viernes, 30 de mayo de 2008

Las estadisticas del desastre y la crisis de la democracia burguesa post dictadura



Una reciente encuesta realizada por el CIEPLAN, Libertad y Desarrollo, PNUD y el Centro de Estudios Públicos (que en jerga dominante, podrían denominarse, instituciones de centro derecha) sobre la percepción de la comunidad respecto del sistema de partidos políticos y el ámbito electoral (más de 1500 personas, de más de 18 años, con un rango de error de más o menos un 3 %) arroja cifras reveladoras respecto de la crisis de la democracia oligarca implementada luego de la dictadura militar, tras el pacto interburgués que mantuvo y mantiene incólume los pilares del patrón de acumulación capitalista sobre el cual se inauguró el gobierno de la Concertación en los albores de la década pasada.

De acuerdo a los resultados del estudio, un 43 % está de acuerdo con el actual tipo de democracia, a un 30 % le da lo mismo, y alrededor de un 20 % prefiere un gobierno autoritario. Un 81 % manifiesta que la democracia existente es “regular o mala”, y un 53 % no se siente representado por ninguna de las agrupaciones del sistema político. Asimismo, un 49 % piensa que el paradigma actual de democracia debe modificarse completamente, contra un 38 % que plantea que debe mantenerse. También, un 63 % de los encuestados prefiere que existan grandes, pero pocos bloques políticos, contra un 24 % que opina lo contrario. Un 88 % dice interesarse “algo” o “nada” en la política.


Hasta aquí, las cifras ponen en cuestión de manera nuclear, sustantiva y coyunturalmente definitiva, la pésima percepción de los opinantes respecto del sistema político dominante. Lo que ni Pinochet logró luego de 17 años de tiranía, crimen y refundación capitalista, lo ha conseguido, con creces y estructuralmente, la democracia antipopular del bloque en el poder con 18 años de administración gubernamental en el cuerpo. La hegemonía propugnada desde arriba por los dueños de todo, cuyos intereses se observan extraordinariamente bien representados en el conjunto de instituciones y dimensiones del Estado y el mercado, ha tenido un éxito asombroso. Desde el primer gobierno de la Concertación, encabezado por el otrora golpista, Patricio Aylwin, las vigas maestras del pacto patronal digitado por el Pentágono han funcionado sobre la reproducción, perfeccionamiento, disciplinamiento de la industria, dispositivos e ideas fuerza de la alienación y subordinación de los trabajadores y el pueblo a la presente estrategia de control social y maximización de recursos acaudalados por la minoría privilegiada. La ley invisible de los de arriba dice: la política para los políticos. Es decir, la política para las camarillas profesionales, añosas, repetidas, entrampadas en tramas palaciegos muy lejos del pueblo y muy al alero de los intereses de la clase privilegiada, al puñado de empresarios que, en resumen, son los auténticos mandarines del quehacer nacional. Con el peregrino argumento de “proteger la democracia”, la Concertación durante casi dos décadas se ha dedicado a castigar sistemática y declaradamente cualquier intento de organización de los intereses de los trabajadores y el pueblo. Lo que la Concertación no coopta o controla, simplemente lo reprime con la brutalidad de clase que, esta vez, de manera meridianamente más solapada, le ofrece la ilusión jurídica de habitar un Estado de Derecho. Con la policía, el ejército y la televisión, el bloque en el poder, transitoriamente concertacionista, domestica, norma, atemoriza y disciplina la organización y expresiones incipientes de los de abajo en la lucha por demandas hoy mínimas. Casi resulta una perogrullada decir que las condiciones de lucha y reconstitución de las fuerzas sociales y políticas de los intereses de las grandes mayorías golpeadas por el capital en la actualidad resultan superlativamente más complejas que durante los 60 y que incluso durante la lucha contra la dictadura en los 80. Junto con las desventajosas relaciones de fuerza a nivel mundial en desmedro del trabajo contra el capital, el sobredicho derrumbe de los socialismos históricos, y la mundialización y hegemonía –más allá de las crisis cíclicas de las cuales se alimenta como condición para su propia reproducción- del capital financiero y especulativo, se agrega la vergonzosa adquisición sistémica de muchos cuadros o militancia popular, anticapitalista hasta un minuto antes de la salida de Pinochet del Ejecutivo, y hoy, parte de la corte en pleno derrumbe del sistema político que todavía reina en Chile. Aquí la clave está asociada a que la agonía del modelo antipopular puede gozar de una larga duración hasta que las fuerzas de los trabajadores y el pueblo no logren convertirse en alternativa, proyecto, horizonte posible, semilla de sociedad nueva.

Para mayor abundamiento, el 94 % de los encuestados manifiestó que no donaría un peso a las campañas de ningún partido político, y un 82 % señaló que tampoco el Estado debe hacerlo. Un 63 % de los consultados se inclinó por la opinión de que los partidos políticos son los principales responsables de obstruir la aprobación de leyes en el Parlamento, y un 78 % no le encuentró “ninguna virtud” a los partidos políticos. Como si fuera poco, el 55 % piensa que los partidos “privilegian sus intereses por sobre los intereses del país”; un 52 % que “están muy divididos en grupos”; el 44 % “que no representan los intereses de la gente”; y el 33 % que facilitan la corrupción del Estado”. En este contexto, es fácil concluir que la aprobación en un 83 % de los encuestados contra un 16 % respecto de que el voto debe ser voluntario y no obligatorio, tiene más que ver con una mirada de profunda sospecha sobre los alcances efectivos del voto, más que con una inspiración libertaria.


De todos modos, no puede plantearse, como algunos nostálgicos de la manu militari lo querrían, que los resultados de la encuesta expresan una suerte de fascistización de la sociedad chilena. En esa dimensión, la mayoría de los consultados está por la participación en igualdad de condiciones de la mujer en el ámbito público; la mayoría está por elecciones primarias abiertas y no tras bambalinas o a puerta cerrada; la mayoría aprecia la participación aunque no la ejerza; la mayoría está porque los chilenos en el extranjero puedan ejercer su derecho a voto.

Existen varios datos relevantes para las iniciativas anticapitalistas chilenas. Resulta un síntoma significativo de la crisis de la democracia oligarca que un 21 % de las personas encuestadas –la gran mayoría, jóvenes- indiquen que su no inscripción a los registros electorales es motivada “Como una forma de protestar contra el sistema”; y que un 15 % no se inscriba “Porque en las elecciones ya no hay grandes cosas en juego”. Estos solos datos, provenientes de un estudio que cualquier intérprete del poder podría consignar como “grave”, denuncia la fragilidad de la representación institucional, la falta de credibilidad de las generaciones jóvenes en relación al orden de los de arriba, y abriga un amplio campo de trabajo y construcción política para beneficio de los objetivos estratégicos de los trabajadores y el pueblo, y las grandes mayorías. Las cifras indican con claridad que, una vez más, los jóvenes –trabajadores, estudiantes y pobres- son la madera del futuro, la materia sensible y en potencia de la emancipación social. En otra batería de respuestas, vale considerar con relevancia estratégica, que para los encuestados la política y sus expresiones orgánicas, con el fin de cobrar confianza y crédito en la comunidad, en un 64 % deben “Conectarse con los problemas reales de la gente”; en un 37 %, “Centrar la discusión pública en temas importantes para el país y no en problemas personales”; en un 33 %, “Presentar propuestas de cambio”; en un 31 %, “Sancionar con fuerza cuando un miembro del partido se involucra en actos ilegales”; y en un 27 %, “Actuar en forma unida y superar sus divisiones internas”.

El desempleo aumentó en mayo casi un punto respecto de los últimos 12 meses producto de la desaceleración económica. Una nueva industria salmonera de capitales japoneses (Salmones Antártica) desaparece, dejando a casi 300 trabajadores cesantes (los que se agregan, al más de millar de obreros despedidos de Marine Harvest y Mainstream); y la crisis energética “desluce” la competitividad de Chile respecto del Perú para el capital inversionista, destruyendo con su deslocalización, industria y fuerza de trabajo (¿Con el tiempo no podría ocurrir la ironía feroz de observar la Plaza de Armas de Lima llena de chilenos, exiliados económicamente, vendiendo sopaipillas y baratijas y viviendo hacinados, sin decoro alguno y sin derechos?). Mientras el precio de los salarios cada día pierde valor; el 20 % más bajo en la tabla socioeconómica diseñada por los sociólogos del poder (que no los más pobres de Chile, cuya contabilidad rara vez se publica) que obtiene, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), un ingreso familiar de $ 177.041 pesos mensuales (para 4 personas), gasta $ 303.518 pesos al mes. Es decir, se endeuda mediante los diversos instrumentos crediticios existentes en el mercado, en casi el doble de lo que percibe realmente. El segundo quintil, tiene un ingreso familiar mensual de $ 312.414 pesos, y gasta $ 404.145 pesos. El tercero, obtiene un ingreso familiar mensual de $ 453.065 pesos, y gasta $514.225. El cuarto quintil cuenta con un ingreso familiar mensual de $ 670.587, y gasta $ 697.893 pesos. Sólo el quintil socioeconómico más alto, que gana $ 1.681.182 pesos, gasta $ 1.489.056 pesos; es decir, es el único segmento –muy minoritario, por lo demás- con cierta capacidad de ahorro. La gran mayoría de las familias chilenas, simplemente debe endeudarse para vivir. Debido a la irracionalidad especulativa en la dotación de créditos de consumo sin requisitos, se abren peligrosísimas expectativas en las posibilidades de pago en el corto y mediano plazo, teniendo a la vista un marco contextual marcado por la baja tendencial del crecimiento; la inflación creciente; el aumento lento, pero sin pausa del desempleo; el aumento del precio de los alimentos y la energía; la refrigeración salarial y la revaluación permanente del peso. La masa multimillonaria de pesos en compromisos de pago o microcréditos de consumo para beneficio del capital financiero especulativo y como forma patológica de revertir el pobre poder adquisitivo de los ingresos familiares van construyendo las condiciones de una variante de la crisis económica que, a inicios de los 80, se reveló, por motivos no iguales, pero asociados, a uno de los períodos más dramáticos en el ámbito económico (y, por tanto, en todas las dimensiones del quehacer humano) del siglo pasado en Chile.

