miércoles, 27 de enero de 2010

LA ÚLTIMA SEMANA DE ENERO EN CHILE


1. Durante el 2008 se suicidaron en Tongoy, un pueblo de 7 mil habitantes anclado en el norte chico de Chile, al borde del mar, 7 jóvenes. Uno tras otro y de la misma forma. Tenían entre 18 y 23 años. El primero se colgó con un cinturón en la reja que limitaba una casa. La reja era más baja que el muchacho, así es que para lograr una asfixia efectiva debió flectar las rodillas y, en cuclillas, pender los minutos suficientes para olvidarse de sí mismo y luego deshacerse completamente.

Tongoy nació primero como fundición y puerto de embarques de cobre del yacimiento de Tamaya, contando a mediados del siglo XIX con un ferrocarril y un puerto. El cierre de la mina significó su decadencia. Entonces la pesca se volvió una alternativa. Las costas en esa parte de Chile son potentes en mariscos y peces por sus aguas amables. Muy pronto llegaron las grandes pesqueras a reventar el litoral con criaderos artificiales de ostiones, pagando sueldos de hambre y destruyendo la pesca artesanal con sus prebendas legales y con los deshechos alimenticios y fecales que provoca la explotación intensiva de especies únicas, como ocurre con los salmones en el sur del país.


Así, el pueblo de Tongoy, roto y malviviente, ve morir a sus hijos o los deja marchar a las ciudades. Los jóvenes no tienen porvenir. Cuando ocurrieron los suicidios, un estudio gubernamental reveló que el 80 % de las madres del lugar sufría depresión o había tenido pensamientos suicidas muchas veces.

En Tongoy la gente tiene la piel ennegrecida por el sol vertical, los veranos largos, el trabajo esporádico en la extracción marina y las ferias libres. Hace tiempo sus habitantes cifran esperanzas en que Tongoy se vuelva comuna y abandone su condición de simple delegación. Consideran que llegarán más recursos y, por efectos misteriosos, el pueblo de casas enterradas bajo el nivel de las calles, prosperará.

En enero y febrero Tongoy se sobre puebla de veraneantes y sus pobladores se vuelven comerciantes de chucherías. Afuerinos abren locales de ocasión y en recurrentes ferias, migrantes y tongoyinos ofrecen verduras, ropa usada, artesanía, productos pirateados, lentes baratos.


Los suicidios de Tongoy, torvamente, hicieron noticia en su momento. La prensa abundó en hipótesis podridas sobre sectas satánicas y pactos secretos. Pero tras el relato amarillo sólo hay pobreza, ausencia de horizontes, sin sentido y las ganas juveniles de huir de allí para siempre. La intervención del gobierno se limitó a promover bandas de rock y terapias de emergencia y, tal como la noticia, la intervención se disfumó al poco andar. Quedó un liceo técnico de especialidad pesquera para bien de la industria del ostión, y las huellas de los cadáveres adolescentes.

A fines de 2009 otro muchacho se suicidó. La miseria a veces produce prácticas de muerte, repetidas y sordas.

Tongoy está roto como una maldición camino al norte grande.


2. La fundación norteamericana Heritage puso a Chile, entre 179 naciones, en el décimo lugar mundial del ranking de libertad económica, un escalón arriba que el 2009. Lo precede Dinamarca y Estados Unidos. Los mejores puntajes del país corresponden a los ítemes sobre libertad de comercio internacional y libertad laboral. De América Latina, lo sigue México, 31 puestos abajo.

Asimismo, el Banco Mundial proyectó para el país un crecimiento del PIB durante el 2010, inferior al 5 %. Según Rodrigo Aravena de Banchile Inversiones “crecer bajo el 5 % estaría reflejando que la economía chilena no será capaz de cerrar (…) nada de las brechas que se generaron en la crisis, lo cual implicaría que no hay recuperación de productividad, empleo e inversión”. Las palabras de Aravena se ven trágicamente refrendadas por el 11,6 % de desempleo que afectó a la Región Metropolitana , la más grande del territorio, el 2009. Según la encuesta del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, los sectores más dañados fueron la construcción (18,2 %); el comercio (11,1 %); y transportes y otros (9 %).


La gala que hace Chile respecto de los estándares mundiales de libertad económica, sustentada sobre todo en la dependencia de los precios de los recursos naturales exportables (su “lugar en el mundo”) de acuerdo a la especulación de los mercados internacionales y en la ultra “flexibilidad” laboral, hablan de sobreideologización capitalista, de subordinación canina a los variables vientos de la demanda externa, y de la precarización extrema del trabajo. Mientras menos regulación económica existe, las colusiones, el dominio sin trabas de la inversión corporativa transnacional, la concentración de la riqueza, la profundización de la destrucción de los derechos sociales, atentan a diario contra la ya mala vida de los asalariados y el pueblo. Sólo en materia educacional, la enseñanza pública escolar (la gratuita y garantizada por el Estado) apenas se aproxima al 40 % de todo el sistema. Es decir, más de un 60 % de la educación es privada completamente pagada, o privada subvencionada parcialmente por el Fisco. Mientras en el planeta la educación pública es un derecho de gratuidad absoluta en porcentajes superiores al 80 %; en Chile el sueldo de las grandes mayorías –que sin derechos sociales, es la medida de todas las cosas- debe distraerse hacia el negocio de la enseñanza. El reino de la libertad económica, por arriba, es el territorio salvaje de la necesidad y la desesperación, por abajo.


En materia de exportaciones, el 2009 Chile registró una caída de un 5 % en relación al año anterior. China es el principal comprador de recursos minerales del país, representando un 23, 8 % de las exportaciones. Para Asia, en general, se exporta un 45, 2 % de productos. Ya el 2008 China había desplazado a EEUU en este sentido.

Considerando la baja de las exportaciones, Chile vende un 50, 2 % de recursos minerales; un 9 % de celulosa; un 6,7 % de salmón; y un 5,1 % de uvas frescas.

