jueves, 25 de febrero de 2016

Ley corta de Seguridad Ciudadana: La nueva letra del fascismo en Chile

·        El Estado y su guerra en contra de la juventud en lucha

 "El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen confiables y el asesinato, respetable”
George Orwell

Andrés Figueroa Cornejo    

El chileno Luis García-Huidobro, ex sacerdote jesuita quien fuera miembro de la congregación que comanda la Iglesia Católica a través del Papa Francisco, resumió la llamada ‘Ley corta de seguridad ciudadana’ o ‘control preventivo de identidad’, con claridad de mediodía: “Para los que no saben lo que es el control preventivo de identidad, les cuento que por acuerdo entre la Derecha, la DC y el PPD, usted podrá ir caminando por un lugar público y un carabinero podrá pedirle su carnet y llevarlo amablemente a una comisaría, y retenerlo por un máximo de cuatro horas (o una hora, si es menor de edad), para verificar sus antecedentes. ¿El criterio? El ‘instinto’, la ‘intuición’, el olfato, o el mero aburrimiento de un paco (carabinero), ya que no se requiere indicio alguno de que usted ande en algo delictivo, como lo exigía la norma anterior”.
Antes del fin del primer mes de 2016, los congresistas de la Comisión de Constitución del Senado, sin preguntarle a nadie, aprobaron el texto legal antisocial, y que vulnera las libertades individuales y colectivas fundamentales. A favor: Alberto Espina (RN), Felipe Harboe (PPD), Hernán Larraín (UDI) y Pedro Araya (‘independiente’ pro DC), con el voto contrario de Alfonso de Urresti (PS).
¿Pero cuál es el proyecto que en marzo del año en curso se votará en el parlamento?
“En cumplimiento de las funciones de resguardo del orden y la seguridad pública, y sin perjuicio de lo señalado en el artículo 85 y 86 (última revisión) del Código Procesal Penal, los funcionarios policiales señalados en el artículo 83 del mismo Código Procesal Penal podrán controlar la identidad de cualquier persona mayor de 14 años en vías y otros lugares públicos y en lugares privados de acceso al público en que se encontrare, por cualquier medio de identificación expedido por la autoridad pública, tales como cédula de identidad, licencia de conducir, pasaporte o la tarjeta nacional estudiantil. El funcionario policial deberá otorgar a la persona las facilidades para identificarse pudiendo utilizar todos los medios tecnológicos idóneos para tal efecto. En caso de duda de si la persona es mayor o menor de 14 años, deberá siempre entenderse que es menor”.
Como en la tiranía cívico-militar, las y los más jóvenes, los más empobrecidos, los más morenos, los migrantes, los más excluidos, los ‘potenciales desobedientes’ respecto del actual orden de cosas, quedan a merced de las súper facultades represivas de carabineros.
La región alienada de la sociedad chilena reproduce en su seno el racismo, las relaciones de clase, de poder, y la jerarquización estamental de las Fuerzas Armadas que puertas adentro operan de manera condensada. Históricamente, el brazo armado monopólico y legal del Estado de Chile, como en todo el mundo periférico donde existen naciones-Estado (en especial en América Latina, África y Asia), hace “sus glorias” en contra de sus propios pueblos. Las matanzas en Chile de comunidades indígenas y mestizas en resistencia se suceden en todo su devenir, bajo el recetario eurocéntrico y norteamericano del “progreso”, la “modernidad” y la propiedad privada. El golpe de Estado de 1973 fue solamente uno de sus episodios más cruentos.
(El racismo también es la ideología necesaria del colonialismo para hacerse del trabajo esclavo y de las materias primas provenientes de los pueblos y territorios sometidos. En el mismo sentido funciona la concepción autoproclamada de “pueblo elegido”, credo justificatorio para la fase imperialista del proceso de expansión y anexionismo capitalista, que en la actualidad presenta la forma de disputa por los mercados del mundo. Tal disputa adquiere, por ejemplo, las maneras de la “integración conflictiva” entre el Estado chino y el estadounidense.)
¿Tienen que ver estos versos con la eventual reposición de la “detención por sospecha” a menores de edad en Chile? Por supuesto. Pero es preciso hacerse de los elementos básicos que caracterizan la época.

