lunes, 31 de agosto de 2015

Héctor Llaitul: “La política actual del Estado capitalista favorece al fascismo en el sur de Chile”

·         Para el vocero de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), “Estamos frente a una guerra de baja intensidad del empresariado contra los pueblos, donde la militarización de La Araucanía se efectúa a través de la policía militar y donde el factor de inteligencia política está jugando un papel cardinal.”

Andrés Figueroa Cornejo  

Aprovechando una breve visita a Santiago, el vocero de la combativa organización mapuche Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=200505) se refirió a la contingencia tanto en la región de La Araucanía, como en Chile en general, marcada por la reciente manifestación de los propietarios de camiones del pasado 27 de agosto, la militarización del territorio mapuche, y los fundamentos y claves de la resistencia de los originarios/as. Antes de iniciar la entrevista, Llaitul manifestó su solidaridad profunda con la lucha de los pueblos originarios del Continente, de Ecuador, de Argentina y en especial “con el peñi Félix Díaz” de la comunidad Qom de Formosa, que en estos momentos conduce un acampe desde hace más de 5 meses en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires con el propósito de ser escuchado por las autoridades centrales de ese país (http://www.anred.org/spip.php?article10518).

-El gremio de los dueños de camiones, vanguardia e instrumento histórico del capital y la minoría opresora en Chile, acaba de hacer una demostración de fuerzas, llegando hasta la propia casa de gobierno en la metrópolis, sin dejar de recibir, por cierto, el explícito menosprecio de la inmensa mayoría de la población, independientemente de su simpatía o antipatía con la administración ejecutiva de turno. ¿Qué significado político contiene un hecho que está lejos de resultar un mero incidente?
“El vocero de ese gremio, Sergio Pérez, es propietario de más de 60 camiones. No se trata de trabajadores. La manifestación viene a ratificar lo que la CAM señala hace tiempo: la manifestación de los dueños de camiones se inscribe en un proceso que es resultado del aumento de la contradicción entre la lucha de las comunidades mapuche por nuestros derechos políticos-territoriales en el Wallmapu histórico o La Araucanía, y los sectores dominantes en la región. Es preciso aclarar que este gremio representa las franjas más recalcitrantes, conservadoras y ultraderechistas de todo Chile, y que cuenta con un bastión añoso y significativo en zona de La Araucanía. Al respecto, nosotros planteamos que la construcción del Estado-Nación chileno se reafirmó y se reafirma en la ocupación de nuestros territorios.”

-¿A qué te refieres?
“A que de manera estructural, el Estado de Chile tiene su origen en la violencia y el genocidio. A partir de esa realidad surgen las castas dominantes y nuestra propia condición de pueblo oprimido. Lo que vemos hoy es la continuación histórica de la oligarquía. Ahora bien, el gremio de los dueños de camiones sólo es el Caballo de Troya de los grupos de poder, y en particular de la industria forestal.”

-¿Cómo se ilustra el tonelaje de la explotación forestal?
“Sólo una de ellas, la Forestal Mininco del grupo Matte (https://es.wikipedia.org/wiki/Empresas_CMPC), tiene a más de 1.500 comunidades mapuche sometidas. Y el grupo Matte es uno de los holding empresariales colonialistas más ejemplares que existen no sólo a nivel económico y financiero, sino que político, educacional, comunicacional, ideológico, etc. El capital impone sus fueros en todas sus dimensiones. Que compre políticos es parte de su movimiento y continuidad colonial simplemente. Asimismo, los Matte y otros grupos económicos no aparecen públicamente. Para ello usan a los propietarios de camiones, entre otras expresiones. También está el Partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Por eso a través de sus dirigentes están pidiendo que se imponga el Estado de Excepción en La Araucanía, fiscales especiales contra los mapuche en lucha, y hasta han inventado que tenemos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).”

-¿Cuál crees que será el próximo paso del capital y la ultraderecha?
“Superiores políticas represivas en La Araucanía. Lo medular es que con estos acontecimientos se pretende legitimar la militarización del territorio mapuche. Las forestales están empleando como guardia pretoriana de sus explotaciones a carabineros de Chile. Entonces enfrentamos una estrategia ofensiva mucho más amplia que un espectáculo gremial. La protesta de los dueños de camiones abre una brecha en el gobierno con el fin de favorecer un avance del fascismo en el sur del país.”

Las causas de la caída del ex intendente Huenchumilla y su significado político

-¿Qué lectura haces de la remoción del ahora ex intendente regional de La Araucanía, Francisco Huenchumilla, justo antes de paro gremial camionero (http://radio.uchile.cl/2015/08/25/ejecutivo-destituye-al-intendente-francisco-huenchumilla)?
“Para nosotros el democristriano Huenchumilla es un miembro de la vieja guardia de la Concertación, ahora Nueva Mayoría. Siempre lo vimos como a alguien que ofrecería garantías a la gobernanza ultra liberal en la zona. Eso sí, Huenchumilla nos pareció interesante cuando a nivel de discurso, recogió algunas demandas mapuche para reposicionarse como figura en la zona.”

-¿Por qué existen agrupaciones mapuche que hacen una diferencia más notable entre el expulsado Huenchumilla y el nuevo intendente Andrés Jouannet Valderrama (DC)?
“Huenchumilla, en efecto, dijo que, de algún modo, había que replantear el rediseño territorial, tocando ciertos intereses de las forestales. Luego lo matizó mucho más, siempre beneficiando al empresariado. También señaló que era preciso ‘conocer al mundo mapuche’ para enfrentar la causa mapuche. De cualquier forma, el discurso de Huenchumilla no era muy distinto al emitido durante la campaña presidencial de Bachelet. Hablar de un “Estado plurinacional” para la CAM tampoco tiene mucho sentido porque no nos garantiza la devolución territorial ni la autonomía de los pueblos originarios. Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, son Estados plurinacionales, pero sus pueblos originarios jamás han dejado de estar sometidos.”

-Entonces para la CAM, ¿por qué cayó en desgracia Huenchumilla para el gobierno?
“Porque Huenchumilla en el documento de su propuesta expresó poner límites a la prolongación del Decreto Ley 701 (http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=6294) dictado en la tiranía pinochetista, que avala al negocio forestal. El DL 701 permitió y permite la entrega estatal de tierra y dinero al empresariado para que explote y deprede el territorio sureño como quiera, que es precisamente lo que ha hecho. Hace poco más de un mes, entre gallos y medianoche, la cámara de diputados aprobó la prórroga del DL 701 (http://resumen.cl/2015/07/prorrogan-la-vigencia-del-dl-701-hasta-2018/). Estamos hablando de un Decreto Ley que fue hecho a la medida de los intereses de las forestales por la dictadura en octubre de 1974 y que acaba de ser refrendado por el conjunto de los parlamentarios de todo el sistema de partidos políticos, Nueva Mayoría y Alianza. Esto es una nueva traición a la Nación Mapuche. Cuando Huenchumilla indicó en su propuesta que el DL 701 no debía ser aprobado en los términos en los que se hizo después, selló su suerte.”