Finalmente, la Concertación y la Alianza por Chile se rompen la cabeza por ordenar las respectivas habitaciones de una misma pensión compartida. Una nueva grieta política signa la actualidad sin pueblo de la Concertación con la ofensiva del PPD- PRSD de llevar lista propia, independientemente del PS y la DC, para las municipales que deben votarse hacia fines de 2008. La clase política de la Concertación ligada al Partido Socialista y a la Democracia Cristiana, en conjunto, castigan la decisión de sus “camaradas”, temiendo que esta práctica pueda reproducirse en las parlamentarias y presidenciales de 2009, debilitando aún más al conglomerado en el Ejecutivo al interior de la Concertación y ante la opinión pública. Uno tras otro, la pre candidata DC, Soledad Alvear, el pre candidato (tapado, todavía) Ricardo Lagos Escobar, y la propia Presidenta Bachelet han emitido opiniones unidimensionales para frenar la medida. Sin embargo, el PPD y PRSD continúan acuartelados en sus posiciones. Por su parte, la derecha histórica y fascista agrupada en la UDI, manifiesta su propio melodrama con la no reelección de su provisorio presidente, Hernán Larraín. Ambos rostros del bloque en el poder, en el último tiempo, han protagonizado delicados casos de corrupción. El gobierno, por una parte, con el mal uso de recursos destinados al tratamiento de los chilenos que padecen el VIH Sida; y la UDI, con los incidentes de corrupción en algunos de sus municipios. Ambas situaciones han sido sólo flor de un día en los medios de comunicación de masas, expresando así una suerte de acuerdo “entre caballeros” de anular o bajar el perfil de la publicidad de situaciones que involucren desfalcos públicos. En este sentido, la descomposición explícita del bloque en el poder, apresura su agotamiento de sentido. Como un sistema cerrado, hace tiempo se alimenta de sus propias evacuaciones; y paulatina y derechamente crea con cada movimiento su implosión y desmoronamiento. En síntesis, cada día que pasa, es una exigencia más para las fuerzas anticapitalistas en reconstitución en orden a ponerse a la altura histórica que demandan los acontecimientos. De la gradería a la cancha hay un salto. La vocación unitaria, de lucha, de mayorías y de poder, tendrán que ser el gatillo que impulse el salto necesario.

Andrés Figueroa Cornejo
Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Mayo 30 de 2008

martes, 27 de mayo de 2008

Chile: lo que dujo bachelet y otros asusntos más importantes


1. Mientras se disipan las cenizas profundas del volcán Chaitén en la décima región de Chile y un 90 % de la población observa al actual sistema de partidos políticos como a uno de los grandes males del país (ya la mitad de los encuestados ha perdido la fe hasta en la democracia burguesa representativa), un conjunto de tecnócratas y políticos, aparentemente heterodoxos, por arriba y ampliamente publicitados por el órgano oficial de la clase dominante del país, El Mercurio, propone una ofensiva para acabar con el 30 % de la propiedad del cobre que todavía se mantiene en poder del Estado. Se trata de un documento de titular catastrofista (“CODELCO, como está hoy, no da para más”), donde la ‘intelligensia’ de la minoría en el poder señala que la Corporación del Cobre “debe transformarse en una sociedad anónima y abrir un porcentaje minoritario de su propiedad a bolsas de comercio nacional y extranjeras.” Naturalmente, la iniciativa ultracapitalista y retardataria, apunta hacia la privatización absoluta del recurso natural más importante del país, cuyas utilidades fundamentan el superávit multimillonario de la caja estatal (prácticamente, 15 mil millones de dólares) y que, hasta ahora, han amortiguado el impacto de la recesión norteamericana y la desaceleración en Chile (que no la inflación, la crisis energética, y la baja tendencial del crecimiento) debido a la alta demanda China del metal rojo. Lo que no hizo el propio dictador Pinochet durante su régimen de horror y refundación capitalista, lo pretende realizar la derecha ortodoxa y parte del bloque en el poder, compartido por la Alianza por Chile y la Concertación. Vale decir, que los programas y derechos sociales implementados por el gobierno –totalmente insuficientes ante los fenómenos estructurales asociados a la precariedad del empleo, la refrigeración de los salarios, la crisis de la educación, salud y previsión social, y las insultantes desigualdades sociales que campean en Chile-, así y todo, son posibles casi en su integridad por las ganancias devenidas de la explotación cuprífera. Al respecto, son los propios poderosos quienes dictan con su ofensiva privatizadora la agenda de la lucha de los trabajadores y el pueblo. La renacionalización del cobre –realidad y victoria conquistada una vez por el gobierno de Salvador Allende- hoy debe convertirse en una de las demandas nucleares, en clave multisectorial, unitaria y masiva, de los de abajo. Lo que está en juego con la eventual privatización absoluta del cobre es la postergación histórica, una vez más, de las posibilidades del desarrollo del conjunto de los chilenos y las generaciones que vienen. Los sujetos sociales, los trabajadores y el pueblo, poniendo tras de sí a otros segmentos de la sociedad, tienen la tarea estratégica insoslayable, ética y política, de iniciar la caminata clara de convocar y reconstruir, desde abajo, las fuerzas mestizas y amplias para reponer la reivindicación respecto de volver el cobre propiedad social. De no hacerlo, nuevamente se hipotecarán las posibilidades del progreso económicamente democrático de Chile. Si bien, la nacionalización del cobre no resuelve por sí sola la diversidad de patologías sociales del país, sin duda, es parte sustantiva de la construcción de condiciones materiales para hacerlo. ¿Dónde está la Central Unitaria de Trabajadores mientras el capital muerde sin contrapesos el corazón de la economía chilena?

2. El 21 de mayo recién pasado, como es tradicional, la Presidenta Bachelet dio cuenta política al país de su gestión y realizó una serie de anuncios para lo que resta de su mandato.
En resumen, los planteamientos no constituyeron ninguna novedad significativa y simplemente confirmaron el compromiso de la Concertación con el pacto interburgués que, desde la administración del Estado, sostiene un modelo sin pueblo, para feliz beneficio de la patronal, verdadera jefatura del curso de acumulación capitalista fundado por la dictadura militar a mediados de los 70 del siglo pasado.
De este modo, ofreció recursos a la burguesía exportadora asociada al agro (sin tocar las condiciones de expoliación de la fuerza de trabajo asociada al sector); un bono de invierno de 50 mil pesos (menos de 100 dólares por una vez) para paliar simbólicamente la inflación y las alzas alimentarias que golpean con especial crudeza a los más pobres; y otro bono de 20 mil pesos (menos de 40 dólares, en un país donde el kilo de pan cuesta dos dólares y un balón de gas de 5 litros, vale 12 dólares) para los pensionados en peor situación. Asimismo, anunció la implementación de microcréditos para las pequeñas empresas (que ofrecen trabajo a un 70 % de la fuerza laboral del país), pero no se pronunció sobre la inexistencia de un mercado propio para el sector, hecho que lo condena a vender su producción al precio impuesto arbitrariamente por las grandes cadenas comerciales. En el plano educacional, planteó una mayor vigilancia a la dotación de recursos a la educación privada subvencionada (que ya corresponde al 50 % de todo el sistema escolar) a través de métodos computacionales, pero “un buey sobre su lengua” le impidió pronunciarse sobre las demandas de los estudiantes, profesores y apoderados respecto de la desmunicipalización de la enseñanza, tránsito necesario para diseñar y promover una educación pública de calidad, capaz de brindar ciertas igualdades de condiciones a los casi 4 millones de estudiantes de la enseñanza básica y media (eso sí, dijo que regalaría un computador a los niños de séptimo básico más pobres que estén en el 30 % de mejor promedio de notas de su nivel (!)). En lo que corresponde a los casi 7 millones de trabajadores chilenos (de los 16 millones de habitantes), se refirió a la aprobación de la Ley de Subcontratación (cuyos fallos al respecto, han sido rechazados casi en su totalidad por la Corte Suprema); y habló de mejorar la negociación colectiva (a la que sólo tienen acceso poco más de un 7 % de la fuerza laboral del país) para “fortalecer los sindicatos”, donde se limitarían las negociaciones a grupos distintos al sindicato legalmente constituido, pero también se limitaría el fuero sindical. Nada señaló sobre la negociación por área económica, la precariedad del empleo, el salario mínimo, ni el término del reemplazo durante la huelga. Eso sí, habló de la posible creación de una escuela sindical administrada por el Ministerio del Trabajo, donde, naturalmente y sin ser pitoniso, se promoverá la formación de representantes sindicales bajo la égida de la colaboración de clases, evitar la lucha y la huelga como herramientas históricas de los trabajadores, y producir una plana de eventuales dirigentes domesticados en el control social y la suspensión de conflictos. En lo que sí hizo anuncios de importancia la Presidenta, fue en el llamado Acuerdo Nacional de Seguridad Nacional Pública, donde se invertirán 20 millones de dólares para proteger a la policía (!), enfatizó la implementación de la ley de Responsabilidad Juvenil que, en la práctica, baja la edad de las personas imputables de delito. Probablemente, por falta de tiempo, no hizo referencia alguna a que la miseria y la ignorancia son las causas cualitativas que –como dos rostros de la misma moneda y salvando las patologías psiquiátricas insignificantes para las estadísticas-, en general, explican la delincuencia en Chile. Nihil novo sub sole.

3. Junto a la crisis cíclica del capital originada en la llamada “burbuja inmobiliaria” usamericana que actualmente contamina amplios sectores de la economía mundial, causando la recesión en EEUU y la desaceleración económica planetaria y chilena, se agrega la peste del hambre, que distintamente, tiene más bien, un carácter estructural.
Según la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre marzo de 2007 y marzo de 2008 los precios de los cereales aumentaron un 88 %; los aceites y grasas un 106 %, y los productos lácteos un 48 %. Al respecto, las alzas siderales provocadas por la especulación del capital, el empleo de alimentos para producir agrocombustibles ante la subida extraordinaria del precio del petróleo y el cambio climático –entre sus principales causas- ha tenido efectos que lastiman la vida y humanidad profunda de los habitantes del mundo, toda vez que 2.600 millones de personas en el planeta viven con menos de 2 dólares al día y gastan entre un 60 % y un 80 % de sus ingresos en comer.
En relación a la concentración de la propiedad de la producción alimenticia, un 80 % de las exportaciones de trigo provienen sólo de seis exportadores, así como un 85 % del arroz, y tres países producen un 70 % del maíz exportado.
En Chile, hacia fines de abril de 2008, el quintal de arroz nacional, que el 2007 costaba alrededor de 13 mil pesos (25 dólares), sufrió un incremento entre un 38 % y un 53 %. El presidente de la Federación de Productores de Arroz, Jaime Maureira, proyecta que su precio en el país puede subir a 985 dólares la tonelada. Más de la mitad del consumo nacional proviene de importaciones, sobre todo de Argentina. El futuro alimentario chileno se cubre de pésimas incertidumbres.
Por otra parte, en Chile comienza a volverse habitual la práctica empresarial de terminar con industrias en el territorio chileno, para resituarlas en otros países. Ya ha sucedido así con la General Motors que existía en Arica; Cerámicas Cordilleras del grupo belga Etex; y de la mayor fabricante chilena de etiquetas Zalaquett, perteneciente al consejero de la Sociedad de Fomento Fabril, Marcelo Zalaquett. Asimismo, se agregó en mayo la decisión de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), perteneciente al grupo Matte (uno de los tres más grandes e influyentes de Chile) que redireccionó una inversión de 30 millones de dólares al Perú. Más allá del principio probado históricamente de que el capital no tiene patria, sino sólo intereses, las causas coyunturales de las situaciones mencionadas se encuentran en la crisis energética chilena y en la supuesta “presión” de los trabajadores del país contra el desarrollo de los negocios. Lo cierto es que en Perú, la energía cuesta alrededor de un 50 % menos que en Chile, y el salario mínimo de los trabajadores es equivalente a 90 mil pesos chilenos. La cuestión es simple: las tasas de ganancia del empresariado son la brújula absoluta de los capitales combinados. Cuando el capital no renta de acuerdo a sus intereses estratégicos, simplemente se deslocaliza, destruyendo con sus movimientos fuerzas productivas, industria y trabajo. Esa es una ley del actual modelo de acumulación y explotación patronal. No es un capricho ni un accidente.

