domingo, 22 de mayo de 2016

Colombia y el Paro Agrario: “El mundo debe comprender que no hay paz posible sin justicia social”

·        Entrevista con el miembro de la Comisión Política del Congreso de los Pueblos y delegado de esa agrupación en la Cumbre Agraria de Colombia, Eduardo León.

·        La Minga de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular inicia un paro nacional histórico e indefinido desde el próximo 30 de mayo de 2016 por el cumplimiento de sus demandas.

“Lo más importante es conocer el momento correcto para sembrar.”
Masanobu Fukuoka


Andrés Figueroa Cornejo  

A lo largo y ancho del territorio de Colombia se realizará el Paro general de la Cumbre Agraria Nacional, Campesina, Étnica y Popular desde la mañana del 30 de mayo de 2016. Para conocer sus propósitos y expectativas nos entrevistamos mediante una conexión en línea entre Santiago de Chile y Bogotá con el miembro de la Comisión Política del Congreso de los Pueblos y delegado de esa organización en la Cumbre Agraria colombiana, Eduardo León.

-¿Qué es la Cumbre Agraria? ¿Qué persiguen?
“La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular es un proceso relativamente nuevo donde se articulan corrientes indígenas, de negros, campesinos y populares de una larga trayectoria de historia de lucha social en Colombia. Surgió en las movilizaciones agrarias de 2013 y 2014 que tuvieron como objetivo confrontar a una serie de políticas públicas dirigidas a profundizar el modelo capitalista actual que se expresa en el extractivismo agroexportador. Ese modelo despoja los bienes comunes de la naturaleza en los territorios históricos y ancestrales de nuestras comunidades negras e indígenas. Frente a nuestras movilizaciones, el gobierno de Juan Manuel Santos respondió con una propuesta de ‘pacto agrario’ que, en síntesis, no recogió las demandas planteadas por nuestras comunidades y prosiguió la agenda del saqueo. Esto nos llevó a la necesidad de avanzar de una manera más audaz y decidida en la unión y articulación popular que cuajó en una Cumbre Agraria donde convergen los procesos más importantes y grandes del país.”

-¿Cuáles son los principales puntos que construyen la unidad de la Cumbre Agraria?
“Transformar la relación entre el campo y la ciudad en la cual existe una asimetría feroz a favor de las urbes. En nuestro campo sufrimos un atraso estructural en todos los aspectos: en la participación política, en el desarrollo económico, en materia de exclusión social. Esa brecha ha generado graves problemáticas sociales que podrían resumirse en que existe una evidente subordinación del campo a la ciudad. La fórmula extractivista y agroexportadora impuesta por la actual fase capitalista tiene por objeto intentar resolver la disminución de su tasa de ganancia y buscar nuevas fuentes de acumulación de capital. Estamos ante un escenario de expoliación, expropiación y despojo de nuestras tierras y territorios, y de los bienes que contienen, de tal manera que nuestras comunidades se encuentran al borde de la desaparición.  Hoy nuestros campos son utilizados para la extracción intensiva de petróleo, carbón, gas, minerales metálicos (oro, níquel, etc.). Para ello el gobierno implanta una infraestructura destinada a la circulación del capital al servicio de la inversión transnacional. Asimismo, se han promulgado leyes que favorecen la extranjerización de las tierras. Incluso se han conculcado aquellas que la propia legislación agraria, que tiene muy pocas cosas que benefician a nuestras comunidades, nos servían. En la actualidad el campesinado ni siquiera puede acceder a los baldíos de la nación, que eran la única posibilidad que teníamos para usar algunas tierras. Los territorios colectivos de nuestras comunidades afrodescendientes han sido invadidos por el gran capital financiero y agro-industrial. Igual cosa sucede con los resguardos indígenas que, no obstante contar con una mayor protección legal, no han dejado de sufrir el embate neoliberal. Todo ello configura un conflicto que porta causas históricas y culturales que la administración de Santos se niega a reconocer.”

“EN COLOMBIA EXISTE UN CONFLICTO INTEGRAL”

-El gobierno de Santos habla de paz para Colombia…
“Que la paz es sólo la terminación de la guerra es la idea que el gobierno insiste en vender internacionalmente, cuando el conflicto armado en Colombia tiene orígenes sociales, políticos y económicos.
Nosotros queremos avanzar en la paz con justicia social y ambiental y en un país con una vida digna. Esa es la paz que requerimos desde el mundo social.”

-Paz con justicia social, desde Chile por ejemplo, no tiene relación con el relato gubernamental colombiano y el discurso del poder que pareciera dibujar una suerte de larga guerra civil restringida exclusivamente entre el Estado y las insurgencias (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – EP (1) y el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (2)), como si no existiera un pueblo y una sociedad organizada distinta a las fuerzas político-militares de las FARC-EP y el ELN…
“Efectivamente, el movimiento social y popular colombiano caracteriza el conflicto en nuestro país como social, político y económico. Esto es, un combate estructural e histórico. Las insurgencias armadas sólo son una expresión de ese conflicto, más allá de que las causas que provocaron las insurgencias sean las mismas que nos movilizan a nosotros/as. A partir de esa consideración profunda, pensamos que el modelo de paz planteado por el gobierno de turno se trata de una paz ideada para crear las condiciones propicias sólo para una superior inversión extranjera y facilitar la depredación de nuestros recursos.”