-Esa fue una de las causas fundamentales de la destitución de ex intendente Francisco Huenchumilla. ¿Qué ocurre en materia de expropiaciones de terreno?
“En este momento existen tres formas de recuperación de tierras. La establecida por la gobernanza ultra liberal, genocida e instaurada por la Ley Indígena con la entrega de tierras y de agua a través del mercado, y donde se genera la especulación financiera sobre el valor de la tierra. Otra es desempolvar el tema de las expropiaciones, justa, menos justa, depende, y con criterios de Estado. Y la última es la que nosotros planteamos y que consiste en el control territorial directo. Al respecto, Huenchumilla fue claro en optar por la primera forma. En fin, el resultado es que en ningún momento se trata de debilitar al capitalismo, sino por el contrario. Con los recursos que se llevan las forestales, producto de tierra robada, expropiada y depredada, esa industria sigue haciendo negocio en el Wallmapu, en Brasil, Uruguay, Argentina, etc.
Bajo este contexto, Huenchumilla propuso que la devolución de tierras no debía ser tan exclusiva de los predios particulares, sino que era preciso comenzar a tocar algunos intereses de las forestales, gradualmente, con los representantes de las forestales, etc. Sin embargo, si Huenchumilla lograba provocar la concesión y devolución de algunas tierras, hoy propiedad de las forestales, se sentaba un precedente muy importante en el rediseño territorial. Evidentemente, eso no fue aceptado por las forestales. Ambos hechos provocaron la ‘quitada de piso político’ del ex intendente.
Ahora bien, la salida de Huenchumilla es un síntoma nítido de la supremacía general de las grandes corporaciones en Chile y de la ultraderecha, en cómo se han ido desenvolviendo y en qué terminarán las reformas del programa de Bachelet. El golpe de timón proviene del Ejecutivo y muy particularmente de la cartera del Interior y su ministro, el DC Jorge Burgos. Es decir, la reflexión y el accionar capitalista  se resume en que si las modificaciones moderadas comprometidas por la Nueva Mayoría son revertidas en el caso mapuche, igual cosa pasará con el resto de las reformas (educacional, laboral, sanitaria, etc.). Y las corporaciones triunfaron. Estamos frente a una guerra de baja intensidad del empresariado contra los pueblos, donde la militarización de La Araucanía se efectúa a través de la policía militar y donde el factor de inteligencia política está jugando un papel cardinal.”

El ministro Jorge Burgos y la ultraderecha

-¿Quién es el ministro del Interior, el democristiano Jorge Burgos?
“Burgos hizo escuela durante la guerra de El Salvador (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165541), en contra del pueblo de ese país centroamericano, a favor de las masacres y en los tiempos del DC José Napoleón Duarte. Es más, el intendente actual de La Araucanía, Andrés Jouannet Valderrama, es parte del grupo al que pertenecieron los dirigentes democristianos Gutenberg Martínez y Soledad Alvear, llamados “Los salvadoreños” por su asesoría a los crímenes sobre los oprimidos/as de esa nación. Entonces cuando mencionamos a Jorge Burgos, nos referimos a un ministro que le ofrece plenas garantías a las clases dominantes en Chile. Ello significa que si es preciso reprimir a los mapuche o a cualquier fracción del movimiento popular, se hará. Y que la balanza política del país se ha inclinado francamente a la derechización sin ambigüedades. El golpe contra el movimiento mapuche va dirigido a su totalidad. Desde los que luchan dentro del sistema, como los que luchamos desde fuera del sistema. No habrá ni siquiera migajas, incluso para quienes confían en las posiciones más reformistas. A nosotros, los anticapitalistas nos tocan palos, y a los que buscan cambios paulatinos, les tocan palos e inviabilidad. El Pueblo-Nación mapuche vive una situación de opresión donde el colonialismo ideológico se impone a sangre y fuego.”

La lucha por la liberación nacional

-¿Cuál es el proyecto y la estrategia de la CAM?
“Resistencia y Reconstrucción. Y nuestra estrategia es la lucha por la liberación nacional, a través de un proceso complejo y dinámico de la acción directa del control territorial para lograr la recuperación de los territorios y la autonomía. Nuestras posiciones han avanzado y ello lo ha leído correctamente la derecha. Por eso las principales armas de la represión estatal no son tanto para los sectores ‘progresistas’ del movimiento mapuche, sino que están dedicados a nosotros y a posturas como las nuestras.”

-Durísimas son las luchas de liberación nacional. ¿Cómo la explicas hoy?
“Nosotros recién estamos sentando las bases para la construcción de condiciones de una estrategia de esa naturaleza. Actualmente estamos en procesos ligados a la resistencia, las recuperaciones de tierra, el control territorial, expresiones mínimas de autodefensa. Ahora bien, los últimos acontecimientos confirman nuestros diagnósticos y los cimientos del único proyecto posible para nuestra propia sobrevivencia como pueblo en vías hacia su emancipación. La otra alternativa es la desaparición física e ideológica de un pueblo, y su asimilación forzada. ¿Cuánta tierra han recuperado quienes están participando de la institucionalidad de la dominación? Nada. Uno que otro proyecto de asimilación y avasallamiento de sectores del pueblo mapuche. En cambio por la vía del control territorial y la resistencia, sí, efectivamente, se han recuperado tierras. Nosotros consideramos que la presente ofensiva capitalista va dirigida específicamente contra el movimiento mapuche autónomo y revolucionario representado por el proyecto político de la CAM.”

-Héctor, quiero hablarte como huinca, como no mapuche (aunque no tengo duda de que también estoy hecho de tu-nuestro pueblo). Existen versiones ideológicas mapuche que vuelven su liberación casi como un fenómeno autosuficiente y donde los anticapitalistas de Chile y más allá, parecen estar excluidos. Es un relato y propaganda que pone el acento en una especie de reafirmación nacionalista mapuche. Sin embargo, desde mi modesta perspectiva, considero que es imposible la liberación de los oprimidos/as en Chile y el mundo sin la unidad amplia y generosa de toda la humanidad despierta. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
“Para nosotros la liberación del pueblo mapuche pasa por la liberación del pueblo chileno. Hace un tiempo me titularon una entrevista donde digo “No me simpatiza la izquierda de este país”. Pero naturalmente esa expresión hay que ponerla en contexto. Lo que pasa es que prácticamente no existe izquierda anticapitalista ni un movimiento popular con esa impronta en Chile que, por ejemplo, al día siguiente o el mismo día del paro de los dueños de camiones de la ultraderecha en complicidad con Burgos y otros miembros de la Nueva Mayoría, haya salido a la calle a enfrentarse a una de las manifestaciones más transparentes de la ofensiva capitalista en curso. Y a la otra izquierda, la que colabora con el proyecto burgués, que es parte del gobierno que tiene un programa burgués, no le creo. Los sectores revolucionarios chilenos, el pueblo revolucionario chileno se encuentra fragmentado, desorientado y aún no construye el proyecto revolucionario desde y para los oprimidos en Chile. Esto es gravísimo porque nosotros comprendemos la liberación mapuche de la mano con la liberación del pueblo chileno. Y creemos firmemente en la liberación de la humanidad.
Sobre ese ‘nacionalismo’ del que hablas por parte de sectores mapuche en lucha, primero, en realidad es ‘nacionalitaria’, es decir, no tiene nada que ver con el nacionalismo de los dominadores (que siempre ha sido falsificado porque los intereses del capital carecen de fronteras o por su uso fascista), sino que con la identidad y la visión de mundo del Pueblo-Nación mapuche.”