Aspectos básicos que ilustran la época

Hoy en el mundo sólo existe el sistema capitalista, los combates interimperialistas e intercapitalistas, y el fetichismo de la mercancía, del dinero (mercancía de las mercancías) y de las marcas. La lucha de clases se expresa multidimensionalmente, pero aún no cobra la densidad y fuerza suficientes para enfrentar con posibilidades de éxito en el corto plazo a un modo de producción basado en la apropiación privada del excedente socialmente producido.
Desde mediados de los 70 del siglo XX, bajo la tutela del imperialismo norteamericano y británico, y para sortear una de las más grandes crisis capitalistas de su historia, arrancó la financiarización mundial. Ello significa que el capital, con el objetivo de contrarrestar la probada tendencia de la caída de la tasa media de ganancia (causa de sus crisis de sobreproducción o ‘subconsumo’), se refugia en la hegemonía del momento financiero, especulativo y ficticio, sobre la totalidad de la reproducción capitalista. Al mismo tiempo, el capital financiero funciona como mando de controles de los momentos de la producción, el intercambio, la distribución y el consumo. En consecuencia, no sólo se mundializa y concentra el capital financiero, sino que también el comercio, se deslocaliza la producción, se estandariza el consumo y se incrementan las desigualdades en el plano de la distribución de los ingresos. Complementaria y estratégicamente, se revela e intensifica el carácter incesante de la acumulación originaria mediante la expoliación de las materias primas y la apropiación privada de los ahorros jubilatorios del pueblo trabajador. En el mismo sentido, el armamentismo, los paraísos fiscales, el narcotráfico, la trata de personas y la prostitución infantil, comportan industrias clave. Así, se provoca una reorganización de la división internacional del trabajo que, con el tiempo, supera la estereotipada contradicción Norte dominante / Sur dominado, sin por ello dejar de acentuarse las relaciones de subordinación entre los polos centrales de la concentración capitalista, por un costado, y la inmensa mayoría de las economías periféricas, por otro.
Las formas del imperialismo, del colonialismo, del semi-colonialismo y del desarrollo desigual y combinado (superposiciones sincrónicas de distintos modos de producción, con hegemonía capitalista) no sólo siguen operando en el control territorial de los pueblos (tanto mestizos, como indígenas), sino que se manifiestan en la guerra intercapitalista de la disputa de los mercados. Al respecto, no existen mejores ejemplos que las batallas entre las multinacionales asentadas sobre el Estado norteamericano, chino, alemán, y sus respectivos aliados, como el norteamericano Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, TPP, y el Tratado de Comercio e Inversión con la Unión Europea, TTPI, por un lado, y su versión china, el Acuerdo de Integración Económica de todos los miembros del Foro de Cooperación Asia- Pacífico, APEC, por otro.
Como la política es la economía concentrada, y la guerra es la prosecución de la política por otros medios, desde Ucrania, pasando por regiones africanas, hasta y sobre todo en Medio Oriente, se advierten con mayor claridad las maneras de una guerra por mercados y materias primas entre los capitales dominantes. Por el momento, semejantes territorios en disputa y de alta concentración conflictiva y fábricas de muerte y migraciones feroces, no han escalado a una nueva conflagración mundial debido a las consecuencias definitivas que comportaría.
En la presente fase capitalista, el carácter de la destrucción de la biodiversidad devenida del extractivismo, descubre los límites del productivismo desarrollista. Esto es, el movimiento interno del capital jaquea su propio porvenir, al menos, de la manera en que se ha desenvuelto hasta ahora. Pero sólo lo jaquea. Su caída nunca será posible sin las fuerzas sociales oprimidas y necesariamente organizadas que se resuelvan en poder alternativo a la minoría condensada que provisoriamente domina.
Asimismo, junto a su deslocalización, el capital recurre a la sobreexplotación del trabajo asalariado. Sus formas predominantes corresponden a la flexibilidad y polifuncionalidad laboral, precaviéndose mediante las leyes y los bancos centrales de la hiperinflación (de hecho, en los capitalismos mandarines, viene provocándose un fenómeno de deflación). Así también se vive la ampliación de la cantidad de las y los propios asalariados, independientemente de la informalidad laboral creciente y de su evidente desplazamiento de la zona económica productiva a la de servicios. Dos razones fuertes explican esas políticas: la extracción de superior plusvalía para intentar recuperar la rentabilidad del capital, y evitar tasas de desempleo mayores, gatillantes históricos de los levantamientos populares y de la inestabilidad sistémica.
Como condición de lo anterior, la producción del sentido común hegemónico, del consenso, del miedo, de la resignación, de la alienación y de la mansedumbre, jamás antes en la historia habían cobrado tanta eficiencia, desde las escuelas hasta las multimedia, pasando por el empleo de clase de la producción de conocimientos ligados a la industria armamentista, la neurociencia, la genética, la nanotecnología, la inteligencia artificial y la robótica, la lingüística y la informática. Por eso la guerra de ideas -que para quienes buscan cambiar la vida es una práctica pedagógica, agitación y propaganda ampliada y necesariamente acorde (y no extraña, críptica y distante) a las maneras y subjetividades del siglo XXI- resulta imprescindible a la hora de imponerse el desafío de socavar el consenso y la aprobación de la población respecto del actual orden de cosas. Ello es condición obligada para colaborar con las crisis internas del propio capitalismo, únicas posibilidades históricas de éxito para los proyectos post-capitalistas liberadores y las vanguardias populares. Y Pueblo es quien conoce y lucha por sus intereses históricos, el resto es población.
En la actualidad habitamos una recesión y crisis política mundial. La baja en las inversiones productivas y en la propia productividad, el permanente apalancamiento de los Estados al capital financiero, la caída vertiginosa del precio de las materias primas debido a la contracción de la demanda china y la nueva crisis de los precios del petróleo; el aumento sideral del endeudamiento público y privado, grande y doméstico; las alianzas y fusiones estratégicas entre mega holding multinacionales; las colusiones empresariales y deslegitimación estructural de los sistemas de partidos políticos tradicionales; la supremacía de las transnacionales sobre las democracias burguesas; el despeñadero de los ‘progresismos’ (desde Grecia hasta Venezuela); la guerra en contra de pueblos originarios (desde Palestina, el Kurdistán, el Sahara Occidental, hasta el pueblo Mapuche); son algunas de sus expresiones más notables.

