jueves, 28 de noviembre de 2013

Sólo el pueblo hondureño tiene la última palabra

Las tensiones se incrementan por minuto ante la incertidumbre. Radio Globo es acallada sistemáticamente.
Andrés Figueroa Cornejo 
En el marco de la tiranía cívico-militar hondureña, el más que probable fraude electoral del pasado 24 de noviembre que dio por ganador -con cuentas parciales e irregularidades de todo tipo- al representante de la oligarquía de ese país centroamericano y de los intereses norteamericanos, el 28 de noviembre, antes de las 06.00 hrs. fueron bloqueadas las transmisiones por antena y por Internet de la única radio democrática que quedaba en el golpeado territorio de Morazán, Radio Globo. Al menos, por Internet, lograron volver a transmitir después de aproximadamente una hora.
Mientras el partido genuinamente triunfador, Libertad y Refundación, LIBRE, todavía analiza voto a voto los escrutinios violentados por la dictadura mediante artificios tanto sofisticados, como tradicionalmente vulgares, los jóvenes estudiantes, indígenas y campesinos de la Resistencia ya salen a las calles a denunciar la estafa electoral, vaticinada por diversos analistas.
El silenciamiento forzoso de  Radio Globo, único medio de comunicación de alto impacto, simplemente expresa el ínfimo derecho a la libertad de expresión que sobrevive en Honduras momentáneamente  debido a que los comicios presidenciales y parlamentarios contaron con la reciente asistencia de más de mil observadores internacionales que ratificaron los delitos electorales cometidos por el partido oficialista, y aún se mantiene la atención de gran parte del mundo sobre el curso de los acontecimientos.
El 28 de noviembre, primero los locutores y comunicadores en la madrugada hondureña de la emisora Globo acusaron la caída de la señal propia de una radio del dial legal para luego, a los pocos minutos, desaparecer de Internet y su comunicación en línea. Sólo retornarían a escucharse alrededor de una hora después.
Agudos, críticos, inteligentes y amantes de su pueblo, los trabajadores y trabajadoras de Radio Globo han denunciado valientemente la represión de la dictadura oligárquica titiriteada por los intereses del Pentágono por la relevancia geoestratégica de Honduras en la Península de Yucatán. De hecho, el territorio hondureño ha sido usado y abusado militarmente por el Estado norteamericano como plataforma y retaguardia durante la Revolución Nicaragüense, y las guerras populares tanto en El Salvador, como en Guatemala. La tradición heroicamente antiimperialista de una región víctima del saqueo y el crimen contra sus pueblos, tensiona aún más la situación de inestabilidad y potencial ingobernabilidad de Honduras de no reconocerse el triunfo electoral de la amplia oposición democrática policlasista.
Por otra parte, intentando ganar tiempo para normalizar y convencer a los hondureños y a la comunidad internacional de la cuestionadas y no informadas aún cifras finales de las elecciones del pasado 24 de noviembre, el Tribunal Supremo Electoral -órgano de la tiranía- emplea argumentos insostenibles, como "la mala vista de los digitadores" para contar los votos.
Durante la jornada electoral, el oficialista Partido Nacional canjeó papeletas de votación por bolsas de comida, ropa y hasta tarjetas de crédito, entre otras aberraciones. Así y todo, con la militarización del país y los asesinados por la dictadura, el pueblo hondureño sufragó masivamente por Libertad y Refundación. En Honduras, la mitad de la población es campesina y el 70 % de la población está bajo la línea de la pobreza según estándares internacionales.
LIBRE, hasta ahora, ha obrado con gran cautela y no ha llamado convincentemente al pueblo democrático a salir a las calles. Se ha limitado a concentrarse en contar los votos y manifestar que oficializará su posición el viernes 29 de noviembre. Por el momento.
Quien suscribe este artículo, teme que LIBRE se distraiga en aspectos técnicos y no políticos para enfrentar esta hora crucial. Resultaría un saludo a la bandera de consecuencias altamente inciertas, que LIBRE se contentara con quedar como segunda fuerza electoral, entre los dinosáuricos partidos Nacional y Liberal. Cuando el pueblo dispuesto a luchar por oponerse a un fraude ejecutado bajo luz de mediodía observa las vacilaciones de su conducción política coyuntural puede desorientarse por un momento, pero luego, más temprano que tarde, busca y logra su recomposición a través de nuevas conducciones políticas liberadoras.
La legitimación de un fraude electoral de talla mayor y, por tanto, de una falsa democracia y auténtica tiranía remozada, arriesga la propia unidad interna de LIBRE. No es abstracto ni ideológico que la lucha de clases también se reproduce al interior de instrumentos político electorales de inspiración democratista. El objetivo comprometido es el poder y las transformaciones que demandan los oprimidos. Si ello se relativiza, el riesgo de la unidad necesaria para encarar una dictadura simplemente, peligra.