Por otro lado, de acuerdo al Servicio Nacional de Aduanas, las importaciones chilenas durante 2009 mostraron una debacle de un 32 % respecto de 2008, resultando los países de la Región los principales proveedores. Los productos importados más destacados fueron el combustible (22,3 %) y los vehículos terrestres, sus partes y accesorios. China ya tiene un 13 % de participación del total de internaciones.

El modo primario exportador que gobierna las relaciones económicas y sociales en Chile hoy se inclina por China como su mejor cliente. Sin embargo, si bien el gigante asiático tuvo un crecimiento de casi un 9 % el 2009, su economía está marcada a fuego por la demanda norteamericana y el movimiento del dólar. No existe desacoplamiento de la crisis capitalista para nadie, menos en la era de la mundialización, interdependencia y relaciones de subordinación que ordenan el planeta y su presente división internacional del trabajo. Actualmente China procura diversificar sus exportaciones y demandantes, y ampliar su mercado interno. De allí la urgencia de comprar cobre chileno. No obstante, cualquier ruido en el sistema mundo –como un segundo momento de la crisis capitalista, que según muchos expertos, ya se está larvando- provocaría efectos inmediatos en la economía chilena, dependiente, rentista, sin industria productiva, echada a la suerte de la especulación de los Estados corporativos centrales.


Sobre los efectos de la crisis capitalista en Chile, el ex director de Presupuesto del gobierno de Ricardo Lagos y actual ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), informó que pese a los 8 mil millones de dólares inyectados al salvataje económico por el Estado el año pasado, el resultado fue similar al de toda la Región : “Nos hemos acostumbrado a decir que Chile respondió mejor a la crisis, pero la verdad es que si miramos las cifras de evolución de la actividad económica (…) vamos a ver que Chile en 2009 tuvo una caída de la actividad económica no muy distinta a la del resto de América Latina”.


3. La industria de la madera en el país vive su propio calvario. La demanda de remanufacturas forestales –principalmente de paneles y molduras- se desplomó un 40 % en relación al 2007, debido a que el 80 % de la producción chilena se dirige al mercado norteamericano. Y la demanda de EEUU de las remanufacturas para la construcción de viviendas cayó un 75 % los últimos dos años. El fenómeno ha provocado que sólo en las regiones del Biobío, el Maule y Los Ríos, la industria forestal haya sufrido el cierre de 44 plantas y la destrucción de más de 10 mil plazas laborales.


4. Una investigación del Departamento de Física de la Universidad de Santiago sobre polución ambiental arrojó que las fuentes que producen material particulado fino (MP2,5) se duplicaron peligrosamente en Santiago, entre el 2002 y el 2007. Las fuentes corresponden a actividades asociadas a la construcción y al parque automotriz. El MP2,5 ingresa directamente a los pulmones de las personas.


5. “Democracia de los acuerdos” es la expresión que repite papagayamente Sebastián Piñera cuando le falta poco más de un mes para asumir el sillón presidencial. La frase fue acuñada hace 20 años por Patricio Aylwin, primer mandatario concertacionista de los gobiernos civiles post dictadura. Ante el empate técnico en las cámaras del Congreso (mayoría de la Concertación en el Senado y mayoría de la vieja derecha entre los diputados), Piñera también habla de gobierno de “unidad nacional” y de consenso. En este sentido, y borrando toda frontera sustantiva entre la nueva y la antigua derecha, el ex ministro de Aylwin y Bachelet, Alejandro Foxley (DC), aseguró que en los 90 “Yo era ministro de Hacienda, él (Piñera) era miembro de la comisión de Hacienda en el Senado y fue el principal interlocutor que tuve para construir los acuerdos en materia económica. Tengo que hacer ese reconocimiento público hoy día.”


En tanto, la Concertación –en las tapas de su recomposición que augura nuevas componendas y añejos contenidos con nuevos rostros- se arranca los ojos en su interior, entre sus partidos y dentro de cada partido. Autoflagelación, recriminaciones mutuas, diagnósticos culposos marcan sus discursos a menos de 2 semanas de perder las elecciones.


Si no fuera porque los medios de comunicación de masas, propiedad monopólica de la clase dominante, a nadie le interesaría el cuento. Pero ya fue noticia el acuerdo fallido y tras bambalinas entre el Partido Radical (pieza arqueológica de la partidocracia chilena y parte, hasta ahora, de la Concertación ) y la vieja derecha para que uno de sus miembros encabezara la cámara alta. La reacción fue negativa e inmediata en la Concertación. El presidente del PR, el mismo día que se descubrió el arreglo, debió desdecirse y renunciar ante la prensa.


Por su parte, el ex presidente del Partido por la Democracia (PPD), José Auth –quien renunció a la cabeza de esa verdadera bolsa de trabajo inventada por el ex mandatario Ricardo Lagos a fines de los 80-, culpó en un documento público a la dirección del Partido Socialista y de la Democracia Cristiana de la pérdida de Frei Ruiz Tagle. Auth escribe que “El rechazo acumulativo a algunos signos de decadencia en la Concertación y su gobierno, como la poco nitidez de las fronteras entre lo decente y lo indecente, el achanchamiento de muchos, los numerosos hechos de corrupción (…) reforzaron la demanda ciudadana por el cambio”. Allí mismo, José Auth afirma que la imposibilidad de realizar primarias para elegir al candidato de la Concertación por voluntad de Camilo Escalona (cabeza del PS) y Juan Carlos Latorre (líder de la DC ), provocaron “las renuncias de Jorge Arrate (luego candidato presidencial de la dirección del Partido Comunista) y el senador Alejandro Navarro, y la emergencia al candidato Marco Enríquez-Ominami”. Según el ex jefe del PPD “Mi impresión es que se terminó de escribir la historia de la derrota el día en que retrocedieron los presidentes del PS y la DC en su decisión de dejar sus cargos, facilitando la tardanza, mezquindad y narcisismo con que MEO entregó su apoyo a Frei, confirmando de paso el juicio ciudadano que (en) la Concertación lo que importa son las consideraciones del poder propio antes del interés general”.

