miércoles, 25 de febrero de 2015

Chile: Crítica a la razón solitaria

¿Se te ocurre abrazar con una pregunta amistosa a quien te acompaña hace tanto y todos los días en el paradero, quizás organizar un reencuentro, sabotear por una vez tu agenda fabricada por los de arriba? ¿Se te ocurre mirarnos a los ojos y decirnos la verdad? ¿Se te ocurre desmantelar juntos/as esta soledad de fin de mundo, santiaguino/a?

Andrés Figueroa Cornejo   

Una cosa es el previsible hundimiento de Michelle Bachelet en las encuestas (es como si el ala más diestra del partido único hubiera decidido que es mejor que se vaya todo el sistema político dominante a la mierda a que arruinarse solo, o bien la ley del empate en la cancha de la corrupción donde todos ellos pierden), los temblores del dólar en Chile según el archisabido precio a la baja del cobre y los vaivenes de la segunda guerra fría caminante; la desaceleración, los despidos en la mediana, pequeña minería y gran minería transnacionalizada –que le dicen “desvinculaciones” en la siutiquería cruel del empresariado-; los golpes sistemáticos del Estado contra la fracción de pueblo Mapuche en pie de combate; la fiesta sin fin del capital financiero y el retailer (con sus respectivas tercerizaciones y reducciones de personal); la evaporación y envenenamiento del agua por doquier y las cabezas rotas que resisten. Pero otra cosa, cómo no, es ver a tanta y tanta gente en Santiago, donde habita más de un tercio de la población del país, sobrecogedoramente abrigada en su teléfono celular, da igual hacia donde se mire.

Una cosa es el caso Penta, Dávalos, Soquimich S.A., la corrupción y hermandad entre los grandes capitales y el partido único en el Ejecutivo y el Legislativo que finalmente nos vuelve tan latinoamericanos y mundiales en esta temporada amarga para el pueblo trabajador del planeta lleno de contusiones asesinas; el festival de Viña del Mar que pone fin oficial al verano chileno y alerta a los escolares –como las fiestas patrias de septiembre son el preámbulo del término del año-; los gastos y deudas de marzo asociadas a los gastos educacionales, matrículas, cheques en garantía; los bonos numerados para repobres con tarjeta científica de repobre, los ridículos seguros de cesantía salidos del excedente producido por el propio trabajador -¿otro ahorro forzoso?-; la cantidad sideral de profesionales que laboran en cualquier cosa pero menos en lo que estudiaron rápido y agobiados que sale tan caro para el bolsillo y la salud, y de trabajadores/as insatisfechos/as que lo único que los ata a su puesto en el taller y la oficina son las deudas; y otra cosa es esta soledad ambiental, esta tristeza apenas compensada por algún electrodoméstico a cuotas o un par de zapatos de segunda selección importados y montados por manos infantiles y femeninas asiáticas y africanas y latinoamericanas.

Chile con depresión, dolencia mental galopante, no mires a nadie, la tutela de la desconfianza y la desconfianza vigilada. Entonces, como se trata de consolidar por arriba las relaciones insolidarias, mejor me invento un personaje en las redes sociales y nos mentimos todos/as virtualmente que es infinitamente menos riesgoso y complicado que conocer a un otro/a que no conocías antes. Así nos convertimos con tierno cinismo en protagonistas de telenovelas privadas, en psicópatas más o menos inofensivos, total hay un acuerdo no escrito para engañarnos, para no comprometernos, para limitar el miedo de las relaciones concretas, para enajenarnos. Por el momento pareciera que ese es el acuerdo posible y autorizado entre millones de santiaguinos.