Por minuto se incrementa la crisis política y multidimensional hondureña. Su pueblo, como históricamente está probado, tiene la última palabra. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Honduras: La gobernabilidad peligra si se consolida fraude electoral

“La libertad trabaja, la sufre y suda”
Patricio Manns

Andrés Figueroa Cornejo  



1. Apenas terminó el horario de votaciones presidenciales en la Honduras tiranizada desde el 28 de junio de 2009 mediante un golpe de Estado “blando”, las primeras mesas escrutadas daban por ganadora claramente a la candidata de Libertad y Refundación, Libre, Xiomara Castro. Libre es un instrumento político electoral que contiene al conjunto y variopinto pueblo que resiste la dictadura.  
Su principal contrincante era, precisamente, el candidato del oligarca Partido Nacional, Juan Hernández. Honduras, dependiente y empobrecida, en su papel geopolítico en la Península de Yucatán ha funcionado como plataforma y retaguardia militar del imperialismo norteamericano durante la Revolución Sandinista y la guerra de los pueblos salvadoreño y guatemalteco en los 70 y 80.
El golpe de Estado mal teñido de legalidad ladina, fue dado a mediados de 2009 contra el liberal Manuel Zelaya debido a sus aproximaciones a la Venezuela de Chávez y Maduro y por la causa bien concreta de intentar realizar un plebiscito para saber si la población estaba de acuerdo con llevar adelante un proceso constituyente. Esa tímida iniciativa –enmarcada en cualquier democracia burguesa, una de los formatos de la dictadura del capital- bastó para expulsar a Zelaya de la jefatura del Ejecutivo.
Sin embargo, y hasta cuando se teclea el presente artículo, el Tribunal Supremo Electoral –parte de la dominación estatal y la dictadura-, con alrededor de más de un 54% de los votos escrutados, comunicó (sorprendentemente, pero dentro de las posibilidades hipotetizadas) que el candidato oficialista del Partido Nacional supera casi por 6 puntos a Libre, toda vez que Libertad y Refundación, de acuerdo a su disciplinado seguimiento del proceso, en la realidad aventaja por casi 4 puntos a la dictadura.
El 24 de noviembre fue una jornada marcada por las irregularidades, las amenazas y la militarización de los medios de comunicación democráticos (Radio Globo y otros); la compra de votos a través de bolsas de comida, ropa y hasta tarjetas de crédito por parte del oficialismo. Los multiplicados incidentes fueron pública y formalmente denunciados a la Fiscalía de Delitos Electorales, organismo más misterioso que supervisor de nada.
La Mesa de DDHH Internacional que observó paso a paso las elecciones, señaló que las anormalidades y delitos electorales más corrientes fueron que sufragaron muertos, hubo doble votación, cambio de locaciones sin aviso a las personas a la hora de marcar la papeleta. Se agregaron las amenazas a militantes del Partido Libre y algunas detenciones de sus miembros.
2. La tiranía -reconocida, trágicamente, por diversos Estados del continente. durante sus 4 años a través del no boicot económico y por extensión, político- cometió y comete asesinatos a opositores agrupados en el Frente Nacional de Resistencia Hondureña en lucha y en el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e indígenas, Copinh, en su combate contra el extractivismo  destructor de comunidades y naturaleza limitada.  Sólo en el campo periodísticos, han sido asesinados más de 30 comunicadores sociales. La represión, hostigamiento, amenazas y persecución sistemática contra las organizaciones antidictatoriales es el modo habitual como el Estado enfrenta al pueblo organizado.