En otra ladera, la misma noche del 17 de enero, miembros de la juventud de la DC fueron a exigir la renuncia del líder del partido, Juan Carlos Latorre, quien hizo oídos sordos al clamor de sus militantes jóvenes.

Mientras, en el PS, las aguas turbulentas finalmente precipitaron las elecciones de un “nuevo” directorio para esa tienda (o lo que de ella queda). Uno de los posibles sustitutos de Camilo Escalona, el recién electo diputado y ex ministro del Trabajo de Bachelet, Osvaldo Andrade, muy campechano y con discurso para todos los públicos. Andrade ha señalado que “soy amigo de Escalona, tengo una trayectoria común y no voy a negar que me unen con él lazos políticos y afectivos muy importantes”. Andrade ya comenzó la campaña de Bachelet para el 2014: “Ella es una muy buena alternativa (…), pero para que eso sea posible empecemos a cuidarla desde ya”.

Por su lado, MEO (cuyos electores en la segunda vuelta se distribuyeron de modo que 1/3 votó por Piñera y 2/3 por Frei) pretende crear un especie de organización transversal cuyo eje sea el liberalismo cultural y simbólico. En el plano económico, MEO no escapa en nada a la matriz del capitalismo brutal. Indecorosamente, algunos ex militantes de la izquierda anticapitalista más consecuente de los tiempos de la Unidad Popular –hoy convertidos en grandes empresarios o capataces de grandes empresarios-, se albergan y medio conducen la figura política de MEO y sus aparentes potencias (más mediáticas que nada). Lamentablemente, MEO no es ningún caballo de Troya de una eventual alternativa que lidere los intereses históricos de las clases subalternas. Ello sólo es megalomanía conveniente y oportunista en la cabeza de algunos ex revolucionarios, hace tiempo jubilados de la causa popular.

Lo cierto es que la Concertación implosiona en vitrina, más rápido de lo esperado, de manera autodestructiva y en reyertas muy lejos de la gente, bandeando entre la “oposición constructiva” y la “oposición crítica y más dura”. Vaya a saberse de qué se tratan esos matices demasiado opacos para distinguirlos desde abajo.

Sebastián Piñera, en tanto, cual Berlusconi tercermundista y a escala, persiste en su eficiente farándula mediática; asiste a todos los magazines bobalicones de la pobre televisión chilena, baila reggaetón y pestañea fuerte con la dentadura antipopular de sus párpados.


La gran promesa de generar un millón de puestos de trabajo “de calidad” durante su gobierno (que, en rigor, satisfacería el mito del pleno empleo bajo el capitalismo chileno), se basa sobre supuestos demagógicos. Concretamente, Piñera ha notificado que el millón de plazas laborales las creará doblando a 200 mil empleos nuevos anuales (?). También continuará la política de subsidios estatales a la contratación de jóvenes entre 18 y 24 años (que en general, por el mismo trabajo que realiza un hombre adulto obtienen 2/3 menos de salario, y 1/3 menos que una mujer adulta). Esta iniciativa propiciada por la Concertación ha sido un fracaso rotundo. De los 300 mil jóvenes que se “beneficiarían” con los subsidios, sólo 5 mil empleadores utilizaron las platas para 60 mil jóvenes declarados (1/5 de lo presupuestado).

Como si el Estado y sus instituciones, y el país todo no perteneciera ya a la clase de la que Piñera es miembro estrella y ahora representante político, también quiere inventar la figura de los “defensores públicos de los empleadores” en el ámbito de la justicia laboral.

La cuestión es –si es posible luego de la labor realizada al respecto por la Concertación- flexibilizar aún más el trabajo y limitar todavía más la insignificante capacidad de negociación de los asalariados con la patronal.

Finalmente, Piñera acaricia un plan de reforestación de 3 millones de hectáreas al sur de Chile que todavía no resultan apetitosas para la gran industria de la celulosa por un asunto de costos (es decir, de ganancias). Al respecto, lo obvio, y continuando con un Estado aval de los grandes propietarios, Piñera subsidiará con recursos de todos los chilenos a la empresa forestal de manera que, ahora sí, el negocio resulte super rentable.


6. Por abajo, entre los pueblos y los trabajadores, sólo existen desafíos. Hacia fines de febrero se realizará la Asamblea General del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT), federación que agrupa a gran parte de la izquierda anticapitalista chilena. Entre sus objetivos para el período, probablemente, estará consolidar su independencia política respecto de la vieja y la nueva derecha, la Alianza por Chile y la Concertación o sus rémoras, “nuevos” formatos, partidos o criaturas al estilo MEO. Y proyectarse y crecer en las luchas concretas de los pueblos y los trabajadores, acentuando las luchas del pueblo en el movimiento real (aquellas fuerzas sociales cuyas expresiones y luchas, en los hechos o potencialmente, tienen una dirección antagónica a los intereses del capital), y luego en la agenda tradicional del pueblo y la izquierda, potenciando contenidos que hagan sentido a las grandes mayorías, visibilizando al MPT como alternativa, y radicalizando políticamente los hitos. Aquí, radicalizar quiere decir, ir a la raíz, descubrir con creatividad y protagonismo que las causas de los males de las mayorías se encuentran en el capitalismo. Ello en el trabajo, en las luchas de género, de los originarios, contra el patriarcalismo homofóbico y misógino; en el ambientalismo consecuente y en toda expresión organizada de descontento social.


Andrés Figueroa Cornejo

Enero 27 de 2010


jueves, 21 de enero de 2010

¿POR QUÉ GANÓ PIÑERA?


1. Más de un 40 % de las personas habilitadas para sufragar en las elecciones presidenciales 2009 en Chile, no acudieron a las urnas, no están inscritas o anularon o dejaron el voto en blanco. La crisis de participación de la democracia tutelada y puramente ritual y formal del país testimonia los límites del presente formato político, y su baja representatividad. Paradójicamente, este mismo estado de cosas, fortalece la gobernabilidad transitoria de la clase en el poder.