Sí, sí, sí. Que la dictadura y los gobiernos civiles consagraron en el altar de la miseria humana las relaciones sociales fundamentadas en el egoísmo necesario para explotar y expoliar tranquilamente. Que la CIA y el Mossad. Que los chinos y los rusos dándose contra el imperialismo norteamericano y el Estado alemán, muy capitalistas todos, por cierto. Sin embargo, qué me importa que los criminales vestidos con traje a la medida, los de la tiranía y los que esquilman a la mayoría (unos condición de los otros y entre los cuales muchos son los mismos) vayan tan sueltos de cuerpo por el Santiago breve, tan Montevideo, tan Ciudad de Buenos Aires, tan Lima. Qué me importa la ruina no buscada de los vagabundos/as, los borrachos, los migrantes, los jóvenes sin futuro que rapean lúcidamente en las esquinas de las comunas empobrecidas, las/os prostitutas/as que no lo hacen porque les gusta sino para costear el arriendo y la mantención de su parentela. Qué me importa que el vecino castigue a su pareja a diario –para eso basta aumentar el volumen del equipo de radio y el televisor y santo remedio-, qué me importan los grupitos de locos que intentan explicar por todos los medios las causas hondas de tanta desgracia. Tienen razón cuando logro comprender lo que quieren decir, consiento, pero estoy tan fatigado/a y me gustaría por lo menos besar a mis hijos antes que se duerman, no ves que así alcanzo a observarlos crecer con horario acotado y quiero que alguien me cambie los pañales antes de ingresar a la recta final.

Soledad de archipiélago polar. Soledad planificada o como consecuencia. Soledad indolente, gris-azul como los uniformes civiles y militares. Por favor, déjame sobrevivir camuflado/a, no quiero problemas, no te metas conmigo y, en general, no te metas en nada. Santiago con toque de queda no declarado, pero efecto directo de la disciplina del capital. Santiaguinos/as puteando a la locomoción colectiva cara y de frecuencia cuartelaria y cuartel imaginario en cada calle, plaza y casa.

¿Se te ocurre abrazar con una pregunta amistosa a quien te acompaña hace tanto y todos los días en el paradero, quizás organizar un reencuentro, sabotear por una vez tu agenda fabricada por los de arriba? ¿Se te ocurre mirarnos a los ojos y decirnos la verdad? ¿Se te ocurre desmantelar juntos/as esta soledad de fin de mundo, santiaguino/a? 

lunes, 16 de febrero de 2015

Prevenciones veraniegas frente al capitalismo en Chile

Andrés Figueroa Cornejo  


Fíjate bien, hermano/a, que una cosa son los dolores a los que nos tienen acostumbrados los que tienen el sartén por el mango, como le dicen, la corrupción sabida y la por saber, las reformas en miniatura y dentro de los marcos del liberalismo de escaparate internacional en Chile. Fíjate en la actual administración del Estado policíaco-empresarial, la militarización contra las demandas justicieras del pueblo Mapuche, la criminalización a los jóvenes en general y a los más empobrecidos en particular; esta mansedumbre fundada en el miedo, este miedo sordo originado por las deudas que obligan a hacerse de cualquier trabajo por precario que sea; el robo y el saqueo de las Administradoras privadas de Fondos de Pensión (AFP) y de las multinacionales financieras, mineras, de la agro-industria, de las forestales. Sopesa a la izquierdita nuestra que se corre cada vez más a la derecha consciente o inconscientemente y cómo se multiplica un racismo de bases imaginarias entre los santiaguinos de a pie en contra de los peruanos y los morenos y los indígenas y los miserables y los migrantes de afuera y de adentro, como si no existieran espejos. De tanto ver el arsenal de cartelones gigantes con modelos corregidos/as computacionalmente imponiendo el endeudamiento por cualquier cosa, ya la zona gris  de los santiaguinos/as que se siente “clase media” no sólo saliva por acumular mercadería inútil, sino que también se cree los propios modelos estilizados artificialmente por la informática. Eso sí, existe otro endeudamiento doméstico: el que ese mismo sector social adopta, pero esta vez para llegar a fin de mes. Doble maldición: la deuda impagable producida por el fetichismo de la mercancía, y la causada porque los salarios no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas.