3. Cuando todavía el Tribunal Supremo Electoral no entrega los cómputos finales, ya los trabajadores y el pueblo hondureño acusan de fraude, de robo electoral y de bandidos a la dictadura. En medio de tensos e indignantes momentos, las opiniones predominantes van desde las esperanzas de que se reviertan y sinceren los resultados por la tarde del 25 de noviembre, dando por legítima ganadora a Libre y Xiomara Castro, hasta ofrecer lucha directa para defender la victoria opositora.
Mientras tanto, Libre está convocando a sus delegados de todo el país a una reunión de emergencia para resolver los pasos a seguir.

4. A diferencia de la mayoría de los golpes de Estado conocidos en América Latina y el Caribe, la dictadura provocó inmediatamente la veloz organización y ampliación social de su base popular. Honduras, probablemente aclimatada por los ejemplos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, no se replegó ni fue presa del terror. Su reacción fue ofensiva. Su disposición y voluntad de lucha y transformación asombran al mundo y hoy existen más motivos aún para potenciarlas y radicalizarlas.
La inestabilidad y condiciones políticas ante el fraude en curso pueden desembocar rápidamente en una crisis de gobernabilidad de final abierto.
La estafa electoral, de ratificarse en las próximas horas por la colusión oligarca entre los intereses que representa el Partido Nacional y el Tribunal Supremo Electoral, cierra la posibilidad de la restauración “en forma” de la democracia burguesa. Y si la vía electoral se clausura, el pueblo hondureño no tiene más remedio que liberar sus fuerzas e intensificar su lucha frontal contra la dictadura, esta vez, con un altísimo consenso social nacional, regional y mundial. Si se agota el camino de las urnas y de la resistencia pacífica, la resistencia, legítima y autorizadamente, puede dar un salto a una nueva fase, empleando todas las formas de lucha, en la batalla dura por su liberación.   



07.00 hrs, en Honduras, 25 de noviembre de 2013. Escrito en Buenos Aires.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Bachelet S.A. gana primera licitación para administrar capitalismo en Chile

Andrés Figueroa Cornejo

Sólo sufragó la mitad de los habilitados para hacerlo; habrá balotaje el próximo 15 de diciembre y los estudiantes secundarios se tomaron comando de Bachelet.  

Las elecciones presidenciales y legislativas del 17 de noviembre en Chile, predecibles y sin misterio, sólo fueron interrumpidas por los jóvenes agrupados en la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) que se tomaron el comando de Michelle Bachelet en Santiago y afirmaron que “El movimiento estudiantil en su conjunto tiene la claridad de que mas allá de los resultados de las elecciones que hoy se desarrollan, el próximo año y los que vienen, serán de lucha y de organización (…) Hoy la antigua Concertación se disfraza de Nueva Mayoría, ha tomado nuestras demandas llevándolas a un programa que sabemos no cumplirán, deformándolas y convirtiéndolas en propuestas para la clase empresarial y alejándolas de su origen: el movimiento social (…)Trabajaremos incansablemente por la articulación transversal de las luchas de hoy y las del mañana. Salga quien salga electo, seguiremos consecuentes y firmes con el movimiento social”.
La candidata de la concesionaria administrativa del Ejecutivo, ex Concertación, denominada ahora Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, obtuvo  45,5 % de los sufragios emitidos. Segunda preferencia tuvo la candidata de la derecha tradicional Evelyn Matthei con 24,9 %. Es decir, el triunfo de Bachelet tendrá que ser refrendado mediante un balotaje en un mes más.
Lo que se proyecta es que los sufragios emitidos para los candidatos Marco Ominami (11%) y Alfredo Sfeir (2,5 %) –además de los que pudieran provenir de fracciones electorales de Mauricio Israel (0,6 %), y Tomás Jocelyn-Holt (0,2 %)- se desplazarán a favor de Bachelet en la segunda vuelta.
Por su lado, una gran parte de las preferencias para Franco Parisi, 11,1 % (derecha tradicional, también), marcharían hacia Evelyn Matthei, pese a que el derechista Parisi manifestó que él no votará por ella el próximo diciembre. Es decir, las disputas entre las formas partidarias de la vieja derecha ultraliberal también explican la votación de Bachelet.
Por su parte, Marcel Claude (Partido Humanista + independientes) sacó 3 %, y la candidata anticapitalista del Partido Igualdad, Roxana Miranda, un 1,3 %. La candidatura de Roxana –que prácticamente se realizó sin recursos, sólo a pulso e imaginación- fue desoída en su llamado a primarias con el candidato del Partido Humanista para participar con un solo nombre en las presidenciales. Sin embargo, ese comando se negó. Los desafíos para el pueblo que acompañó a Roxana son la intensificación de la lucha social, la ampliación social de sus fuerzas, la formación política y una organización sustantivamente superior.
La crisis de representatividad del sistema de partidos políticos se expresó nuevamente en que de las más de trece millones y medio de personas habilitadas para votar, sólo lo hizo    . Es decir, apenas alrededor de un 50 %.
La candidatura de Bachelet fue apoyada abiertamente por los intereses corporativos y geopolíticos del imperialismo norteamericano, la inmensa mayoría del empresariado y las cadenas periodísticas, sin contrapeso alguno, debido a su supuesto potencial para dotar de mayor gobernabilidad y continuidad del capitalismo ultra que regenta Chile desde hace casi 40 años.