La burguesía precavida

Sin atender los contenidos del apartado anterior, resulta imposible comprender el contexto dentro del cual el bloque dominante específicamente chileno adopta sus precauciones, hijas de su aprendizaje histórico.
Siempre desde dentro del orden de la institucionalidad burguesa y su interna tensión liberal-conservadora, por donde se le mire, la iniciativa legal sobre “Seguridad Ciudadana” viola la presunción de inocencia, transgrede la Declaración de los Derechos del Niño aprobada el 20 de noviembre de 1959 de manera unánime por la Organización de Naciones Unidas, y reinstala violentamente la ‘represión precautoria’ o la ‘criminalización por sospecha’ en contra de los menores de edad y la juventud. De este modo, en Chile se consagra la máxima de la barbarie dictada por arriba, por hombres blancos y muchos de ellos enriquecidos ilícitamente. A saber, ‘mátenlos antes de que se reproduzcan’.
¿Cómo se revela la vena fascista que hay tras el proyecto de ley, según datos objetivos conocidos en todo el planeta, pero bien silenciados por los contados dueños de los medios de comunicación masivos locales? Publicado por la propia CNN, la conocida cadena mediática norteamericana, el Índice de Paz Global (http://www.datosmacro.com/demografia/indice-paz-global) informa que “Chile ocupa el primer lugar en la región con el puesto 29 entre los países más pacíficos, el segundo mejor del hemisferio occidental después de Canadá (que tiene el séptimo puesto global) (…) y Estados Unidos está en el puesto 94” de un total de 194 naciones. ¡Chile es el país más pacífico de América Latina y uno de los más seguros del planeta!
¿Por qué entonces en Chile se invoca la ‘inseguridad ciudadana’, ‘la delincuencia desbocada’, y otras bravuconadas semejantes a la hora de legislar por arriba, cuando las cifras imparciales dicen todo lo contrario? ¿A quién le conviene que se destaquen mayores poderes, presupuesto y recursos a carabineros y a las áreas de seguridad pública en vez que a la sociedad civil y a los derechos sociales?
Una vez más el Estado subsidiario, aval, dador de sangre y herramienta del gran capital transnacional, combinado y nativo, distrae ingentes medios en políticas que anticipan aquello que la gente de a pie desconoce, pero que los intelectuales orgánicos de los pocos que mandan saben de sobra. La crisis mundial efectivamente se ha instalado en Chile, como no podía ser de otro modo, y presenta sus manifestaciones más claras en el aumento real de la cesantía y el empleo informal y a cuenta propia. Pero el poder logra anticipar que incluso el trabajo-basura tiene sus límites. Ello provoca automáticamente una batería de medidas que, al igual que en la forma de régimen militar que adoptó la dictadura del capital entre 1973 y 1990, legitiman la represión de acuerdo va cobrando mayor densidad la lucha de clases. Hoy Chile está en el lugar 29 de la ‘paz social’ requerida por la inversión. Pero proyectando mejor que muchas izquierdas del país, la inteligencia capitalista aplica la dialéctica para blindarse ante un panorama próximo cuyos efectos sociales y políticos atentarán en contra de sus intereses objetivos. La Ley de Seguridad Ciudadana cobra su sentido estratégico en ese marco.