Fíjate que el sistema político dominante funciona como un solo cuerpo matizado, un solo proyecto estratégico y los mismos intereses de un racimo contado de privilegiados que además son parientes, se casan entre ellos mismos, en esta suerte de incesto con fines económicos y de poder, y que si  sus personajes son mirados se les pueden adivinar las colas de chancho mal disimuladas, y si se miran de lejos tienen sabor a mafia de última fila. Por supuesto que no faltará quien me acuse tal vez con qué etiqueta ideológica por hacer una especie de tabla rasa frente al duopolio –que la reforma al binominal no modifica, sino que reconsolida por razones de financiación de las campañas-. Te digo entonces que las diferencias al interior del partido único se parecen demasiado a las que hay entre los “demócratas” y los “republicanos” del sistema político norteamericano. En términos “valórico-culturales” unos son más liberales y otros más conservadores. Pero esa disputa vieja en Chile y Occidente en ningún caso contradice los intereses de la hegemonía del capital financiero planetario, el subsidio estatal al capital concentrado, transnacionalizado y prácticamente monopólico en Chile, y menos tiene que ver con los intereses históricos del pueblo trabajador (entendido de manera ampliada) o la liberación de la mujer o el reconocimiento de la soberanía y territorios del pueblo Mapuche, o las comunidades que sufren la escacez de agua debido a la industria agro-minera y energética, entre tantos/as castigos y castigados/as de aquí y de allá.

Ese mismo descrédito y ausencia de legitimidad del sistema político –cuya misión es mantener la gobernabilidad para goce de los inversionistas y mala vida de la mayoría- se ha intensificado por la corrupción que en Chile los de arriba siempre han intentado lavar con elegancia. Esa “tradición” oficial fue destruida en tiempo récord mediante los casos Penta y Dávalos (hijo de la presidenta Bachelet). Esto es, si ya los partidos políticos del orden y del capital padecían el repudio general de la población, con los últimos acontecimientos terminaron de pulverizarse los pies a tiros de sus propias armas. No hubo confabulación “terrorista”, anarquista o musulmana. Ellos/as mismos fabricaron la soga, las condiciones y el crimen. Y ni hablar de la evasión tributaria y bien guardada en la sucursal del monstruo de la banca, el HSBC en Suiza, por los archimillonarios Andrónico Luksic, José Yuraszeck, Ricardo Abumohor, Álvaro Saieh y José Miguel Gálmez, entre otros sujetos nacidos en Chile. La república de la impunidad enseña su dentadura desvestida de brillo.

Mala cosa. Paisito venido a depresión, segundo en cantidad de suicidios del continente, salud mental resuelta en medicamentación fabulosa, alcoholismo y drogas. Economía dependiente y financiarizada, con los precios del cobre y los minerales cayendo inexorablemente ante la crisis capitalista mundial que no finaliza. Es cierto que el capitalismo vive de sus crisis. Así desbarata sobreproducción y elimina competencia. Sin embargo, las dimensiones de la que está en curso desde hace casi ocho años se desploman sobre la totalidad de las relaciones sociales y de sus expresiones como un sistema conjunto que revela la novedad inhumana de una era.

Mira que ahora, al igual que hace tantos años, la televisión, el sistema escolar y el de la educación superior, la señalética ideológica del poder, etcétera, nos tiene bien solos y distraídos, alineados y alienados, y no te muevas que hay castigo por sospecha de todas la policías y de todos los servicios de inteligencia del Estado. Santiago tiene cámaras de vigilancia y vigilantes por donde se camine –y la paranoia nunca ha sido mi fuerte-, pero las más efectivas son las cámaras de vigilancia que lleva gran parte de la población dentro de la cabeza. Porque, claro, no es posible que la mitad de la gente esté vigilando a la otra mitad.

En esta parte me dirás que si no me gusta cómo van las cuestiones en Chile, mejor empaque; o que soy un resentido social (que no es lo mismo que un re-sensible social) o un terrorista encubierto, un agente boliviano, un árabe o un africano de los que aparecen allá tan lejos en los noticieros donde siempre triunfan los milicos norteamericanos, tan bien adiestrados e indestructibles y civilizadores y demócratas e imperio elegido por Dios, qué duda cabe.

En los bordes y abajo se hace lo que se puede. Evidentemente, lo que se puede no alcanza todavía ni para cambiar una coma del código laboral antipopular. Lo que sí es cierto, es que, independientemente de las limitaciones de los que vamos por ahí procurando colaborar con transformar la vida para que un día se terminen las clases sociales, y la libertad ya no haya que gritarla en las paredes ni pagarla con muerte, el capitalismo chileno recibe los golpes de la caída de las inversiones postergadas o pendientes según sus propios indicadores.

