta con los instrumentos legales para, colectivamente, actualizar su poder adquisitivo, mientras el 93 % permanece expuesto a la explotación e indefensión sin ninguna capacidad negociadora frente al empresariado), son las condiciones necesarias que emplea la patronal para reproducir e incrementar sus privilegios, en uno de los países más desiguales del mundo.
Por arriba, a través de un pacto interburgués, las piezas del sistema binominal de partidos políticos se colaboran explícitamente, tuteladas por un gremio patronal con una estrategia inflexible y transnacionalizada, y una táctica de presión que le brinda inmejorables resultados (tratados de libre comercio por doquier, explotación desenfrenada y blindada jurídicamente de los recursos naturales no renovables, ganancias históricas de la industria financiera, papel decorativo del Ministerio del Trabajo ante la dirección de hierro neocapitalista de la cartera de Hacienda, consolidación ideológica consensuada con la Concertación del capitalismo como único modelo para el “desarrollo nacional”; y criminalización y represión inmediata de cualquier incidente franco de lucha de clases, demanda popular o de los pueblos originarios).La burguesía, en general, galopa graciosamente con la legitimidad política que le ofrece la Concertación de Partidos por la Democracia , y ocupa a la derecha como fuerza negociadora y de contención ante eventuales “aventuras populistas” de franjas testimoniales del gobierno que persiguen sin éxito y más bien, declarativamente, políticas de naturaleza redistributiva.Los de abajo se convocanAbajo, los trabajadores y el pueblo, mientras acumulan indignación y rabia social inorgánica e inexpresiva aún, son presa de la expoliación laboral, la cooptación ideológica –ética y estética- según la epistemología patronal, el sobreendeudamiento paralizante, la lumpenización de algunas de sus láminas juveniles (efecto de la miseria y la ignorancia), la enajenación y la impotencia política.En medio de un concierto regional mucho más promisorio que hace una década, propiciado por los gobiernos pro populares de Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua, el pueblo de Chile se mantiene impermeabilizado a estas experiencias ante la pericia mediática de los de arriba y las falencias de los núcleos políticos fragmentados y a la vez, paradójicamente, convocados a reconstruir el proyecto y la fuerza social revolucionaria liberadora.
El aniquilamiento físico y político de los destacamentos de inspiración revolucionaria durante la década de los 80’ , más la victoria mundial y nativa indiscutible de la burguesía en casi todos los planos, signa, delimita y explica la atomización de los múltiples empeños revolucionarios genuinos que pululan descoyuntadamente por el paisaje popular. La derrota de los proyectos emancipadores a costa de la vida de los mejores hijos del pueblo durante el pinochetismo, por un lado, y la capitulación ideológica de muchos sobrevivientes –con honrosas salvedades-, enmarcan el territorio histórico sobre el cual la reformulación de los de abajo prologa su nueva convocatoria.Los acuerdos de la incipiente reunión revolucionariaPaulatinamente comienzan a establecerse coincidencias significativas en algunos activos políticos de inspiración revolucionaria, que a través de pequeñas convergencias, comienzan el pedregoso proceso de su constelación, la transparentación de sus fuerzas y el debate de sus certezas, deseos, políticas y carencias.Ya se apura el acuerdo de que la futura conducción política de los trabajadores y el pueblo y su formulación orgánica y material, debe surgir al calor de las incipientes luchas actuales y desde el seno del pueblo profundo. Que el próximo instrumento político de la clase debe ser la síntesis, actualización y superación de las iniciativas revolucionarias históricas de Chile, y no su repetición: la nostalgia no se reorganiza, independientemente que los aprendizajes de los intentos radicalmente anticapitalistas precedentes tengan que estar siempre a la vista, como bagaje, memoria, origen y continuidad en superación. Que el papel protagónico de los actores populares son el material sensible desde donde, democráticamente debe originarse la plataforma de lucha para el período y el futuro programa del pueblo. Que los trabajadores son la clave motriz cualitativa de la fuerza social que oriente el empeño político revolucionario y sea capaz, a la vez, de concertar al conjunto de rebeldías anticapitalistas hoy dispersas (la demanda de los pueblos originarios, ecologismo consecuente, feminismo de clase, juventud en lucha, pobladores organizados en torno a demandas autónomamente convenidas, intelectuales críticos, etc.). Que la voluntad y convicción de poder son resortes fundacionales de cualquier conducción que apueste a la transformación revolucionaria de las relaciones sociales dominantes. Que urge rescatar de manera crítica, creativa y dialéctica el profuso acervo teórico y la experiencia del pueblo rebelde cuya fuente tiene nota marxista, mundial y especialmente latinoamericana. Y que junto a la armadura política de los trabajadores y las demás franjas populares, debe caminar la reestructuración del intelectual orgánico y colectivo de la clase. La fuerza política y orgánica mínima necesaria o el punto de inflexiónSon altamente importantes los acuerdos y los ejercicios de convergencia de los diversos empeños revolucionarios chilenos. Hasta hace muy poco ni siquiera existían. Sin embargo, distan mucho de resultar suficientes y eficientes cuando se ubica el objetivo en la conducción política de la emancipación con perspectivas de éxito. Al respecto, aún queda un trecho no menor de concordancias y producción política y orgánica ligadas a la construcción del proyecto, el diseño estratégico –en todos sus ámbitos-, los problemas de la hegemonía de la clase, el programa adecuado y las fuerzas asociadas para constituirse mediante la lucha y la evaluación permanente, en auténtica alternativa para importantes segmentos de los trabajadores y el pueblo.Considerando positivamente la voluntad política de varios por cortar distancias y acentuar acuerdos, es preciso aquilatar el estadio de las organizaciones y convergencias de inspiración socialistas y revolucionarias del pueblo en su dimensión justa.Las reuniones coyunturales deben ser cada vez más sintéticas y hermanadas con los sentidos superiores de un pacto político de las agrupaciones de la clase, y tienen que arribar con celeridad a una suerte de fuerza política y orgánica mínima –o punto de inflexión y arranque- que permita enfrentar un conjunto de tareas urgentes que demanda el período.Es decir, un punto de arranque que signifique la fuerza mínima necesaria para establecer un diseño orgánico que considere labores de dirección política; construcción de pueblo organizado en aquellos núcleos de la clase definidos como estratégicos; producción de medios de comunicación que visibilicen un debate orientador, de vanguardia y con estatura histórica, la formulación colectiva del proyecto, y los rostros de la política convenida. Se trata de constelar la fuerza mínima necesaria para la división del trabajo político, la presencia nacional, la intervención y conducción concreta en procesos de lucha de clases que conviertan a la organización genuina de los trabajadores y el pueblo en sujeto en disputa consecuente y coherente de la realidad nacional.