Sobre los intereses y la fuerza popular

Claro que todavía falta. Claro que la dictadura cívico-militar significó una ofensiva histórica contra los trabajadores y los pueblos de Chile. Por supuesto que el Pentágono y sus subordinados nativos debían detener a cualquier precio una posible revolución en el último territorio que cuelga en el mapa del norte mandarín. Claro que entonces el establecimiento de tiranías castrenses se extendía como petróleo en América Latina como reacción al terror imperialista de la eventual recreación de experiencias inspiradas en la Cuba del joven Fidel y Guevara. Por supuesto que en Chile, con un gobierno -resultado de combates antiguos y contexto coyuntural- que tomaba medidas para caminar hacia la creación de las condiciones materiales y culturales  en vistas al socialismo, la minoría en el poder dejó caer –horrorizada y echando mano a un golpe de Estado bien financiado, como cuestan las inversiones más rendidoras- la venganza de clase prometida y el espanto ejemplar para doblegar a un pueblo autoconciente y desarmado.
Naturalmente, con la memoria fresca y gatillada por la crisis de la deuda a inicios de los 80’, se reanimó y repolitizó ese mismo pueblo mancillado. Y ante el peligro, esta vez de los reflejos victoriosos de la Nicaragua insurrecta, se apresuró el pacto interburgués entre los viejos políticos golpistas y la embajada norteamericana para inaugurar una democracia de baja intensidad, vacunada contra asalariados y empobrecidos  por fuerza y por ley. El crimen ya estaba consumado y en las mejores condiciones posibles para los dueños de todo.
Con la Unión Soviética en estado terminal y desde hacía casi dos décadas experimentando en Chile la nueva fase del capitalismo, hoy hegemónica, entre 1988 y 1990, se transitó en el país andino a lo que hasta ahora mismo es la versión dominante del orden mundial. Esto es, un capitalismo sólo imaginado por el liberalismo más delirante. Un Chile y sistema mundo donde todas las relaciones sociales se han vuelto mercancías; la concentración capitalista con aval estatal; las formas más originales de súper explotación del trabajo asalariado; la manga ancha para vaciar los recursos naturales a precio de feria y a costa de humanidad; y el imperialismo financiero funcionando como holding monopólico para que desde su panel de controles se digiten las condiciones de la producción, la distribución, el intercambio y el consumo.
Y, cómo no, la proliferación de leyes antiterroristas dedicadas a todos quienes levanten cabeza. La represión preventiva y por sospecha, la cultura de la alienación cada vez más sofisticada, el conformismo y la fatalidad. Y como cáscara brillante a punta de preservantes autorizados, una democracia antipopular y más limitada incluso que la jubilada república representativa. El reino de la deuda y la especulación. El voto cada tanto como parodia de participación, tal cual la educación como ilusoria palanca de movilidad social.
La administración planetaria de la desigualdad, la industria de las armas, el narcotráfico y la prostitución; la competencia a muerte entre fracciones del capital; el empeoramiento absoluto y relativo de la vida de la inmensa mayoría terrícola. La extinción del Estado de bienestar, la naturalización de la miseria, la dependencia actualizada de las economías periféricas.
La contradicción estructural de la apropiación privada del valor y el excedente colectivamente producido. La rebeldía de los territorios sociales todavía insuficientes para modificar radicalmente la vida.  Nuestras faltas como resistencia organizada o mal organizada o nada organizadas. El enemigo principal saboteándonos la voluntad, la experiencia acumulada, la persistencia necesaria. La convicción de que las contradicciones internas del capitalismo no lo derrumban por sí solas. La juventud rebelde buscando a tientas, con rostro de mujer, de indígena, de migrante, de ambientalista bravo, de creyente emputecido, de trabajador y de estudiante  pobre. El orden de las cosas y las cosas bien ordenadas de los numerados de arriba.