La costilla liberal del sistema contra el proyecto legal conservador

Por otra parte, ya muchas personas, personalidades e instituciones del mismo orden que lo sostiene, sin embargo, se han manifestado contrarias a la reposición de la dictatorial ‘detención por sospecha’.
Los jueces de la Corte Suprema (que no son precisamente miembros de una agrupación revolucionaria) indican que resulta problemática la reforma al artículo 127 del Código Procesal Penal, sobre la detención judicial. Postulan que "el proyecto, luego de establecer como facultad policial el registro de vestimentas en toda detención judicial, autoriza al juez como razón suficiente para decretar una detención el hecho de que el Ministerio Público considere que una determinada persona cometió un delito al que la ley tiene asignada una pena de crimen" (…) "Es decir, autoriza una medida cautelar, sin ninguna consideración a algún peligro real y calificado de alguna clase, sino sólo sobre la base de la gravedad de una determinada imputación", añaden. Dicen que la medida "contraría toda la lógica de la concesión de las medidas cautelares y constituye un retroceso mayúsculo desde la perspectiva del principio de inocencia: nadie debería poder ser detenido sin antecedentes especiales y, exclusivamente, sobre la base de una denuncia o imputación". Los jueces acentúan que "la detención, así como la prisión preventiva, no constituyen antejuicios. Ellas son medidas extraordinarias, cautelares de los fines internos del procedimiento" (…) "En este sentido, la afirmación de la probabilidad de autoría o participación en un imputado es un antecedente necesario, pero en ninguna medida suficiente para decretarlas, y esto es una consideración esencial de nuestro sistema, que no puede pasarse por alto".
La misma Corte Suprema declaró en septiembre del 2015, que las cifras en que se funda el proyecto son cuestionables. Aclaró que se incrementará la persecución contra delitos no violentos –y no contra los violentos, como explicita el proyecto–, criticando que delitos contra la propiedad sean más gravemente sancionados que “incluso, algunos delitos contra la vida, la probidad funcionaria, la integridad física o la libertad sexual”, y acomete contra la ampliación del control de identidad, señalando que “otorga mayores espacios de discrecionalidad a Carabineros, disminuyendo las facultades de control que poseen los tribunales”.
O sea, que la ‘justicia instintiva’ de carabineros podría estar sobre el propio Poder Judicial, uno de los pilares del Estado burgués en su actual forma democrático-representativa. He aquí una reyerta interinstitucional propia de las contradicciones de las autoridades sistémicas.
En el mismo sentido, abogados penalistas y el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, indicaron sus reparos al proyecto por su “afectación a los derechos fundamentales de las personas”. Y, ojo, que el ala liberal del capital también toma posiciones cuando cuestionan la pertinencia de una agenda corta para enfrentar un problema tan complejo como la delincuencia, además de poner el acento en que “dicha tendencia sólo profundiza el problema de fondo, cual es la desigualdad. (…) estas nuevas facultades no sólo son inconvenientes y riesgosas, sino que son también innecesarias. Con los mecanismos actualmente disponibles, Carabineros realizó más de dos millones de controles de similar naturaleza durante el año pasado. Ello conduce necesariamente a la conclusión de que lo que debiera discutirse con urgencia no son nuevas atribuciones policiales, sino la eficiencia y eficacia con que se utilizan las que actualmente disponen”.
El ala conservadora reprime precautoriamente, mientras que el ala liberal apuesta a ceder modificaciones no estructurales con el fin de no precipitar antes de tiempo la intensificación de la conflictividad social (¿contradicciones secundarias como los republicanos y demócratas del sistema político norteamericano?)
Asimismo, Lorena Fries, directora del INDH-Instituto Nacional de Derechos Humanos-, escribió en una columna del diario La Tercera que “La seguridad de los ciudadanos es un derecho fundamental y es exigible que el Estado nos proteja de la delincuencia, pero ello no puede hacerse afectando gravemente otros derechos y libertades. Tampoco es sostenible que siga sin atenderse la causa de fondo que en Chile y otros países está en la base del problema, cual es el evidente agravamiento de nuestra desigualdad”.
Por su lado, Amerigo Incalcaterra, representante de La Oficina para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), apuntó que “La disposición vulnera conceptos ampliamente adoptados por la comunidad internacional, tales como la presunción de inocencia y el principio de legalidad, al otorgar facultades desproporcionadas y arbitrarias a la policía”, agregando que “Nos preocupa que las autoridades chilenas no estén tomando en cuenta la normativa y los estándares internacionales en la materia durante la discusión del proyecto”. Incalcaterra recordó que tras una visita a Chile, en septiembre de 2015, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos a la Libertad de Reunión Pacífica y de Asociación, Maina Kiai, advirtió en un documento de análisis que tales disposiciones en materia de control de identidad limitan derechos garantizados en tratados internacionales ratificados por el país. “También, es paradójico que la discusión legislativa no esté considerando las advertencias de actores nacionales claves, entre ellos la propia Corte Suprema de Chile, que en un informe de septiembre de 2015 criticó los aspectos discrecionales de la medida, refiriéndose al control de identidad preventivo como ‘difícilmente aceptable’ en un Estado de Derecho”, terminó.
¿Qué viene después? ¿Qué las y los muchachos se acuartelen en sus casas, el miedo se vuelva peste, se les obligue a cortarse el pelo ‘a lo mero macho’, las chicas usen pantalones y los chicos anden uniformados? ¿Qué se multipliquen los asesinatos de menores mapuche por carabineros, como Edmundo Alex Lemun Saavedra (17 años) o José Huenante Huenante (16 años)?
¿Quién ganará, al menos en el papel, este nuevo episodio de fascistización de la sociedad chilena? ¿Liberales o conservadores?
Mientras tanto, la conciencia práctica y concentrada de los intereses históricos del pueblo trabajador y de las y los oprimidos no termina de reunir los brotes de movimiento popular aún descoyuntado, cuando, a vuelo de pájaro y junto al combate en contra de la alienación, es la misión inmediata de la emancipación anticapitalista y antifascista (dos momentos de un mismo movimiento).

miércoles, 17 de febrero de 2016

“Buscamos que el gobierno de Chile retorne a Mauricio de su cautiverio en Brasil”


  • Entrevista con Laura Hernández Norambuena, hermana del ‘Comandante Ramiro’
  • Mauricio Hernández está prisionero desde hace 14 años en Brasil, acusado de ser parte del secuestro del empresario Washington Olivetto. La acción tuvo móviles políticos de carácter internacionalista y de emancipación social.