2. En el último tercio de la década de los 80, en Chile se selló a fuego un pacto de gobernabilidad que, en términos sustantivos, continúa vigente, y que puso término al régimen militar y abrió el ciclo de gobiernos civiles. La dictadura pinochetista sirvió, de manera inmediata, para contener violentamente el avance de las fuerzas populares y una de las clases trabajadoras más organizadas y concientes del mundo en aquella época. Al respecto, la Unidad Popular encabezada por el doctor Salvador Allende fue expresión de la lucha de clases y el protagonismo del pueblo y sus intereses, y no al revés. El golpe de Estado terminó con las conquistas asociadas al cuestionamiento estructural del reinado del capital por el poder popular condensado en sus masivos destacamentos políticos y autoorganización propia. La dictadura militar, digitada por el Pentágono, inauguró una fase de contrarrevolución capitalista y desde mediados de los 70, se impuso en Chile el programa del estadio más brutal del capitalismo, muy distinto al conocido hasta ese momento en la historia. De este modo, se ejecutó la ultraprivatización de los derechos sociales, los recursos básicos, el territorio mismo. Se amplió y precarizó el empleo asalariado y se desmanteló el sindicalismo (que, por otra parte, hoy apenas responde a una organización del trabajo anterior, y no a una nueva regimentada por un capitalismo sin contrapesos, la deslocalización y fragmentación laboral. Por tanto, el actual sindicalismo es apenas una rémora adjetiva de una fase del capital más bien desarrollista que ya no existe.). La crisis de la deuda externa de fines de los 70 e inicio de los 80 gatilló en el país la protesta social explícita y la exigencia mayoritaria del fin del régimen de Pinochet. Antiguas representaciones políticas, como la Democracia Cristiana , guardianes de los intereses de la burguesía y el imperialismo, y que jugaron un papel fundamental en la legitimación del golpe de Estado, se pasaron al bando de la oposición a la dictadura, sin más contenidos que el retorno a la democracia representativa. La izquierda de la época, fuertemente influida por la revolución nicaraguense y el apoyo internacional, radicalizó la protesta social, amplió sus organizaciones político-militares (FPMR, MIR, MAPU-Lautaro, fracciones del Partido Socialista) con el objetivo de romper con el monopolio burgués de las armas y presionar hacia una salida lo más adelantada posible –en términos democrático populares- de acuerdo a las circunstancias. Sin embargo, luego de 1986, la hegemonía de conciliación de la clase propietaria en la oposición de los partidos democrático burgueses y en tendencias al interior de la propia izquierda lapidarían la posibilidad de un levantamiento insurreccional, y años después compondría la Concertación de Partidos por la Democracia. Esos partidos, tutelados por el imperialismo norteamericano y algunos Estados europeos, ante la polarización de la lucha de clases y la inminente crisis de gobernabilidad, pactaron una agenda de consenso, a espaldas del pueblo y los trabajadores, con la dictadura. Así, el itinerario de Pinochet se mantuvo intacto, y ganó el NO a la continuación del régimen militar en 1988. Un año después obtuvo la mayoría en las primeras elecciones presidenciales luego de 17 años, el DC y uno de los principales alentadores del golpismo durante el gobierno de Allende, Patricio Aylwin. En 1990 comenzaron los gobiernos civiles sobre un poderoso acuerdo de gobernabilidad por y para bien de los de arriba. La dictadura ya había cumplido sus objetivos de exterminio popular y contraemancipador, y ahora sólo ofrecía crisis sociales y superior descontento.

3. El nuevo consenso de gobernabilidad de los que mandan tuvo por fin inmediato descomprimir la organización y la protesta social; cautelar el patrón de acumulación capitalista inaugurado durante el período dictatorial; y despolitizar, desmantelar y descalcificar todas las organizaciones construidas por los trabajadores y el pueblo al calor de la lucha antidictatorial. Con la operación concreta de desarticular, domesticar y extinguir las expresiones más avanzadas de los de abajo, y con el argumento aterrador de evitar nuevas asonadas golpistas, los gobiernos civiles de la Concertación capitalista, provocaron el reflujo del movimiento real del pueblo. Cooptaron y desmoralizaron a la mayoría de sus cuadros dirigentes, y de manera progresiva, infantilizaron políticamente a las grandes mayorías. Al final del primer gobierno de la Concertación el trabajo estaba hecho. Se consolidó la paz de cementerios requerida por el modo primario exportador de una burguesía rentista, parasitaria, especulativa y subordinada al capital transnacional. Se hipotecó, una vez más, el desarrollo industrial y soberano del país, condenando a Chile al extractivismo, la acumulación por despojo de los recursos naturales, y la dependencia económica y multidimensional respecto de los Estados corporativos titulares del capital mundial. El pueblo y los trabajadores se convirtieron en meros consumidores fuertemente endeudados y los distintos momentos de la realización de la valorización del capital (producción-distribución-consumo-producción), al igual que en casi todo el planeta, fueron y son dominados por el capital financiero especulativo. Los dispositivos simbólicos de representación y legitimación de masas de la versión del mundo dominante de la clase dominante, obraron de manera inmejorable a través de las instituciones educativas, militares, eclesiásticas y mediales. El mensaje es el miedo, la resignación, el consumo compulsivo, la competencia insolidaria, la mansedumbre popular, y la conversión de los potenciales sujetos de transformación en simples clientes, objetos de crédito, endeudamiento, explotación y reproducción general del capitalismo.