Pero hasta el palco mejor cementado cede cuando se inquieta la galería sin butacas de los plebeyos. 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Argentina ya no es lo que era antes

“La empresa sólo tiene una responsabilidad social: usar su energía y sus recursos para actividades que aumenten sus utilidades
Milton Friedman, economista ultraliberal

“…la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.
Albert Einstein

Andrés Figueroa Cornejo 

1. El avance indisimulable del ultraliberalismo en las últimas elecciones legislativas en Argentina es la promesa de una aceleración del ajuste económico antipopular que hace rato camina, pero que ahora correrá. El actual gobierno de turno -debido a un conjunto de movimientos erráticos, tanto estructurales como contingentes- larvó su propia derrota.  La oposición burguesa a la actual administración igualmente burguesa (ambas representan combinadas facciones de esa clase con matices programáticos) jugó a "todos contra CFK", sin importar sus pocas diferencias entre sí, pero que justifican formalmente su existencia ante el mercado electoral. ¿Cómo se explica semejante pacto partidista? Mediante un cortoplacismo que atraviesa todo su espectro –pan para hoy, hambre para mañana- cuyo objetivo común y transitorio es impedir la reelección de la actual mandataria bajo cualquier precio, independientemente de lo que puedan o no hacer en otras materias. Al respecto, en verdad lo que hacen los parlamentarios, enmarcados por los intereses generales del capital, es retornar en el Congreso los favores a los accionistas que costearon sus campañas: a tales o cuales bancos, camarillas sindicales, megamineras, grupos de interés, etc. Esto por arriba.
Felicitando la votación obtenida por el Frente de Izquierda de los Trabajadores, ella también se explica como "voto castigo" contra la administración de la variante kirchnerista (una corriente específica al interior del peronismo) del Partido Justicialista, más que como reflejo dinámico de la lucha politizada de fuerzas sociales concretas, masivas, autoconcientes. Y lamentablemente no compensa de manera significativa la capitalización del descontento por parte del liberalismo "a la chilena o peruana o colombiana o mexicana" en el continente (se trata de tres parlamentarios de un total de 257). Incluso hasta puede explicarse por el chorreo estadístico en la distribución del malestar del pueblo argentino en las urnas.
El reciente aumento del precio del boleto del tren subterráneo de la Capital Federal es apenas un botón de muestra de lo que ya está siendo, pero que se acentuará. Los resultados electorales de los últimos comicios legislativos son interpretados por los representantes más liberales de la clase social en el poder como una modificación de las relaciones de fuerza a su favor, y por tanto, como una luz verde para apresurar la aplicación de sus medidas antipopulares como vía para enfrentar la crisis y concretar sus emprendimientos privados.
Pero el pueblo argentino no es ultraliberal: sólo votó contra el kirchnerismo (término asociado originalmente a una particular versión del neodesarrollismo, más recursivo que real y ahora completamente desdibujado y en retirada obligada). En consecuencia, el oportunismo de las representaciones partidistas de las distintas fracciones de la clase que aún regenta al país, puede estallarle socialmente en las manos mañana.

2. La principal inseguridad del pueblo argentino es la pérdida del empleo. Por eso –como distracción alienante- tiene que ser bombardeado todo el día y todos los días con casos criminales sacados de las más estridentes patologías sociales y psiquiátricas que produce la miseria, a través de los medios de comunicación de masas. Ello funciona eficazmente por el momento y sirve de argumento para incrementar el aparataje represivo y profesional del Estado contra los pobres y los trabajadores que se pongan en disposición y acción de combate por reivindicaciones de cualquier índole.
Y la pérdida del empleo, como la intensificación de la explotación del trabajo asalariado, corresponden a formas nucleares que el capital usa para intentar resistir la caída tendencial de sus ganancias. El posible aumento del sicariato del complejo industrial del narcotráfico, las redes de trata, la prostitución y el trabajo infantil, son efecto directo del empobrecimiento de amplias franjas de la población. La delincuencia no está en la naturaleza o en el ADN de los pueblos. Y la propia lumpenización de la clase dirigente a través de la especulación y la corrupción en vitrina, tienen consecuencias profundamente más nefastas para la mayoría de la gente que los niños armados de las villas miseria.