-¿Cómo describe la Cumbre Agraria y el Congreso de los Pueblos a la forma y el contenido del Estado colombiano?
“Como a un Estado corporativo, un Estado al servicio del gran capital y de las gigantes multinacionales que están presentes en el país. En consecuencia, aunque respaldamos las negociaciones y los diálogos entre la insurgencia y el gobierno que se desarrollan en La Habana, Cuba, con las FARC-EP, y con las que se iniciarán en su fase pública en Quito, Ecuador, con el ELN, nosotros consideramos que la paz no es simplemente la terminación de la guerra.”

LA FÓRMULA DE LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL DE LOS PUEBLOS

-¿Qué significa la paz para ustedes, entonces?
“Reconocer que en Colombia existe un conflicto integral y que, por tanto, los movimientos sociales y populares somos un sujeto social y político que es preciso tomar en cuenta a la hora de construir una solución política a la crisis. Por eso varias organizaciones de la Cumbre Agraria estamos exigiendo nuestra participación directa, vinculante y decisoria con el gobierno.”

-¿Como una tercera mesa de negociación y diálogo con la administración-Santos?
“No nos gusta mucho que se hable de una ‘tercera mesa’, porque pareciera que hubiera una especie de jerarquización. Preferimos hablar de un espacio complementario al de las mesas que se están adelantando entre las insurgencias y el gobierno. Nosotros nos referimos a una complementariedad autónoma respecto de las mesas de diálogo y negociación ya en curso. O sea, esa complementariedad no implica mutua dependencia.”

-¿Y cómo han prefigurado ese espacio complementario independiente?
“Como una Mesa Social para la Paz donde se pueda instalar una agenda que permita debatir y arribar a acuerdos en torno a aspectos estructurales.”

-¿Qué significa precisamente justicia social para la Cumbre Agraria y el Congreso de los Pueblos?
“Paz con Justicia Social significa que no es posible pensar en una paz por la que hemos luchado siempre, si no hay cambios sustanciales que nos emprendan hacia la democratización del país. Ello quiere decir varias cuestiones. Significa que se reconozca que las comunidades agrarias, campesinas, indígenas, afrodescendientes y urbanas podemos tomar y poner en la práctica nuestras propias visiones alternativas al sistema capitalista. En ese sentido, tenemos nuestros propios planes de vida y nuestras propias relaciones sociales, ambientales y económicas en nuestros territorios. Relaciones económicas que hoy están subordinadas al imperio del capital. Significa que abogamos y exigimos una democracia participativa y directa, donde se reconozcan nuestras propias formas de gobierno y nuestras propias autoridades. En la actualidad hay decisiones que se toman a nivel gubernamental que impactan en contra de nuestras comunidades. Por ejemplo, no se respeta el derecho a la consulta previa (Convenio 169 de la OIT) ni los mecanismos de participación ciudadana y consultas populares contemplados en la Constitución.”

-¿Qué ocurre con la soberanía alimentaria?
“No obstante, que nuestras economías propias están bastante diezmadas, podrían garantizar la mayoría de los alimentos para el país. O sea que Colombia está en condiciones de auto-alimentarse. Pero del 60 al 80 % de los alimentos son importados en el marco de los tratados de libre comercio. Una de nuestras reivindicaciones fundamentales es la soberanía alimentaria y no solamente la seguridad alimentaria. Al respecto, uno de nuestros objetivos es que los alimentos sean producidos por nuestras propias comunidades. Colombia tiene una geografía y biodiversidad tan ricas, que es capaz no sólo de producir el alimento para todos/as los colombianos, sino que incluso podríamos contribuir en la alimentación de otros países, empezando por los pueblos hermanos de NuestraAmérica. Lo anterior se transforma en una disputa de proyectos de desarrollo en torno a cómo se organiza el territorio. El gobierno privilegia el extractivismo y los agro-negocios, mientras que nosotros postulamos un ordenamiento territorial fundado en la agro-ecología, la protección del medioambiente y de los recursos vitales para la humanidad como el agua. Colombia todavía es uno de los grandes productores de agua y cuenta con cuencas hidrográficas extraordinarias, aunque hoy están en grave riesgo de desaparecer debido a la explotación minera.”

“EL ESTADO COLOMBIANO EN VEZ DE CAMINAR HACIA LA PAZ, MUY POR EL CONTRARIO, ESTÁ PROFUNDIZANDO LAS CAUSAS DEL CONFLICTO”

-¿Cuáles han sido las respuestas que han recibido por parte del Estado corporativo colombiano respecto de sus demandas centrales?
“Desde el 2014 hemos presentado un pliego y acordado una agenda con el gobierno nacional, en el contexto de una Mesa Étnica Nacional (lugar de interlocución y negociación). Allí también pusimos un punto ligado a la construcción de confianzas alrededor de la financiación de algunas obras de infraestructura y proyectos productivos para el fortalecimiento de nuestras organizaciones, entre otros temas. Se trata de aspectos que si el Gobierno Nacional hubiera tenido la voluntad política, ya se habrían cumplido. Por ejemplo, acordamos la dotación de $1.500 millones de pesos (600 mil dólares) por año desde el 2014, pero al 2016 ni siquiera ha sido aprobado el presupuesto del 2014. Ello ilustra claramente cómo el gobierno incumple sus compromisos. De hecho, nosotros nos movilizamos y paramos desde el 30 de mayo próximo por 8 puntos bien definidos (3), y que consideran temas sustantivos que han sido sistemáticamente no cumplidos.”