Ya no más pueblo como víctima o victimario, sino que pueblo protagonista, tensionado, rico en expresiones y empuñado en acciones. Pueblo organizado a través de instrumentos políticos reconocidos que, por sí solos, constituyan polos de atracción de más franjas de asalariados y desheredados.La marginalidad política, desde una perspectiva revolucionaria, no se define tanto por la presencia mayor o menor en el parlamento burgués –independientemente de su empleo táctico o adjetivo en la construcción de la fuerza- sino en sus posibilidades de enfrentarse directamente al capital y sus poderes, a sus maniobras e instituciones, con tonelaje cualitativo y vocación conductora de mayorías.De aquí que el punto de arranque rima con la unidad de los segmentos más avanzados de los trabajadores y el pueblo. Por eso hoy el centro hay que ubicarlo en el empeño unitario del archipiélago de organizaciones actualmente desatadas, que provoque con generosidad, recreación constante y producción política y práctica, el punto de inflexión, la crisis y superación de la marginalidad política.Es cierto; el contexto de producción de la necesaria y nueva organización de inspiración revolucionaria chilena, socialista, antiimperialista y anticapitalista, no cuenta con la retaguardia de los llamados socialismos reales, ni con la victoria fresca, apasionada y tremendamente esperanzadora y dinamizadora del Che, ni la épica y estética de las luchas liberadoras de tantos pueblos de hace tres o cuatro décadas. Sin embargo, las relaciones de poder, propiedad y subordinación entre la mayoría popular y los dueños de todo no han variado para mejor. Por el contrario; las maneras del socialismo son actualmente la auténtica salida a la perpetuación de las guerras del capital, las desigualdades insultantes e inhumanas, la desintegración ecológica potencial del planeta, y comportan las únicas posibilidades de ser felices.