Fíjate que las cosas no pintan lindo en Chile. Y anda previniéndote no sólo de la radiación solar de este verano. Piensa en qué tenida vas a usar cuando, otra vez, tengamos que llenar las calles y costas y cordilleras y plazas del país para hacer la fuerza nuestra, la que palpita nerviosa e incierta, la que sacude la indolencia, apura la solidaridad y destrona el egoísmo.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Chile: Cuando el Che Guevara, Bolivia y dos chilenos

Entrevista con los revolucionarios chilenos Alejandro Catalán y Julio Ulloa, ex militantes del MIR y del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia creado por Ernesto Guevara de la Serna.

“Lo llenas todo con tu presencia”
Pablo Milanés

Andrés Figueroa Cornejo   

Alejandro Catalán fue prisionero político durante 6 años, y Julio Ulloa sufrió 12 años de a cautiverio. Ambos son chilenos y en los años de plomo fueron militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, MIR, y participaron del proceso guerrillero que inició Ernesto Guevara en Bolivia, cuya primera etapa terminó con el asesinato del legendario cubano-argentino la primera semana de octubre de 1967.
La rebeldía, la solidaridad y también la soledad. Las contradicciones del Presidente Salvador Allende; la majadería brillante para libertar a Bolivia. El internacionalismo, el antiimperialismo, el anticapitalismo, el Cristo de los oprimidos/as, la mujer. La humanidad, el amor, la justicia inoxidable como bandera que no duerme en los armarios ni se desintegra con las amenazas del poder.
Dos hombres que murieron tantas veces, dos hermanos de Guevara. Dos y yo, periodista privilegiado, en torno a un mate a cuatro calles de la Alameda de Santiago de Chile. Dos hombres que esperanzan la voluntad de cambiar la totalidad de las relaciones sociales bajo la noche capitalista tan honda y tan urgente de hacer añicos. Dos hombres sin precio y una grabadora que enciende su pupila roja.

-¿En qué momento histórico te incorporaste al proyecto revolucionario del Che en Bolivia?

Alejandro Catalán: Elmo Catalán (http://es.wikipedia.org/wiki/Elmo_Catal%C3%A1n), militante del Partido Socialista y férreamente comprometido con la Revolución Cubana, quedó encargado de formar un equipo para rescatar a los compañeros sobrevivientes de la guerrilla del Che, especialmente a los bolivianos, hacia fines de octubre de 1967. Los combatientes estaban retirándose en dos grupos en medio de la persecución de los rangers norteamericanos (soldados de elite) y del ejército boliviano. Ya en Cuba, por iniciativa de su gobierno, se había formado un equipo. En él estaban, además de Elmo, Beatriz “Tati” Allende (http://es.wikipedia.org/wiki/Beatriz_Allende) y Arnoldo Camu (http://es.wikipedia.org/wiki/Arnoldo_Camu). Ellos eran leales a los acuerdos y principios sancionados por el Congreso de Chillán del Partido Socialista (PSCh, 1967), en particular de la línea del Frente de Trabajadores, proyecto estratégico del PS chileno y que en el fondo, nunca cuajó.

-¿En qué consistían los aspectos centrales del Congreso de Chillán?

AC: Básicamente fue una respuesta a los congresos 20, 21 y 22 de la Internacional Comunista que establecieron la política de los frentes populares y de conciliación de clases. Los fundamentos del Congreso de Chillán, en cambio, señalaron que el proceso revolucionario en Chile debía descansar sobre la unidad amplia del pueblo trabajador, de los asalariados manuales y no manuales; de la independencia política de la clase trabajadora y del rechazo a cualquier alianza con la burguesía, considerada como la socia esencial del imperialismo norteamericano. Aquí hay una situación importante. La línea del Frente de Trabajadores fue la aplicación práctica y concreta de los acuerdos de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS, http://www.ruinasdigitales.com/blog/primera-conferencia-de-la-organizacion-latinoamericana-de-solidaridad/) , proyecto presentado por Salvador Allende Gossens en la Tricontinental (http://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_Solidaridad_de_los_Pueblos_de_%C3%81frica,_Asia_y_Am%C3%A9rica_Latina) . En la Tricontinental no pudo participar el Che Guevara debido a la oposición tajante de la Internacional Comunista por sus diferencias políticas con el revolucionario.