3. El Estado argentino es dependiente de las economías centrales, al igual que todas las economías periféricas del mundo. Su patrón de acumulación capitalista es agrominero primario exportador, y su balanza de pagos está descompensada por políticas monetaristas que forman precios paralelos del peso respecto del dólar, mientras las reservas escasean. Su crisis también está ligada al decrecimiento ostensible de la economía brasileña (dependiente de la demanda china, europea y norteamericana), con el agravante de una inflación de cifras opacas que puede estar entre el 25 % al 40 %, según la metodología y las mercancías medidas; la deuda externa costeada con deuda interna; y la concentración  abrumadora de la propiedad de la tierra y su sojización. La alta especulación en los momentos financieros, crédito e intercambio de la reproducción de la totalidad capitalista es castigada por las evaluadoras de riesgo internacionales, y obliga al gobierno de turno a ofrecer enormes garantías y utilidades por adelantado a la inversión transnacional, a cancelar religiosamente la deuda externa y renovar su pacto de subordinación con el Banco Mundial, el FMI, el Club de París. La administración coyuntural del Estado trata de paliar la incertidumbre del capital mediante la súper explotación del trabajo, el establecimiento de las denominadas “leyes antiterroristas”, el extractivismo y saqueo de los recursos no renovables, y el fortaleciendo de una democracia sin pueblo, vertical, populista.
El 70 % de la fuerza de trabajo se emplea en servicios y pequeñas y medianas empresas. De los casi 17 millones de asalariados, sólo poco más de un millón se desempeña en la industria productiva. La mitad de los trabajadores se mantiene “en negro”, sin ningún tipo de relación contractual y, por extensión, sin seguridad social de ninguna especie. Sobrevive un sistema de salud y educación pública desfinanciado, ineficiente y camino a su privatización.  Se dice por arriba que el salario promedio al mes es de $ 3000 pesos (USD 500 en divisa oficial y USD 300 en dólar paralelo).

4. A fines de octubre de 2013, el desacreditado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) desde su intervención gubernamental en el 2007, informó, por ejemplo, que en agosto de este año, para una familia de 4 personas, la canasta alimenticia mensual fue de $ 750 pesos (USD 125 oficial y USD 75 en el mercado paralelo), y la canasta total de $ 1.717 pesos (USD 286 oficial y USD 171 en el mercado paralelo). En el primer caso, se trata de $ 6,25 pesos por persona al día (poco más de un dólar oficial), y en el segundo caso de $ 14,3 pesos diarios por persona (poco más de dos dólares oficiales). No vale la pena comparar estos valores con el dólar paralelo porque la inmensa mayoría de los argentinos carece de dólares para transar en el mercado paralelo.
Ahora bien, en Buenos Aires, a boca de consumidor directo, según el barrio, la calle y la voluntad especulativa del propio comerciante o vendedor, el kilo de pan está en alrededor de $ 18 pesos. En el mismo sentido,  dos viajes en el tren subterráneo cuestan $ 7 pesos, el alquiler de una vivienda familiar “barata”, $ 2000 pesos al mes; el litro de leche, $ 7 pesos; el kilo de manzanas, $ 9 pesos.
Según los propios trabajadores y funcionarios del Indec –muy lejos del gobierno, claro-, una canasta familiar vale  $ 7000 pesos. Es decir, entre casi 10 y más de 4 veces más cara que la informada por la Casa Rosada, según sea cualquier cálculo que se realice.   


5. En otro ámbito, producto del análisis previo y considerando los millones de migrantes fronterizos, asiáticos y africanos que trabajan en Argentina (sin contar la migración interna desde las provincias más empobrecidas hacia Buenos Aires), existen ya algunos inquietantes brotes de xenofobia. Pero ello demanda una nueva publicación.



*El autor es periodista, luchador social y pueblo que vive en carne propia lo que escribe. Come y viste de un salario. No tiene más propiedades que su fuerza de trabajo.