“Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo
del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.”
Bertolt
Brecht
Enmudecido y
premeditadamente olvidado, castigado por el rumor y la crítica cobarde –e
imposible de replicar por ausencia- desde la izquierda de todos los colores y
olores, y satanizado odiosamente por la derecha, el imperialismo y sus
burguesías dependientes, rentistas y subordinadas. El pasado 23 de septiembre
se cumplieron 7 años de la muerte en Argentina, su país de origen, del
revolucionario Enrique Haroldo Gorriarán Merlo. En sus expedientes se
encuentran la decisión durante el V Congreso del Partido Revolucionario de los
Trabajadores (PRT) de crear el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en
1970, la fuga de Trelew, el ataque al Batallón Monte Chingolo (1976), y el
ajusticiamiento en 1980 del tirano nicaragüense Anastasio Somoza Debayle, entre
otros tantos pecados que algún día podrán publicarse detalladamente y que
realizó contra el poder de la minoría privilegiada a costa de los trabajadores
y empobrecidos.
Para ir poniendo las cosas
en su sitio, el programa Canto Libre (www.radiosur.org.ar),
entrevistó al ex militante del Ejército Revolucionario del Pueblo, Darío Amador
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=153241),
compañero de luchas de Gorriarán Merlo.
-Se habla poco y mal de la figura de Gorriarán. Tú lo
conociste.
“No fui amigo del “Pelado”
Gorriarán. Yo era un combatiente del Ejército Revolucionario del Pueblo, al
igual que él. Eso nos hacía mucho más que amigos: nos hacía camaradas de armas,
nos hacía revolucionarios con el mismo objetivo. Lo aclaro porque los muertos
suelen tener una cantidad increíble de “amigos” –casi como el cantante Roberto
Carlos-, que dice “yo jugué al ajedrez con este, yo jugué al fútbol con el
otro, yo hablaba todos los días con aquel…” Y muchas veces no es cierto y otras
menos, sí. En realidad, la amistad es una decisión individual y lo que nosotros
teníamos era un compromiso colectivo, y Gorriarán fue una parte ineludible de
ese compromiso común que dejó una marca profunda en la sociedad argentina. A
tal punto que muchos años después de esa decisión colectiva existe un número
increíble de jóvenes en Argentina y en el exterior, que reconocen no sólo la
identidad política de Gorriarán en lo que fue el PRT-ERP, sino también en lo
que fue uno de sus más connotados
dirigentes.”
-Gorriarán fue parte del V Congreso del PRT que dio a
luz al ERP…
“Enrique Gorriarán fue uno
de los protagonistas de uno de los hechos históricos más importantes y que
determinaron la vida política en Argentina de los años 70. Se trató del V
Congreso del PRT, donde se resolvió la creación del ERP. De hecho, como el
decir y el hacer eran una sola cosa, Gorriarán se incorporó inmediatamente a
esa lucha armada que otros sectores, básicamente “morenistas” (http://es.wikipedia.org/wiki/Nahuel_Moreno),
desecharon, eligiendo otro camino. Gorriarán se incorporó con su pellejo a la
lucha revolucionaria que en ese momento se había determinado como forma y
método para tomar el poder en Argentina. Y no me refiero sólo al método
militar, sino sustantivamente al político y que consistió en la construcción de
un ejército y un partido revolucionarios, en la perspectiva de un movimiento de
liberación nacional.”
Político siempre
-Algunos de sus detractores lo califican de
militarista, “cabeza de pistola”, psiquiatrizan su conducta, lo convierten en
una especie de caricatura de “Rambo de izquierda”.
“En esos términos es
necesario clarificar que Gorriarán participó en la historia política argentina
en muchas acciones que, por espectaculares, no dejaron de ser acciones
fundamentales contra las clases dominantes en el país y para edificar el
socialismo. También vale recordar que Gorriarán, durante su militancia
política, no sólo desarrolló acciones militares, sino que cuando en algún
momento le tocó –por razones que no vienen al caso pormenorizar- ir nuevamente
a la base, después de haber sido un oficial de mucho prestigio en el ERP, a una
célula que ni siquiera dirigía en la ciudad de Córdoba, llevó adelante la línea
sindical del partido, como le correspondería concretar cualquier tarea a todo
revolucionario cabal y serio. Luego el PRT lo designó nuevamente a sus labores
anteriores. Aquí hay un detalle que muchos desconocen, en particular aquellos
que reivindican todo lo que dijo e hizo Mario Roberto Santucho (https://www.marxists.org/espanol/santucho/index.htm),
pero que olvidan sus caracterizaciones políticas: una de las últimas decisiones
políticas de Santucho fue reintegrar a Enrique Gorriarán Merlo a la dirección
máxima del PRT.”
