jueves, 31 de marzo de 2011

Para que en Chile cambie el nombre de las calles

Andrés Figueroa Cornejo

1. Se me empaña la esperanza, sabe usted, cuando acaricio el paisito nuestro, tan parecido a una lengua tumefacta, quebrado a pique sobre el mar, tan despeinado telúricamente, tan pasillo de otros pocos que la ordenan a su antojo. Ahora resulta que la administración Piñera, revuelta en el acero de la ultraderecha y un trozo democratacristiano, que había puesto luces de fiesta a la rebaja del 7 % del pago a la salud que deben costear los jubilados, es apenas para el 66 % del 60 % más pobre, que no para todos que ya son bien pobres, y además se compensa la medida para los gran propietarios mediante los seguros privados sanitarios cuyos precios cambian cuando sus dueños lo desean, y a los que tienen una enfermedad o son mujeres en edad de procrear les cuesta un ojo.

Después que vino Obama a firmar tratados nucleares en medio de la tragedia japonesa, y a hablar como mal comediante de relaciones ‘igualitarias’, cayó como desgracia la ofensiva del imperialismo y su extensión, la OTAN, sobre Libia, para ir completando las ganas de petróleo que arrastra un millón de muertos en Irak y otros cientos de miles en Afganistán. Porque, debe saberlo, Estados Unidos que es el 5 % de la humanidad, consume el 25 % del petróleo de todo el planeta, y el 50 % lo importa, y que por eso se explica su hambre de oro negro, por eso su gula oscura, mientras malvivimos la mayoría de la población mundial, y en especial de América Latina y África y Asia.

Por la misma crisis petrolera agudizada por la guerra dirigida desde el Pentágono -los cinco lados exactos que destruyen pueblos completos por sus intereses, mediante la fuerza y el consenso- y la especulación financiera (esa bolsa extraña y casino sólo para iniciados donde el precio no tiene nada que ver con el valor), los precios de los alimentos y de todito se dispara, el ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín, anunció un primer recorte del presupuesto nacional de US$ 800 millones de dólares, y avisó que luego viene otro, pero muy secreto para que no tengamos la razón de por qué nos duele la barriga. Y el presupuesto nacional, en gran medida, es el dinero destinado a la inversión social, a la salud, la educación, a la famosa reconstrucción post terremoto-maremoto que nunca termina y es más misteriosa que un pergamino antiguo como el aire, a la llamada seguridad social y a otros goterones de asistencia estatal que pagamos todos con nuestro trabajo y el impuesto a las mercancías que pagamos con nuestro trabajo, y a las utilidades de las administradoras privadas de fondos de pensiones que también pagamos con nuestro trabajo.

2. El salario mínimo en el paisito, que es el máximo para casi un tercio de los trabajadores, alcanza $ 172 mil pesos (US$ 364 dólares) hasta mediados de año. El gasto mínimo en el transporte colectivo es de $25 mil pesos por persona (US$ 52), y un kilo de pan cuesta más de dos dólares. Para que nadie llore, no le informaré sobre los precios de vivienda, educación, medicamentos, lácteos y carnes. La Comisión Asesora Laboral de Salario Mínimo del Gobierno ya arrojó el resultado de su incomprensible alquimia econométrica para el reajuste de este año: 2 % real. Es decir, $ 3.440 pesos (US$ 7), toda vez que la inflación proyectada para este año –y recién vamos terminando el primer trimestre y la tendencia va en aumento- es de un 4,4 %. En buenas cuentas y poniendo cara de resignación o indignación, según sea el horizonte de tolerancia de cada cual, el salario mínimo se contraerá, disminuyendo su poder adquisitivo en pleno período de alza galopante del costo de la vida.

Porque ocurre, entre otros fenómenos que pasan en el bestiario de la vanguardia capitalista mundial, que el paisito, dentro de las naciones de la OCDE que integra por su buena conducta a ojos de los Estados empresariales o corporativos que mandan en el globo, es el lugar donde más cuesta la educación universitaria. Aquí, las familias del estudiante deben desembolsar un 80 % del precio de una carrera promedio, mientras que en Estados Unidos pagan el 34 % y en España el 17 %. Y no sólo en las universidades llamadas ‘estatales’. Según José Brunner, director del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la Universidad Diego Portales, “al contrario de lo que ocurre en otras partes del mundo, las universidades estatales necesitan cobrar aranceles cercanos al costo real de las carreras impartidas, pues los recursos aportados por el Estado son reducidos comparativamente”. En Brasil, Argentina y Venezuela las universidades son gratuitas. En 6 Estados alemanas la educación superior no tiene precio, ni tampoco en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia. ¿Es sinónimo de desarrollo cobrar por estudiar, entonces? No me aburriré de contarle que en Chile todo, absolutamente todo es mercancía. Y que, como los derechos y servicios sociales duermen en el museo de la historia, el salario es la medida de todas las cosas. Su vida tiene exactamente la calidad correspondiente a la remuneración que percibe. Y el 80 % de la población renta menos de $ 320 mil pesos mensuales (US$ 666). Como si fuera poco, y volviendo a la universidad, de acuerdo a la oficial Encuesta Nacional de la Juventud de 2010, el 57 % de los muchachos y muchachas egresadas de una carrera no trabaja en lo que estudió. Esto es, no únicamente su familia gasta un dineral para que adquiera un título universitario, sino que además, el titulado termina trabajando normalmente, vendiendo algo distinto que los servicios de su profesión. Si esto resulta feroz, todavía hay 700 mil jóvenes entre 14 y 25 años que no estudian ni trabajan. Un ejército de muchachada sin porvenir. Un ejército, en fin.