4. Del proceso constituido históricamente de acuerdo a condicionantes en el campo de las relaciones de fuerza mundiales, y su manifestación determinante en el territorio chileno, coyunturalmente se presenta con la imposición de los candidatos presidenciales del poder, Sebastián Piñera (quien, junto a sus hermanos, se enriqueció gracias a la dictadura, la venta a precio absurdo de la propiedad estatal, la privatización de la seguridad social y la salud) y Eduardo Frei Ruiz Tagle (cuyo gobierno soldó los lazos de dependencia estructural en relación a los intereses corporativos transnacionales y, justo antes de Ricardo Lagos, terminó el proceso de privatización de los derechos sociales, los recursos naturales y el empeoramiento de las condiciones de trabajo de la mayoría chilena). Ambos representan los mismos intereses de clase y son notas de una similar composición antisocial y antipopular. Casi está de más recordar que los dos son instrumentos de las políticas emanadas de los centros imperialistas y sus políticas de ajustes estructurales, desregulación económica, el Estado subsidiario y aval de la burguesía en aprietos, la “autonomía” del Banco Central, programas sociales focalizados y absolutamente insuficientes, etc.

5. Mientras tanto, el padrón electoral –viejo, clientilizado y loteado políticamente sobre la base de los resultados del plebiscito del SÍ y el NO de 1988- repite una y otra vez sus resultados ante la crisis de representatividad, credibilidad de la actual democracia, y despolitización del conjunto del pueblo. Hasta ahora, y después de 20 años, el Ejecutivo estuvo en manos de la Concertación. En la última elección concurrió una batería de variables que explica el empate de las dos derechas en competencia, resuelto a favor de Piñera.

6. De los aproximadamente 12,5 millones de electores potenciales en Chile, emitieron un voto válido 6.942.601. Piñera sacó 3.582.800 y Frei 3.359.801. 244 mil personas anularon el voto. Es decir, del total de electores posibles, Piñera tuvo el sufragio del 28,66%. Normalmente en la segunda vuelta la abstención disminuye en al menos un 4% respecto de la primera. En esta ocasión se dio al revés: aumentó en un 2%.



7. El pueblo chileno no es más derechista o conservador que hace 4 años. El continuismo concertacionista, el nepotismo, la imposición de Frei como candidato único de la Concertación sin pasar por primarias en un período de crisis de esa componenda; la fragmentación y desgajamiento de la fracción del bloque del poder en el Ejecutivo de MEO (cuya propaganda y mercadotecnia lo ligaron hábilmente al cambio generacional y al relevo sin contenidos, demostrado por el fenómeno de que un tercio de su votación se fue a Piñera y el resto a Frei); la inteligente, pero desconcertante e insuficiente maniobra de que Jorge Arrate, ex líder concertacionista, facilitara el ingreso de tres miembros de la dirección del Partido Comunista al parlamento a través de un pacto por omisión; y la propia figura de Frei –el peor de los candidatos posibles- son parte del problema. A lo anterior, es preciso añadir el populismo más efectivo mediáticamente de Piñera (el 90 % de los medios de comunicación en el país son propiedad de la vieja derecha), su promesa de un millón de empleos y fin de la delincuencia (?), el trabajo añoso de la ultraderechista UDI en territorio popular, la apatía galopante de la población ante un panorama electoral sin alternativas, etc.

8. Sin duda, acaso desde abajo, como sugiere mi querido Pedro Echeverría (extraordinario y prolífico analista y académico mexicano), una de las variables sustantivas para el triunfo de Piñera se encuentra en que la izquierda anticapitalista, el eventual continente político de los trabajadores y los pueblos, todavía no se convierte en alternativa política desde, con y para las grandes mayorías. Es cierto, luego de un largo reflujo, descomposición política y orgánica, desesperación y depresión, el socialismo anticapitalista recién comienza a escribir el prólogo de la reconstrucción política de la conducción de los intereses de los trabajadores y los pueblos. Ello se hace paulatinamente, con audacia y, al mismo tiempo, ofreciendo confianza, claridad y fortaleza a los futuros protagonistas de la transformación profunda, independiente y popular que demanda la inmensa mayoría de Chile. Por eso sus tareas principales son la participación en los movimientos y luchas auténticas del pueblo trabajador, su ampliación dinámica y comprensiva de las luchas anticapitalistas que se manifiestan en la gesta de los pueblos originarios, el feminismo, el ambientalismo, la diversidad sexual, las nuevas sensibilidades solidarias de las generaciones actuales. Para el caso, la izquierda anticapitalista debe rimar su unidad resumida en el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT) con las condiciones actuales de fuerza, las demandas auténticas de las mayorías, una representación y producción simbólica que termine con la nostalgia (que no con la memoria), eche al tacho de la basura las prácticas discursivas hacia adentro y atrás, y proyectarse creativamente de cara al futuro y con las maneras de la actualidad y los y las actuales. Frente a la alternancia de los dueños de todo por arriba, es preciso propugnar la alternativa desde abajo y en todos los terrenos en disputa de la lucha de clases. El calendario de la izquierda convencional recuerda buenamente los santorales inolvidables, pero es la lucha real de los trabajadores y el pueblo la agenda rectora del MPT y sus fuerzas amigas. El desafío de la creación de un proyecto político cuyo horizonte sea la felicidad humana, la igualdad y la libertad, y que en su aterrizaje táctico se base sobre el análisis concreto de la realidad concreta, debe arrojar por la borda todos los manuales, los dogmatismos estériles e incluso la simbología que ya nada dice a los chilenos de hoy. Se acabó la guerra fría, y la contradicción dictadura / democracia es foto en sepia para los sujetos actuales. De no ponerse al día, con rigor, alegría y compromiso poliético insobornable, el socialismo anticapitalista corre el riesgo de esclerotizarse rápidamente, mientras la burguesía no duerme en su objetivo estratégico de mantener incesantemente el infame estado de cosas.