4. Hace tiempo que el mundo de las asalariadas y asalariados –sujeto esencial de la contradicción capital / trabajo- requiere dotarse de un tipo de organización, corriente o movimiento que esté signado por su independencia de clase, una plataforma de lucha tendiente a su politización y el desencorsetamiento de las limitaciones de las luchas puramente económicas; y que tenga la mirada puesta en un futuro o punto de llegada en el establecimiento de un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Para ello no es suficiente la sola organización de un sector de los trabajadores sindicalizados. La labor titánica de modificar aspectos de la realidad a favor de los intereses de los trabajadores y el pueblo –como la renacionalización del cobre o una educación pública laica, gratuita y de calidad indiscutible-, en el actual contexto de lucha mundial, regional y nacional, exigen la constelación de fuerzas infinitamente superiores incluso a las existentes durante el período de la Unidad Popular, cuyas conquistas también fueron hijas de relaciones de fuerzas internacionales totalmente distintas que las actuales. Hoy más que nunca, existe una relación interdependiente entre la necesidad y la suficiencia. Para transformar una sociedad desigual y antipopular, en un estadio del capitalismo mundial, cuya voracidad sin freno, sin racionalidad ni humanidad, sitúa al socialismo y la democracia popular como necesidad histórica –en todas sus dimensiones-, es preciso construir las fuerzas desde abajo, mestizas, creativas y con vocación de mayoría y poder, que propugnen la hegemonía compleja de los intereses de los trabajadores y el pueblo a una escala todavía lejos de la fuerza suficiente convocada. En este sentido, la clase mayoritaria que produce la riqueza de Chile debe enfrentar desafíos de rango mayor. Algunos ya están trabajando hacia ese “punto de masa”, o cónclave de fuerzas. Sin embargo, de no apresurar la caminata generosa, amplia, inclusiva, desmarcada de sectarismos y otras enfermedades; por muchas condiciones objetivas que provoque la crisis del capital, se abreviarán dramáticamente las posibilidades de la emancipación de los de abajo.

Andrés Figueroa Cornejo
Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo

Mayo de 2008

martes, 20 de mayo de 2008

Chile: sobre los empeños anticapitalista chilenos (II)

9. Como ha planteado un allegado militante histórico chileno de los trabajadores y el pueblo, “hoy nuestra Sierra Maestra es la lucha ideológica y política”. A lo cual resultaría adecuado agregar, “y de masas”. Esta definición descansa sobre la formulación de la hegemonía de las fuerzas anticapitalistas de inspiración revolucionaria.

10. Pero, ¿Qué es la hegemonía de los trabajadores del pueblo y de sus intereses objetivos? Es la lucha incesante por imponer, desde abajo, al conjunto de los potenciales aliados de los sujetos protagónicos de las transformaciones fundamentales de la sociedad, una nueva epistemología, una nueva forma de conocer, interpretar y transformar Chile, totalmente contraria al “sentido común” y a las supuestas “certezas” y “saberes” dominantes provenientes de la minoría privilegiada. Aquí se habla del combate histórico y necesario contra el fetiche del mercado, la mercancía, la inviabilidad fatal de construir un orden distinto al actual, y hacerle frente al conjunto de ilusiones alienantes que reproduce la clase en el poder a través de mil dispositivos, entre los que sobresalen los medios de comunicación de masas (casi sin excepción), la instrucción escolar y superior conservadora, la mitología nacionalista, las versiones religioso medievales del alto clero más retrógrado, el racismo, el sexismo, la xenofobia. En resumen, el diseño multifacético, disciplinario, altamente ideológico del poder que tiene por objeto inocular en la conciencia de la totalidad social que el actual orden de cosas es “natural”, está predeterminado, es inmóvil e infalible.

11. La hegemonía de los intereses y la visión de mundo de los trabajadores y el pueblo se construyen mediante la relación interdependiente entre el alza de la lucha de clases y sus múltiples expresiones, y la armadura política porosa y ancha que la justifica racional y sensiblemente ante las grandes mayorías. La igualdad; la solidaridad emancipadora y no mendicante; la tolerancia –no como indolencia frente al entorno, sino como capacidad de empatizar con los intereses y demandas del conjunto de segmentos sociales y culturales castigados por el capitalismo en todos los planos-; la posibilidad cierta de enfrentar de igual a igual a la clase patronal mediante la organización; la convicción racional y fraterna de poder transformar el actual orden de cosas para el bienestar de la mayoría expoliada y haciendo trizas el miedo y la superstición impuestas desde arriba, son algunas de las matrices epistemológicas que, flexible, franca y creativamente, como el agua, deben inundar a amplios territorios sociales. Al respecto, tanto la memoria popular, como las formas y contenidos en manos de las nuevas generaciones en rebeldía, son el material sensible desde donde ya vienen y vendrán las claves de la recomposición de una mirada global integral, cultural y política que debe funcionar como plataforma compleja y en permanente recreación, crítica y autocrítica, para elaborar las pistas profundas del proyecto liberador en construcción.

12. Naturalmente, la labor titánica que reivindica la recomposición de la hegemonía compleja de los intereses de los trabajadores y el pueblo, no sólo puede ser tarea de un partido anticapitalista de inspiración revolucionaria. Al respecto, la organización política tiene roles específicos y especiales, que están asociados a tareas de conducción, orientación, blindaje orgánico y producción política íntimamente ceñidos al estadio actual de las lucha de clases, al análisis concreto de la situación concreta; muy lejos del aparatismo, los ideologismos de naturaleza sectaria, o de “instrumentos vanguardistas”. Por el contrario, siempre se formula codo a codo desde el pueblo profundo. De alguna manera, el partido anticapitalista de inspiración revolucionaria chileno será el resumen de la flora rica e inagotable de la historia no escrita de los trabajadores y el pueblo, y sus mejores hijos constelados, organizados, con los pies anclados en la geografía popular y la mirada puesta en la sociedad del futuro. La labor de la reconstrucción de la hegemonía de los intereses de los trabajadores y el pueblo, es fruto de la lucha amplia, es creación profusa e imaginación en tensión de millares de populares. Pueden existir vigas centrales respecto de la hegemonía popular, pero jamás, por el propio carácter de su movimiento, estará encorsetada por manuales, órdenes verticales, recetarios sin contexto o artificios instrumentales.

13. Lo cierto es que el partido anticapitalista de inspiración revolucionaria sí tiene labores concretas ligadas al ámbito de la lucha política. En este sentido, la lucha contra cierto movimientismo de origen postmoderno, muy conveniente como pura plataforma electoral de contenidos populistas, pero totalmente insuficiente para la toma del poder y el establecimiento del gobierno de los trabajadores y el pueblo es un punto de lucha inmediato a enfrentar. Asimismo, la perspectiva de sectores progresistas que reifican las instituciones burguesas de representación como arena medular de la resolución de la lucha de clases, e incluso como campo mediatizador, subordinador o ralentizador de la construcción de la fuerza social transformadora y sus expresiones, son materia de combate franco y honesto. En este sentido, siguiendo la historia implacable de Chile y otras costas, la participación en el plano prefabricado y superblindado por la burguesía luego de la experiencia de la Unidad Popular en el frontis de cartón piedra de la democracia sin pueblo actualmente reinante, sólo resulta una táctica accesoria de acuerdo a ciertas condiciones determinadas, muy asociadas a las correlaciones de fuerza y a la reconstitución de la arquitectura popular. Lo demás es pirotecnia que confunde; pobre intento de reedición de experiencias cuyos amargos resultados se conocen ampliamente, o franca colaboración de clases e hipoteca sobre las posibilidades de construir el socialismo en Chile y el mundo. El nuevo orden de cosas, comandado por los intereses de los trabajadores y el pueblo, no es el resultado aritmético de la lucha electoral más la lucha social. Más bien está asociado a un proyecto y horizonte de lucha a largo plazo que estratégicamente dinamice el derrotero de la creación del poder popular. Es decir, que acentúe sus mejores empeños a la recomposición de fuerzas por abajo, más que por arriba. Porque “la historia la hacen los pueblos”; porque las características totalmente otras del Estado burgués y sus ejes de dominación respecto de 1970 han transformado el escenario político y sus instituciones radicalmente contra las posibilidades que ofrecía una democracia burguesa –todavía tiznada por los estados de bienestar y el desarrollismo- tal como se conoció hasta el golpe de Estado de refundación capitalista de 1973. Porque las correlaciones de fuerzas internacionales; el contexto mundial; la caída de los llamados “socialismos existentes”; el capitalismo monopólico, hiperconcentrado y fundado en la industria armamentista y el capital financiero y especulativo; y el concierto regional, mandatan la constelación de fuerzas superiores a la hora de enfrentar un auténtico proceso liberador con posibilidades de éxito. Y porque, si no existe lucha por construir una alternativa socialista a nivel nacional y continental, sólo habrá capitalismo más o menos salvaje, más o menos “humanizado”, más o menos criminal. Se acabó la época de los frentes populares alentados por la guerra fría; se acabó el Estado de Bienestar (si es que, en rigor, existió alguna vez en Chile); se acabaron las batallas electorales por sí solas o que tras sus objetivos, digitan a su antojo las luchas sociales.. Un parlamento ampliado con una izquierda tradicional aminorada “tácticamente” en sus pretensiones ni siquiera será capaz de testimoniar las injusticias del modelo.