“(…) una vez que mueres por la unidad, / y sabes quién eres, / una vez que ensanchas la claridad, / y sabes quién eres, / una vez que ilustras tu condición, / y sabes quién eres, / una vez que rompes con la piedad, / y sabes quién eres, / una vez que incendias la oscuridad, / y sabes quién eres, / y dejas de amar tu seguridad, / y sabes quién eres, / puedes combatir al senil rufián / para que sin gloria vuelva al basural / del que se escapó manchando la historia.”
De Concierto de Trez-Vella de Patricio Manns



Andrés Figueroa Cornejo   

Casi en el límite que divide a las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar, en la V Región de Chile, hay una casa vertical y verde y suspendida en el vértigo de un cerro mordido por el Océano Pacífico. Allí el periodista se entrevistó con la doctora en Medicina, Laura, una de las hermanas de Mauricio Hernández Norambuena, conocido también como ‘Comandante Ramiro’, ex dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Esa fuerza comportó uno de los principales destacamentos que combatió política y militarmente a la tiranía pinochetista y que, de acuerdo a diversos analistas, precipitó el pacto interburgués que terminó con el régimen cívico-militar entre 1973 a 1990, y abrió el período de administraciones civiles vigente hasta hoy en el país andino. Ambos sistemas políticos corresponden a formas distintas y funcionales moldeadas por la misma dictadura del capital en su actual fase.
Mauricio Hernández está prisionero en la Cárcel Federal de Porto Velho, en Rondonia, Brasil, próxima a la frontera con Bolivia, acusado de ser parte del secuestro del empresario Washington Olivetto. La acción tuvo móviles políticos de carácter internacionalista y de emancipación social.
Es verano a media tarde en Chile y por la ventana el mar lastima los ojos.

-Laura, ¿cómo defines las condiciones en las cuales mantienen cautivo a Mauricio en Brasil?
“Encierro en aislamiento. En Brasil es el único caso que existe con la duración de 14 años en semejantes condiciones. El sistema de aislamiento extremo en Brasil, raya incluso en lo inconstitucional en ese país. De hecho, ha sido condenado por todos los organismos de Derechos Humanos existentes. El caso de Mauricio está denunciado por nuestra familia en la Corte Interamericana de DD.HH., y ella entiende que es una condición inhumana por lo prolongada.”

-¿En qué consiste el ‘encierro en aislamiento’?
“Mauricio permanece 23 horas del día solo en su celda, lo que atenta contra la esencia social de los seres humanos y contra un derecho también esencial: tiene prohibido interactuar con sus pares. Cuenta apenas con una hora para salir al sol, o sea, a un patio del tamaño de media cancha de baby fútbol. Únicamente se le autoriza el contacto con familiares directos (los cuatro hermanos/as que le quedamos). Su presidio de aislamiento brutal provocó, por ejemplo, que del terremoto que sacudió mortalmente a gran parte de Chile el 2010 se enterará tres meses después de ocurrido.”

-¿Y qué dice la justicia brasileña?
“Que ‘así no más es la cosa’, que ‘son las reglas del juego’. Esto es, las autoridades del país carioca tratan de justificar lo injustificable. Como familia nos reunimos con psiquiatras de allá quienes nos aseguraron que las condiciones de aislamiento de Mauricio son inhumanas, sin justificación alguna y agreden la integridad psicológica y física de cualquier persona.”

“Exigimos a Brasil el respeto de los derechos humanos de Mauricio.”

-¿Mauricio es el único prisionero político en Brasil o existen otras personas bajo esa calificación?
“En Brasil, Mauricio no es considerado un prisionero político legalmente. Sin embargo, la primera condena que recibieron los compañeros de Mauricio junto al propio Mauricio el 2002, fue de 15 años porque diversas agrupaciones políticas latinoamericanas fundamentaron las motivaciones políticas del secuestro del empresarioWashington Olivetto (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=207101 ), lo que fue considerado en el primer dictamen. Los recursos que devinieran del secuestro eran parte de una planificación política de carácter internacionalista, una tradición fundacional de todos los movimientos serios y jugados por la emancipación social de la humanidad. Pero en la segunda etapa del juicio, la fiscalía brasileña apeló, y la condena se duplicó a 30 años porque fue desestimada la razón política de su accionar, contrariando la deliberación anterior.”

-De todos modos, para las y los chilenos, incluso, independientemente de su simpatía o no con las posiciones políticas históricas asumidas por Mauricio, él sí tiene una vida militante que avala su conducta eminentemente política. Fue miembro de la Juventud Comunista y luego un dirigente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), una fuerza política y militar fundamental en la resistencia en contra de la dictadura encabezada por Pinochet e impuesta por la oligarquía chilena y el imperialismo norteamericano. Mauricio no fue nunca parte de una banda de narcotraficantes, de delincuentes comunes o de ladrones de cuello y corbata; no fue nunca ‘lobista’ entre los intereses de las grandes firmas y los parlamentarios de ocasión; no fue nunca integrante de la red criminal de colusiones antisociales que actualmente hacen nata en Chile; no fue dueño de AFP, banquero, ni privatizador de todo lo que existe en el país. Fue un luchador antifascista, como tantos miembros de la resistencia en Europa que enfrentaron al nazismo y al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial y en cuyos países son reconocidos como héroes.
¿Qué piden a las autoridades chilenas como familia Hernández Norambuena?
“Que el gobierno genere las condiciones para que nuestro hermano deje de sufrir un encarcelamiento inhumano. Y en Brasil, solicitamos a las organizaciones y a las personas que persiguen el mejoramiento de la condición humana que exijan el respeto de los derechos de Mauricio.”