3. La administración Piñera sabe, así como lo sabe muy bien la Concertación, que en Chile hoy la gente reivindica empleo antes que un alza general de salarios (lo que no significa que no hay que exigirla, por supuesto). Ello le permite endeudarse con crédito plástico e intentar llegar a fin de mes. Si como afirma Iñaki Gil de San Vicente, la primera fase de recomposición de las fuerzas sociales para transformar la realidad del pueblo trabajador, está asociada a la recuperación de derechos y conquistas históricas de los trabajadores, actualmente conculcadas, en el país estamos en las tapas de la fase uno. Ahora bien, Iñaki Gil de San Vicente, por razones analíticas propone cuatro fases bien determinadas. Sin embargo, ellas pueden ofrecerse de manera combinada y según los tiempos que resuelva la lucha de clases, la celeridad o no del movimiento real que en su andar pugna contra el capital, se organiza y politiza por segundo, o bien por décadas. Tras lo dicho no hay deseos psicoanalíticos ocultos; sólo memoria histórica y el rastreo permanente del desarrollo dinámico del movimiento de los trabajadores y el pueblo.

Por ello, durante el gobierno piñerista se han creado poco más de 400 mil empleos (empleo es cualquier actividad que perciba un pago en dinero o en especies, no importando la cantidad, relación contractual, frecuencia, estabilidad o calidad del pago). Esta es la maravilla de la subvención estatal a los grandes empresarios que los dispensa de impuestos y les ofrece mayores prebendas, por un lado, y los programas de microemprendimiento que luego de un curso barato entrega un monto simbólico como ‘capital inicial’ a pobres seleccionados, por otro. Al menos 120 mil puestos de trabajo son informales o “independientes”, por cuenta propia, vendedores de chucherías, comerciantes sobrevivientes y sin previsión ni seguro sanitario, productores ínfimos de empanadas hechas en casa o de partes de prendas de vestir y costuras donde participan desde los niños a los viejos de la familia. El resto de los empleos son básicamente precarios, sin derecho a sindicalización, altamente rotativos, sin contrato indefinido y hasta sin boleta de honorarios. Trabajos basura. Miseria laboral, de monedas para ‘salvar’ el día, y en el marco de una tercerización, subempleo y subcontratismo creciente. Y en este rango se encuentra la proletarización de la otrora orgullosa ‘clase media’, formada por profesionales, técnicos y empleados de oficina. Las cifras arriba expuestas por organismos del propio Estado resultan alarmantes al respecto. Los hijos de la desregulación multidimensional de la sociedad chilena aún sufren el despeñadero de la peor vida –más o menos bien vestida por las importaciones asiáticas sin arancel y a precio de golosina-.

Porque donde manda el capital, no manda el trabajo. Salvo, claro está, que el pueblo trabajador desfragmente sus luchas parciales y aisladas, y construya nuevas formas de organización para enfrentar las nuevas formas de organización del capital.

4. La lucha de clases, independientemente de las intenciones, deseos y de las propias agrupaciones de inspiración emancipadora del paisito (que tendrán su hora y su prueba cuando la realidad objetiva lo demande), rigen las relaciones de fuerza entre el capital en su fase de preeminencia del liberalismo financiero, sobreexplotador y de saqueo de recursos naturales; y el trabajo, que no termina de adecuarse para ser herramienta eficiente de combate por los intereses de las grandes mayorías. A mayor, amplia, unitaria y condensada lucha, mayor fortalece y posibilidad de triunfo de los desheredados, sea en peleas por una reivindicación en particular o a largo plazo, por el poder. Por ello las huelgas por empresa y no por industria o rama pocas veces alcanzan sus objetivos. Por ello toda protesta social, laboral, originaria, ambiental, estudiantil o ciudadana debe contener necesariamente en su movimiento y dirección el paro general. Y el paro y protesta general en el paisito no es un fetiche, una fórmula, sólo forma, o un dogma sacado de manuales mal editados. Es un momento de llegada que por sí mismo funciona como indicador de la recomposición de las fuerzas de los trabajadores y el pueblo. Del seno mojado y limpio de ese derrotero saldrá, sincrónicamente, la conducción política legítima y legitimada por el propio movimiento popular, y la alternativa política independiente de la derecha y la Concertación. Se derrumbarán las cárceles donde yacen los prisioneros políticos del capitalismo; los trabajadores organizarán la economía; la naturaleza curará sus heridas; las calles cambiarán de nombre, y por fin podré dedicarme a escribir la novela negra tantas veces postergada.

Marzo 31 de 2011

Chile: Después de Obama, la tragedia

¿Cuántas veces debe un hombre mejorar,
antes de que pueda ver el cielo?
¿Cuántos años debe un hombre tener,
antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
¿Cuántas muertes cometerá hasta que sepa
que mucha gente ha muerto?

Bob Dylan

Por Andrés Figueroa Cornejo

1. “Con un arma de fuego en cada mano, le disparó al detective de tez morena, que estaba en el suelo, después apuntó a la mujer, quien corría hacia el vehículo, impactándola en la espalda y posteriormente a un tercer detective que iba corriendo hacia atrás de nuestro camión”, cuenta Ulises Campos, empleado del empresario de chatarras Ítalo Nolli de 68 años y veterano de la guerra de Vietnam, que el miércoles 23 de marzo en la calle La Divisa de la comuna de San Bernardo, mató a una pareja de la Policía de Investigaciones (PDI) que no llevaba chaleco antibalas, en un control de rutina. En su huída motorizada y cinematográfica, hirió a 8 detectives más, hasta que fue muerto en el centro de Santiago, en medio de un operativo pocas veces visto en Chile.

“Nosotros, de delincuentes, no tenemos nada. Mi hermano simplemente se volvió loco a consecuencia de lo que tuvo que vivir en la vida y esta estadía en Vietnam”, dice la hermana de Ítalo Nolli que a los 24 años, por razones no aclaradas, se fue a Estados Unidos, y se enroló como mercenario para partir a Vietnam a matar gente en una guerra de liberación que marcaría una de las derrotas político-militares más catastróficas y sangrientas de Norteamérica contra un pequeño pueblo asiático que luchaba por su independencia y el socialismo.