-¿Cómo se realizó tu ingreso concreto a la misión asumida por Elmo Catalán y los demás?

AC: Salvador Allende, entonces Presidente del Senado chileno y Presidente de la OLAS, comisionó a Elmo y a Arnoldo Camu a constituir el equipo de rescate de los hermanos bolivianos. Rápidamente se crearon los grupos con sus distintas especialidades: seguridad; gente que conociera los pasos fronterizos entre Chile y Bolivia; logística e infraestructura en el norte grande chileno (entre Arica y Antofagasta). Elmo había sido periodista de la Confederación del Cobre, así es que contaba con ese respaldo y el conocimiento del terreno. En fin. Antes de que terminara octubre de 1967, me visitó en casa un viejo amigo comunista de la línea de Luis Reinoso (a la izquierda de la política oficial del PCCh) y me propuso colaborar en la tarea. Yo manejaba técnicas gráficas y podía ayudar en lo correspondiente a la construcción de documentación. Se lo planteé al hermano de Miguel Enríquez, secretario general del MIR, Edgardo (http://villagrimaldi.cl/registro-interno/enriquez-espinoza-edgardo/) , y él lo consideró justo. En resumen, se cumplió a cabalidad la misión de recibir a los compañeros bolivianos.

-¿Cuáles fueron los detalles del rescate?

AC: Existió una comunicación muy fuerte con “Manila” (Cuba), mientras la operación se desarrollaba de manera vertiginosa. Pasó que el Partido Comunista boliviano, con su secretario general, César Monje, intentó “limpiar” su traición a la guerrilla de Guevara. Así, propagandísticamente, apareció como que el rescate fue obra de un grupo del PC de Bolivia, cuestión absolutamente falsa. Lo real es que los sobrevivientes atravesaron la frontera cerca de Arica,  en medio de un recibimiento fabuloso. Como se pensó originalmente que el procedimiento sería clandestino durante un largo tiempo, otros y yo fabricamos los documentos de identidad necesarios. Paralelamente se edificó una red de desinformación para distraer a la CIA que pretendía exterminarlos a todos. Sin embargo, e inesperadamente, en el momento en que se supo que los sobrevivientes ingresarían a Chile se produjo una verdadera movilización popular. Los mineros del cobre se trasladaron en los camiones y la propia población partió al recibimiento. Fue una especie de carnaval rebelde. Distintos grupos e individuos se sumaron desde distintos lugares. Beatriz “Tati” Allende, pistola en mano, dirigió a un grupo hacia uno de los posibles pasos de ingreso de los compañeros. Llegaron Pombo (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=57616) , Benigno y Urbano, quienes fueron trasladados a una comisaría de carabineros de la zona. El cuartel fue rodeado por los mineros y la gente. En ese episodio llegó Salvador Allende desde Santiago y realizó la recepción formal como Presidente del Senado. Los guerrilleros fueron transportados a la capital donde el pueblo los abrazó como a héroes. Tanto la derecha como la Democracia Cristiano mantuvieron un conveniente silencio debido a la algarabía del pueblo. Entonces Allende logró sacarlos de Chile a Cuba, haciendo una escala en Tahití.
Como en la operación hubo que entrar a Bolivia, mi grupo de todos modos debió fabricar cédulas de identidad falsas, documentos de conducir, entre otros.
En el equipo chileno de apoyo participaron, en su gran mayoría, socialistas, militantes del MIR e independientes.

-El comportamiento que tuvo Allende, observado desde el Chile de 2015, podría haberle costado la carrera política por muchísimo menos…

AC: A Allende le importó un comino. Él cumplió su tarea. Por eso yo rescato su carácter internacionalista y revolucionario. Lo que sucedió es que Allende, por su análisis, pensaba que ese no era el camino para Chile.

-¿Qué repercusiones tuvo al interior del PSCh el acontecimiento?