Andrés Figueroa Cornejo
Núcleo Político Oveja Negra
Diciembre de 2007
Santiago de Chile

lunes, 10 de diciembre de 2007

ATENCIÓN PRENSA

ATENCIÓN PRENSA

TRABAJADORES DENUNCIAN:
COMIENZA OLA DE DESPIDOS INJUSTIFICADOS EN BANCO ITAÚ


El Sindicato de Trabajadores del Banco Itaú de Chile denunció a la comunidad nacional e internacional “las violentas medidas contra los empleados y antisindicales usadas por la Administración de la institución” desde la segunda semana de diciembre de 2007.

Con la causal jurídica de “necesidades de la empresa”, la dirección bancaria, “haciendo empleo de un Código Laboral totalmente funcional a sus intereses”, ha comenzado una ola de despidos de trabajadores, justo después del establecimiento de un Contrato Colectivo, que costó 10 días de huelga.

Al respecto, el Directorio Nacional del Sindicato Empresa Banco Itaú representó su rechazo a la Gerencia por las prácticas aplicadas, no descartando acciones legales, toda vez que, como afirma su presidente, Óscar López, “no existen razones fundadas para despedir a trabajadores idóneos y destacados en sus labores. Entre otras incongruencias, la medida contradice el discurso sobre una supuesta “política de crecimiento” publicitada por la empresa.”

El dirigente sindical, Orcar López, aseguró que “la agresiva arremetida gerencial contra los empleados del Banco coincide con un período del año signado por la Navidad, el cual demanda un comportamiento ético asociado a la fraternidad y amor al prójimo, que por parte del banco, antagoniza violentamente contra dichos principios universales.”

El Sindicato llamó al conjunto de los trabajadores a mantenerse férreamente unidos en torno “a la organización genuina y democrática de los empleados, única manera de enfrentar con posibilidades de éxito las prácticas antilaborales de la Administración.”

Departamento de Comunicaciones
Confederación de Sindicatos Bancarios y Afines de Chile

Diciembre de 2007

Fono: 6642294

miércoles, 5 de diciembre de 2007

La Coyuntura antes de navidad



El Pacto Social fundado en la “cohesión social” (eslogan de Bachelet en la pasada Cumbre de los Presidentes Iberoamericanos) hoy se expresa nítidamente como un acuerdo interburgués que convierte a la Alianza por Chile y a la Concertación en un solo bloque dominante, de distancias puramente adjetivas, cosméticas, estilísticas.
El bloque político en el poder, genéticamente antipopular, ya apresura sus acuerdos en los resultados de la Comisión de Educación, el retorno de Carabineros al Ministerio del Interior, y en eventuales concordancias en la llamada “Mesa de la Equidad Social ”.

Los resultados de la cohabitación en el plano de la enseñanza –iniciativa gatillada por la “rebelión pinguina” de 2006- mantienen intactos los resortes que producen una educación de ricos y otra de pobres, garantizando el lucro de los privados en una de las áreas más sensibles en el plano de los derechos sociales del pueblo trabajador. Hoy, la enseñanza pública y la privada subvencionada por el Estado, están empatadas en matrículas. De acuerdo a la UNESCO , Chile “apenas invierte el 3,8% del gasto nacional en instrucción escolar básica, considerando que el promedio global es de 4,9% y el latinoamericano es de un 5%”. La misma entidad internacional estima que “ya no es suficiente la educación primaria para salir de la pobreza, y la secundaria es lo mínimo para ese objetivo, aunque ello no asegura movilidad social”. Estos elementos sólo vienen a confirmar la verdadera condición “estamental” de la sociedad chilena; es decir, que en el mejor de los casos e independientemente de los 12 años de escolaridad obligatoria, bajo el neocapitalismo y sus promesas, los jóvenes permanecen anclados en la misma situación social y de segmento de clase que sus progenitores. Asimismo; la Jornada Escolar Completa, vitoreada como una de las grandes perlas de la Concertación , sólo cumple con objetivos asociados a mantener a los niños y jóvenes “lejos” de los “factores de riesgo” que comporta su origen de clase, y más lejos todavía de un digno porvenir laboral.