Nolli, luego de los acontecimientos que todavía son portada en el país, fue calificado de psicópata por especialistas, y estaba en libertad, pese a que desde 1987 se encontraba con una orden de aprehensión pendiente en su contra decretada por la justicia militar por tenencia de armamento de guerra. Naturalmente, ello no ocurre nunca en territorio chileno cuando se vincula a otros casos. Pero aquí se trata de un chileno de ascendencia italiana que se batió contra vietnamitas desde el bando estadounidense. Ítalo Nolli quedó como el protagonista de “Taxi Driver” o “Apocalipsis Ahora” luego de permanecer tres años en Vietnam: enfermo psiquiátricamente. Sin embargo, al parecer, jamás tuvo atención profesional, las autoridades hicieron vista gorda respecto de su colección y uso de armas de armas de guerra, y el tipo, casi a los 70 años de edad, terminó matando policías. Las fuerzas conjuntas de Investigaciones y Carabineros tardaron más de dos horas en matarle, en mitad de un despliegue de incontables agentes y vehículos.

Esto ocurrió al día siguiente de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, partiera de Chile luego de una visita al país. En este caso, la paranoia no es monopolio del extinto Ítalo Nolli.

2. Fuera de todo lo esperado, luego de movilizaciones históricas, intervención de la Iglesia, y posicionamiento en la opinión pública de la causa mapuche como jamás antes, cuatro comuneros que de la justicia militar, pasaron a la civil, fueron condenados por supuestos atentados, sin resultado de muerte y donde la fiscalía se apoyó en “testigos encapuchados”. Héctor Llaitul Carrillanca fue sancionado con 25 años de prisión; y Ramón Llanquileo Pilquiman, José Huenuche Raiman, y Jonathan Huillican Mendez con 20 años de cárcel. Los mapuche están en huelga de hambre desde el 15 de marzo y mientras se organizan nuevas protestas, sus abogados preparan la solicitud de nulidad del juicio.

Por otro lado, en pocos días más, 10 jóvenes prisioneros políticos que permanecen hace más de 6 meses en la Cárcel de Alta Seguridad, serán sentenciados por el denominado “Caso Bombas”, donde no existen pruebas, ni heridos, ni muertos. Por bombas, aquí se entiende tubos para extinguir el fuego supuestamente arrojados contra sucursales bancarias en horario de madrugada. También cada vez más personas se agregan a las movilizaciones para exigir su liberación, cuando hace muy poco la oficina del equipo de abogados que defiende a los muchachos fue víctima de una explosión de ruido, a una calle de La Moneda. El extraño suceso que ocurrió mientras la infatigable abogada de Derechos Humanos, María Rivera, se encontraba al interior de las dependencias agredidas, dio pábulo para que la policía, excluyendo ilegítimamente la presencia de alguno de los juristas propietarios del inmueble, efectuaran un operativo de cuatro horas a puerta cerrada en la oficina.

3. El Producto Interno Bruto (PIB) es el principal indicador económico que cuantifica la representación en dinero de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un año. En Chile, de acuerdo al informe del Banco Central, la minería –y en ella el cobre en particular- contribuyó con un 19,2 %; los servicios financieros con un 15,7 %; la industria con un 11,1 %, la educación y salud públicas y privadass con un 11 %, y el área agropecuario-silvícola con un 2,5 %.

La minería cuprífera aún de propiedad estatal es de apenas un 28 %; mientras el 72 % es de propiedad privada. Se trata de grandes transnacionales que desde 1982, aprovechando las políticas ultraprivatizadoras iniciadas en la dictadura militar, comenzaron a hacerse del recurso a precio de remate. Sin embargo, sólo desde 1990, con el inicio de los gobiernos civiles, las corporaciones extranjeras se adueñaron rápidamente de más de dos tercios de la principal materia prima del país. Según los especialistas, Obed Cid y Leonardo Tapia Ovalle, “del total del capital que recibe el Estado proveniente de la producción de cobre, el 75 % proviene de la empresa estatal (CODELCO) y el 25 % por parte de los privados. Entre los años 1995 y 2003 sólo la Minera Escondida pagó todos los impuestos y otra lo hizo esporádicamente, pero el resto de la minería privada no pagó”. Los mismos investigadores añaden que “dentro del programa de gobierno de Sebastián Piñera está en agenda privatizar un 20 % de la minería estatal, tomando en cuenta que CODELCO posee una reserva de 198 millones de toneladas de cobre fino”. Ese plan ya está en curso, con la venta total de CIMM T & S, y parcial de Edelnor, y el 66 % de la minera Inca de Oro.

En Chile se encuentra entre el 40 a 50 % de los recursos de metal rojo de todo el planeta. De hecho, hoy mismo produce el 36 % del cobre del mundo. Aquí es imprescindible anotar que el boom de los precios de las materias primas debido a la alta demanda asiática en toda América Latina, y en Chile, de China en especial, ha puesto sus precios transitoriamente al alza. Sólo el 2007, las transnacionales involucradas en la industria obtuvieron US$ 30.086 millones de dólares en utilidades. Sin embargo, las políticas anti soberanas, y en consecuencia, anti sociales, de los gobiernos de la Concertación y Piñera permiten y promueven el saqueo del cobre que alguna vez fuera nacionalizado por el gobierno de Salvador Allende, titiriteados por la ortodoxia súper liberal que hegemoniza la presente fase de la acumulación capitalista. Las utilidades del metal rojo, teóricamente, son incorporadas al Fisco para ser destinadas a inversión social. Por tanto resulta insultante que el 62 % de los ingresos del Estado provengan del IVA –un impuesto extraordinariamente regresivo que pagan los trabajadores y el pueblo por cualquier tipo de mercancía, incluido los libros y alimentos esenciales- del 80 % de la población cuyos salarios promedio son menores a los $ 320 mil pesos mensuales (US$ 666 dólares).