AC: Nacieron los “Elenos” (por el Ejército de Liberación Nacional creado por el Che en Bolivia) a fines de 1967. Al interior del PS se convirtió en una suerte de tendencia clandestina. Todos sabían que existía el ELN, pero nadie los conocía. Posteriormente Inti Peredo (http://www.elortiba.org/inti.html) se vino a Chile. Con él yo pude participar, junto a las personas comprometidas en el rescate del año anterior, en una reunión a comienzos de 1968. Allí él planteó la necesidad de tener nuestro apoyo en un nuevo proyecto cuyo lema fue “Volveremos a las montañas”. Como ya es sabido, la meta del Che no fue hacer la guerrilla en Bolivia, sino que construir una escuela de cuadros revolucionarios que serían destacados después a distintos países del continente. Ese era el objetivo y continuación que nos propuso Inti. De ese modo, y yo leal a Elmo Catalán, emergió la fuerza clandestina desde Chile hacia Bolivia; una fuerza constituida no por partidos políticos, sino que por personas. Comenzamos a realizar labores de retaguardia estratégica, logística, infraestructura; grupos de exploración, establecimiento de postas desde Santiago hacia el norte. Se confeccionaron refugios con combustible, alimentos, botiquines. Y también chilenos fueron a combatir a la guerrilla de Teoponte en 1970, donde, resultado de un nuevo fracaso, muchos “Elenos” del PSCh hicieron una fuerte crítica a la iniciativa. Además que varios de ellos ya estaban ocupando cargos institucionales y gubernamentales en la Unidad Popular. En ese marco, se quebraron los “Elenos” y continuamos muy pocos. Osvaldo Peredo, hermano de Inti, y otros sobrevivientes de Teoponte ingresaron a Chile en 1971.

-Pero tú te quedaste en Chile…

AC: Sí, y nos abocamos a las comunicaciones, a Inteligencia. En Chile contábamos con la militancia de cuadros técnicos en la preparación de materiales de guerra. Tanto de ingenieros como de obreros de la tornería y la siderurgia. Aquí se crearon las matrices, los modelos de todos los armamentos no sólo para los bolivianos, sino también para los argentinos, uruguayos y los propios revolucionarios chilenos. Por ejemplo, para los bolivianos construimos los prototipos de los fusiles de asalto M-1, para el MIR chileno se hicieron modelos de la “matraca” P- 25 para combate urbano.
Incluso, el ELN de Bolivia en Chile le ofreció al Partido Socialista chileno dirigido por Carlos Altamirano la fabricación de armas cuando el golpe de Estado se aproximaba a pasos agigantados y estaba en boca de todo el mundo. Pero el PSCh no entregó jamás los materiales ni destacó a los militantes que podían haberse hecho cargo de la confección de material bélico.
Lo cierto es que el día del golpe, Allende se quedó solo con sus más leales. Había compromisos previos donde el PCCh habló de 10 mil militantes para la defensa del gobierno; los socialistas, para no ser menos, aportarían con 15 mil; y el MIR con que los tanques no entrarían a La Moneda. Como ya lo sabemos, no ocurrió nada de eso. Nadie estuvo a la altura de las circunstancias históricas.

Vietnam Heroico, el PRT-ELN de Bolivia, la Operación Cóndor

-Tú, Julio, ¿de qué manera te incorporas al proceso revolucionario de Bolivia inaugurado por el Che?

Julio Ulloa: Yo militaba en el MIR de la zona oriente de Santiago. Soy de origen proletario, trabajé desde niño y en ese tiempo estaba estudiando Trabajo Social en la universidad con el fin de adquirir conocimientos para ponerlos al servicio del pueblo. En esa época Chile era un centro extraordinario de actividad social, política y solidaria. Buena parte del pueblo chileno permanecía atento a los acontecimientos de Vietnam, de África. Al país arribaron muchos revolucionarios brasileños, argentinos, bolivianos. Y en mi caso, el latinoamericanismo era un asunto natural. Yo soy más joven que Alejandro y cuando entré al ELN ya se habían sucedido las derrotas de Ñancahuazú y la de Teoponte en 1970. De este modo, devino la tercera etapa, encabezado por Osvaldo “Chato” Peredo (hermano de Inti y Coco). Y mi decisión fue autónoma respecto de la dirección del MIR.