14. Estamos sólo en los titulares balbuceantes de la emancipación definitiva. La convicción de poder, la vocación de mayorías, la lucha combinada y compartida, la creación de amplios movimientos de trabajadores y pueblo con independencia política de clase y horizonte socialista; la majadera y urgente creación de hegemonía desde abajo; la alta sintonía política necesaria entre los incipientes empeños anticapitalistas de inspiración revolucionaria existentes y las presentes coordenadas populares; la construcción del partido o los partidos –continuación y superación con creces de los valiosísimos esfuerzos del pasado-, son apenas parte de la obra gruesa para transformar el doloroso panorama mundial y criollo impuesto por una sociedad de clases. Este artículo es sólo un compacto numerado de las tantas tareas pendientes para la organización de la mayoría descontenta, explotada, que pende injustamente en la sobrevivencia. Que se tome como la ilustración parcial de un empeño colectivo. Siempre será mejor y decorosa la reflexión articulada desde la práctica –por ingenua o distante que parezca-, que la autocomplacencia, la comodidad, la mala conciencia o la traición.

Andrés Figueroa Cornejo
Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Mayo de 2008

lunes, 19 de mayo de 2008

Chile: concluye x congreso de trabajadores Bancarios: por la participación en las ganancias de la industria finaciera y la unidad de los trabajadores

Y por un sindicalismo con independencia política
Mientras las portadas de los periódicos –más allá de la gravedad objetiva de la situación- cuentan las cenizas del volcán Chaitén; en San Felipe, el 16 y 17 de mato se realizó el X Congreso de los Sindicatos Bancarios de Chile, cuyo eslogan rezó: por la defensa del salario, la jornada laboral y la unidad de los asalariados.
Con la presencia de más de 50 delegados de todo el país, representantes de 23 sindicatos del mundo financiero agrupados en la única multisindical del sector, el cónclave de los trabajadores, que se efectúa cada cuatro años, se entregó al debate de la situación actual de los funcionarios bancarios, sus principios rectores, y la construcción de una plataforma de lucha y acción para enfrentar el presente período.

LAS CONCLUSIONES

Dentro de las conclusiones más relevantes de la reunión, los delegados debatieron y concluyeron aumentar la actual bajísima renta básica de los empleados, y terminar con el traspaso que realizan las empresas respecto del riesgo del negocio financiero hacia los empleados, en una industria que, después del cobre y la celulosa (comodities), encabeza la actividad económica con mayores utilidades en Chile, expresando con claridad la hegemonía del capital financiero y especulativo que gobierna las relaciones económicas, tanto en Chile, como en el mundo.
Asimismo, los dirigentes determinaron poner fin al endosamiento de la mora de los clientes a través de la práctica empresarial de condicionar el pago de las comisiones correspondientes a las fuerzas de venta de la Banca a la cancelación de los clientes deudores. De esta manera, los dueños del capital financiero privatizan los multimillonarios beneficios y ganancias, y socializan entre los empleados y clientes, los riesgos y las pérdidas.
Un aspecto sustantivo del Congreso estuvo en el establecimiento de la demanda de participar, como trabajadores, en un porcentaje sustantivo de las ganancias del área.
También los delegados decidieron que el alto y creciente porcentaje de trabajadores subcontratados del sector, debe agregarse a los convenios colectivos a nivel de la empresa mandante o matriz. De esta manera de da un paso hacia la pelea dura por el fin del subcontratismo que atraviesa toda la organización patronal de la economía nacional.
Especial hincapié hicieron los dirigentes respecto de establecer con urgencia programas de formación político sindical, por una parte, y apostar con fuerzas, a la movilización de los trabajadores.

LOS PRINCIPIOS IRRENUNCIABLES

Fundados sobre la tríada de describir / explicar / transformar (describir la realidad de los empleados bancarios; explicarla desde la perspectiva objetiva de sus intereses; y construir las fuerzas para transformar las desigualdades profundas y las malas condiciones laborales y remuneracionales del mundo financiero), el X Congreso concluyó realizar una campaña activa, permanente y en movilización por la defensa y mejoramiento de los salarios. En la misma línea, se convino democráticamente luchar por la participación de los trabajadores en las altísimas utilidades de las empresas financieras; marchar hacia una negociación por rama, área económica o industria; y crear las condiciones necesarias para alcanzar los objetivos concordados mediante la unidad de los trabajadores del rubro y de otros sectores económicos; la solidaridad; el crecimiento; la formación y las comunicaciones. Al respecto se arrojaron los aspectos nucleares de un plan de propaganda, agitación y movilización de los funcionarios.
Los principios fundamentales de los trabajadores bancarios fueron sancionados unánimemente junto con la cuenta del Directorio Nacional saliente y se sintetizan en los siguientes puntos:

Independencia y autonomía político sindical de la Confederación respecto del empresariado, el Estado y el sistema de partidos políticos dominante. La organización no niega la militancia política de sus asociados; simplemente enfatiza que las determinaciones democráticas convenidas por el conjunto de los asociados jamás pueden estar subordinadas a las agendas políticas de partidos –sea cual sea su signo-, ni a las políticas estatales, ni a los intereses de los empresarios.

Solidaridad irrestricta a la causa y lucha justa de los trabajadores chilenos, como una de las claves centrales para caminar hacia la unidad granítica –cautelando las diversas visiones que coexisten en el mundo sindical- de los asalariados chilenos.

Solidaridad Internacional con las luchas del conjunto de los trabajadores del mundo, y en particular, de los trabajadores del ámbito financiero mundial.

Respeto y compromiso por la aplicación de la Carta Fundamental de los Derechos Humanos, la cual está ligada al derecho a la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la previsión social, la no discriminación de ninguna naturaleza; la defensa del ecosistema y la promoción del desarrollo y el progreso centrado en el hombre por sobre el lucro; el respeto a las demandas de los pueblos originarios, y la defensa del derecho a manifestarse libremente sin ser víctimas de represión de ninguna índole.

El X Congreso de la Confederación de Sindicatos de los Trabajadores Bancarios de Chile terminó con una didáctica explicación sobre la crisis recesiva usamericana, la desaceleración mundial y su impacto en la Banca y en Chile, ofrecida por el economista Hugo Fazio, Director de Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, CENDA, y ex Presidente del Banco Central durante el gobierno de Salvador Allende.

Andrés Figueroa Cornejo
Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Mayo de 2008

lunes, 12 de mayo de 2008

Crónica de la crisis económica mundial, la desaceleración Chilena, el cobre y el papel del capital financiero.



La recesión norteamericana y desaceleración económica a escala mundial, impacta en Chile con formas homologables a otras regiones del planeta, y con sus particularidades formales.
Naturalmente, la actual crisis, es hija de un proceso consustancial a la dinámica del capital y la hegemonía del capital financiero y especulativo.
En la década de los 70 del siglo pasado, el capitalismo resolvió aminorar el capital variable (trabajo) en beneficio de la acumulación capitalista, cuando se manifestaba una caída en el promedio internacional de las tasas de ganancia. La imposición de esa manera de acumulación se dirimió transitoriamente en la arena de la lucha de clases, con el desconocimiento de la negociación colectiva de los trabajadores y el desmantelamiento del llamado “Estado de Bienestar”, y efecto de una derrota parcial de los trabajadores y el pueblo a escala internacional durante ese período.
Lo que surge como división entre lo financiero y lo industrial, en realidad corresponde al desplazamiento de la inversión industrial hacia la inversión financiera y especulativa. La hegemonía del capital financiero fue una de las crisis del fordismo (producción en cadena de mercancía con alto empleo de trabajadores). La desregulación del dólar optimizó la ganancia financiera especulativa y obligó a las propias corporaciones industriales a crear bancos e instituciones crediticias.
En un contexto de crisis mundial de origen usamericano, pero que contamina gran parte de la Tierra -todavía inagotado y cuyas consecuencias se mantienen en la más alta incertidumbre-, la peste del hambre se expresa como radicalidad en descomposición de los fundamentos del movimiento capitalista. Los precios de los alimentos básicos (sobre todo del maíz, el arroz y el trigo), se han duplicado en los últimos 20 meses (Alejandro Nadal). Sólo en Chile, según el centro de producción de conocimientos Libertad y Desarrollo, uno de los más importantes de la burguesía a nivel local, la inflación actual ha aumentado casi un 7 % para la minoría rica, y más de un 20 % para la mayoría pobre. El aumento del precio de los alimentos determina las cifras anteriores.
Por otra parte, la economía chilena, caracterizada por su impronta primaria exportadora, ha logrado paliar de modo extraordinariamente insuficiente y no accidental los efectos de la crisis, debido casi exclusivamente al alto precio del cobre y el molibdeno. Ello ha conducido a que el Estado subsidiario reinante pueda mostrar –que no invertir en industria nacional o, por lo menos, en políticas redistributivas serias y de alto impacto social, por ejemplo- un superávit fiscal multimillonario.
Asimismo, Chile vive la concentración del capital financiero y sus instituciones, la destrucción creciente de fuerzas productivas (industria y trabajo), la fuga de capitales, y la consecución de las políticas neo capitalistas en todas las dimensiones del quehacer y relaciones del país, con pésimas consecuencias para los trabajadores y el pueblo.
Lo que viene es una crónica –siempre insuficiente y en construcción- de los hitos más relevantes, desde la madrugada de la crisis inmobiliaria usamericana hasta el último mes en curso, de lo que ha ocurrido en Chile en el actual marco de profunda inestabilidad del capital. Los insumos sustantivos del presente texto fueron ofrecidos por el análisis y la ilustración de los hitos más relevantes al respecto provenientes del Director del Centro Nacional de Estudios Alternativos, CENDA, Hugo Fazio, quien fuera Presidente del Banco Central durante el Gobierno Popular de Salvador Allende.

Agosto 2007

· Se intensifican los cambios de propiedad en significativos sectores económicos, aumentando su concentración y la presencia de capitales transnacionales. Al acuerdo estratégico entre el consorcio financiero Citigroup y el grupo Luksic que fusiona el Banco de Chile y Citibanck Chile, siguió a los pocos días la adquisición por el holding holandés ING de las administradoras de fondos previsionales controladas por el Banco Santander en México, Chile, Colombia y Uruguay. Con estas adquisiciones en el país, tres AFP’s controlarán más de las tres cuartas partes de los activos previsionales. Contradictoriamente con estos hechos, el Director de Presupuesto afirmó que la Ley de Reforma Previsional en proceso de aprobación no intensifica la concentración (!).

· Durante la primera semana de agosto, por tercera vez en el año, la crisis inmobiliaria usamericana golpeó a los mercados financieros y bursátiles. La mundialización de la economía condujo a que su impacto se extendiese por el planeta. El temor existente llevó a un conjunto de bancos centrales (EEUU, eurozona, Japón, Canadá, Australia) a inyectar dinero. El presidente Bush llamó a la calma, mientras la crisis inmobiliaria seguía su curso y el impacto en el mercado de los créditos hipotecarios adquiría diversas expresiones. Independientemente de la evolución final de la crisis financiera de estos días, ella es expresión de problemas estructurales, que tiene como uno de sus componentes principales los grandes desequilibrios en la economía usamericana. El efecto en Chile se manifestó, en primer término, en las decenas de miles de millones de dólares colocados en activos financieros.