Por otra, el poder creciente de la industria del crédito y las finanzas –que lucra con recursos de terceros y no producen valor en el sentido estricto, pero sí excedente especulativo- marca a fuego el predominio del liberalismo financiero en Chile, tal cual ocurre en el resto del globo. Al igual que en el cobre, la empresa de la deuda grande o pequeña, no tiene más restricciones y regulaciones que sus propios intereses corporativos, dañando y determinando el devenir de la producción y el consumo, de la industria productiva que va restando en el país y el sobreendeudamiento de lo trabajadores (cada asalariado está endeudo en una media de 6 remuneraciones, producto del virtual congelamiento y retroceso del precio del trabajo).

La suma del cobre y el sector financiero en el paisito impactaron con un 35 % en el PIB de 2010. El cobre, que es puro primario extractivismo de un recurso no renovable, es exportación sujeta a la demanda vacilante de naciones que cualquier día, resultado de la crisis económica en curso agravada por los acontecimientos en Japón y el Medio Oriente, pueden ralentizar sus compras y comenzar a consumir sus enormes provisiones, como China. Y la banca que opera en Chile, sólo produce deuda. En efecto, la manga ancha en materia de créditos, incluso sorteando los riesgos con aseguradoras propias, ha aumentado la producción de viviendas y avivado el consumo y comercio en marzo (mes de compras escolares), pero al no existir un aumento general de salarios, sino, por el contrario, sólo preocupación por controlar la inflación que de todos modos comienza a vivir un ciclo alcista, se convierte en una bomba de tiempo en materia de cesación de pagos y alta morosidad, como ha ocurrido en algunos retailer que han visto disminuidas sus ganancias respecto del año anterior por el no pago de los créditos de usuarios corrientes. El crédito con bajas condiciones se bascula con intereses y el costo de gastos operacionales leoninos. Y el tiempo, los salarios enanos y la inflación construyen las condiciones de una crisis en ciernes.

Marzo 25 de 2011

Chile: Encuentro por un Sindicalismo Independiente de los intereses de los que mandan: Unidad, lucha, solidaridad y educación

Chile: Encuentro por un Sindicalismo Independiente de los intereses de los que mandan: Unidad, lucha, solidaridad y educación

Con la participación propositiva, resuelta y democrática de dirigentes y delegados sindicales, mujeres y hombres, de las industrias del transporte colectivo y de carga; de la construcción; de la banca; del cobre; de los puertos; del trabajo independiente; de los supermercados; del Call Center; del magisterio; de la seguridad; de servicios; de los lancheros; de la salud y de las pymes, hemos realizado el primer Encuentro por un sindicalismo independiente de los intereses del Estado, los empresarios, y los partidos políticos que trabajan a su servicio, el 26 de marzo en Valparaíso.

Nos hemos reunido convencidos de estar sentando las bases elementales que ayuden a la unidad de los trabajadores de Chile y fortalezcan la reapropiación de sus propias organizaciones, sobre el principio de la independencia política de la clase trabajadora, cuyos intereses inmediatos e históricos son antagónicos respecto del Estado, los actuales partidos políticos, el empresariado, la propia clase propietaria y los gobiernos de turno. Nos oponemos a las formas del capitalismo reinante, explotador, expoliador y que alimenta sus ganancias con los recursos naturales del pueblo y los asalariados del territorio.

Hemos realizado, plenos de voluntad para revertir las actuales y pésimas condiciones de los trabajadores en el país, un diagnóstico preliminar por cada sector sobre la actual organización del trabajo impuesta por el capital, caracterizada por la deslocalización, alta rotación laboral, la sobreexplotación, la fragmentación, el subcontratismo, las precarias relaciones contractuales, los pésimos salarios, la destrucción ambiental y el incumplimiento incluso de los derechos legales establecidos. Del mismo modo, hemos evaluado que el miedo a perder el empleo, la alienación social y el sobreendeudamiento galopante, son elementos que dificultan y actúan como una parte de una política antipopular de Estado y los empresarios para impedir la formación de organizaciones sindicales.

Los participantes hemos constatado que las actuales representaciones sindicales, que dirigen las organizaciones centrales, actúan sometidas al empresariado, modificando de esta manera el rol de los sindicatos, y convirtiéndolos en organizaciones integradas a la defensa de los intereses de los empresarios y Estado.

Estimamos urgente enfrentar las nuevas maneras de explotación capitalista, abriendo el debate y organizando la lucha por recuperar los sindicatos como instrumentos de los propios trabajadores. De la misma forma, debemos preguntarnos qué tipo de sindicalismo necesitamos; ¿Es el sindicato actual, tal como está concebido, la organización que requerimos? ¿Hay que pensar en nuevas maneras de organización y en otros métodos?Para ello nos entregaremos, tanto a la tarea de hacer un levantamiento y mapeo de las condiciones laborales generales del país, como a la formación, capacitación y educación de los trabajadores en materia de derechos laborales.

Constatamos que el sindicalismo de clase se ha jugado por los intereses profundos del pueblo trabajador, es solidario, está por la emancipación de la humanidad del capitalismo mundial y nacional. En esta línea declaramos:


1. Rechazamos la violencia empresarial de los dueños de la empresa PISA, que luego de una larga huelga del Sindicato Nº 2, despidieron con saña y buscando amedrentar ejemplarmente al mundo laboral a todos quienes participaron de la huelga y ahora pretenden desaforar a sus dirigentes y no pagar las indemnizaciones legales.

2. Apoyamos el proceso de negociación colectiva que llevan a cabo los obreros de la construcción de la empresa Urbana de Rancagua, confiados en sus fuerzas y organización para obtener lo que les corresponde por justicia.

3. Condenamos la persecución antisindical que sufre en la actualidad la trabajadora Verónica Silva de Viña del Mar.

4. Apoyamos a los prisioneros políticos del denominado “caso bombas”, un burdo montaje estatal sin pruebas reales, que busca criminalizar la protesta y organización social.