-¿Dónde vez movimiento popular en Chile?
“Yo valoro el movimiento estudiantil, pero por sí solo no es capaz de darle proyección a un emprendimiento revolucionario. Sin negar a nadie, es el pueblo trabajador, en términos ampliados, el actor fundamental de la transformación social radical. Los pobres de la ciudad y del campo, que son los trabajadores más castigados. Y yo considero que la izquierda anticapitalista y antiimperialista debería concentrar sus esfuerzos ahí. Esa es mi opinión, claro.”

-¿Te reconoces en la lucha independentista del Pueblo vasco, por ejemplo?
“Por supuesto. Y de los pueblos palestino, kurdo, saharaui. Así también, comprendemos las distinciones propias de los pueblos originarios, sus modos específicos, su cosmogonía, nuestra relación humanidad-naturaleza. Y aquí me refiero a una espiritualidad. Ese es el etos (carácter, personalidad, identidad) de nuestra construcción como pueblo. Cuando reivindicamos el weichan (‘que siga nuestra lucha’), hacemos presente el espíritu de los antiguos cuando defendieron su territorio y su libertad.”

“El capitalismo es nefasto para todos los pueblos del mundo”

-Aquí Héctor quiero solicitarte que compartas conmigo una reflexión. Efectivamente, salvo proyectos asociados al nacional-desarrollismo y sus programas que enarboló la izquierda chilena desde más de 70 años, bajo otra fase del capitalismo (imposible de reproducir dada las actuales condiciones y contexto de un planeta finito, en sus límites, que ya no alcanza, mundialmente financiarizado, etc.), el anticapitalismo y antiimperialismo en Chile  y mucho más allá, efectivamente está huérfano de proyecto político liberador. Ahora bien, la emancipación de los oprimidos/as también está falto de un etos, de una espiritualidad, de una épica y una ética política, de una identidad. ¿Consideras que sobre este asunto la lucha mapuche puede arrojar luces sobre la desorientación general del anticapitalismo en Chile?
“Ciertamente. Y creo que el aporte principal se encuentra en la autonomía, que nosotros entendemos como una forma de vivir cotidianamente. Es una autonomía que la hacemos aquí y ahora y que nos convierte en su desenvolvimiento, en una fuerza antisistémica. Logrando consciencia, resignificando el ser mapuche, vamos conquistando autonomía. Este es el llamado que hacemos entre los mapuche. Y la autonomía es nuestra independencia política e ideológica respecto de aquellos que nos quieren conducir. Por razones de manipulación histórica se explica nuestra desconfianza con la izquierda tradicional. Desde allí, con la autoridad de nuestra lucha centenaria contra el colonizador, nosotros reafirmamos nuestra independencia política y lentamente orgánica para construir las fuerzas propias. Y eso va atado al proceso de auto-reconocimiento de lo mapuche, al proceso de desalienación y descolonización ideológica entre nuestra misma gente. La comunidad es la salvaguarda para la lucha y la sobrevivencia de los pueblos. Esta concepción comunitaria o comunista, es una condición para la libertad. Y esa concepción, que a su vez, contempla una estética propia, tiene que trascender las fronteras del Wallmapu.
Nosotros no nos victimizamos. Desde la acción concreta sostenemos un discurso confrontacional y en contradicción con los intereses del capital y del Estado del capital.”

-Volviendo a la estrategia de la lucha por la liberación nacional, los combates que bajo esa dirección política, por sí sola, se han ofrecido y triunfado en el mundo no han significado en demasiados casos la emancipación de los oprimidos. La situación de las luchas de liberación nacional en África es un claro ejemplo al respecto. Los pueblos colocaron el pecho y, debido a la amplitud de las alianzas políticas y de representaciones de clase distintas a la exclusivamente oprimida, hoy nos muestra muchos países africanos que tienen hasta reyes. ¿Qué pasa allí?
“Nosotros reivindicamos con mucha fuerza el weichan y jamás la derrota. El tiempo que iluminamos es el de los rewe, el de los centros sagrados y ceremoniales en donde se tomaban las decisiones de la política y de la guerra por excelencia. Se trata del tiempo de la unidad de todo un pueblo y de la concatenación de todas las fuerzas. Pero no ya para mantener las estructuras de linaje o de privilegios. En el rewe existió una relación muy poderosa con la concepción del hermano, del ser con el otro, de la tierra, de la reciprocidad y del equilibrio. Ocurre que hoy sí somos anticapitalistas. En el presente, el capitalismo destructivo se expresa de manera fascista, derechizada, extractivista y donde las forestales tienen carta blanca para hacer y deshacer, junto con las mineras, las hidroeléctricas y el consumo del agua y los territorios para sus explotaciones y no para la vida humana. Para eso el capitalismo depredador quiere y tiene el mar, el aire, el suelo y el subsuelo. Tú me preguntas qué más quieren. Lo que pasa es que todavía quedan muchísimos recursos, que son precisamente los que la mundialización de la opresión capitalista reclama. Ello se nos aparece como el convencimiento de lo nefasto que resulta el capitalismo para todos los pueblos del mundo. Y para el pueblo mapuche en especial. Si nosotros observamos que están matando a nuestros hermanos, a los ríos, las montañas, con mayor razón vamos a defenderlos. Esto atenta contra el propio ser mapuche. Sin cerros, sin agua, sin territorio, no somos nada. De la radicalidad del capital proviene nuestra lucha revolucionaria. Es el camino único para nuestra sobrevivencia como pueblo mapuche en la historia de la humanidad.”

martes, 18 de agosto de 2015

“En Chile la represión sigue, como sigue el programa impuesto por Pinochet”

·        Entrevista con Verónica de Negri, madre del joven fotógrafo Rodrigo Rojas, quemado vivo por militares el 2 de julio de 1986 y muerto 4 días después en el marco de una jornada de protesta contra la tiranía y reprimida por un operativo conjunto. “Yo también acuso de encubrimiento y traición a los 4 gobiernos civiles de la Concertación de Partidos por la Democracia (Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet), y al ex presidente de la Alianza, Sebastián Piñera.”
 
Andrés Figueroa Cornejo  

-En medio una de las más grandes jornadas de protesta contra la tiranía pinochetista, régimen que instauró un capitalismo de vanguardia que funcionaría ejemplarmente a escala mundial, el 2 de julio de 1986 se cometieron dos crímenes atroces contra los jóvenes Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri. Ambos fueron rociados con combustible y quemados vivo por militares del Ejército de Chile a pocas calles de la Alameda de la capital andina. Luego de ser quemados, los jóvenes fueron envueltos con frazadas por los uniformados y arrojados a un sitio eriazo en la comuna de Quilicura, a 20 kilómetros de donde se cometió el crimen. Carmen Gloria logró sobrevivir milagrosamente. En cambio, el fotógrafo de 19 años, Rodrigo Rojas, murió 4 días después, el 6 de julio. Verónica de Negri es la madre de Rodrigo. ¿Quiénes fueron los culpables, Verónica?
“Aquí tenemos implicados desde el dictador Augusto Pinochet hacia abajo. Finalmente contamos con un documento que certifica que Augusto Pinochet Ugarte estuvo involucrado en la muerte de mi hijo, algo que yo vengo denunciando por más de 29 años. Siempre intentaron tildarme de ‘loca’, pero por fin tengo los papeles que acreditan que ese día el dictador tuvo relación directa en impedir que en esa jornada hubiera más detenidos, en impedir que hubiera más testimonios por parte de los milicos; y en reprimir a los que declararon como testigos oculares. Además, Pinochet impidió que Rodrigo tuviera el tratamiento correspondiente en la Posta Central de Santiago.”