· Tres sectores explican el crecimiento en el primer semestre de 2007 (11.726 millones de dólares). Dos de ellos, cobre y forestal, son rubros de exportación que gozaron de elevadas cotizaciones en los mercados internacionales. La coyuntura mundial fue determinante en la evolución de la economía chilena. Estos sectores explican un 57 % de las ganancias totales de las empresas privadas que entregan sus estados de situación trimestralmente. El tercero es el comercio al detalle, donde se refuerza la posición dominante de los consorcios Falabella y Cencosud que viven un intenso proceso de expansión en la región. La rentabilidad de la minería privada sigue siendo muy alta. Las ganancias de Minera Escondida explican, como en los trimestres anteriores, un alto porcentaje de las utilidades globales.

· El gobierno intenta divulgar la imagen de que la economía chilena se encontraría “blindada” frente a tembladerales financieros como los vividos a nivel mundial, con epicentro en USA. Pero la estructura de la economía chilena, absolutamente dependiente de unos pocos recursos primarios (cobre, madera), su alto nivel de apertura al exterior –y, por tanto, a los vaivenes positivos o negativos a nivel mundial-, la hace extraordinariamente vulnerable.

Septiembre de 2007

Vittorio Corbo (presidente a esa fecha del Banco Central) se declaró “sorprendido” por la aceleración de la inflación. Probablemente no tuvo noticia de las heladas que afectaron muchos cultivos, ni tampoco del incremento internacional de muchos bienes básicos para el consumo de la población (pan, leche, electricidad). Los aumentos se han expresado mayoritariamente en los alimentos, afectando proporcionalmente a los más pobres de Chile. La renta imponible en sectores de la población disminuye o se estanca, mientras tanto los ingresos fiscales nominales crecen.

Hasta fines del tercer trimestre de 2007, el proceso de fusiones y adquisiciones en Chile ha experimentado un derrotero récord. Otro tanto aconteció en el primer semestre a nivel mundial hasta que se produjo la crisis financiera global, que restó recursos para este tipo de operaciones. En el sector eléctrico, el holding CGE se transformó en la mayor distribuidora a nivel nacional, desplazando a Chilectra, luego de adquirir Emel al consorcio usamericano PPL que se retiró de América Latina. Al mismo tiempo, avanza el traspaso en el control de Endesa España, que mantiene el liderazgo en generación en Chile. Hay otros sectores que en el último período han vivido un intenso proceso de fusiones, destacando entre ellos el de la construcción.

El mundo se encuentra en un proceso de cambios que es muy difícil de captar en toda su dimensión. No hace mucho tiempo era inimaginable, por ejemplo, que las fusiones y adquisiciones transfronterizas fuesen mayores desde países “emergentes” (China, India, Rusia, Brasil) hacia las mayores potencias económicas tradicionales que viceversa. Sin embargo, es lo que ha sucedido el 2007. El proceso tiende a acentuarse en la etapa de crisis financiera en curso cuyo epicentro, a diferencia de lo acontecido en las últimas décadas, se ubica precisamente en el “mundo industrializado”. Desde luego, estos hechos también impactan en la economía chilena.

Octubre de 2007

El 2007, el superávit fiscal será nuevamente superior al proyectado al elaborarse el presupuesto. Lo mismo acontecerá el 2008 de mantenerse elevados los precios del cobre y el molibdeno, colocándose por arriba de sus respectivos indicadores de tendencia. El país sigue acumulando gigantescos excedentes, invertidos hasta ahora básicamente en activos financieros en el extranjero. Las diferencias entre las proyecciones oficiales y la realidad, constituyen un hecho recurrente. Por otra parte, al igual que el año anterior, el incremento en el gasto público (asociado a políticas redistributivas) fue exactamente igual al pronosticado por el ministro de Hacienda antes que se iniciara el proceso de elaboración presupuestaria.

El fundamentalismo del Banco Central, al no intervenir en el mercado cambiario para impedir la revaluación del peso, llevó a que durante la primera semana de octubre la paridad cambiaria estuviera por debajo de los $ 500 pesos por dólar. Las consecuencias negativas para amplios sectores de la economía nacional son cada vez mayores, transformándose en uno de los factores que conducen a la desaceleración del crecimiento en el año que se produce con relación a las estimaciones oficiales del PIB. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, se da por satisfecho con las medidas adoptadas para intentar frenar, sin éxito, el proceso revaluatorio del peso. Entre esos mecanismos se encuentra la negativa determinación para el interés del país y de los imponentes –dado el alto riesgo que acompaña a la colocación de recursos en activos financieros- de aumentar la colocación de fondos de pensiones en el exterior y mantener un gigantesco superávit fiscal, igualmente cuestionable.

El mayor holding eléctrico chileno, Enersis y su filial Endesa Chile, pasaron a ser controladas por la empresa estatal italiana Enel y la constructora española Acciona al transformarse en los mayores accionistas de Endesa España. Los gobiernos español e italiano tuvieron una activa participación en el proceso, al igual que el alemán, operando en apoyo de la oferta efectuada por la germana E.ON. Las autoridades chilenas nada hicieron, limitándose a celebrar reuniones con los nuevos controladores. Enel vive un activo proceso de expansión mundial.

Noviembre de 2007

El “libre mercado” es defendido por el G7 (el grupo de superpotencias que gobiernan el mundo) cuando favorece a los consorcios transnacionales pertenecientes a países industrializados. Si, a nivel mundial, en cambio, pasan a tener un papel protagónico los fondos de inversión soberanos de Estados “emergentes”, a ellos les establece regulaciones. El sistema financiero global experimenta cambios profundos, como consecuencia de la acumulación de fondos por el elevado precio de los comodities (recursos naturales básicos) o el ingreso de inversión de cartera detrás de rentabilidades más altas. Las mayores preocupaciones del G7 se concentran en los fondos soberanos de China y el Medio Oriente. Esta reacción se produjo cuando esos recursos dejaron de emplearse para financiar el endeudamiento fiscal de las grandes potencias, en particular EEUU, y comenzaron a adquirir activos en diferentes esferas de bienes y servicios.

10 empresas (Escondida, Empresa Copec, Arauco, Banco Santander, Antar Chile, Inversiones CMPC, CMPC, Banco de Chile, Cencosud, Endesa y Enersis) explican la mayor parte de los incrementos de utilidades producidas en los primeros 9 meses de 2007. Ante todo, destacan los aumentos logrados a partir de los elevados precios obtenidos en los mercados internacionales por el cobre y la celulosa. En cambio, ejercieron una influencia negativa en muchas sociedades la revaluación del peso y el curso inflacionario de la economía. Minera Escondida encabeza una vez más el ranking del sector privado, estrechando su diferencia con Codelco.

La palabra recesión vuelve a escucharse y la desaceleración de la economía usamericana es un hecho. El presidente de su banco central lo reconoció abiertamente. La crisis ya afecta francamente a grandes instituciones bancarias, empezando por el Citigroup que en Chile vive un proceso de fusión con una sociedad de inversiones del grupo Luksic para controlar conjuntamente el Banco de Chile. Las pérdidas experimentadas por instituciones bancarias de países desarrollados en cifras, puede alcanzar a los 400 mil millones de dólares. Hasta la fecha, cada vez más se reconocen montos negativos superiores. La liquidez crediticia vuelve a manifestarse en toda su crudeza, golpeando los niveles de actividad económica. La crisis inmobiliaria adquiere grandes dimensiones.

Diciembre de 2007

La crisis bancaria iniciada a partir del derrumbe en el mercado inmobiliario norteamericano llevó a recalcular a la baja los activos en poder de instituciones que invirtieron en los documentos de alto riesgo que se emitieron, teniendo como respaldo los créditos subprime. Las pérdidas que ello comporta facilita que se produzcan cambios de propiedad en beneficio de fondos de inversión soberanos de “países emergentes” u otros actores que dispongan de recursos líquidos. Citigroup, que se asocia en Chile con el grupo Luksic para controlar conjuntamente el Banco de Chile, para enfrentar sus dificultades financieras vendió casi el 5 % de sus acciones a un fondo de inversión de Abu Dhabi. Al mismo tiempo, el Bank of America, para intentar superar las dificultades mutuas le propuso una megafusión que Citigroup desestimó.

2007 volvió a ser un año en que se desaprovechó la fase de “las vacas gordas” que continuó viviendo el país. Para el ministro Velasco, el crecimiento económico de algo de más de 5 %, constituye un hecho destacable, sin considerar que Chile se expandió por debajo del promedio regional y América Latina fue la zona de países en desarrollo de menor crecimiento a nivel mundial. Ello en una situación excepcionalmente favorable debido a un precio promedio anual del cobre superior a los 3 dólares la libra por tercer año consecutivo. Las políticas aplicadas fueron un freno para aprovechar esta situación excepcional. Mientras tanto, el país se ha transformado en un acreedor neto en materia de inversiones internacionales.. Recursos generados en el territorio nacional son utilizazados en otros confines y ello incide poderosamente en que no se tenga una política activa en una coyuntura con todas las condiciones a favor para hacerlo.

Enero de 2008

· Si se cumple la previsión de la Reserva Federal usamericana de que el 2008 la economía de EEUU crecerá “a un ritmo sensiblemente menor a su potencial”, para recuperarse recién en 2009, ingresaría a una fase recesiva. Al iniciarse el 2008, la crisis que comenzó a mediados del año pasado sigue profundizándose, demostrándose con la caída inmobiliaria –que en USA continúa elevando sus costos- y se expresa simultáneamente en algunos países europeos (España y el Reino Unido), al tiempo que las consecuencias financieras golpean fuertemente a grandes bancos usamericanos y europeos, descendiendo violentamente sus patrimonios bursátiles. La desaceleración de la economía global en el año que comienza es ya un hecho, afectando al conjunto de los países.

· Codelco deja de ser la mayor productora de cobre en el mundo. En 2007, los yacimientos controlados en el país por el consorcio angloaustraliano BHP Billiton produjeron más que la empresa estatal chilena. A nivel mundial, el consorcio anglaustraliano, de concretarse su oferta de adquirir Río Tinto, se transformaría en la número uno en producción. Constituyen hechos de la mayor gravedad, si se considera que el territorio nacional es donde se alcanza la mayor producción de metal rojo y de venta hacia los mercados internacionales. Ello sería imposible si continuara vigente la ley de nacionalización del cobre. La regresión sufrida por el país en propiedad de sus recursos naturales es gigantesca. Chile requiere una política nacional en la explotación y comercialización de su mayor riqueza, lo cual incluye una actitud activa de desarrollo de Codelco. El nuevo yacimiento Gabriela Mistral debería ser propiedad en un 100 % de la empresa estatal.