5. Rechazamos la condena a los cuatro comuneros mapuches en huelga de hambre, con penas de 25 y 20 años en medio de un juicio político que busca debilitar las demandas y luchas legítimas y centenarias del pueblo mapuche. El capitalismo como forma de obtener mayores riquezas, no trepida en despojar territorio y recursos naturales de los pueblos originarios.

6. Condenamos vehementemente la intervención del imperialismo, que hoy pretende ejercer su dominio sobre los pueblos de Medio Oriente y América Latina, con el fin de apoderarse para su beneficio de los recursos naturales y el trabajo de esas zonas del planeta.

Hemos empezado a caminar. Nuestro horizonte es la unidad de lucha y organización por los intereses del pueblo trabajador y las grandes mayorías. Nuestra reunión tiene la madera de la lucha, la formación, la independencia de la clase que produce todas las riquezas, y la solidaridad militante.

“Por un Sindicalismo Independiente de los intereses del Estado, los empresarios, y los partidos políticos que trabajan a su servicio”.


Sindicato Interempresa Nacional de Trabajadores de la Construccion, Montaje Industrial y Otros - SINTEC Chile

Francisco Bravo, Gabriela Cruces, dirigentes del Sindicato de Trabajadores Nº1 Unisono (Call Center)

Carlos Lemus Cid, Presidente Sindicato Interempresa Nacional de Trabajadores de Lanchas -muelle Prat - Valparaíso

Etiel Moraga Contreras, Director Nacional CUT

Jorge Bustos, Presidente Confederación Gente de Mar

Luis Mesina, Secretario General Confederación Bancaria de Chile

Juan Cuevas, Presidente Sindicato Nacional Trabajadores de Pymes

Magali Soto, Presidenta Sindicato de Trabajadores Banco Paris.

Cristian Martínez, Presidente Sindicato de Trabajadores de BICE.

Virginia González Miranda, Asociacion de Funcionarios APS La Pintana ( FREMESAM - CONFUSAM)

Ramón López, Dirigente de la Federación Nacional de Trabajadores de Cimm.


Avercio Parra, Coordinador General Confederación Sindicatos Trabajadores Independientes y Ferias Persa

Jorge Pizarro Álvarez, Director del Consejo Directivo, Sindicato Bodegas Lts, D&S, filial holding D&S - Walmart

Víctor Quijada, Presidente Trabajadores Asociación Chilena de Seguridad


Javier Márquez, Dirigente Trabajadores Banco Itaú.

Dominique Saddi, Dirigente Sindicato Boston Collage, La Florida.

Judith Mayorga, Sindicato Colegio padre José Kentenich, Puente Alto.

Eduardo Carraza, Federación Urbana Trabajadores del Transporte– Valparaíso.


Marzo de 2011


jueves, 24 de marzo de 2011

El pueblo de Chile repudia negocio nuclear de Obama

Por el futuro de nuestras familias, los trabajadores y pueblos de Chile rechazamos el acuerdo que el gobierno del país firmó con Estados Unidos en materia de energía nuclear, cuando los fundamentos científicos sobre los peligros catastróficos de ese tipo de energía para las personas y la naturaleza han sido trágicamente refrendados por el desastre en curso en Japón.

Un convenio así, vuelve al país más dependiente política y económicamente del Imperio, cuando ya es el mayor inversionista en Chile.


El porvenir de una vida mejor para las chilenas y chilenos se aleja con acuerdos nucleares, considerando que existen muchas alternativas de producción energética (solar termoeléctrica, la solar fotovoltaica, la eólica terrestre, la eólica marina, la geotérmica, la procedente de la biomasa, etc.) ampliamente estudiadas y puestas en práctica en varios lugares del mundo y que resultan más limpias y baratas.


Los gobiernos norteamericanos son los principales responsables del calentamiento global, pero además han impuesto a sangre y fuego un sistema económico que vive de la depredación de nuestros bosques, de nuestras riquezas naturales, que contamina, que construye termoeléctricas y que destruye los pueblos y el medio ambiente con sus relaves. A qué explicar para quienes son las ganancias de este desastre gatillado por la ganancia y la apropiación privada del trabajo, los recursos naturales, las materias primas de las grandes mayorías. Si queremos una defensa honesta de nuestro planeta, entonces debemos repudiar la visita del representante político del Estado que más contamina, explota y expolia a Chile y el mundo: Barack Obama.


Estamos por la soberanía y autodeterminación del pueblo de Chile. Obama representa la injerencia sistemática y violenta en los asuntos internos de los países, las invasiones, las guerras, el terror y la muerte.

Fuera de Chile el gobernante del Imperio del Terror


Marcha lunes 21 de marzo, 19:00 hrs., Ahumada con Alameda, Santiago de Chile


Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT)