“Mi hermano no está dispuesto a tomar píldoras que bloqueen sus sentidos”

-Laura, tú y tus hermanos/as llevan años visitando a Mauricio. Tú eres doctora en Medicina. ¿Cómo podrías evaluar su estado?
“Intentando ser lo más objetiva posible, en general bien. Mauricio es profesor de Educación Física y se ha impuesto un régimen propio de ejercicios diarios en su celda para mantenerse en forma, lo que impacta positivamente en su estado de ánimo. Naturalmente, vive en medio de una permanente ansiedad debido al aislamiento. Por la distancia espacial que existe entre cada una de las visitas que le hacemos (en la mayoría de los presidios en los que ha permanecido, y en particular en el último, la Cárcel Federal de Porto Velho, en Rondonia, Brasil, próxima a la frontera con Bolivia), la tramitación engorrosa y las dificultades para llegar hasta allí, vuelven más compleja la posibilidad de verlo con la frecuencia que quisiéramos. Ahora bien, han ocurrido situaciones que multiplican la iniquidad de su cautiverio. En una ocasión, su carcelero lo acusó de haberlo mirado a los ojos (!), cuestión estrictamente prohibida en el penal. El prisionero cuando interactúa con el carcelero debe mirar el suelo. En la disputa entre el guardia y Mauricio respecto de si fue así o no, como es obvio en ese tipo de relaciones de poder, primó la versión del carcelero y mi hermano fue castigado con 10 días de encierro absoluto en un apartado especialmente denigrante. En la siguiente visita, después de esa sanción, Mauricio se encontraba con el ánimo descompuesto.”

-¿Consume algún tipo de medicamentación psicotrópica?
“Mauricio, ni antes ni durante su encarcelamiento ha necesitado fármacos de esa clase. De hecho, él nunca los ha aceptado. Mauricio me ha comentado, eso sí, que los problemas que sufren los presos devenidos de las condiciones de una cárcel de alta seguridad, el médico del recinto los ‘resuelve’ con diazepán. Al respecto, mi hermano me ha dicho que no está dispuesto a tomar píldoras que bloqueen sus sentidos ni su equilibrada apreciación de la realidad. Por algunas dificultades debido a lesiones deportivas de juventud (Mauricio estuvo al borde de convertirse en un jugador profesional de fútbol), hace dos meses nosotros/as solicitamos poder llevar un médico especialista de nuestra confianza. Sin embargo, en la cárcel nos impugnaron que ‘no era necesario’ porque el penal ya cuenta con un médico.”

Raúl Pellegrin: ‘No hay alegría más grande que dar la vida por su pueblo’

-Para muchas y muchos, no existe acto de libertad más radical que despojarse de los intereses individualistas y del egoísmo, y luchar por la libertad y la igualdad de tu pueblo y de otros pueblos del mundo. ¿Cabe ese principio en el caso de Mauricio?
“Perfectamente. Algunos ex compañeros y amigos de mi hermano nos han confirmado el nivel de convencimiento y la capacidad de convencer de Mauricio en relación a que no existe otro camino diferente al de la lucha en contra del capitalismo para superar su naturaleza inhumana. Esa manera de trascender en otros que solidarizan con su presente situación, como familia, nos fortalece diariamente. Lo que nos parece en especial potente, es el episodio cuando mi hermano y los demás que participaron resolvieron integrar el equipo de gente que realizó el atentado contra Augusto Pinochet en 1986. Rodrigo Pellegrin (fundador del FPMR y asesinado en 1988) aparece señalando en un documental de reciente factura que ‘no hay alegría más grande que dar la vida por su pueblo’. Por la vida que llevó Raúl Pellegrin, yo entiendo ‘pueblo’ como a la humanidad oprimida.”