Febrero de 2008

En enero la revaluación del peso se intensificó. Sus efectos negativos se multiplicaron. El proceso en desarrollo desde hace varios años es una de las expresiones de la crisis estructural de la economía usamericana. Su origen interno reside en el fundamentalismo de la política económica que deja al “mercado” su determinación, transformándose en la coyuntura actual en un mecanismo fundamental para intentar reducir las elevadas tasas de inflación. Los graves efectos que se producen hacen esta situación insostenible. Mientras transcurra un mayor tiempo sin enfrentarlos sus consecuencias serán gravosas.

Las últimas cifras de actividad económica muestran claramente la desaceleración producida en la actividad económica interna (3,7 %). Las autoridades, simplemente, tratan de ocultar sus verdaderas causas, y no plantean con franqueza que la desaceleración chilena tiene también raíces en las propias políticas económicas adoptadas y la lentitud para enfrentar o neutralizar los efectos negativos de fenómenos en desarrollo ya por un período no reducido de tiempo.

El superávit fiscal volvió a alcanzar un monto récord (14.453 millones de dólares), gracias al precio del cobre y una concepción que limita artificialmente el nivel del gasto público, mucho más allá de lo requerido como mecanismo para enfrentar coyunturas económicas futuras negativas. El Director de Presupuesto definió este esquema como “sólido”. La verdadera solidez se produce si se destinan recursos a transformar la estructura productiva del país, que sigue dependiendo mayoritariamente en un alto porcentaje de un puñado de recursos primarios, y se invierte en una cuantía superior en las personas. El gobierno, sin embargo, privilegia colocar los excedentes en activos financieros de baja rentabilidad.

En el segundo mes de 2008 se revelaron nuevas expresiones de la crisis financiera iniciada a mediados de 2007. Su evolución introdujo nuevos términos, como el de las aseguradoras de bonos “monolíneas”, o sea, instituciones con sólo ese objetivo, para posibilitar obtener financiamientos en mejores condiciones, las cuales entraron en dificultades para cumplir sus obligaciones. Al mismo tiempo, en USA, se reduce la utilización de tarjetas de créditos y aumentan sus tasas de morosidad. Otro tanto acontece con los créditos automotrices. Por otra parte, crece el temor sobre la suerte de los bonos “chatarra”, o sea aquellos otorgados a empresas con índices de riesgos mayores. Todo ello debe volver a repercutir negativamente sobre los bancos y los niveles de actividad económica, agravando la recesión económica usamericana y la desaceleración global.
Marzo de 2008

La crisis económica originada en USA; la devaluación del dólar; el incremento de las tasas de inflación; los desequilibrios energéticos; la desaceleración de la economía chilena; el alto precio de los comodities y las políticas económicas seguidas, repercutieron en los resultados empresariales de 2007. El curso recesivo de la economía usamericana iniciado en el cuarto trimestre se manifestó todavía muy parcialmente. La economía chilena no esta “blindada” como alguna vez manifestó el ministro de Hacienda. Los resultados vuelven a constatar que las ganancias se presentan en algunas pocas empresas. Entre ellas, las exportadoras de cobre y celulosa, y las sociedades comerciales, aprovechando la revaluación del peso, que reduce el costo en moneda nacional de sus importaciones. Los sectores afectados son muchos y un porcentaje muy mayoritario de las ganancias la obtienen muy pocas empresas.
El nuevo paquete económico gubernamental no conducirá a cambiar la tendencia a la desaceleración económica (inyección presupuestaria a Innova Chile de CORFO para investigación sobre el empleo de vehículos híbridos; no pago de impuestos de timbres y estampillas para las pequeñas y mediana empresas; rebaja transitoria del impuesto específico a las gasolinas ($ 50 pesos, un noveno de dólar); reducir franquicias a construcciones de precios elevados)). No es un proyecto pro crecimiento significativo. Incluso, una de sus disposiciones –la reducción del subsidio a la construcción de la vivienda a los sectores medios- actuará de manera negativa. El beneficio a las pequeñas empresas no guarda ninguna relación con los grandes problemas que afectan como consecuencia de la revaluación del peso o las elevadas tasas de interés que deben cancelar cuando obtienen financiamiento financiero. El gasto fiscal del proyecto es inferior a un 0,3 anual del PIB, en un país de elevados excedentes fiscales. La desaceleración económica no se detiene con paquetes gubernamentales de este tipo.
La promulgación de la Ley de Reforma Previsional cierra una etapa y debe abrir otra. Se produjo un mejoramiento de los sectores excluidos de derechos previsionales en el sistema de AFP o que los perciben en un monto muy bajo. Sin embargo, el daño previsional del resto de los trabajadores persiste y se mantiene vigente mediante mecanismos que constituyen un aporte –vía ahorro forzoso- de los imponentes a un reducido núcleo de grandes intereses económicos. El control del sistema de AFP seguirá en manos de unos pocos consorcios financieros y los recursos acumulados continuarán siendo utilizados, en un alto porcentaje, por un puñado de consorcios en Chile y en el extranjero.
En el primer trimestre de 2008 la cotización internacional del cobre volvió a experimentar un nivel récord, sobrepasando en algún momento los 4 dólares por libra. Este curso alcista forma parte del ascenso general registrado en los precios de los comodities. Al mismo tiempo, se experimenta una intensa volatilidad de los precios.. La demanda vinculada a las actividades productivas está fuertemente influida por los procesos de industrialización en varios países asiáticos, empezando por China. A ello se suma el crecimiento de las actividades especulativas, que ante la inestabilidad financiera, actúan cada vez más extensamente en los mercados de comodities. Para el país sigue planteado el desafío de aprovechar una coyuntura de precios internacionales abiertamente positivos, lo cual hasta ahora no se ha producido. Los excedentes obtenidos se convierten en superávit fiscal o en ganancias excesivas de consorcios privados.

Abril de 2008

Sostener, como hizo el ministro Velasco, que los riesgos de Chile frente a la crisis económica y mundial, tendría efectos “limitados y acotados” constituye una frase lanzada al viento sin ningún fundamento serio que lo respalde. Los impactos mayores o menores tienen mucho que ver con el curso de los acontecimientos en el plano global y, en particular, con las repercusiones que tenga la crisis en desarrollo, en los precios de los comodities, ante todo en el cobre, fundamental para la economía chilena. La gravedad de la afirmación del ministro de Hacienda proviene de que, al subestimarse las probables implicancias, no se actúa de manera activa para amortiguar sus efectos, que ya no son pocos. Basta sólo pensar en la revaluación del peso –cuyo origen externo es la crisis del dólar- para dimensionar sus fuertes repercusiones en Chile.
El alza sostenida de los alimentos, finalmente reventó como otro acuciante gran problema mundial, que se agrega a la profunda crisis financiera, a la recesión norteamericana y a la desaceleración económica global. Fueron necesarios numerosos estallidos sociales para que se transformase en noticia de los grandes medios de comunicación y se convirtiese en tema central en las reuniones económicas internacionales. El mundo se enfrenta, en pleno siglo XXI, a un escenario de hambre masiva en diferentes regiones. El incremento en las cotizaciones de alimentos hizo crecer inmediatamente los índices de pobreza y acentuó la regresividad en la distribución de los ingresos. El alza en el precio del arroz, en particular, se convirtió en un gran problema político, al constituir el alimento principal de miles de millones de personas.
Mayo de 2008

· El gobierno busca enfrentar la forma más presentable de ceder parte de la propiedad Gabriela Mistral, el nuevo yacimiento de Codelco. Nada justifica hacerlo. El Estado, en la actual coyuntura tiene abundantes recursos financieros. Codelco tiene, además, plena capacidad técnica para hacerlo. ¿A título de qué, entonces, vender a una empresa china parte de la riqueza que va a proporcionar? Argumentar su privatización por la gran importancia que tiene el país asiático para la economía chilena, es indefendible. Las relaciones económicas sanas se construyen en base al mutuo beneficio y nunca debe hacerse renunciando a derechos soberanos. Se precisa urgentemente de un viraje en relación a la gran minería cuprífera que implique la potencialización de Codelco, terminando con las prácticas laborales de subcontratación que mantiene violando la ley, y reteniendo para el país las ganancias excesivas de la minería privada.


El presente texto está fundado sobre las Cartas Económicas Semanales producidas por el prestigioso economista, Hugo Fazio, Director del Centro Nacional de Estudios de Desarrollo Alternativo, CENDA.

Mayo de 2008

jueves, 8 de mayo de 2008

Chile: sobre los empeños anticapitalistas chileno (I)

El conflicto esencial de la sociedad chilena y mundial para los empeños anticapitalistas de inspiración revolucionaria se ubica en el socialismo versus la barbarie imperialista, hegemonizada por el capital financiero y especulativo, cuyo desenvolvimiento caótico y de crisis sucesivas, pone en peligro la propia sobrevivencia del planeta. La democracia burguesa y representativa es sólo la forma arbitraria y premeditada que adquiere la dominación de clase para sostener y multiplicar sus tasas de ganancias en un momento dado. Antes fue la dictadura militar; hoy es una democracia sin pueblo, jurídica y políticamente legitimada por las elecciones generales y un sistema de partidos políticos que comparte los aspectos nucleares de un mismo patrón de acumulación y explotación capitalista.

El antagonismo de intereses irreconciliables entre el capital y el trabajo, entre la minoría dominante y la mayoría trabajadora y pobre, se expresa en las relaciones de fuerza producto de la lucha de clases. Y la lucha de clases es la dimensión sintética, dialéctica y dinámica de las condiciones objetivas y subjetivas de la sociedad y sus características condicionadas por el actual período histórico.

La situación de los empeños anticapitalistas de inspiración revolucionaria está sobrediagnosticada, y tiene que ver con el penoso archipiélago de microorganizaciones que no logran su constelación, pese a ciertos avances menores al respecto. Al igual que el conjunto de fuerzas en pugna que da origen a la realidad actual en todas sus dimensiones, el estado de los empeños anticapitalistas está condicionado al propio devenir de la lucha de clases. El proyecto emancipador, la reestructuración del intelectual orgánico (el Partido de la clase trabajadora y el pueblo) y el surgimiento -en tanto necesidad histórica- de la organización propia de las clases dominadas, también están asociados al estadio actual y futuro de la lucha de clases. La voluntad es fundamental, pero insuficiente. Las condiciones objetivas son fundamentales, pero insuficientes. Aquí lo central es hacer rimar ambas variables generales.