-Rodrigo falleció el 6 de julio de 1986, a los pocos días de ser quemado vivo. ¿Quiénes son los demás  implicados?
“Después de Pinochet está el Ex vice comandante del Ejército, Santiago Sinclair Oyaneder (http://g80.cl/noticias/noticiacompleta.php?varbajada=21080). También se encuentra el entonces General Director de Carabineros, Rodolfo Stange (https://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Stange), de acuerdo a documentos desclasificados de Estados Unidos que señalan que Stange envió la información a Pinochet. En nuestro caso siempre se habló de que carabineros no estuvo ligado en el asesinato, pero ahora sabemos que no sólo participó el Ejército. Fue un operativo conjunto entre carabineros y militares. En el dolor, estas informaciones nos dan una alegría porque ¿por cuánto tiempo nosotros dijimos que Pinochet fue responsable de desapariciones y masacres de personas, de torturas y detenciones, y muy pocos nos creían? De hecho tuvo que realizarse su arresto en Londres, Inglaterra, para que hubiera un reconocimiento absoluto de la criminalidad de Pinochet (http://radio.uchile.cl/2013/10/16/15-anos-de-la-detencion-de-pinochet-en-londres-expertos-destacan-importancia-del-proceso-para-la-justicia-universal), incluso al interior de Chile.”

-El juez Mario Carroza es el fiscal destacado para el caso de tu hijo Rodrigo. ¿Qué procedimientos ha llevado adelante hasta este momento?
“Todavía se mantiene estudiando varios documentos recién desclasificados y en los cuales aparece el civil Francisco Javier Cuadra, ministro de Pinochet entre 1984 y 1987 (https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Javier_Cuadra), y el ministro de Defensa y almirante de la Armada, Patricio Carvajal, entre otros. Todo ello toma su tiempo, pero el fiscal Carroza ya tiene detenidos a varios miembros de las distintas patrullas militares que participaron del operativo. Ahora yo creo que vienen otros procesos judiciales y más audiencias. De cualquier forma, eso es parte del quehacer de la justicia y yo no quiero interferir de ninguna manera en su curso. No quiero que exista ni se haga ninguna ‘zancadilla’ para que haya justicia.”

-Te has referido a los involucrados en los altos rangos militares y civiles de 1986, ¿pero hay más responsables civiles posteriores?
“Yo también responsabilizó a los 4 gobiernos civiles de la Concertación de Partidos por la Democracia (Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet), y al ex presidente de la Alianza, Sebastián Piñera. Y aquí yo no hablo sólo como la madre de Rodrigo Rojas, sino también como Verónica de Negri, víctima de la tortura. Y hablo por todos los casos de violaciones de los derechos humanos porque existen muchos otros casos que deben ser llevados a la justicia. Hace poco la familia de Tatiana Fariña (http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=2178) presentó su querella también. Ya está bueno que nos quitemos la venda de los ojos y empecemos a buscar la justicia para todos/as.”

Encubrimiento y traición de los gobiernos civiles

-¿Y de qué acusas a los gobiernos civiles?
“De encubrimiento y traición. Yo invito a todo el mundo a dejar de emplear las expresiones que sirvieron para cubrir los crímenes. Por ejemplo, la llamada Comisión de Verdad y Reconciliación (https://es.wikipedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Nacional_de_Verdad_y_Reconciliaci%C3%B3n) sólo considera nuestra verdad, pero no puede haber reconciliación si nos traicionaron. Otra fue la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (https://es.wikipedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Valech). Llamarla ‘Comisión Valech’, fue una forma más de hacernos desaparecer del mapa. Ese también es un modo de traicionarnos a todos y todas los que luchamos contra la dictadura desde un primer momento. Cuando la campaña de la Concertación usó el eslogan ‘La alegría ya viene’, fue otra expresión de la traición al pueblo y contra los que más sufrieron. Fue alegría únicamente para los corruptos. En Chile desapareció la industria, se roban los recursos naturales y la represión sigue. En Chile las balas locas están ‘de moda’.”

-¿Por qué hablas de traición por parte de las administraciones civiles post Pinochet?
“Encubrir es traicionar. Traicionar es no haber tocado a Pinochet ni a ningún miembro de la junta militar que dio el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973. Cada uno de ellos murió sin un solo cargo en su contra. Y eso se debió a un acuerdo entre la dictadura y el presidente norteamericano Ronald Reagan que tenía la intención de aparecer frente al mundo como un gran defensor de los derechos humanos. Uno de los ejemplos más claros fue colocar en 1990, como primer presidente de los gobiernos civiles, al demócratacristiano Patricio Aylwin, uno de los responsables del golpe de Estado. Eso es traición y una burla a todo el pueblo de Chile.”

-Aquí hubo un pacto inter-burgués entre la dictadura, la oposición burguesa y el imperialismo norteamericano…
“Para mí lo que hubo fue un acuerdo para continuar con el programa impuesto por Pinochet.”

El perdón imposible

-Verónica, tú misma fuiste una de las víctimas de la represión pinochetista y debiste partir al exilio a los Estados Unidos. Sufriste el dolor más irrecuperable para una madre como fue el vil asesinato de tu hijo, con los agravantes asociados a su caso. ¿Qué gestiones estás realizando en estos días en Chile?
“Denunciando todo aquello que se ha mantenido en silencio. Diciendo las cosas por su nombre. Además, junto a organizaciones de derechos humanos, movimientos y algunos colegios profesionales, le hicimos un petitorio a la presidenta Bachelet y al Congreso Nacional. Con Carmen Gloria Quintana estamos convencidas de llegar hasta las últimas consecuencias.”

-¿Qué significa llegar hasta ‘las últimas consecuencias’ en un país que ha padecido una derechización tan violenta desde los últimos de 42 años?
“Significa degradar a los militares. Cerrar la cárcel de lujo de Punta de Peuco. Que se legisle de manera clara, precisa y concisamente sobre cuáles van a ser los cargos, qué va a suceder con el soldado que mantiene la información de las violaciones, qué va a pasar con los altos mandos de las Fuerzas Armadas, cómo vamos a obtener los nombres de los criminales. Estamos exigiendo justicia y no más beneficios carcelarios para los pocos asesinos que están presos. Terminar con otra traición más: la del abogado José Zalaquett (https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Zalaquett), quien participó en la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, convirtiéndose en uno de los primeros encubridores de la verdad. Ahora Zalaquett está hablando de indemnizar a los criminales que estén dispuestos a ofrecer información. Para mí, esa es otra traición.”

-Verónica, ¿es posible el perdón?
“No. Por mi parte, nunca.”

Nota del periodista: La presente entrevista fue posible gracias a la producción del Director del sitio digitalhttp://www.politika.cl/, Luis Casado, y al equipo profesional de producción audiovisual conducido por el comunicador Alejandro Kirk.

jueves, 6 de agosto de 2015

Chile / Corrupción: A más de 5 años del terremoto-tsunami del 27F, “Ahora los pobres son más pobres y los ricos, más ricos”

·        Entrevista con el vocero del Movimiento Red Contruyamos, Eduardo Ampuero.