-¿Por qué crees que los sucesivos gobiernos civiles no han accedido a que Mauricio sea extraditado desde Brasil?
“A esta altura, como familia, barajamos distintas hipótesis. Una de ellas es que ninguna de las administraciones gubernamentales que han pasado tiene en sus parámetros defender a un revolucionario, a un internacionalista, a un luchador social, cuya sola historia ya contradice sus intereses. Por otra parte, está la fortaleza de Mauricio de plantear con franqueza la realidad de lo que sucedió y de lo que está sucediendo, asumiendo autocríticamente todo aquello que le corresponda, claro. Sobre todo cuando tantas y tantos políticos dicen estar ejerciendo sus cargos por servicio público, amor al prójimo y otros valores que no tienen ninguna relación con su conducta, como todo Chile sabe. No hay nada que una a mi hermano con ninguno de los gobiernos que hemos tenido después de la dictadura. Claro que algunos miembros de los gobiernos han saludado nuestra causa por traer a Mauricio de vuelta y han dicho que consideran injustas las condiciones de su presidio, pero hasta ahora esas declaraciones no han tenido ningún efecto concreto. Yo creo que a Mauricio lo ven como una amenaza política. Y no estoy refiriéndome a la lucha armada ni nada por el estilo. Hablo de la ascendencia que él pudiera cobrar en Chile respecto de las distintas luchas que en la actualidad están librándose (en los ámbitos de la salud, el agua, el mar, las mineras, la educación, el pueblo mapuche; la juventud, las mujeres y los trabajadores empobrecidos, etc.). Son hipótesis, por supuesto.
Finalmente, entre las tantas preocupaciones de las autoridades, nuestra causa no debe estar ni en su listado. Porque para que Mauricio logre purgar su pena acá y no en Brasil, el gobierno debe realizar diversas gestiones que requieren voluntad política, y esa voluntad permanece ausente.”

sábado, 6 de febrero de 2016

Héctor Llaitul, vocero de la CAM: “Nuestra lucha es contra el extractivismo forestal y jamás contra nuestros hermanos trabajadores”



·        Entrevista con el líder de la Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto sobre la ‘espontánea’ movilización de una fracción de los trabajadores forestales en territorio Mapuche en resistencia.

Andrés Figueroa Cornejo     

La militarización por parte del Estado chileno en el territorio donde la resistencia Mapuche ha cobrado superiores niveles de lucha frente a los intereses de la industria forestal, propiedad del gran capital, adopta nuevas y peligrosas estrategias contra la vida de las personas. Así como a espaladas de la ciudadanía se promueve una ley que contempla ‘el control preventivo de identidad’ para menores de edad, tal cual existió en la dictadura, en la zona Mapuche en lucha, las forestales y su acumulación capitalista basada en el extractivismo (cuyo objetivo es la ganancia a costa de la súper explotación del pueblo trabajador, la destrucción de comunidades indígenas y de la naturaleza) ahora usa a una fracción de los propios asalariados de la zona en conflicto con el fin de alentar una mayor militarización de la Araucanía.
El vocero de la Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto (CAM, https://www.weftun.org/ ), Héctor Llaitul, se refirió a la coyuntura.

-Tanto el Pueblo Mapuche en general como la CAM desde hace casi 20 años, han resistido históricamente a la violencia militar hispana primero, y después a la violencia militar del capitalismo que empleó y emplea las armas del Estado chileno para su exclusivo beneficio. En todo el planeta es conocida la causa justiciera del Pueblo Mapuche por la defensa y recuperación de su territorio ancestral. Se trata de una lucha antigua y que supera latamente la actual contingencia marcada por el saqueo privado de los recursos naturales y del suelo. En ese marco, ¿qué hay detrás de la reciente y ‘espontánea’ movilización de un segmento de los asalariados que vende su fuerza de trabajo a las forestales?
“No cabe duda que la movilización de un sector de los trabajadores es parte de un conjunto de medidas impuestas por las autoridades de turno con el objetivo de seguir salvaguardando los intereses empresariales, en este caso, de la industria forestal. Basta preguntarse quiénes son los beneficiados con una movilización así. La minoría de arriba mueve sus piezas y recursos para la realización de sus intereses: garantizar el normal funcionamiento de sus circuitos económicos para su reproducción y ganancia. Al capital forestal jamás le han interesado los derechos de los trabajadores ni el porvenir de sus familias. ¿O ya olvidaron el asesinato policial del trabajador Rodrigo Cisterna el 2007, baleado mientras participaba en una huelga de trabajadores subcontratados por una forestal propiedad del grupo Angelini?
La presente situación profundiza aún más la militarización de las zonas en conflicto. Una militarización que protege a las forestales y es destacada contra nuestras reclamaciones históricas.”

-¿Cuál es el resumen de esas demandas históricas?
“El derecho a la territorialidad que tiene nuestro Pueblo- Nación Mapuche y que se eleva sobre fundamentos irrebatibles para todos los sectores involucrados en el conflicto.”

“Como CAM daremos continuidad al proceso emprendido, a pesar de las nuevas medidas que apuntan a la militarización y represión hacia el Pueblo Mapuche”