La marginalidad política de los luchadores anticapitalistas no se mide por su presencia relativa en la arquitectura antipopular de los costados de representación electoral del Estado burgués, sino en la capacidad de construirse, desde y con el pueblo profundo, en conducción compartida e intervención concreta en procesos de lucha de clases. La recomposición de la política, independiente y socialista, de los trabajadores y el pueblo no se resuelve desde arriba, sino que se origina desde abajo, independientemente de que, decisiones tácticas del complejo popular, mañana determinen accesoriamente participar en alguno o todos los niveles de representación electoral. Pero ya está claro que la lucha de clases no se sintetiza en las municipalidades, el parlamento, o el propio Ejecutivo. Se sintetiza “abajo, abajo, cerca de las raíces, en donde la memoria ningún recuerdo omite”.

Fórmulas puramente electorales, de integración sistémica; proyectos de asambleas constituyentes o plataformas de lucha maximalistas, corresponden a papel mojado de no construirse la hegemonía política de los trabajadores y el pueblo expresada mediante correlaciones de fuerza compensadas a su favor. La reciente experiencia boliviana así lo demuestra, para no ir más lejos. En este sentido, las demandas en torno a las cuales puede desenvolverse una plataforma de lucha integral, descartando el “posibilismo” ineficiente para los fines liberadores, debe corresponderse a la sintonía y estados de conciencia popular concretos que, al mismo tiempo, comporten las pistas políticas que construyan condiciones para brincos cualitativos de la lucha y sus sujetos de avanzada.

Si se conviene que la contradicción elemental de la sociedad chilena y mundial se resume en el combate entre capital y trabajo, los empeños anticapitalistas de inspiración revolucionaria tienen que poner especial acento en la construcción de amplios movimientos de trabajadores –sindicalizados o no- cuyas vigas maestras sean la independencia política de la clase y el horizonte estratégico puesto en el establecimiento de un gobierno de los trabajadores y el pueblo o democracia popular con incuestionable hegemonía popular. Naturalmente, esta tarea debe resultar complementaria respecto de la formulación de poder local (no “localismo”), y la atención a la organización de actores altamente sensibles como los estudiantes y segmentos sociales estructuralmente excluidos de sus derechos fundamentales (los pobres del campo y la ciudad, los inmigrantes, las mujeres, los jóvenes sin porvenir).

La construcción del Partido u Organización anticapitalista de inspiración revolucionaria chilena no será un producto de laboratorio, encapsulado, esculpido a puerta cerrada. Tiene el deber y la necesidad política de formularse en la lucha concreta y en apuestas orgánicas amplias, mestizas, heterodoxas, multisensibles, unitarias, sencillas y flexibles. Allí se juega su voluntad de transformación genuina, ajusta sus análisis e influye materialmente en la lucha de clases. Independientemente de que sea una organización o Partido compuesto por cuadros, es decir, que reúna a los mejores hijos del pueblo en su confección.

Asimismo, los prolegómenos o embrión de la organización anticapitalista de los trabajadores y el pueblo debe atender con “pupila insomne” las relaciones de fuerza internacionales; la dinámica de los gobiernos y movimientos pro populares del Continente, así como imponerse, especialmente, el análisis crítico de las experiencias de construcción, desarrollo y debacle de los destacamentos de inspiración revolucionaria de los 60 y 80 del siglo pasado, para constituirse en su superación racional, política y orgánica, considerando siempre aquellas claves que, impuestas por la violencia patronal para cautelar sus privilegios, hasta ahora, no piensan pasar de moda.

Nunca la lucha por la emancipación y el socialismo adquirió carácter mundial más incuestionable que hoy. Las tensiones de la organización chilena anticapitalista de inspiración revolucionaria, por tanto, debe contemplar su impronta política y orgánica a niveles continentales y mundiales desde su nacimiento. La liberación de los pobres de la Tierra demanda la reagrupación y reconstitución de las rebeldías anticapitalistas en todos sus rangos y puestos de lucha. Para intervenir y potenciar la lucha de clases; para reunir la dispersión conveniente al capital; para construir el instrumento de avanzada capaz de articular desde abajo la nueva hegemonía popular con convicción de poder, vocación de mayorías; política ética y práctica insobornables. Sin soberbia, pero con claridad estratégica y coherencia táctica. En fin, una fuerza creciente y convocante, amigable y disciplinada, inteligente y ofensiva; y en disputa permanente contra la minoría dominante que prohíbe la felicidad de las mayorías chilenas y mundiales a punta de alienación, confusionismo, cooptación, cultura de la resignación y represión.


Andrés Figueroa Cornejo
Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Mayo de 2008

lunes, 5 de mayo de 2008

Chile: una foto coyuntural de las elecciónes presidenciales del 2009


1. Apliquemos la imaginación sobre las posibilidades que comporta la política oficial, la dominante, la legitimada por los medios del poder, la ilustrada y comandada por los de arriba. Esto es, por el fenómeno político cuyas tramas profundas tienen origen de clase y que habitan la dinámica de las contradicciones internas del propio capital.
Entonces se puede aventurar una fotografía meridianamente informada sobre las proyecciones presidenciales de finales de 2009, poniendo, entre paréntesis por un momento, la plataforma económica capitalista que cruza una de sus crisis mayores, con enormes niveles de incertidumbre respecto de su eventual estabilización. Es decir, colguemos por un instante la desaceleración económica mundial, el terremoto de la hegemonía del capital financiero especulativo, el alza histórica de los alimentos y la energía, la caída del dólar, la inflación galopante, la dependencia de la acotada economía chilena en el concierto planetario y fijemos la vista en los dramas palaciegos.

2. Supongamos que en la primera vuelta de las presidenciales, por el lado de la Concertación , asisten los candidatos Ricardo Lagos Escobar (PPD –PS) y Soledad Alvear (DC); por la Alianza por Chile, Sebastián Piñera (RN) y Joaquín Lavín (UDI); por los “colorines” y Chile Primero, Adolfo Zaldívar; y por la izquierda tradicional extraparlamentaria, Tomás Hirsch (PH) y Cristian Cuevas (PC). Es sólo una fotografía coyuntural, un instante de un proceso relativamente complejo, dinámico, en tránsito y todavía no resuelto.

3. Sin decirlo explícitamente en el ámbito público, Ricardo Lagos Escobar, ya ha expresado a través de sus guiños habituales sus ganas palpitantes de ser presidente de la República por un nuevo período, cuando sectores del PPD y algunos socialistas lo han alentado y alientan hoy mismo. La administración Lagos se caracterizó por la privatización hasta de las sanitarias y las carreteras, llevando hasta el paroxismo la ortodoxia neocapitalista; los tratados de libre comercio (que consolidaron las relaciones asimétricas transaccionales entre los países desarrollados y los pobres), la subordinación a las políticas imperialistas de cuño norteamericano, y la naturaleza antipopular de la Concertación. Por ello, su mano derecha, José Miguel Insunza recibió como premio la Secretaría General de la decorativa Organización de Estados Americanos (contando con el voto venezolano, pese a todo), y el mismo Lagos se llenó de condecoraciones pontificadas por el gran capital y el gobierno usamericano. Sin duda, es un candidato que ofrece enormes garantías a la Confederación de la Producción y el Comercio (la agrupación de la burguesía gremializada), como en su momento lo testimoniaron los propios patrones de Chile, supeditados a la estrategia del capital monopólico transnacional. Y en términos formales y estilísticos, para un sector de la clase política, es un “verdadero hombre de Estado”, es decir, “tiene pachorra”, habla dictando cátedras y ostenta sin temblores su “mano dura cuando es preciso.” Es un auténtico “padre”, sentado en la cabecera, ordenando con el ceño adusto. Eso sí, es un padre que tiene favoritismos evidentes hacia los dueños de todo, y un conveniente olvido para los trabajadores y el pueblo. Eventuales casos de corrupción en los que puede estar involucrado, todavía están en la justicia (MOP GATE), y otros menos escandalosos podrían estallar cuando El Mercurio así lo quiera. Lo cierto, es que el espaldarazo a la actual presidenta Michelle Bachelet, y la reducción a cuatro años de los mandatos presidenciales, sólo fueron un par de condiciones cuidadosamente articuladas para construir su retorno a La Moneda en gloria y majestad el 2009. Su retorno a la contienda electoral es más que probable, y más que trágico para los de abajo.

4. Hace tiempo que la demócrata cristiana Soledad Alvear trata de hablar como candidata a la presidencia. Su pre candidatura es de profuso conocimiento. Para ello, junto a su marido Gutenberg Martínez (famoso por sus amistades con la CIA norteamericana, su conservadurismo como presidente de la Juventud Demócrata Cristiana un año después del golpe militar pinochetista (en la hora del horror), su anticastrismo y antichavismo declarado, entre otras perlas) sanearon la disidencia interna del PDC, para despejar el camino de Alvear. A todas luces, la eventual candidatura de la presidenta de la DC se entronca históricamente con los intereses imperialistas en Chile. Sin embargo, luego de la “limpieza interna”, la DC , ha sufrido importantes desprendimientos a través de los denominados “colorines”, signados por la derechización aún más franca de Adolfo Zaldívar y sus compinches. Independientemente de las buenas intenciones originadas en su Congreso Ideológico (un híbrido de notas redistributivas en lo económico y que riman a la perfección con la mirada de la mayoría del alto clero chileno y su naturaleza clasista), las propuestas de Soledad Alvear no consideran ninguna alternativa, ni siquiera de carácter limitadamente desarrollista para el país. Por otra parte, y en un ámbito ligado a la figura misma de Alvear, ante la opinión pública, se recepciona como un personaje sin estatura presidencial, pocas luces, y a millones de años de la sensibilidad popular e incluso de los sectores medios que pregona defender. Tanto Ricardo Lagos, como Soledad Alvear, son el lateral concertacionista del mismo bloque en el poder compartido con la Alianza por Chile. De un gobierno conducido por una DC en bancarrota sólo se puede esperar “más de lo mismo”, e incluso, si es posible en esta hora, una superior agudización del modelo antipopular imperante en el país. La DC del siglo XXI es un ex coloso que vivió su época dorada con Eduardo Frei Montalva; cobró nuevos bríos con el primer gobierno civil post dictadura conducido por uno de los principales políticos que facilitaron las condiciones del golpe de Estado de 1973, Patricio Aylwin; pero hoy es una trinchera dinosáurica, sin más proyecto que la administración neocapitalista del Estado, y también tocada por la corrupción. La inmensa mayoría de su militancia es puramente burocrática, persigue beneficios inmediatos y ausentes de vocación pública y ética presentable. Además de representar, históricamente, la versión burguesa social cristiana superada por los acontecimientos concretos de las últimas décadas.