-Tú te iniciaste en 1971 en ese empeño junto a refugiados políticos de distintos pueblos de Latinoamérica que estaban en Chile…

JU: No sólo refugiados. El proceso chileno resultó muy atractivo para mucha gente que no era del país. Venían a aportar y a aprender. Entre esa gente se encontraban los hermanos bolivianos del ELN y su Estado Mayor (Nilda Heredia, Osvaldo Peredo, Luis Stampone (argentino que provenía de la guerrilla de Masetti,http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184126) , Jorge Ruiz. Ellos se hicieron parte de lo que nosotros estábamos haciendo en Chile, y en particular, en la localidad de Barrancas (actual comuna de Pudahuel), en el Santiago todavía ruralizado. Ahí funcionaba un Centro de la Reforma Agraria que ofreció asilo a muchos bolivianos. Se trataba de fundos intervenidos por el gobierno. Por tanto sus pobladores no tuvieron que comprar la tierra inmediatamente, sino hasta que los propios campesinos decidieran cómo iban a trabajarla. El gobierno les hizo préstamos tan baratos que los campesinos alcanzaron a pagarlos.
Allí existió presencia del MIR a través de una dirección local de la mano con Edgardo Enríquez y Lumi Videla (http://villagrimaldi.cl/noticias/quienes-y-por-que-mataron-a-lumi-videla-y-arrojaron-su-cuerpo-en-la-embajada-italiana-de-santiago/) . El MIR la calificó entonces de una experiencia de milicias campesinas para la defensa de la zona contra los dueños de los fundos, del grupo de ultraderecha Patria y Libertad, e incluso de la represión de carabineros. Hubo enfrentamientos, de hecho.

-¿Y en qué consistió el accionar del ELN boliviano allí?

JU: En formación política, trabajos voluntarios (donde también asistían en marcha los estudiantes  de la Universidad Técnica del Estado (hoy Universidad de Santiago de Chile, USACH); del campamento Che Guevara, del Instituto Nacional de Capacitación, INACAP (hoy entidad de educación superior privada); miembros de la embajada de Vietnam (el Centro de Reforma Agraria se llamaba Vietnam Heroico)), e intercambio de perspectivas de construcción política. En el terreno había un consejo campesino que se ocupaba de la producción y de elevar el nivel cultural de los pobladores. Lo que se buscaba era crear en un territorio específico la sociedad nueva, la sociedad socialista. Recuerdo que un grupo de anarquistas españoles estaban muy interesados en lo que allí se desenvolvía. No se repartió la tierra, se colectivizó.
Lo que se hizo en el Centro Vietnam Heroico fue uno de los eslabones más avanzados de la reforma agraria durante la Unidad Popular. El gobierno chino de entonces, donó el primer proyecto ecológico que producto del golpe de Estado, no alcanzó a ver sus frutos. En este caso, el Centro alcanzó una productividad y aplicación de nuevas tecnologías tales, que incluso al comienzo de la tiranía, mientras se regresaban los fundos a los terratenientes, los milicos indemnizaron a los campesinos antes de lanzarlos a su suerte.

-¿Cuál fue la reacción de los miembros del ELN ante el trabajo en el Centro Vietnam Heroico?

JU: Ellos venían de una experiencia fundamentalmente político-militar y en el Centro conocieron una forma de labor amplia y efectiva de pueblo organizado y, como se decía antes, de lucha de masas. Creo no equivocarme si te aseguro que lo que vieron y vivieron los compañeros del ELN en el Centro fue una posibilidad a implementar en un nuevo proyecto revolucionario más complejo y completo en el empeño de la Bolivia por liberar. Es más, cuando los militantes del ELN boliviano retornaron al país andino, crearon el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ELN), inspirados también en lo que vieron en Chile y en Argentina.
En chile el ELN logró su reagrupación y los contactos hermanados con los Tupamaros uruguayos, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) y el MIR chileno, simiente de la Junta Coordinadora Revolucionaria de América del Sur (http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-96185.html) . El objetivo fue acordar aspectos centralizados para la creación de condiciones revolucionarias en cada país y combinadamente.