Carabineros a manos del “sheriff” de Chile, Belisario Velasco, es consecuencia de una misma mirada criminalizadora respecto del amanecer del movimiento social y popular, y de una misma estrategia para enfrentar la delincuencia, la cual no es más que efecto previsible en una sociedad estructuralmente desigual y presa de la ignorancia promovida por arriba. Si se aventura la relación de que una sociedad con opinión y participación política es una sociedad más culta y protagónica de su destino, los chilenos, según una encuesta aparecida en el diario El Mercurio (1 de diciembre de 2007), más del 70 % de los consultados afirma “no tener idea de política”. Esta cifra no sólo echa por tierra el relato mediático de un “gobierno ciudadano” publicitado profusamente por el Ejecutivo de Bachelet, sino que habla de la profundidad de la crisis de proyecto país del bloque en el poder que, a lo largo de estos años, ha convertido a gran parte del pueblo, en cartera de deudores, clientes, consumidores, pero jamás ciudadanos. Chile es presa del nepotismo político más insultante, y de una “clase” política indiferenciada, de tercera edad, sin capacidad ni vocación de relevo, que sólo se sostiene ante la somnolencia transitoria de un pueblo mandatado a reconstituirse.

Por otra parte, la “Mesa por la Equidad Social ” –que reúne a políticos del bloque patronal y a sus tecnócratas- pronto nos sorprenderá con nuevos acuerdos, a espaldas de los trabajadores, y para beneficio de la minoría en el poder.
El bloque dominante, cada vez más difuso en sus fronteras, entre la Alianza por Chile y la Concertación , rápidamente conviene políticas, anticipándose a un eventual ciclo de luchas sociales desde abajo que pueda poner en riesgo la “paz social” que en la actualidad requiere el capital para sostener sus ingentes tasas de ganancias a costa de la explotación desguarnecida y generalizada de la fuerza de trabajo chilena.


ALGO SE MUEVE, NADA CAMBIA

Últimamente se han provocado alejamientos orgánicos de miembros fundadores de la Concertación (como los que han dado curso al nuevo partido político de Flores y Schaulson, cuyo único discurso distintivo plantea un “original” rechazo a la corrupción en la administración de Estado); y el más sonoro, correspondiente a la posible expulsión del Senador demócrata cristiano, Adolfo Zaldívar, actor estrella de una disputa al interior de la DC ante la hegemonía y aspiraciones presidenciales de Soledad Alvear, esposa de Gutemberg Martínez, titán del anti comunismo y pro imperialista hasta la médula. Zaldívar, también enemigo de los intereses de los trabajadores y el pueblo, actúa con la ira y personalismos de un cuasi caudillo derrotado antes de ingresar al ruedo de las ligas mayores de las presidenciales de 2009. Mientras tanto, Eduardo Frei, ex Presidente de la República , mantiene una posición arbitral para, deus ex machina, aparecer de pronto como redentor del entuerto demócrata cristiano y, cómo no, convertirse en el próximo pre candidato a la primera magistratura nacional.

En definitiva, estos fenómenos son gustos que se da la clase política ante un escenario de latente descontento social, pero todavía incapaz de expresarse desde abajo de manera estable y con proyecciones.
Mientras tanto, la izquierda tradicional continúa empecinada políticamente en agregarse a un parlamento que desde hace tiempo, no decide el curso de los acontecimientos en el país. En la práctica, el sector ha obtenido hasta el momento, un simbólico “acuerdo por omisión” con el Partido Socialista en 15 de las 350 municipalidades del país para enfrentar las elecciones edilicias de fines de 2008. Casi es una redundancia recordar que la historia de estos acuerdos no garantiza en lo absoluto el transvasije automático de votos de un conglomerado político a otro. Hace demasiado tiempo que los partidos de la Concertación , salvo sus núcleos más duros (insignificantes en el campo electoral) se disciplinan tras este tipo de acuerdos.
Por su parte, el presidente de la CUT , Arturo Martínez, genera las propias condiciones de su distanciamiento sideral en relación a los genuinos intereses de los trabajadores, acentuando su rol de apéndice de las políticas gubernamentales en el ámbito laboral. Su última actuación en la negociación de los empleados públicos –donde firmó con el gobierno, entre gallos y medianoche y sin la anuencia de los trabajadores del sector, un reajuste salarial que apenas actualiza el poder adquisitivo de las remuneraciones del área-, ratifica sus procedimientos antidemocráticos y su colaboración desenfadada con el gobierno, “su” gobierno, a fin de cuentas. No es ocioso antelar que del corto al mediano plazo, todos estos hechos acelerarán su definitivo ocaso como dirigente de la multisindical.