Andrés Figueroa Cornejo

Enero 19 de 2010

martes, 19 de enero de 2010

EL TRIUNFO DE LA ALIANZA POR CHILE ES SÓLO UN CAMBIO DEL ROSTRO DE LA DESIGUALDAD Y LA INJUSTICIA SOCIAL



1. El candidato de la vieja derecha, Sebastián Piñera, ganó las elecciones presidenciales 2009 con menos del 30 % de los votos de los chilenos habilitados para sufragar. Alrededor de 3 millones 500 mil personas marcaron la preferencia por Piñera, no superando la votación habitual de la derecha tradicional desde el inició de los gobiernos civiles en 1990. Por su parte, el candidato de la nueva derecha, el democratacristiano, Eduardo Frei, obtuvo alrededor de 150 mil votos menos. La suma de votos nulos y blancos, abtenciones y personas en edad de votar, pero no inscritos en los registros electorales, son más del 40 %


2. Desde fines de los 80, en las postrimerías de la dictadura militar, los partidos políticos que luego formarían la Concertación, y la dictadura, a espaldas de las grandes mayorías nacionales, pactaron un acuerdo de gobernabilidad que, estratégicamente, cautelara y cautela en la actualidad el sistema de explotación y despojo capitalista fundado durante el régimen de Pinochet. Las características esenciales del modo de explotación antipopular iniciado en la década de los 70 y mantenido hasta hoy, se fundan sobre la privatización extrema; el término de los derechos sociales conquistados –educación y salud públicas, vivienda, seguridad social-; la ampliación y precarización del empleo; la flexibilidad laboral; el despojo de los recursos naturales; la concentración de la riqueza en un puñado de corporaciones mundiales asociadas a los capitalistas criollos; la consolidación del modo primario exportador de recursos básicos no renovables, renunciando a la industria propia y al desarrollo y la soberanía nacional; y una forma de representación democrática estrictamente formal, funcional, no participativa, tutelada y antisocial. Lo anterior, coronado por los ajustes estructurales y la superdependencia de Chile a las enonomías capitalistas centrales y sus instituciones tutelares, como el el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio.


3. Tanto la vieja derecha, como la derecha nueva resumida en la Concertación, buscan la gobernabilidad de un sistema estructuralmente antipopular y que sólo favorece a una minoría privilegiada. Por eso, la alternancia en el Ejecutivo es sólo una fórmula consensuada que ofrece continuidad al mismo sistema explotador y opresor, y también la necesaria apariencia de “cambio” ante el agotamiento de la coalición en el Ejecutivo. Con Piñera a la cabeza del Ejecutivo y con relaciones proporcionales en el parlamento entre las dos derechas, no habrá ningún cambio en beneficio del pueblo. Es más, el único cambio posible a favor de los intereses de las mayorías será obra de los propios trabajadores y los pueblos.


4. Ante los resultados de la elección presidencial 2009 en Chile, las fuerzas anticapitalistas tienen el desafío histórico de convertirse, al fragor de las luchas reales y la reorganización popular, en la alternativa política de las grandes mayorías. Una alternativa política independiente respecto de los intereses de las clases en el poder y sus expresiones políticas. Desde ya, el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores se impone la tarea histórica de convertirse desde y con el pueblo y sus organizaciones en la alternativa política en relación a los poderosos, y en la verdadera y consecuente oposición política de las dos derechas.


5. Es altamentamente probable que con el gobierno de Piñera se sinceren las posiciones de subordinación real y formal de la clase que manda en Chile en relación a la estrategia ofensiva del Pentágono para América Latina, y su articulación explícita-y ya no solapada- al eje imperialista formado por México, Honduras, Haití, Panamá, Colombia y Perú. Al respecto, el MPT renueva su compromiso internacionalista y antiimperialista.


6. La independencia política de los intereses de los trabajadores y los pueblos que el MPT se propone cautelar se expresa de manera autónoma de cualquier componenda política proveniente de los partidos de la Concertación, de su ampliación hacia la dirección de la izquierda tradicional; fórmulas políticas promovidas al estilo MEO, y naturalmente, de la denominada Alianza por Chile, o derecha ahora en el Ejecutivo. El MPT, creciendo con el pueblo profundo y en lucha, junto a las fuerzas sociales y políticas que enfrentan al capital con el objetivo estratégico de su superación en un Chile socialista y gobernado por los trabajadores y las mayorías oprimidas, no colaborará con la alianza de gobernabilidad de la minoría en el poder, sea cual sea su sabor.


7. Una sociedad de iguales y libres, donde desaparezca la explotación y las inequidades, sólo puede realizarse a través de la más amplia unidad de los trabajadores y los pueblos, el protagonismo popular, y la lucha permanente y en todos los escenarios de disputa de la hegemonía de los pocos que mandan.


8. Ante los falsos cambios que pretende ofrecer el piñerismo y la simulada oposición de los partidos de la Concertación (o el nombre que adquieran sus futuras componendas), que sólo ocultan un acuerdo de sangre contra los explotados y oprimidos, el MPT únicamente confía en las fuerzas de los trabajadores y las mayorías nacionales que luchan y se organizan para decidir soberanamente sobre su propio destino y felicidad.


¡Unidad, organización y lucha!

MOVIMIENTO DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES – MPT CHILE

Enero 17 de 2010

viernes, 15 de enero de 2010

CHILE AL BORDE DEL BALOTAGE


1. El sábado pasado, en Avenida España con Salvador Sanfuentes, en Santiago viejo, hubo un accidente de tránsito –de los cientos que se producen a diario-, que afortunadamente, no terminó en tragedia. Lo cierto es que, azarosamente, fui el primero en llegar a la ventana abierta del chofer del taxi, cuyo automóvil fue detenido por un frenazo efectivo y un árbol añoso que soportó dignamente el impacto. El conductor, que para el caso, no tuvo la culpa, amortiguó el golpe con el manubrio acolchado. Su frente y nariz ya se tornaban violeta cuando insistentemente le pregunté su nombre para cerciorarme de que estuviera conciente. Sin embargo, en vez de su nombre y sin mirarme, comenzó a decir “estoy arruinado, debo 8 cuotas del auto, estoy arruinado.” Insistí sobre qué día era, cuántos años tenía, y el taxista continuó con la cantinela de la deuda del taxi.

