Nadie puede quedarse sin realizar una acción de repudio ante la presencia en nuestro país del representante del terrorismo internacional. A los pueblos de Chile y América Latina nos sobran razones para protestar. La más fuerte, que nos interpela moralmente, son los centenares de miles de hermanos asesinados en el Continente con garra imperial. Y una de las más críticas consiste en el acuerdo que el gobierno de Chile firmará con el de Estados Unidos en materia de energía nuclear, cuando los fundamentos científicos sobre los peligros catastróficos de ese tipo de energía para las personas y la naturaleza han sido trágicamente refrendados por el desastre en curso en Japón. Asimismo, un acuerdo de este tipo, volvería al país más dependiente política y económicamente del imperio, toda vez que ya es el mayor inversionista en Chile. Sin duda, el futuro de una vida mejor para las chilenas y chilenos se aleja con acuerdos nucleares, considerando que existen muchas alternativas de producción energética (solar termoeléctrica, la solar fotovoltaica, la eólica terrestre, la eólica marina, la geotérmica, la procedente de la biomasa, etc.) ampliamente estudiadas y puestas en práctica en varios lugares del mundo y que resultan más limpias y baratas.
La visita del presidente del imperio más poderoso y agresor que ha existido en la historia de la humanidad, cuenta vergonzosamente con la anuencia de los gobernantes de nuestro país. De esta manera, se ponen a disposición de manera servil y rompen nuestra soberanía, dejando en manos del gobierno norteamericanos la seguridad de distintos espacios donde se hará presente Obama. A su vez, las policías y los organismos secretos locales ya están a la orden de los visitantes. Las autoridades antisociales de Chile consideran un privilegio y premio la visita. En cambio, el movimiento popular estima con justicia irrebatible que es un baldón, una bofetada sucia a la dignidad e intereses de los trabajadores y los pueblos.
La venida de Barack Obama debe concitar por razones de ética y decoro elementales el rechazo de todas las organizaciones, políticas, sociales y populares:
Las agrupaciones de derechos humanos deben protestar por la presencia del terrorista internacional número uno en nuestro país. El gobierno de Estados Unidos es responsable directo de los miles de asesinatos, desapariciones y torturas ocurridas en nuestro país y América Latina.
Los gobiernos norteamericanos son los principales responsables del calentamiento global, pero además han impuesto a sangre y fuego un sistema económico que vive de la depredación de nuestros bosques, de nuestras riquezas naturales, que contamina, que construye termoeléctricas y que destruye los pueblos y el medio ambiente con sus relaves. A qué explicar para quienes son las ganancias de este desastre gatillado por la ganancia y la apropiación privada del trabajo, los recursos naturales, las materias primas de las grandes mayorías. Si queremos una defensa honesta de nuestro planeta, entonces debemos repudiar la visita del que más contamina, explota y expolia.
Los gobiernos estadounidenses han sido responsables de combatir por todos los medios cualquier avance de los trabajadores. Los gobiernos progresistas que han surgido en el mundo han sido ahogados en sangre. En tanto, el saqueo de nuestras riquezas por el imperialismo ha sido facilitado por el beneplácito de los gobiernos de turno nativos en los últimos 38 años. El gobierno popular de Salvador Allende fue derrocado por orden del gobierno de Washington, asesinando a miles de dirigentes populares y militantes sociales. El mundo popular debe protestar por la visita del mayor explotador capitalista.
Las organizaciones Latinoamericanistas y Bolivarianas tienen motivos de sobra para rechazar la visita: injerencias sistemáticas en los asuntos internos de los países, violación de las soberanías, invasiones, guerras, terror y muerte forman parte del historial del imperio.
Los constantes ataques e intentos de desestabilización de Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua; el sanguinario plan Colombia; la responsabilidad por la situación inhumana en que se encuentra Haití; la soberanía mancillada de Puerto Rico; los 5 héroes cubanos antiterroristas que permanecen secuestrados en EEUU; y el asesinato de cientos de miles de iraquíes y afganos, son una pequeña parte del cúmulo de atrocidades cometidas por el Estado de O-Bush. Una sola de estas acciones cometidas por el imperio, obligaría a repudiar la visita de O-Bush. Todos los motivos, nos obligan e interpelan moral, política, económica y culturalmente.
Lunes 21 de Marzo a las 19:00, Ahumada con Alameda.
Fuera el Imperio del Terror
Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT)
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