Más allá de lo anterior, la labor de los sectores más avanzados de los trabajadores y el pueblo es continuar su organización y lucha, y llegar a superiores estadios de unidad, blindados con la independencia de clase respecto de los poderes establecidos y la mirada puesta en un porvenir socialista donde, efectivamente gobiernen las mayorías, los asalariados, el pueblo protagonista.


Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajadores por el Socialismo
De la Memoria al Poder

Diciembre de 2007

lunes, 3 de diciembre de 2007

Breve análisis en caliente sobre resultado ...

BREVE ANÁLISIS EN CALIENTE SOBRE RESULTADO DE REFERENDUM VENEZOLANO

Es la primera elección popular que Chávez pierde durante todo su mandato, pese a que, en rigor, debería hablarse de un “empate técnico”.
De los 16 millones de electores habilitados para participar del referéndum, votó sólo la mitad. En los números, la oposición chavista ganó 300 mil votos respecto de la última votación general, y Chávez perdió alrededor de 3 millones de electores que, esta vez, se abstuvieron de participar.
Las reformas a la Constitución Bolivariana que se perdieron, no sólo venían a complementar tácticamente aspectos sustantivos de una transición muy particular de carácter socialista en Venezuela, sino que representaban una armadura jurídica inédita en los países capitalistas del Continente, que, sin guerra civil mediante, hubiera avanzado por los canales impuestos por la democracia patronal, hacia la normativa constitucional más avanzada y popular de América Latina, luego de la cubana.
De acuerdo a informes rescatados de la CIA , el gobierno norteamericano por lo menos invirtió 8 millones de dólares en apoyo a campañas anti chavistas.
La oposición chavista no cuenta con un líder único capaz de articular al conjunto de la burguesía y sus diversas versiones y miradas de cómo derrumbar en el corto plazo al gobierno pro popular. Hoy los patrones nacionales e internacionales de Venezuela apuestan a potenciar incipientes cuadros dirigentes del mundo universitario pequeño burgués, que, justamente, corresponde al sector, que con mayor dinamismo y publicidad ha impulsado movilizaciones anti chavistas. Sin embargo, la instalación y construcción de estos nuevos liderazgos demandan tiempo y aún no cuentan con una plataforma orgánica que estabilice su descontento de clase.
Por lo pronto, con el reconocimiento del triunfo del No, Chávez aguanta positivamente la propaganda burguesa que busca asociarla a una figura patriarcal y casi dictatorial. Desacelera el proceso de transformaciones socialistas por arriba, y convoca a su gobierno en lo inmediato a recuperar a los millones que se restaron del referendum; y a impulsar y liberar al pueblo en la edificación del poder popular en todas sus expresiones, organizacionales, políticas y materiales para el futuro que está a la vuelta de la esquina.
Sin duda, la burguesía no ha dormido durante todo este período y, aprovechando para sí la polarización política del país (que deja abajo a amplios sectores del pueblo, desorientados o todavía no convencidos del socialismo) organiza sus estrategias de reexpropiación del poder hoy, en mejores condiciones que ayer.
Las fuerzas bolivarianas deben actuar rápido. Está pendiente, pero ahora en un escenario más complejo, la posibilidad de sostener un gobierno donde coexiste un Ejecutivo, un Legislativo, gran parte de la FFAA y vastas franjas de pueblo contra una burguesía que comienza a ordenarse, digitada por el imperialismo norteamericano. Al respecto, sólo se posterga, en un campo electoral y mediático menos propicio, la resolución material del conflicto de clases que es preciso sintetizar para el desenvolvimiento auténtico de un proyecto socialista, anticapitalista y antiimperialista sin retorno, para beneficio de las grandes mayorías venezolanas y su influencia en el concierto latinoamericano y mundial.

Andrés Figueroa Cornejo
De la Memoria al Poder