Andrés Figueroa Cornejo  

Mientras el gobierno de turno intenta administrar la crisis económica (y de toda índole) en Chile mediante políticas antipopulares de austeridad fiscal y fascistización (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=201582&titular=las-condiciones-del-plan-de-austeridad-fiscal-y-de-la-fascistizaci%F3n-en-chile-), y el ex presidente Sebastián Piñera celebra la película Los 33 (https://es.wikipedia.org/wiki/Los_33), pre-candidateándose electoralmente, como si la población chilena fuera imbécil, los grandes medios de comunicación intentan ocultar bajo una alfombra sucia los efectos del terremoto-tsunami del 27 de febrero de 2010, cuyo epicentro marino estuvo a cerca de 150 kilómetros de la ciudad de Concepción y a poco más de 60 kilómetros de Cauquenes, y cuyas réplicas sociales continúan sacudiendo a la población más castigada.

Eduardo Ampuero Cárdenas (43 años) es el vocero del movimiento Red Construyamos que nació “como una organización asamblearia, cuya actividad se centró en el Gran Concepción. Se formó por un pequeño grupo de personas tras el terremoto de 2010 y luego se amplió notablemente ante el vacío de representación de los intereses populares en un contexto de emergencia pública. Como asamblea, el movimiento no ha sido un organismo de representación, sino que, más exactamente, un espacio de coordinación y de apoyo mutuo, donde han convergido demandas e iniciativas comunes”.
Eduardo se incorporó a las luchas sociales en el liceo N°1 de Concepción “Enrique Molina”, durante la dictadura cívico militar. Fue dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (1994 y 1996) y del Colegio de Profesores (2005). Militó en el Partido Comunista de Chile desde 1987 hasta el 2008, cuando fue eliminado el comité comunal “Víctor Hugo Huerta”, del que fue su representante. Actualmente es parte de la organización Unidad Comunista.

-La memoria es frágil en Chile. ¿Puedes referirte a los efectos del 27F?
El terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 causó graves consecuencias al país y sobre todo entre los más empobrecidos/as de la sociedad, los más expuestos a las catástrofes. Según las cifras oficiales, la catástrofe dejó a cerca de 800 mil damnificados y 200 mil viviendas inhabitables, quedando gran parte de sus ocupantes en condición de allegados o de campamento. Según cifras del Ministerio de Salud, en los campamentos de emergencia se alojaron no menos de mil quinientos niños y niñas menores de cinco años en condiciones de extrema precariedad, dentro de reducidas mediaguas de 18 metros cuadrados con apenas una división interior y fabricadas con materiales ligeros y desechables. Además, una parte de los damnificados de zonas rurales y caletas pesqueras fue ubicada en lugares de difícil acceso. Los campamentos de emergencia tenían baños sépticos colectivos (para 5, 10 o más familias) y no contaron con agua domiciliar durante uno, dos y hasta tres años.
Las viviendas de emergencia se filtraron con las primeras lluvias. ¿Cómo resolvió esto el gobierno? Entregó un forro de polietileno a cada familia, el que se adhería a la mediagua con grapas. En comparación con estas mediaguas, los campamentos de emergencia del gran terremoto del año '60 (https://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_Valdivia_de_1960)  eran un lujo.
Un porcentaje muy alto de las familias afectadas por el 27F, al menos en la región del Bío Bío, se compuso de la madre y sus hijos, a los que se agregan abuelos u otros parientes. Muchísimos fueron los problemas de los damnificados alojados en campamentos que el gobierno Piñera llamó pretenciosamente “aldeas”.
Pero lo realmente grave viene después, cuando la población damnificada fue erradicada a sectores cuyos suelos no tienen valor inmobiliario por su alto riesgo de catástrofe sanitaria ambiental e, incluso, de alto riesgo de catástrofes naturales. La segregación social ha sido el rasgo principal de la reconstrucción.”

-Se habla de mucha gente estafada…
“La administración del Estado desplazó bajo engaño a miles de familias, las que se encontraban en viviendas habitables, para demolerlas y poner sus terrenos a disposición de la especulación inmobiliaria, una práctica empresarial a la que la élite política y su burocracia se encuentran estrechamente ligadas. Estas familias fueron damnificadas por la acción del Estado y también se les segregó, erradicándoseles a sectores de menos valor o, definitivamente, perdieron su más básica propiedad, siendo arrojados nuevamente a la masa de los sin casa.”

Las redes de la corrupción

- La Red Contruyamos debió enfrentar duros problemas en su organización…
“Por décadas, la población ha sido víctima resignada del engaño o de la represión, lo que ha dañado profundamente el papel de las organizaciones clasistas. A pesar de todo, la Red marcó un momento histórico al romper con la idea impuesta de una “paz social” que se entiende como inmovilidad y que se funda en el miedo y el individualismo. La acción de la Red ayudó a descubrir un enorme potencial de movilización social que hasta entonces parecía imposible de hallar.
Las organizaciones que han compuesto la Red han sido muy diversas y su participación ha ido variando, según las agrupaciones han ido consiguiendo ciertos propósitos o según fueron resolviendo algún problema inmediato para su proceso de reconstrucción. Participaron en un primer momento sectores de trabajadores medios afectados por la pérdida de sus edificios residenciales (por cierto, la mayor parte de los edificios dañados eran obras recientes, algunas en proceso de venta). Luego asistieron grupos de damnificados y, sobre todo, de estafados por el Estado que, a través de sus instituciones, buscó apoderarse de paños de terrenos frescos cuyo valor se ha elevado. Luego se encontraban los diversos grupos políticos alternativos y religiosos, cuyo papel estuvo sujeto a la voluntad colectiva de la asamblea. Pero también pasaron por la Red diversas organizaciones que reivindicaban otras causas, no necesariamente asociadas a la reconstrucción, que buscaban apoyo en otros movimientos. Así, por ejemplo, participaron organizaciones estudiantiles que comenzaban a impulsar el gran movimiento que vendría a ocupar la escena a partir de 2011.
A inicios de 2011 y comprendiendo el desafío que significaba influir en las políticas de reconstrucción, promovimos la creación de un movimiento mayor que aunara a organizaciones de las regiones afectadas, desde la quinta hasta la octava región. De este esfuerzo nació el Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa, el que logró sostenerse por poco tiempo debido a la divergencia de posturas de las agrupaciones respecto de la forma de lucha y los términos de negociación con el gobierno de Piñera. Unos se concentraban en crear espacios de diálogo con el gobierno y la institucionalidad, siendo muy influenciados por las ONGs que realizaban su trabajo en el área. Nosotros planteamos como prioridad la generación de una fuerza social suficiente para presionar e imponer términos al Estado.”