5. Adolfo Zaldívar, actual presidente del Senado, derechista vestido con piel cristiana y discurso anticorrupción, conspirador estrella de la política de los de arriba, populista anticuado y sin más horizonte estratégico que procurar la administración y recomposición de una derecha ampliada; si es que no es parte del concierto de la Alianza por Chile inmediatamente en la primera vuelta de las presidenciales de 2009, sería capaz, por pachorra, vocación de poder y desenfado, procurar su pre candidatura con el apoyo de Chile Primero (la diestra del PPD), y en la segunda vuelta, alinearse abiertamente con la derecha histórica. Su actuación ha funcionado como explicitación de la crisis de la Concertación y ha logrado que la derecha política logre mayoría en ambas cámaras del Poder Legislativo, como lo demostró el caso “Provoste”.

6. El dueño de Renovación Nacional, la línea aérea LAN, Chilevisión, el equipo de fútbol más popular de Chile, Colocolo, y otras tantas adquisiciones, Sebastián Piñera, en la foto inmóvil de la clase política a nivel de palacio, se presenta como el principal adversario de la Concertación , por el costado de la Alianza por Chile, según encuestas cuyos expedientes siempre deben ponerse en duda (en Chile, quien manda y paga las encuestas de opinión, siempre gana). El empresario que pretende reivindicar la corriente liberal, democrático burguesa por excelencia, que dice que votó por el NO en el plebiscito que perdiera Pinochet en 1988, y que se hizo rico gracias a las políticas pro patronales del extinto tiranuelo, según una de las hijas de Augusto Pinochet; que es un “pragmático” de “ideas audaces”, y que sostiene la filosofía del relevo político necesario a nivel del Ejecutivo para dotar de nuevos aires y legitimidad a la democracia de los patrones, hoy está en una situación inmejorable electoralmente. Sus potencias están asociadas a un discurso ecléctico, confuso, de filosofía de cuneta, que confunde y atrae a sectores incautos. De prosperar sus maniobras –que consisten en localizar al UDI Joaquín Lavín en un papel inofensivo para sus ganas presidenciales y observar tranquilamente el derrumbe concertacionista- abriga grandes posibilidades presidenciales. Las consecuencias concretas serían el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo, la reconsolidación del Estado subsidiario, y la subordinación estatal a los dictámenes imperialistas sin filtro alguno, ni ambigüedades. Para los de abajo el enemigo estaría más claro, pese a que en los núcleos estratégicos de su política, existe total coincidencia con la Concertación. En la última elección presidencial, Piñera estuvo a 6 puntos porcentuales de la electa Michelle Bachelet. Al respecto, la novedad de una mandataria mujer de pasado de lucha antidictatorial, hija de un General constitucionalista, muerto producto de la represión pinochetista, le granjeó los votos necesarios y el apoyo de la izquierda extraparlamentaria para su victoria. No obstante, hoy el cuadro ha variado significativamente. Bachelet ha encabezado el peor gobierno de la Concertación , amueblado por escándalos de corrupción, el criticado Transantiago y el alza gradual de luchas de estudiantes y trabajadores, como no se tenía noticia en los gobiernos civiles precedentes. El descontento de los electores abunda crecientemente, lo cual, sin proyectarse en el corto plazo una alternativa distinta a las visibles por el bloque en el poder y su monopolio sobre los medios de comunicación de masas, jugaría a favor de Sebastián Piñera.

7. El ala integrista, populista y clientelar de la derecha histórica de la Alianza por Chile, capitaneada opacamente por Joaquín Lavín (que en las elección de 1999 estuvo a tres puntos porcentuales de Ricardo Lagos Escobar), aventura una táctica de conciliación con el gobierno. Lavín quiere ubicarse “sobre el bien y el mal”, sobre “el debate mezquino” al interior del bloque en el poder. Desdeñando su eventual candidatura a la Municipalidad de Santiago, su equipo ya anunció la eventualidad de una senaturía para el Opus Dei Joaquín Lavín. Sin embargo, tras el aviso, podría tramarse una estrategia mediática tendiente a recolocar al ex colaborador de Pinochet que, de acuerdo al curso de los acontecimientos, podría resituarlo en la carrera presidencial. La otra alternativa, es que, eventualmente posicionado en el Senado del próximo gobierno, proyecte su figuración pública para las elecciones de 2013. Tanto Piñera, como Lavín representan las ramas intercambiables e interdependientes –con contradicciones adjetivas en la actualidad- de la derecha tradicional. El plus de la UDI , sin duda, está en su significativa penetración en el campo popular ante el reflujo de la izquierda luego del término de la dictadura militar. Al respecto, la izquierda en las poblaciones pobres tiene que batírselas cotidianamente con mucha UDI en los municipios y el avance del narcotráfico. El Partido de Lavín, a punta de obsequios, cooptación de juntas de vecinos, promesas populistas, paseos y entretención para sectores de la tercera edad, y una práctica formal de “buen patrón”, ha logrado lo que nunca antes había alcanzado la derecha en Chile: tener una clientela no menor de pobres leales a la hora de votar. La audacia cínica políticamente del lavinismo sería capaz de ofrecer una administración gubernamental con ministerios multicolores, mantener los insuficientes programas sociales de la Concertación , y terminar de privatizar lo poco que queda del cobre, el petróleo y la industria nacional. Sin embargo, esa política sólo duraría un período relativamente breve ante las dramáticas perspectivas económicas que están ya manifestándose y cuya profundización resultarán nefastas para los trabajadores y el pueblo.

8. La izquierda tradicional, en crisis evidente, tanto de proyecto, como en el plano de la acumulación de fuerzas (fenómenos interdependientes), apuesta hoy al ingreso simbólico al parlamento, a través, primero de un acuerdo electoral para las próximas municipales de fines de 2008, y luego mediante fórmulas heterodoxas con los presidentes de los partidos de la Concertación. En los hechos, los acuerdos en carrera y los que vendrán, desdibujan por completo los contenidos anticapitalistas que nutrieran y guiaran históricamente a la izquierda nerudiana. La colaboración con la franja concertacionista que apela a la implementación de políticas económicas redistributivas (sin tocar un solo aspecto de los problemas nucleares del modelo fundado en la reificación de la propiedad privada, el fetiche de la mercancía y las relaciones de producción y poder reinantes en Chile desde hace 35 años), corresponde a una política vertical que confunde a sus propias bases y al conjunto del pueblo. Haciendo una mala lectura de la construcción de hegemonía política, al parecer la izquierda tradicional pretende llegar -a través de un derrotero ya transitado y probadamente fracasado para los intereses de las clases subalternas- a una suerte de nuevo frente popular (con otros denominativos) que, en el mejor de los casos y sin correlación de fuerzas auspiciosa, sostendría postulados nacional desarrollistas (en su punto de llegada). El problema esencial consiste en que, al privilegiar la inserción a la democracia burguesa por arriba, subordina el complejo dinámico de lucha de clases y sus ricas expresiones a esa maniobra. Sin fuerzas consistentes, el apoyo explícito brindado al militante del Partido Socialista y Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Arturo Martínez, y a su compañero Osvaldo Andrade, actual Ministro del Trabajo, no provoca la agudización efectiva de una crisis de la Concertación , sino que sólo fortalece las tímidas políticas redistributivas del propio Gobierno (las cuales, en el fondo, tienen por objeto controlar los “desbordes” populares y propiciar la paz social necesaria para el sostenimiento de las tasas de ganancias del gran capital). Las organizaciones sociales y políticas, y los actores en lucha del pueblo no han dado un paso hacia la izquierda. Lejos se está de ello. En realidad, la conducción de la izquierda tradicional ha dado un paso a la derecha.
Coherente con la táctica –que contiene en su seno una estrategia de viejo cuño, sin porvenir histórico probado-, en una entrevista aparecida en El Siglo, uno de los principales miembros de la dirección política del Partido Comunista, Lautaro Carmona, ante la pregunta: “En las elecciones presidenciales Tomás Hirsch fue candidato del Juntos Podemos Más y del PC. ¿Cuál es la situación ahora?”, responde: “Ahora la situación es distinta. Los comunistas no hemos discutido ni resuelto el tema de una candidatura presidencial. Tenemos la mayor consideración y respeto por Tomás Hirsch. Pero consideramos que se están escribiendo páginas nuevas en la lucha del movimiento popular, incluyendo las que surgen del movimiento de los trabajadores, que van a dar cuenta de un liderazgo desde esa perspectiva.” Al respecto, es dable pensar en una candidatura presidencial testimonial de uno de los protagonistas sindicales de la lucha de los subcontratistas del cobre, Cristian Cuevas, cuya estatura e inteligencia en la organización de los asalariados de ese sector resulta indudable e irreprochable, pero en caso alguno es transferible con perspectiva de éxito relativo siquiera, en la arena electoral presidencial. Cuando podría ser un nombre lleno de sentido para presidir una CUT que despliegue su vocación histórica por el enfrentamiento entre el capital y el trabajo con mejores proyecciones, la dirección política del PC, sin mencionarlo, lo sugiere como candidato de sus filas para las presidenciales de 2009. En este sentido, la fórmula es sencilla: la izquierda tradicional lleva un candidato extremadamente débil a la carrera presidencial, como concesión abierta para apoyar en primera vuelta al candidato de la Concertación a cambio de los cupos municipales primero, y parlamentarios después.
Por su parte, el líder del Partido Humanista, Tomás Hirsch, obtuvo casi un 6 % en las presidenciales de 2005. En pleno período de reamorío con la izquierda tradicional, en orden a convenir acuerdos electorales luego de la crisis provocada por el llamado a votar nulo que hiciera el PH en segunda vuelta contra el llamado explícito a votar por Bachelet por parte del PC, la apuesta a ingresar simbólicamente al parlamento de ambos conglomerados, es la carta de navegación que sus direcciones han decidido para enfrentar el presente escenario político. No obstante, el Partido Humanista, cuyos movimientos están digitados convenidamente desde una Internacional, se vería obligado a llevar, hasta el momento, a un candidato de sus filas a las elecciones presidenciales, independientemente de sus resultados electorales. El hombre, claro, no sería otro que Tomás Hirsch.
La extensión de este artículo no permite desarrollar los pormenores y una cantidad de elementos sustantivos que apoyarían el análisis aquí planteado. Solamente, para terminar parcialmente el texto, y guardando la proporción y los contextos, es preciso que la izquierda tradicional criolla observe con mucha atención lo ocurrido con las izquierdas italiana y española en las últimas elecciones, luego de su fatal determinación de confundirse y establecer acuerdos con el rostro democrático y aparentemente socialdemócrata de conglomerados homologables a la Concertación chilena. Hoy esas izquierdas electoralmente desaparecieron y están en plena crisis de sentido y debate radical. Y hasta hoy, no se advierten salidas a sus respectivas debacles.


Andrés Figueroa Cornejo
Miembro del Polo de Trabajador@s por el Socialismo
Mayo de 2008