Me despedí cuando llegó la ambulancia y revisé mentalmente las lecturas adolescentes de Freud y sus famosas pulsiones y principios de vida como motor existencial, oscuro y último del ser humano. ¿Freud refutado ese sábado, en Chile de 2010? El conductor no estaba preocupado de su integridad inmediatamente segundos luego del accidente, sino de las cuotas impagas del auto vuelto acordeón de lata. La incertidumbre económica y el miedo laboral por sobre el principio de vida. Una fotografía de la miseria social que hay que detener de una vez y la confirmación de que el ser social –su lugar en las relaciones sociales y materiales de sobrevivencia- determinan la conciencia. ¿La industria comercial del día de las madres será la sublimación capitalista del complejo de Edipo?

2. El brillante autor de Conversación en La Catedral y La Guerra del Fin del Mundo, de origen peruano y nacionalizado español –por voluntad propia-, Mario Vargas Llosa, estuvo en Chile, alojando en la casa del archimillonario y candidato de la vieja derecha a las elecciones presidenciales, Sebastián Piñera. Muchas de sus novelas están tan cerca de la perfección, como sus posiciones políticas de la elite gobernante, antisocial y minoritaria mundial. También, como tira de humor del más negro, fue extrañamente invitado por la presidenta Bachelet a la inauguración del Museo de la Memoria , una obra arquitectónica que pretende monumentalizar, y, por tanto, petrificar como fetiche del olvido invertido, parte de las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura pinochetista. Allí Vargas Llosa fue ampliamente pifiado por varios de los presentes, por razones obvias (pese a los resguardos policiales y las entradas contadas). Quien escribiera Pichula Cuéllar representa a la plétora de intelectuales bien premiados por defender a rajatabla los intereses del imperialismo norteamericano y atacar sistemáticamente a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia, gobiernos que, sin duda, los detenidos desaparecidos, ejecutados políticos y torturados de la tiranía abrazaron y abrazarían si estuvieran aún entre nosotros (aunque, a decir verdad, están siempre entre nosotros, como incendio amoroso que ilumina la futura emancipación de los pueblos). En entrevista para el órgano oficial de los patrones en Chile, El Mercurio, Vargas Llosa, consultado sobre la evolución de la derecha chilena, respondió que “hay una actitud de gran sensatez prácticamente en todo el cuerpo político, de la derecha a la izquierda, de comunistas a conservadores. En este sentido, creo que es muy importante el triunfo de Sebastián (Piñera). Es una manera de mostrar una derecha moderna, democrática y liberal.” Por moderna, debe referirse a la idea piñerista de precarizar aún más el trabajo; por democrática, a la promesa populista de dar un millón de empleos (¿Habrá que pavimentar la Antártica ?); y liberal por el discurso unidireccional y ultrareaccionario del canal televisivo de propiedad del candidato de la antigua derecha. El escritor afirmó que el eventual triunfo de Piñera “va a marcar un hito en la historia (…) Porque los latinoamericanos empezarán a entender que los empresarios no son los enemigos de los pobres.” Es efectivo, los empresarios, los grandes capitales, el capitalismo no es enemigo de los pobres. Es enemigo de la humanidad en general. Si en la actualidad, el movimiento del capital se agencia utilidades desesperada y vorazmente a costa de la sobrevivencia del planeta y sus habitantes; si nunca en la historia de este asterisco azul que nos tocó por suelo el trabajo asalariado había sido tan amplio y mal pagado, y la propiedad de la riqueza tan concentrada en los menos; si jamás se había tenido conocimiento de un imperio con una capacidad militar misteriosamente criminal; entonces el capitalismo es enemigo de la humanidad, no sólo de la mayoría pobre. Finalmente, alguien debería haberle recordado a Vargas Llosa que en Chile, una lengua amenazada vertiginosamente por el Pacífico, con miles de kilómetros de costa, hay mucha gente, niños y adultos, que todavía no conocen el mar salvo por panfletos de turismo para extranjeros.

3. El Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores ha llamado a anular a las dos derechas que se presentan al balotage del 17 de enero. Las razones han sido expuestas profusamente. Asimismo, son muchos otros chilenos y chilenas, trabajadores, intelectuales, pobres y mapuche que han manifestado organizadamente que harán lo mismo. La brigada histórica de la izquierda tradicional pega en las paredes que “los nazis votan nulo”. Pero, en realidad somos la negación del nazismo o el fascismo. La Concertación no puede emplear como chivo expiatorio de su posible fracaso electoral, resultado general de sus políticas antipopulares, a segmentos de pueblo que comienzan a construir una nueva alternativa de izquierda anticapitalista, independiente de los intereses de las clases dominantes y sus partidos y agrupaciones. Para los de abajo las cosas siempre han sido difíciles. Y el miedo se destruye con claridad política. Anular a los representantes del capitalismo brutal que gobierna Chile desde hace 37 años, es apenas un gesto –que no la gesta- del prólogo de un nuevo bloque que persigue un gobierno de trabajadores y pueblos, un sistema que colectivice los beneficios del trabajo, renuncie firmemente al desarrollismo destructivo y se concentre en el género humano y su felicidad plena. Durante el último debate televisivo, Piñera reconoció poseer 2 mil millones de dólares y Frei 4 millones de dólares en sus arcas personales. Ellos no son de los nuestros, de la mayoría. Es cierto, todavía no es la hora nuestra. Pero se acerca como un punto de luz después de una larga noche cerrada.

Andrés Figueroa Cornejo

Enero 13 de 2010

A NUESTRA MILITANCIA A NUESTROS ALIADOS, AMIG@S Y COMPAÑER@S A LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES.


El próximo domingo la ciudadanía debe "elegir" entre dos candidaturas que prometen básicamente lo mismo. Ambas son parte del gran proyecto neoliberal asociado al capitalismo transnacional, que ha depredado nuestros territorios y profundizado la brecha entre el millón de privilegiados del sistema, y los catorce millones de chilenos que viven de su trabajo.