La estrategia de Obama para Chile y América Latina

“Y no bien amanecía
partió en una nube fría
con su zepelín plateado

Chico Buarque

Andrés Figueroa Cornejo

1. En entrevista exclusiva para El Mercurio del 20 de marzo, el presidente transitorio del Imperio corporativo de EEUU, Barack Obama, en el marco de su visita a Chile, elogió teatralmente el devenir político, económico y energético del paisito. En el paroxismo de sus febriles declaraciones resaltó los “logros” del territorio más austral del planeta que “Entre esos éxitos también está el hecho de que tenga una democracia vibrante, una economía abierta y una sociedad civil activa”. ¿Una democracia vibrante y una sociedad civil activa? Lo del aperturismo económico es imposición del propio imperialismo para privatizar los antiguos derechos y servicios sociales y apropiarse sin trabas de las riquezas naturales y materias primas de Chile, como ha ocurrido históricamente antes de 1970 y después del golpe de Estado de 1973, y aprovechar las temporales relaciones de fuerza favorables al capital sobre el trabajo, en medio de coberturas legales asociadas a los Tratados de Libre Comercio y a un Código Laboral prácticamente intacto e instaurado a sangre y fuego por la dictadura militar. ¿Pero qué tiene de vibrante una democracia puramente formal, representativa, no participativa y formulada por arriba donde cada tantos años cada vez menos chilenos realizan el trámite de votar por la derecha o la Concertación? En la última elección presidencial, un 40% de la población habilitada para sufragar simplemente no lo hizo. ¿Una sociedad civil activa? ¿Qué significa eso hoy en Chile, además de las resistencias epopéyicas de parte del pueblo nación mapuche, el ambientalismo anticapitalista, un movimiento sindical desarmado y un conjunto de agrupaciones que pugnan por terciar como alternativa política de los intereses de las grandes mayorías? Naturalmente, Obama no se refería a esa sociedad civil ni a esa democracia “vibrante”. Se refería a la gobernabilidad y obsecuencia que los gobiernos civiles de los últimos 20 años han ofrecido al capital, a sus maneras más vanguardistas, financiarizadas, primario exportadoras, sobreexplotadoras de una fuerza de trabajo cada día más precarizada, y a la maximización de beneficios –que también colabora con el dique que contiene la tendencia a la baja de la tasa de ganancia general del capital- mediante la apropiación privada y el saqueo a mansalva de los recursos naturales elementales, como el agua, el mar, la tierra, el aire.

2. Pero lo anterior sólo corresponde a una fracción de los objetivos que tiene el viaje de Obama a Chile. Pese a que Piñera y su esposa tuvieron que cancelar el desayuno que deseaban compartir familiarmente con Barack y Michelle debido a la agenda muy apretada del emperador de turno (el capataz propone, pero el patrón dispone); y la Concertación logró obtener un momento en el programa oficial de la visita por los inmejorables servicios prestados a los intereses del gobierno norteamericano y al tipo de transición sin pueblo y paradigmática desde la dictadura del capital puesta en riesgo por el propio Pinochet, hasta una dictadura del capital con formato electoral tutelado, restringido y excluyente por principio; Obama hizo anuncios relevantes.

Lo inmediato es el impopular y peligrosísimo acuerdo firmado el viernes 18 de marzo entre el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, y el embajador estadounidense, Alejandro Wolf, en materia de “cooperación” nuclear. Más allá de la promesa inútil de Piñera de efectuar un seminario en Santiago para “evaluar las conclusiones del convenio” en mayo, donde participará el flamante director de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, Jaime Salas, lo cierto es que la catástrofe nipona en curso revela las consecuencias catastróficas que puede tener el empleo de la energía atómica para la humanidad toda. Es decir, no sólo es el peor acuerdo posible, sino que además, se firma en la peor coyuntura posible. Basta enterarse no únicamente de lo que acontece en Japón hoy; también hay que escuchar los planteamientos de la máxima mandataria alemana al respecto. Pero, claro, el desarrollo geométrico de las fuerzas productivas del capitalismo, su voracidad y movimiento ilimitado, ya acabó con el carbón como energía dominante, el petróleo está en vías de extinción, y es la hora de sembrar como hongos apocalípticos centrales nucleares en todo el planeta. La tecnología destacada para América Latina es propiedad de corporaciones norteamericanas; por tanto hay que ingresarla por consenso o fuerza, o de ambas maneras, a los países subdesarrollados del subcontinente, y a espaldas de los intereses y sobrevivencia de los pueblos. Si Japón es una de las cinco economías más desarrolladas del mundo y su población está sufriendo el impacto letal e impredecible de la liberación radioactiva luego del tsunami del 11 de marzo pasado, ¿qué le puede esperar a Chile, territorio de terremotos, maremotos y temblores permanentes, con altísimos niveles de accidentabilidad laboral, improvisación, desregulación en todas las dimensiones industriales, y tercermundista desde que se inventó el término?

3, Por otra parte, Barack Obama –emulando bajo un contexto totalmente otro al asesinado presidente John Kennedy- desea establecer una ‘actualizada’ Alianza Para el Progreso para toda la Región. La original se declaró en marzo de 1961 y duró 10 años. El objetivo esencial en esa época, era contener el ejemplo emancipador de la Revolución Cubana, a través de medidas que buscaban implementar la reforma agraria (proletarización del campesinado y aceleración de la producción agrícola para responder a las demandas de esa fase del capital), libre comercio entre los países latinoamericanos, modernización de la infraestructura de comunicaciones, reforma de los sistemas de impuestos, acceso a la vivienda, mejorar las condiciones sanitarias para elevar la expectativa de vida, mejora en el acceso a la educación y erradicación del analfabetismo, precios estables y control de la inflación y cooperación monetaria. En la realidad, la Alianza Para el Progreso significó profundizar el patrón mono exportador de América Latina, multiplicar la fuerza de trabajo barata, y que el ‘patio trasero’ de Estados Unidos vendiera sus recursos y trabajo a precio módico para comprar al imperialismo mercancías terminadas y caras.

¿Y ahora por qué actualizar esa política? ¿Por los peligros que comportan los gobiernos pro populares y de inspiración antiimperialista de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua? ¿Para deshacerse de su sobreproducción y sobrecapacidad productiva en ámbitos energético-nucleares, armamentistas y tecnológicos? ¿Para resolver la crisis deficitaria, pública y privada de Estados Unidos, y quemar dólares e instrumentos financieros sin valor en estas tierras, socializando de modo ampliado sus gravísimos aprietos? ¿Para evitar que China y la Unión Europea tomen ventaja sobre las economías latinoamericanas, relativizando aún más su hegemonía mundial? ¿Todas las anteriores?