-He visto las imágenes de la implacable represión policíaco-militar en contra de las movilizaciones que ustedes han desarrollado en los últimos años (4)…
“El gobierno, al igual que lo hace con las insurgencias, ha implementado una estrategia de invasión y desgaste para hacerle el vacío a la Mesa Étnica Nacional. Asimismo, el gobierno no está dispuesto a discutir ninguna de nuestras demandas que toquen siquiera de manera mínima las estructuras del modelo neoliberal. Por ello es que hemos resuelto efectuar el Paro Agrario.”

-¿Cuáles son las características del Paro Agrario que se inicia el 30 de mayo?
“Es de carácter indefinido y con fines políticos muy concretos. Queremos reponer nuevamente sobre la mesa las reivindicaciones que llevan incumplidas más de dos años. La administración de Santos lo único que nos ha dicho es que el modelo no va a cambiar hasta que no se cambie el gobierno. Y así pasa que los pocos bienes públicos que quedan ya están en la lista para ser privatizados; la educación dejó de ser un derecho y se convirtió en mercancía. Lo mismo ocurre con la salud y otros derechos sociales y económicos. En consecuencia, el desenvolvimiento del proyecto capitalista del Estado colombiano en vez de caminar hacia la paz, muy por el contrario, está profundizando las causas del conflicto. En general, también perseguimos concitar la solidaridad nacional e internacional con nuestra causa para que la administración de Santos comprenda la urgencia de abrir canales de negociación, diálogo y participación con el movimiento social y popular.”

-Y los Derechos Humanos en Colombia…
“Todo arranca desde la concepción ‘por arriba’ de la ausencia de inclusión social, económica, política y ambiental. Los efectos de la exclusión son devastadores en materia de Derechos Humanos en el país. Por abajo hay asesinados, desaparecidos, perseguidos, amenazados, judicializados por ejercer el derecho a la protesta. Muchos dirigentes y dirigentas han sido acusados falsamente de ejercer terrorismo sólo por haber impulsado los paros que realizamos el 2013 y el 2014. En este sentido, la situación de los DDHH en Colombia bajo el gobierno de Santos no es sustancialmente distinta a la que sufrimos durante los 12 años de la administración del ex presidente Álvaro Uribe. Entonces Santos busca desmovilizar la insurgencia no sólo armada, sino también al movimiento social a través de su negación reiterada de acceder a un cese del fuego bilateral solicitada tanto por el pueblo movilizado, como por la insurgencias armadas. Esto contrae un grave problema para nuestras comunidades porque bajo el supuesto del gobierno de combatir a las insurgencias armadas, se viola flagrantemente por el lado de las fuerzas estatales el Derecho Internacional Humanitario. Por eso, en tanto el relato oficial dice que estamos prácticamente al borde de un momento de post-conflicto y de paz en Colombia, desde el 30 de mayo vamos a salir a las carreteras y las calles miles y miles de campesinos y pueblo urbano, demostrando que la realidad es completamente otra. Pondremos de manifiesto la verdad del país: que aquí se violan los DDHH; que se profundiza un modelo que somete a la pobreza estructural a nuestra gente; que se entregan sin mayores requerimientos ni contraprestaciones nuestros recursos básicos al capital extranjero. El gobierno tendrá que entender que la paz no es únicamente el fin de la guerra.”

-La lucha del pueblo colombiano se ofrece en medio de una ofensiva brutal del imperialismo norteamericano en contra de otros pueblos de NuestraAmérica, como son los casos de Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay, Honduras, Ecuador, sólo por nombrar los más trágicamente visibles. ¿Cómo evalúan semejante coyuntura?
“Nuestra suerte como pueblos de Colombia, es la misma suerte de varios países de NuestraAmérica. Sin duda que los gobiernos progresistas y populares del continente están padeciendo una embestida impresionante por parte del capital imperialista. Pero por otra parte y por la misma causa, también la resistencia de los pueblos se multiplica. Sin una pizca de pretensión, los pueblos colombianos estamos en pie de afirmar que hoy podemos aportar en la resistencia popular a escala continental. Por eso solicitamos la solidaridad internacional. Probablemente nuestra lucha y paro serán bloqueados mediáticamente y sólo contaremos con la compañía de los medios alternativos e independientes. Desde ya les aseguramos que la movilización que comienza el 30 de mayo tendrá estatura histórica. Vamos a lograr varios de los objetivos que nos hemos impuesto. El movimiento social y popular colombiano se está reactivando y radicalizando, llegando al punto de poder exigir.”

Notas