Ambas candidaturas representan la continuidad del modelo económico y la preservación de la institucionalidad que le da soporte. Un sistema político que ha reducido a los ciudadanos a meros consumidores, que se caracteriza por la tupida red de relaciones financieras, comerciales, sociales y familiares establecidas por la "clase política".

Si bien ambas candidaturas están comprometidas en lo esencial: mantener un orden social que no ponga en peligro las inversiones y las utilidades de las grandes empresas, no son lo mismo. Tras la sonrisa de Piñera están agazapados los elementos mas reaccionarios de la oligarquía nacional, los que con Pinochet ya probaron el gusto a la matanza y la tortura. Aquellos que piensan que "a los rotos" hay que mantenerlos "cortito" y que el problema mapuche se resuelve "pacificando" la Araucanía.

De imponerse esta candidatura, se agudizan los rasgos mas brutales del modelo: la depredación de los territorios, la precariedad laboral, la cesantía, la explotación... y la represión.

De ser Frei el elegido; tendremos 4 años mas de hipocresía Concertacionista, de nepotismo, trafico de influencias, corrupción, partitocracia, montajes y asesinatos de jóvenes mapuche y trabajadores.

A pesar de las serviles declaraciones de un sector de la izquierda senil -que se integro con 3 diputados a uno de los bloques del binominal- ninguna de las candidaturas representa los intereses esenciales de las y los trabajadores ni de los pueblos. El gran triunfo de las clases dominantes, es que vaciaron de contenido democrático el rito electoral. Hoy se vota PERO NO SE ELIGE.

En este escenario el Movimiento por las Asambleas del Pueblo (MAP) reafirma su política de RECHAZO al circo electoral. Es contrario al interés y a la dignidad de los pueblos legitimar con nuestro voto el recambio de operadores políticos, cuyo único norte es continuar apropiándose de los ingresos de los trabajadores y asegurar SU gobernabilidad. Aunque no lo dicen, un cambio de administración... demostraría la solidez del sistema y sería la prueba palpable de su despliegue hegemónico.

Por tanto llamamos, a anular el voto, a no votar, a marcar por la Asamblea Popular Constituyente o pedir en este por la libertad de los presos políticos mapuche y chilenos. Lo importante es no validar un proceso viciado desde sus inicios y prepararse para las luchas que vienen.


DIRECCION NACIONAL
MOVIMIENTO POR LAS ASAMBLEAS DEL PUEBLO (MAP)

DECLARACION OFICIAL DEL MPMR “El voto nulo es un voto ético, valórico, porque con él rechazamos la barbarie y los crímenes del próximo gobierno neolib


El Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez, declara:


1.- El domingo 17 de enero, el pueblo de Chile, será testigo de la elección del nuevo presidente de la República. Cualquiera sea el resultado, salga electo Eduardo Frei Ruiz Tagle o Sebastián Piñera Echenique, ganará la derecha, instalando un nuevo gobierno que represente a los mismos poderosos de siempre.

Como afirmo una declaración del Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT), “Piñera y su gente son herederos de Pinochet y su legado de muerte y represión, impulsores del capitalismo más brutal; de la precariedad, explotación y miseria de los trabajadores; del matrimonio por conveniencia entre “política y negocio”; de la represión al movimiento social, y del saqueo de nuestras riquezas naturales. Por otro lado, Frei representa lo más retrogrado de la Concertación y otra parte del empresariado. Frei es el impulsor del Tratado de Libre Comercio “TLC” con EE.UU. (lo que ha vuelto a Chile más dependiente de las corporaciones extranjeras); salvó a Pinochet de la justicia internacional y lo trajo desde Londres; no fue capaz de recibir en todo su gobierno a las agrupaciones de DD.HH; es responsable de profundizar la Educación y Salud privadas en desmedro de las públicas; de la destrucción del medioambiente con Ralco, Pascua Lama; y de la privatización del agua y las carreteras, entre muchas otras barbaridades antisociales”.


2.- La “Democradura” en la cual vivimos intenta asegurar la gobernabilidad, cada vez más ilegítima, considerando que uno de cada tres chilenos no esta inscrito en los registros electorales y que el futuro presidente de Chile será electo por menos del 30% de los ciudadanos mayores de 18 años (alrededor de 3,5 millones votará por el presidente electo de un total de mas de 12 millones en edad de votar). A todas luces, una “Democracia” que tiene poco de democracia y cada vez tiene mas visos de Dictadura, como lo muestra la feroz represión a la justa causa del pueblo mapuche y a las movilizaciones sociales de trabajadores, estudiantes y pobladores.


3.- EL MPMR, llama a todos y a todas a anular a las dos derechas en esta elección. Lo hacemos con la convicción de que el voto nulo es un voto ético, valórico, porque con él rechazamos la barbarie y los crímenes del próximo gobierno neoliberal y NO nos hacemos cómplice de su accionar.


4.- El desafío para la izquierda revolucionaria, para los que aman la patria y que buscan el imperio de la soberanía popular y nacional, seguirá siendo el mismo: levantar una alternativa de cambio real, con protagonismo de los trabajadores y los pueblos, que recupere la participación colectiva, que revindique la política y desaloje la mentira, que bregue por la unidad de Nuestra América, como nos señalaran Simón Bolívar y José Martí.


5.- Llamamos a erradicar el miedo en el accionar popular. El miedo nos hace esclavos, el miedo es enemigo de la dignidad. Tenemos el ejemplo de nuestros padres fundadores en la primera independencia, y el heroísmo del Pueblo chileno en la lucha contra la dictadura terrorista de Pinochet. Toda apelación al apoyo del mal menor, al salvataje de la concertación, que recurra al miedo como argumento, debe ser rechazada con la conciencia y la dignidad del que lucha por el término del actual sistema explotador y represivo. El desafío hoy es construir un movimiento social rupturista, poniendo nuestras voluntades para la movilización, para la construcción y la propuesta popular. No existe otro camino, lo demás es engaño.


En segunda vuelta, anula a las dos derechas

Construye Poder Popular, levanta las demandas sociales.

Dirección Nacional

Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez

Enero 13 de 2010.