3. Pasadas las 16:00 hrs., con tres ex presidentes de la Concertación en primera fila (Aylwin, Frei Ruiz-Tagle y Lagos Escobar) y la ausencia de “la preferida”, Michelle Bachelet, quien obtuvo como premio por su administración pro-norteamericana el cargo en la ONU de encargada de ONU Mujeres –mientras espera el momento mejor para lanzar su futura candidatura a la presidencia del 2013-, Barack Obama hizo su alocución llamada “Alianza igualitaria con Latinoamérica”. Antes de ello, en conferencia de prensa con Sebastián Piñera, manifestó que “hay que mirar el futuro”, sorteando con una sola frase la ingerencia política y material probada de los gobiernos pentagonistas en los golpes de Estado, dictaduras, desapariciones, torturas, exilio, asesinatos, preparación de operaciones macabras; desestabilizaciones, crímenes y sabotajes contra gobiernos que incurrieron en el pecado de procurar la autodeterminación e independencia para sus países; y todas las violaciones a los Derechos Humanos imaginables y más, contra los pueblos de América Latina.

Obama destacó el cónclave orquestado entre México, Colombia y Chile en el ámbito de “la seguridad”, entendida como permiso incondicional a la intromisión política y militar del poder estadounidense en sus fronteras, bajo el argumento de la lucha “contra el narcotráfico y el terrorismo”.

“Yo creo que Latinoamérica es más importante para la prosperidad y seguridad de los Estados Unidos que nunca jamás”, dijo Obama, acaso recordando las bases militares bajo su control apostadas en muchos lugares de la Patria Grande, y añadió que “creo que América Latina se va a volver algo más importante para Estados Unidos, especialmente en nuestra economía (…) invertimos más en esta Región que en ningún otro país. Tres veces más a Latinoamérica que a la China.”

Inmediatamente se entregó a una serie de expresiones respecto de una supuesta unidad valórica entre su Estado y Suramérica y el Caribe, por orígenes antiimperialistas y religiosos conectados. Se olvidó Barack Obama de mencionar que ahora él es el representante del imperialismo contemporáneo. “Este es nuestro patrimonio común: somos todos americanos.” Aquí también evitó decir que algunos son más americanos que otros, saltándose las relaciones de dependencia y opresión de larga data del gobierno norteamericano sobre los países del sur del Continente.

Después, el mandamás formal o responsable de relaciones públicas del imperio, se volvió algo emotivo al denotar las desigualdades sociales, la concentración económica y el empobrecimiento que existe en los países al sur de Río Bravo; y referirse al fenómeno –sin explicar de dónde proviene la principal demanda- del narcotráfico y su industria asociada.

Entonces Obama se dedicó a comparar la Alianza Para el Progreso de Kennedy con su actual estrategia, según él, ahora basada en la concepción de “de socios iguales”. El primer pilar de su política sería el combate contra la delincuencia organizada y su peligro para la ‘democracia’. Aquí se extendió sobre Colombia, México y los programas sociales focalizados y asistencialistas. El segundo punto correspondió a la liberación comercial y el aperturismo económico hace rato regente por medio de la multiplicación de TLC’s. Aprovechando la presencia del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, Obama habló de ofrecer más créditos para subcontinente. Es decir, ampliar la deuda externa, privada y pública, de América Latina con el BID de capitales estadounidenses. Como era de esperar, abusando de una fraseología respecto de la democracia representativa, disparó contra la isla de Cuba y alabó a las llamadas, ‘damas de blanco’, sin mencionar, por supuesto, el bloqueo económico más cruel y extenso de la historia moderna impuesto sobre un pueblo autónomo, y las innumerables acciones y cifras millonarias para intentar derrocar al gobierno de la Mayor de Las Antillas.

Continuando con un relato extremadamente básico, mediático, publicitario, Obama hizo hincapié aduladoramente en el rescate de los 33 mineros chilenos de una mina en Copiapó, otra vez desmemoriándose de los más de 15 mineros muertos en otros yacimientos y faenas que han ocurrido desde entonces, mientras los medios de comunicación sólo se concentraban en la propaganda gubernamental del salvataje –feliz, pero espectacularizado hasta el hartazgo para su capitalización electoral y las encuestas-.

¿Qué se saca en limpio del discurso del presidente del imperio más poderoso conocido en la historia de la humanidad, el mismo que en tanto intentaba construir una historia editada a conveniencia, mantiene al Oriente Medio subyugado política, militar y económicamente con el fin de hacerse de las reservas petroleras de esa zona; el mismo que apoya con desparpajo y sin vergüenza al gobierno de Israel y sus crímenes en Palestina; el mismo que voltea gobiernos a su antojo, como el hondureño, cuando no le resultan de su gusto e interés?

El mensaje de Obama es claro. La crisis estadounidense debe ser ‘democratizada’ en sus costos por los pueblos de América Latina, y sus ganancias tienen que salvar el pellejo de la ganancia para el Estado corporativo de Norteamérica.

Todas las propuestas ya están concurriendo, pero los intereses urgentes del imperio demandan su mayor profundización por la vía diplomática, legal, política y militar. El imperio requiere superior gobernabilidad para sus inversiones y producción de deuda; mayor control social para el disciplinamiento y súper explotación del trabajo latinoamericano; y un marco jurídico todavía más aperturista para terminar de saquear los recursos naturales de los pueblos indoamericanos y consolidar el momento financiero del capital como dirección superestructural del complejo capitalista general.

Este artículo fue terminado a la 00:01 hrs. del 22 de marzo. En pocas horas, el inquilino de la Casa Blanca emprenderá vuelo de Chile. Queda una estela de demagogia honda y bien estudiada tras su visita. Eso sí, el presente texto habría sido finalizado varias horas antes si quien lo suscribe no hubiera sido detenido junto a nueve personas más en una comisaría de Santiago de Chile, en medio de una marcha pacífica en el centro de la capital del paisito contra la presencia del representante del poder resumido del capitalismo salvaje, a pocas calles donde 500 de los que mandan estaban cenando y celebrando el mensaje aquí comentado.

22 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

Bienvenido a Chile, Barack Obama

Andrés Figueroa Cornejo

La próxima visita del presidente de turno del imperio político, militar y económico jamás conocido en la historia de la humanidad a Chile, no es particularmente especial respecto de la que realizará Barack Obama a Brasil, la súper potencia de Sudamérica la semana entrante. No obstante, sí existen razones para su presencia en las tierras estiradas y estrechas de la vanguardia del capitalismo.