-A más de 5 años del trágico 27F, ¿en qué situación se encuentran los afectados/as y a cuántas familias llegan?
“La consecuencia más grave de esta reconstrucción es la exclusión social. No es por circunstancias azarosas que sean siempre unos determinados sectores sociales los que son golpeados por terremotos y tsunamis. No por casualidad o simple descuido sucede que la política del Estado no asume los riesgos de emergencia de esta clase. Ello responde a la conveniencia del mercado que se sirve de la catástrofe para amparar los abusos del gran empresariado, tanto en el área inmobiliaria como en el comercio, la industria y las finanzas. Por ejemplo, una empresa de Paulmann utilizó los beneficios de las leyes de ayuda humanitaria para internar a Chile 180 camiones de mercadería, la que fue comercializada. Chile se encuentra completamente al servicio del capital y estas circunstancias catastróficas son un excelente momento para ampliar esas políticas en condiciones de ventaja extraordinaria.
Actualmente, son decenas de miles las familias segregadas y, si bien tenemos antecedentes claros de los afectados que participaron en el movimiento, nos preguntamos cuánta gente más ha sufrido estas injusticias sin quedar registrados en ningún periódico ni en ningún estudio social. Por consecuencia de la segregación, muchos damnificados han sido erradicados a terrenos de alto riesgo. En Talcahuano, por ejemplo, la mayoría de los damnificados habitan actualmente en los terrenos de la pesquera SPK (ex pesquera Iquique), donde el tsunami barrió las instalaciones de la empresa.
Por otra parte, los estafados han terminado perdiendo unas condiciones de vida que, aunque precarias, contaban con una vivienda. Mucha de esta gente fue reubicada en terrenos que representan un retroceso en sus condiciones sociales y patrimoniales, considerando el agravamiento de los problemas de accesibilidad y servicios, calidad de vivienda o valor del suelo.”

-¿Y la calidad de las nuevas viviendas?
“Allí vemos otras injusticias más y otra vez la manifestación de la corrupción pública, esta vez en el aspecto de las obras. Sucede que el 50% del gasto en vivienda social va directo a la ganancia de las empresas constructoras privadas. Pero, además, son muchos los casos en los que las empresas han obtenido ganancias todavía superiores gracias a favores de la burocracia y a negligencias en la fiscalización, de manera que estas constructoras han obtenido beneficios por obras mal hechas o no terminadas, siendo el Estado el que finalmente cubre las pérdidas. La reconstrucción de Piñera careció de los estándares necesarios para considerarlas viviendas dignas, porque se trata de obras de un escaso valor en relación a su materialidad y suelo. Y esto también se practicó en grandes obras públicas, en casos vergonzosamente estremecedores como el del nuevo puente sobre el río Bío Bío, el que sigue detenido y sin terminar hace años debido a sus irregularidades, o el puente Cau Cau, cuyos brazos basculantes se construyeron al revés, o el gimnasio deportivo de Dichato en el que el público no podía ver la cancha, etc.
Es decir, el terremoto ha hecho más pobres a los pobres y más ricos a los ricos.”

-¿Qué hizo el gobierno de Piñera y qué ha hecho el de Bachelet para ayudarles? ¿Qué compromisos de las autoridades políticas hubo, en todos sus niveles y períodos? ¿Cuáles se han cumplido y cuáles no?
Las políticas de reconstrucción han sido más bien de apariencias. Se reconstruyen los bienes públicos de los que depende la producción y transacción de mercancías, y luego se atiende la reconstrucción social de una manera aparente y mínima. Todo corre a costo de los recursos fiscales, pero los gastos se desvían en grandes medidas a nuevas ganancias para el sector privado. De allí los problemas en calidad de vivienda y en precariedad de la tenencia del suelo. Estas condiciones están regidas por la lógica de propiedad expresada en la Constitución (art. 19) y por el sistema político. Es el tipo de sociedad capitalista en su fase superior de explotación lo que determina la forma en que se reparte la tierra, determina quién dispone arbitrariamente las relaciones de propiedad e, incluso, determina las irrisorias políticas públicas de prevención de catástrofes, que en realidad quedan reducidas a la protección del capital por parte del Estado y el aprovechamiento de cada desgracia natural para acelerar los procesos de apropiación privada.
El 27F se produce justamente cuando está en sus últimos meses de administración el primer gobierno de Michelle Bachelet y tras conocerse los resultados electorales que eligen presidente del país al empresario Sebastián Piñera. En este contexto, el trato de la emergencia fue caótico y descuidado. El Estado pareció ausente en los primeros días de la catástrofe. Los barrios pasaron del pánico al shok y luego a la búsqueda de seguridad, pero el Estado no existía y sus fuerzas de orden fueron insuficientes. Entonces, la sociedad busca organizarse y pasa del individualismo y del temor al vecino, a reconocerse como iguales en la ayuda solidaria, en el intercambio de cosas básicas, en la ayuda mutua. El desborde del lumpen y de los saqueos, a su vez, fue por sobre todo la expresión de una sociedad frustrada en sus carencias y sometida a la permanente campaña individualista del consumismo. Pero esta misma situación es regulada por la propia sociedad en cuanto va adoptando unas formas de organización que, aunque precarias, son la primera respuesta a la urgencia. De hecho, la gente comenzaba a intuir que era posible darse un orden más seguro sin la fuerza pública estatal. Era una experiencia extrema y todavía confusa, pero ocurría realmente. Sin embargo, después de un vacío de autoridad, el gobierno concertacionista resuelve imponer el estado de excepción y moviliza tropas para establecer su control público, tras cuatro días de saqueos de los grandes comercios e incertidumbre pública, pero también en un momento de incipiente práctica de auto-organización vecinal. Por ejemplo, en lo personal, al segundo día del 27F ya era parte del cuerpo de vecinos que protegía la seguridad de la calle y, al tercer día, participé de la primera asamblea masiva en el barrio, donde se intentaba regularizar la guardia vecinal y las formas de abastecimiento colectivo. Pero llegan los militares y todo el mundo fue enviado a sus casas, separados y ocultos otra vez, en una a seguridad individual que deposita toda la responsabilidad en la fuerza superior del Estado, bajo las instrucciones de los mandos vigentes y so castigo de arresto o de golpiza por alterar ese orden. (Recordemos que al menos un poblador de Hualpén fue asesinado por la tropa sin motivo alguno y que muchas personas pobres fueron sometidas a maltratos, palizas e incluso torturas bajo el régimen de excepción). La solidaridad -sobre todo de la juventud-   fue siendo desplazada por la presencia de fuerzas uniformadas y funcionarios públicos. La solidaridad social espontánea fue remplazada por la intervención de los mercados de la publicidad y de la farándula, encabezadas por “Don Francisco”, cuya voz tomó el lugar de representación nacional de la “solidaridad” con el aval oficial del gobierno de la Concertación. Junto con el restablecimiento de las redes de la energía eléctrica y las comunicaciones, se impuso nuevamente el control de la información pública a través de las grandes cadenas mediáticas, en manos de los grandes empresarios y del poder establecido. La solidaridad retomó su carácter aparente e invisibilizó los vínculos internos que la sociedad había comenzado a encontrar en unos pocos días de vivencias extraordinarias.
Al instalarse el gobierno de Piñera con su política de mísera reconstrucción, activó una estrategia de propaganda que se dedicó a crear expectativas cortoplacistas para calmar la urgencia de los damnificados y ponerlos en subordinación y dependencia del asistencialismo que se ha cultivado en décadas de neoliberalismo. Piñera falsificó sistemáticamente los alcances de su proceso de reconstrucción gracias al control de la estructura administrativa del Estado y tuvo el poder omnímodo de las instituciones de información. Recordemos que, al hacerse cargo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), produjo una crisis en la institución y el censo nacional de población de 2012 ha terminado siendo eliminado a causa de sus irregularidades. Este control del poder y de las informaciones, más la desorganización social y la ausencia de fuerzas políticas que apuntaran en una dirección correcta, le permitió llevar a cabo una reconstrucción de pobreza y segregación sin mayor oposición, para el provecho de la empresa inmobiliaria y para que las constructoras hagan su festín con las obras públicas. La oposición parlamentaria de la Concertación solamente se centró en cuestionar las cifras de avance, aspecto engañoso en el que los grandes medios de comunicación pusieron toda la atención pública. El bloque concertacionista no habló de los fraudes y estafas, de la corrupción desenfrenada, de la intervención de la especulación inmobiliaria en las políticas públicas y menos del maridaje político-empresarial. De todo ello les informamos y exigimos, incluso se lo fuimos a decir al mismo Parlamento, ya sea en comisiones o protestas públicas. Y es que no podían hacer otra cosa, porque sus propios partidos e intereses financieros están comprometidos con grupos privados.
Los compromisos de Piñera se basaron en números, en dar cuantificaciones de damnificados y en mostrar cifras de soluciones. Una información sesgada y engañosa, pero efectiva para una sociedad que no posee información clara de lo que sucede a sus semejantes, menos en aquel entonces en que la movilización social era marginal. Si bien el gobierno presentó siempre alzas porcentuales en el cumplimiento de su política de reconstrucción, la verdad es que manipuló constantemente las cifras de sus propias fuentes con la finalidad de crear la apariencia de progreso, mientras sus oponentes en los partidos parlamentarios se ocupaban de cuestionar la cantidad de soluciones de vivienda avanzadas. Y así seguía el “peloteo” entre uno y otro acerca de si más o si menos. Diversas instituciones sociales y ONGs intentaron enriquecer esta discusión, pero desde una crítica centrada en el mismo eje: las cifras de avance. Esto es superficial y no expresa el problema esencial, evitando los elementos esenciales que describen claramente la existencia de una lucha de clases continua.
En esta etapa pos catástrofe, lo más grave ocurrió con la apropiación ilegítima del suelo que afectó tanto a familias damnificadas como a otras no damnificadas, pertenecientes a sectores populares y obreros. A diferencia de las familias trabajadoras y profesionales que habían sido estafadas por empresas privadas al venderles residencias que no cumplían los requisitos (como el edificio Alto Río que se volcó), en los casos anteriores hablamos de fraudes o derechamente de estafas cometidas por el Estado contra una masa de gente que no contaba con la protección de los organismos estatales ni con apoyo técnico o legal, quedando a expensas de una legalidad que desfavorece al pobre.
El gobierno de Piñera no terminó con las obras de reconstrucción, aunque según sus cifras avanzó en la mayor parte. Así como avanzaba la reconstrucción oficial, también se fueron consolidando sus políticas de segregación social. El problema es que las obras de reconstrucción presentaron graves falencias y también perjuicios para los desamparados, se cometieron fraudes por parte del Estado y de empresas privadas, y la gran burguesía hizo aprovechamiento directo de los beneficios públicos, ya sea de manera legal o ilegal, con la complicidad de funcionarios del Estado. En ello participaron políticos y funcionarios de confianza del gobierno, particularmente en el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo y en el de Obras Públicas. Respecto de los abusos públicos y de aquello que se ha dado en llamar eufemísticamente “irregularidades”, no existen procesos judiciales ni sanciones relevantes. La protagonista de estos abusos en la región del Bío Bío fue la actual senadora UDI Jacqueline van Rysselberghe, involucrada en un sinnúmero de estas “irregularidades” y jefa de los procesos de apropiación ilegítima de inmuebles. Pero van Rysselberghe no ha sido objeto de ni un solo proceso de investigación judicial. Tras renunciar a la Intendencia Regional a causa de sus escándalos y llevar por un corto tiempo un “bajo perfil”, vuelve inmaculada a presentarse como candidata al Senado sin que se inmuten ni pierdan el sueño las llamadas fuerzas parlamentarias opositoras, ahora gobierno como Nueva Mayoría.