-¿Y qué fue de ti, Julio?

JU: En 1971 fui parte de un equipo de chilenos y bolivianos que partió a formarse política y militarmente a Cuba, en mi condición de militante del ELN boliviano. Estuvimos en la Isla dos años (el golpe de Estado en Chile lo sufrí en Cuba). El objetivo era abrir un nuevo frente guerrillero en Bolivia. Ahora bien, a causa de las experiencias fallidas en Ñancahuazú y Teoponte, compañeros argentinos, bolivianos y chilenos realizaron una fuerte crítica a esos episodios. Ya no era posible repetir una iniciativa similar a las anteriores, en frío. Por eso se resolvió el trabajo desde el movimiento popular que se materializó en la gestación del PRT-ELN. Ya el ELN tenía cierta influencia previa en las minas, en el campo, en la ciudad. No se arrancó de cero.
De este modo, algunos iniciamos el acercamiento a Bolivia desde Perú, donde fuimos apoyados por revolucionarios de ese país. En ese contexto y ante la necesidad de construir el partido, nos reunimos militantes del ELN, esencialmente bolivianos que permanecían exiliados en distintas partes del mundo. El PRT-ELN se vuelvió una realidad en un congreso efectuado en Lima, Perú.
Alrededor de 1974, yo partí del Perú a Cochabamba en Bolivia, en plena dictadura de Hugo Banzer. Se trataba de una labor de semi-clandestinidad. Nuestras identidades eran clandestinas. Al poco andar conseguimos abrir trabajo a nivel estudiantil y de trabajadores. A través de diversas modalidades de propaganda comenzó la formación del PRT, con respuesta real. Sin embargo, este capítulo sólo duró hasta 1975, cuando se produjo la reacción de la dictadura de Banzer, en medio de un escenario de dictaduras en todo el Cono Sur.

-¿Qué ocurrió contigo?

JU: Caí en Cochabamba en octubre de 1975. Asimismo nos golpearon represivamente en Santa Cruz, La Paz, Oruro. Capturaron a la columna vertebral de nuestra fuerza. En mi caso, estuve 6 meses prisionero en la cárcel de La Paz, después de los cuales fui entregado a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) de la dictadura chilena, en el marco de la Operación Cóndor (http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_C%C3%B3ndor) . En Chile fuimos torturados por agentes brasileños que, a su vez, habían recibido instrucción de la escuela francesa y sus escuadrones de la muerte que fueron quienes fundaron la doctrina de la guerra contra el llamado enemigo interno luego de sistematizar su propia experiencia de “guerra moderna” en Argelia.
La DINA nos trasladó a los centros clandestinos de Tres y Cuatro Álamos en Santiago, y luego a la localidad de Puchuncaví. Así estuve preso otros 6 meses hasta que la dictadura decretó una amnistía en 1977. Salí en libertad, me sumé a la Resistencia chilena y caí de nuevo, esta vez, me dieron 11 años de presidio.

La voluntad insobornable: “El Che está pendiente”

-Esta es cosa mía. Yo considero que Chile no fue ni es sólo el laboratorio del denominado neoliberalismo, sino que en la actualidad, del propio e inestable Nuevo Orden Mundial decretado por el imperialismo norteamericano y sus aliados. ¿Qué piensan?

AC: Es efectivo. Sobre todo cuando al capitalismo ya le quedó chico el planeta y se está repartiendo la luna y hasta Marte. Para mí la contradicción es el humanismo versus el capitalismo. El Che está pendiente. Y en Latinoamérica el papel de los cristianos de base y de las mujeres es estratégico en cualquier campaña emancipatoria.

JU: Más allá de todas las derrotas, la situación presente de los pueblos nos emplaza a formular políticas creativamente, por más poderoso que sea y parezca el enemigo de la humanidad. Tiene sentido y sí vale la pena transformar el mundo. Y la juventud ahora tiene que inventarlo todo. El capitalismo produce rebeldes, pero no por abstracciones o moda, sino por sus mismas contradicciones internas. Algunos viejos quedamos para colocarnos a su servicio, que nunca para “dirigirlos”.

AC: Hoy nosotros seguimos diciendo “Hasta la victoria siempre”.