De hecho, dentro de los preparativos se encuentra la firma de un convenio sobre energía nuclear entre el gobierno del paisito y el de Estados Unidos, en el peor contexto mundial posible, mientras se suceden catástrofes y aumenta exponencialmente la incertidumbre sobre el ámbito luego de la tragedia natural de Japón desencadenada por el terremoto marino del 11 de marzo.

A imposición del Estado norteamericano, el acuerdo –que en rigor es la subordinación chilena a una política de inversiones nucleares del imperio, aprovechando la crisis energética planetaria- se firmará dos días antes de la llegada del inquilino de la Casa Blanca.

La gente de a pie dice con sabiduría que si un desastre nuclear de proporciones inconmensurables puede ocurrir en un país del primer mundo, con el agravante de estar sobre un territorio tan telúrico como el chileno (de hecho, vinculado tectónicamente con el chileno bajo el Océano Pacífico), qué le podría esperar a una zona que es puro borde costero flanqueado inmediatamente por la cordillera andina, tercermundista, empobrecido, sin más puntales que los ahorros privatizados de sus trabajadores, el cobre, la madera y un puñado de bancos transnacionalizados; y donde hasta ahora reina la improvisación y la resignación dolorosa ante los embates duros de la naturaleza venidos del mar y de la tierra y del cielo. En cualquiera de sus formas , la energía nuclear, atenta contra la misma sobrevivencia de una comunidad humana precarizada, tapizada de propaganda mientras bajo alfombras de plástico chinas los orines del subdesarrollo enrarecen las ciudades y el campo. El futuro de una vida mejor para las chilenas y chilenos se aleja sideralmente con acuerdos nucleares, toda vez que existen muchas alternativas de producción energética (solar termoeléctrica, la solar fotovoltaica, la eólica terrestre, la eólica marina, la geotérmica, la procedente de la biomasa, etc.) ampliamente estudiadas y puestas en práctica en varios lugares del mundo y que resultan más limpias y baratas.

Sin embargo, y más allá de rumores bien o mal fundados sobre la cancelación de la visita de Obama a Chile a última hora –no porque aquí se viva una situación pre-revolucionaria, claro está, sino simplemente porque su agenda bélica lo demandaría en el centro del centro del poder imperial-, el ex director de la revista Foreing Policy y especialista en política exterior de Estados Unidos, Moisés Naím, señala con claridad de mediodía que el gusto norteamericano por el país se sostiene porque “Lo que más se admira de Chile es la continuidad independiente del signo ideológico del gobierno. Tanto el Presidente Lagos, como la Presidenta Bachelet, que se presentaban como gobiernos de izquierda gobernaron de una manera muy pragmática. De la misma manera, Piñera que se presenta como un mandatario de derecha también es pragmático y no hemos visto profundas discontinuidades entre la política exterior de uno y otro.”

Cuando se habla de “pragmático”, hay que leer sumisión a la hegemonía del capital internacional y a las órdenes e intereses del Estado norteamericano. Sumisión a los mandamientos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, y la OCDE. Sumisión y obsecuencia en relación a las maldiciones, confabulaciones y ataques sistemáticos que martillan la cabeza y el corazón de los pueblos de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, y sabotean dolarizada y materialmente la independencia y posibilidades de autodeterminación genuina de esas naciones. Sumisión y obsecuencia frente al olvido centralmente planificado del imperialismo respecto de los crímenes de la dictadura pinochetista, las violaciones a los derechos humanos en los propios gobiernos civiles post-tiranía, y a la desmemoria de una sociedad que a comienzos de la década de los 70 del siglo pasado se encendió con el vértigo de la libertad y la promesa de la igualdad, cuando apenas había 9 millones de personas en Chile y un Presidente que no le temblaba la voz ni la mano, junto a un pueblo tal vez ingenuizado por direcciones políticas que jamás terminaron de condensarse y tomar la decisión estratégica de acabar de una vez con la minoría propietaria, pero que escribieron con vigor de gigantes en la historia la contra-fatalidad de que las cosas pueden ser de otro modo.

Nuevamente, el imperialismo norteamericano, principal inversionista extranjero en Chile, con su visita premia la ausencia de decoro y soberanía, la gobernabilidad de la derecha y la Concertación entendida como control social, alienación ampliada, sobreexplotación, aperturismo económico para bien de los menos y maldición de los más; saqueo y acumulación originaria infinita; carta blanca para la hegemonía del momento financiero del capital; patrón primario exportador puramente extractivista mineral y mucho después maderero; concentración económica sin freno ni regulación alguna y desigualdad social creciente; fragmentación del pueblo trabajador; y bancarrota multidimensional (política, sanitaria, educativa, psiquiátrica, económica, cultural, sexual, humana) de las relaciones sociales del 90% de la población malviviente.

Bienvenido Barack Obama, gobernador transitorio de los pesares y atropellos infames en Chile y en medio mundo. Sepa usted que no es dios, ni su Estado el final desgraciado de la historia. Que es sólo un hombre sobre el dólar y la mitad de la industria bélica de La Tierra. Que tiene su tiempo y su sitio provisoriamente, como el Pentágono y los organismos tutelares del capital. Como asimismo debe saber por boca informada, tanto de sus analistas multiplicados a pago millonario y tecnología de última generación, como de brujos y bufones de corte y con banda presidencial repartidos en todas las costas, que los pueblos del mundo también tienen –de a saltos explosivos o a pasitos invisibles- su hora y su lugar. Que le asienten los mariscos exóticos de Chile que desconocen los trabajadores y los descamisados del país. Cada bocado que pruebe es la dentellada reunida que hará trizas las causas de la miseria y la muerte absurda que su Estado produce como exportación cardinal.

Marzo 14 de 2011