-Está claro que la corrupción en el país no nació con SQM, sino que es uno de los modos del desenvolvimiento del capitalismo en Chile y en el mundo. ¿De qué manera lo sintetizas en el caso del 27F?
“La corrupción funciona como una extensa red mafiosa en los aparatos públicos y el poder político, en conexión estrecha con el mundo de los intereses empresariales. En Concepción, antes del aniversario del 27F de 2013, Red Construyamos y los pobladores de Villa Futuro provocaron la renuncia de Sergio Jara, director del SERVIU. Este ingeniero de la extrema derecha provenía de los altos puestos de las empresas constructoras y, al salir del cargo público, pasó a asumir inmediatamente la vocería de la constructora privada VALMAR, que ejecuta obras públicas, porque hay que recordar que la Constitución de Pinochet impide que el Estado posea empresas. Antes de Jara, el director del SERVIU fue Sebastián Salas, también de la UDI, quien dirigió la compra -en nombre de la reconstrucción- de terrenos que pertenecían a su familia. Estos delincuentes salen limpios de polvo y paja gracias al régimen legal y a la corrupción del sistema político.

Como te contaba, la erradicación de poblaciones que no fueron damnificadas bajo pretexto de daños estructurales de vivienda, significó que a miles de familias de la región del Bío Bío se les quitara la vivienda bajo engaño, es decir que, en la práctica, se les robó sus humildes propiedades para tomar posesión del suelo a través del SERVIU. El gobierno inventó la situación de inhabitabilidad en diversos sectores donde la plusvalía del suelo ha crecido por causa de la expansión urbana e importantes obras viales, entre otros factores. Se les llamó a abandonar sus viviendas con la promesa de una pronta reconstrucción y con engañosos ofrecimientos de mejoras en la calidad de vida, cosas que no existieron. Una vez erradicadas las poblaciones y perdidos sus suelos, los mandos de la burocracia estatal tienen en sus manos el destino de esos suelos para futuros proyectos inmobiliarios que no son de conocimiento de la población hasta que las obras se inician, una vez que se han creado las condiciones técnicas y legales de su ejecución. La gente fue amedrentada y engañada por funcionarios del Estado, lo que fue facilitado por los escasos recursos de apoyo, el desconocimiento de las condiciones de propiedad y el temor al Estado. Por ello es que terminó una mayoría cediendo su vivienda para que se les entregasen nuevos subsidios de postulación a vivienda social o, en muchos casos, se les dejase a su suerte, ya sea con una suma de entre 2 y 15 millones de pesos (entre USD2.860 y USD21.400), correspondientes a la indemnización por el valor del suelo sin construcción o correspondientes a subsidios de vivienda. Hay un número importante de ex propietarios que recibieron solamente una fracción del subsidio (10 millones de pesos o USD14.000), debido a que la adquisición de vivienda no se completó por causa de un procedimiento irregular del SERVIU que intentaba apurar el desalojo. Debido a la incapacidad de ahorro y de sustento económico familiar, muchas personas gastaron el dinero incompleto del subsidio en otros bienes menores o en su propia subsistencia. Debo decir que en estas regiones de Chile no existen viviendas por el valor del subsidio social de vivienda, a menos que sea para postular a proyectos de vivienda social que se ubican en suelos de escaso valor, es decir, en las periferias o en lugares de riesgo. En definitiva, la pérdida de la vivienda de estas familias, que habían crecido en el valor de su suelo, significó agravar las condiciones de pobreza y resultó muchas veces en la pérdida de la propiedad.
Hay que comprender que esta intervención fraudulenta del Estado se ejecutó contra poblaciones obreras y pobres, familias muchas veces compuestas de sólo la dueña de casa con sus hijos, en situaciones de precariedad laboral agudas. En consecuencia, se trató de un abuso descarado. Te hablo de poblaciones como el conjunto de edificios de Camilo Olavarría en la ciudad de Coronel, que alojaba a más de 400 familias, o el conjunto de bloques de edificios de la población Villa Futuro en la comuna de Chiguayante, de 1300 familias, o el intento aún frustrado de erradicación de la población Aurora de Chile, que se halla junto al centro de Concepción y que aloja a 700 familias, o el caso de la caleta turística de Dichato, donde gran parte de la población costera fue erradicada a los cerros. Y hay casos denunciados en otras ciudades, como el de un conjunto residencial en la ciudad de Bulnes de esta misma región. También se pueden mencionar acciones contra bienes de interés público. Por ejemplo, la liquidación de los mercados centrales que son, en general, muy antiguos y céntricos, o contra numerosos establecimientos educacionales que, dada su ubicación, fueron demolidos y sus terrenos puestos en proceso de privatización, desde el sur del Bio Bio hasta la región Metropolitana. Es el caso del liceo Balmaceda en Concepción, en el que los alcaldes Kuhn de la UDI, y luego Ortis de la DC, coincidieron perfectamente en la idea de vender, a pesar del clamor popular que exige recuperar la educación pública. ¿Cuánto más habrá ocurrido en otras ciudades o regiones donde la gente no estaba organizada y no pudo luchar por su derecho a la vivienda, a la educación, a la salud... derechos que les fueron conculcados por el propio Estado en nombre de la especulación inmobiliaria?”