-Los dirigentes de los trabajadores dicen que necesitan ‘seguridad’. Pero el concepto de seguridad, militarización, cárcel, son parte del repertorio clásico de la fracción más fascista y regresiva de los grandes capitalistas. Nunca se habla de seguridad social, de pleno y seguro empleo, y menos de las causas que provocan la conflictividad social que siempre son la precariedad y flexibilidad laboral, la cesantía, la ausencia de derechos sociales…
“Por eso nos parece altamente preocupante que una parte de los trabajadores, o tal vez de su dirigencia, no considere el origen profundo del conflicto y la justeza de nuestra lucha a la hora de hablar de ‘mayor seguridad para sus trabajadores’.
Sobre todo, considerando que la lucha de nuestro Pueblo- Nación es básicamente de orden territorial y autonómica, de la reivindicación de ciertos territorios hoy en manos principalmente de las forestales. Esa situación concreta es la que ha creado todo un cuadro de confrontación con el empresariado forestal. Nosotros siempre hemos sostenido que nuestra lucha es en contra de esa porción capitalista y jamás en contra de los trabajadores. Ello lo hemos demostrado en la mayoría de los hechos de resistencia, los cuales van dirigidos sobre la economía capitalista, sus métodos, sus insumos, etc., y no así en contra de las labores propiamente de los trabajadores. Menos todavía en contra de su integridad física y psicológica. Es un verdadero contrasentido que se argumente que los trabajadores estarían en riesgo cuando se desempeñan en predios que se encuentran en zonas de conflictos y que constituyen reclamaciones territoriales históricas de las comunidades.”

-En Chile el Estado cumple una función de subsidiario del capital. Y junto con la minería y los bancos, el extractivismo forestal es uno de los máximos beneficiados con los recursos del conjunto de las y los trabajadores en el país. En última instancia, ¿quién es el responsable de la militarización en territorio Mapuche?
“El que más aporta a la militarización es del Estado chileno y, particularmente, la actual administración que aún quiere imponer a como dé lugar un modelo de gobernanza ultra liberal. Siguiendo el manual de la violencia y la guerra contra los pueblos que resisten en todo el mundo, la administración ejecutiva del Estado de Chile se vio en la necesidad de cooptar a parte de la dirigencia de los trabajadores forestales con el fin de utilizar su protesta como argumento para proteger los intereses económicos forestales, dejando a los trabajadores en medio del fuego cruzado en esta confrontación entre nuestras fuerzas Mapuche y las empresas forestales.”

-Nuestra entrevista anterior se dio en el contexto de la protesta de los propietarios de camiones acaecida a fines de agosto del 2015 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202707). ¿Existe alguna relación entre esa situación y la actual?
“Si entonces cuestionamos la utilización de los gremios de dueños de camiones para actuar como ‘caballito de batalla’ con el propósito de salvaguardar los intereses económicos forestales, ahora nos parece todavía peor la instrumentalización de los sindicatos forestales para justificar políticas represivas en territorio Mapuche. Sus dirigencias, en especial las de los camioneros, realizan declaraciones sobre hechos consumados y ellas son las que, en la práctica, convierten a los trabajadores en ‘carne de cañón’.
También es preciso dejar en claro que la responsabilidad de algunos sucesos indeseados que afecten a nuestros hermanos trabajadores es del Estado y de las autoridades de turno porque están queriendo usarlos perversamente en contra del Pueblo Mapuche movilizado.”

-¿Cuál hubiera sido el escenario lógico para la causa Mapuche?
“Que el accionar de los trabajadores forestales fuera de un cuestionamiento profundo a las injusticias cometidas con nuestro pueblo, demandando una solución de tipo política de alto nivel que repare, al menos en parte, las reclamaciones políticas y territoriales de nuestro pueblo y en defensa de su fuente laboral, pero fuera de las zonas de conflicto. Esto es, una demanda concreta de paralización de faenas o de negación en todos los términos de trabajar en todos aquellos predios con reclamaciones históricas de las comunidades. Incluyendo una suerte de reparación de parte de las forestales y del Estado en caso de que sus fuentes laborales se viesen afectadas, pero no omitiendo nunca que los mapuche tenemos razones históricas, políticas y culturales para recuperar nuestros territorios, hoy en manos de empresas y que son víctimas de la más atroz depredación que ejecuta el capitalismo extractivista en el Wallmapu. Exigimos respeto y consideración hacia nuestros planteamientos basados en el derecho al territorio y la autonomía para la Nación Mapuche.
El movimiento mapuche autónomo lleva en el cuerpo cerca de dos décadas de movilización y lucha por su territorio y autonomía, y en este contexto jamás hemos actuado en contra de los trabajadores. ¿Por qué? Porque tenemos plena conciencia como pueblo oprimido que las y los trabajadores son igualmente dominados y explotados por el modo de reproducción capitalista.”

-¿Qué hará ahora la Coordinadora de Comunidades Mapuche en Conflicto, CAM?
“Como CAM daremos continuidad al proceso emprendido, a pesar de las nuevas medidas que apuntan a la militarización y represión hacia el Pueblo Mapuche. La causa nuestra se asienta sobre la base de la reconstrucción nacionalitaria y la resistencia, siguiendo nuestras normas como mapuche basadas en el ad mapu ka nor mongen y en nuestra ética de acción política que resguarda la vida e integridad de nuestra gente y de todos aquellos que se vean involucrados indirectamente.
Por lo tanto, como organización Mapuche autonomista, seguiremos en el ámbito de la resistencia territorial, desarrollando acciones en contra de las inversiones capitalistas, principalmente del tipo forestal, debido a las consecuencias nefastas que su presencia significa en la vida Mapuche en general, así como en sus aspectos económicos, sociales y culturales. En consecuencia, se tendrá el máximo cuidado cuando exista presencia de trabajadores.”