-¿Ha habido diferencias sustantivas entre uno y otro gobierno?
“Diría que hay diferencias meramente formales. El gobierno de Michelle Bachelet prometió revisar la reconstrucción y creó una comisión presidencial encabezada por su delegada, Paula Fortes. Se levantó un diagnóstico bajo una fórmula de participación aparente, con dirigentes cooptados o que acogieron las nuevas promesas. El gobierno, fiel a la línea seguida por sus partidos, no ha ido al fondo del problema. Por lo mismo, nunca existió de parte de este gobierno una revisión de los procedimientos, de los vínculos político-empresariales, ni de la legalidad que es la base sobre la que se permiten estos abusos. El tema terminó en un maquillaje para que todo quede igual.”

Las lecciones

-¿Qué conclusiones políticas y sociales han obtenido colectivamente?
“Los pueblos de Chile tienen el desafío de superar el engaño de la élite, de sus corporaciones industriales y financieras, de sus partidos políticos y medios de dominación masivos. Hay que instalar nuevas ideas de cambio. Eso significa combatir desde la ideas todo el tinglado de ilusiones y el modelo de solidaridad del tipo Teletón, que intervino en las circunstancias del 27F con la función de dominar el problema social y no de desarrollar la solidaridad. Es posible levantar otra práctica si se hace con una visión clasista. De hecho, tuvimos por breves instantes la vivencia de la solidaridad real, de la necesidad de unión, y eso no puede pasar sin dejar huella. El gran problema nuestro, de los sectores populares más conscientes, es de organización y de definición de unas líneas de lucha común. Un trabajo que puede parecer lento para este país, pero que, inevitablemente, tendrá el impulso de las luchas próximas, que -según observo- serán de proporciones mayores.
Hay que acrecentar la organización social, que sigue siendo muy poca y de baja participación. Por otra parte, tenemos la urgencia de construir un bloque político basado en un programa de cambios inmediatos, a lo que yo agregaría: que tenga la vista puesta declaradamente en la superación del capitalismo y en la construcción del socialismo, que no es una reedición de nada, sino que es, por definición, el proceso de socialización de los procesos de producción, de distribución de los bienes y de generación de una democracia superior, ubicada en las particularidades de nuestros pueblos. El socialismo es la única idea efectivamente nueva para resolver la crisis en que se halla la sociedad. Es verdad que carecemos aún de los partidos de la clase trabajadora que tengan la solidez y el acierto para acelerar esto, por lo que ello representa una tarea que debemos hacer en conjunto con la promoción de la organización y del movimiento social. Ya se están aclarando algunas ideas político programáticas que se han ido exponiendo en los últimos años y que apuntan hacia el camino de formar una plataforma amplia, diversa, pero cuyas medidas urgentes han de ser unitarias en relación, por ejemplo, con los cambios constitucionales democráticos, la soberanía del pueblo sobre sus recursos, el freno del neoliberalismo, la garantía de derechos sociales y laborales en un marco nuevo, etc. Se trata de responder en lo inmediato a cuestiones que cada vez hacen más sentido en la población y que requieren una alternativa que piense en la acumulación de fuerza organizada para avanzar y resolver en la marcha los pasos superiores que lleven a las mayorías explotadas a sepultar el neoliberalismo y superar el capitalismo conquistando el poder. Tal alternativa requiere de una movilización de masas gigante y de una claridad a la que deben contribuir las organizaciones políticas. La izquierda debe asumir que no puede enfrentar cada coyuntura para alimentar sus propias y pequeñas fuerzas. También tendremos que asumir la discusión ideológica necesaria para aclarar nuestras aspiraciones políticas, dejando de maquillarnos constantemente con la careta de un ciudadanismo inocente y deslavado que revela una actitud vergonzante hacia el carácter revolucionario de nuestras luchas y que amenaza con desviar el sentido de ellas. Lo cierto es que aquí habrá una gran lucha social y ello supone situaciones que desbordarán a las ilegítimas instituciones del poder político. Pero la garantía del cambio profundo depende de más cosas que la sola gente en la calle.
La experiencia que pasamos al intentar responder a una necesidad urgente de reconstrucción, demuestra que se requiere mucha más organización y más comprensión del papel real del Estado, completamente controlado por el gran empresariado y los oligopolios. De este Estado y de sus gobiernos no saldrán leyes ni medidas políticas que apunten en una dirección diferente a esos intereses, sobre todo si no hay una presión extraordinaria sobre él. Las poblaciones de las distintas zonas del país probablemente enfrentarán nuevas catástrofes naturales en condiciones similares a las conocidas, puesto que el Estado no ha revertido las causantes fundamentales de la vulnerabilidad social y urbana. Por el contrario, ha fortalecido su lógica de acumulación de la propiedad capitalista. Por tanto, las organizaciones sociales del país deben desarrollar los mecanismos de defensa que le sirvan en una emergencia, ya sea tanto para enfrentar una catástrofe natural como para combatir los ataques del Estado neoliberal. Debemos pasar de las marchas y asambleas a niveles superiores de organización, metas que requieren de una izquierda más abierta y unitaria, que mire más allá de objetivos cortoplacistas y autorreferenciales.
En Chile nos encontramos en una hora nueva, donde está casi todo por hacerse. Nuestra convicción es que podemos hacerlo todo si antes construimos un punto de apoyo.”