-Quienes vapulean rabiosamente a Gorriarán, ¿son
ahora funcionarios del gobierno o súper revolucionarios capaces de tragarse
hasta un par de litros de café mientras llenan las cartillas electorales?
“Aquellos que se
arrepintieron de todo su pasado, que como el tango, tienen “la vergüenza de
haber sido y el dolor de ya no ser”, en su gran mayoría no están en el actual
gobierno, porque ni siquiera el gobierno los llamó. La forma correcta de
referirse a Gorriarán y a los compañeros debe ser criticándolos de frente y
alabándolos por la espalda. El “Pelado” hoy lamentablemente no está, pero
cuando hubo que criticarlo en vida, muchos lo hicimos en su cara o por las vías
impuestas por la clandestinidad o la distancia. En todo caso, el pueblo rebelde
del siglo XXI saluda los hechos, como la creación del PRT-ERP, la fuga de
Trelew, el ajusticiamiento de Somoza, la propia Revolución Nicaragüense, y un
largo etcétera, como documentos vivos de Gorriarán. Es preciso recordar algo
muy importante. Enrique Gorriarán Merlo inició su carrera política pública en
el V Congreso del PRT y terminó antes de morir, fundando el Partido para el
Trabajo y el Desarrollo. Es decir, dos hechos políticos entre los cuales hubo
toda una carrera, una acción y una revolución políticas que Gorriarán plasmó
también en su participación en la Nicaragua revolucionaria, que fue, obviamente,
una decisión política y nunca “técnica”.”
Ay Nicaragua, Nicaragüita
-Luego del golpe de Estado de 1976 en Argentina,
muchos militantes del PRT se encontraron en Europa, tiempos que coinciden con
la guerra civil en Nicaragua.
“No sólo el grupo de
Gorriarán partió a Nicaragua; algunos que ni siquiera provenían del PRT-ERP lo
hicieron individualmente. Pues bien, esa decisión se adoptó como un paso previo
al retorno a Argentina. Este proceso provocó una ruptura en el PRT. Unos
planteaban realizar un congreso de exiliados que carecía de toda relación con
Argentina en términos de organización; y otro grupo postuló que el congreso
debía efectuarse después de reinsertarse en el país. Entonces, los primeros
llevaron adelante el congreso en Europa, disolviendo antes al ERP sin
preguntarles siquiera a sus máximos combatientes. Ahora bien, en el sector de
Gorriarán estábamos la gran mayoría de los miembros sobrevivientes de lo que
había sido el ERP. En consecuencia, tomamos la decisión política de partir a
aportar a una revolución que de alguna manera significaba la ratificación de
una de las razones que nos había dado nacimiento. Todas las organizaciones
armadas de Argentina y gran parte de América Latina se habían originado bajo el
ejemplo de la Revolución Cubana. Ese ejemplo tuvo su traducción nicaragüense y
se llegó a la toma del poder con la participación del internacionalismo
práctico, sin muchos documentos ni declamaciones. Gorriarán y los demás, lo
hicimos tras la conducción del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Nos
pusimos al servicio de esa revolución, como nos podríamos haber puesto al
servicio de otras revoluciones en otras partes del mundo, como también lo
hicimos. Gorriarán no sólo peleó en Nicaragua. Cuando él participó en el
ajusticiamiento del dictador Anastasio Somoza, lo hizo en Paraguay, haciéndole
un favor enorme al pueblo paraguayo, demostrándole que el estroesnerismo no es
invulnerable.”
“¿Y cuándo empezarán a ser como el Che?”
-¿Qué pasó con el Movimiento Todos por la Patria
(1986 – 1989, MTP)?
“El MTP fue producto de la
caracterización de una etapa de Argentina. Se planteaba concretamente en aquel
momento la reconstrucción del tejido social, porque se consideraba que la
dictadura no solamente había destruido a la guerrilla, al clasismo en las
fábricas, a las organizaciones revolucionarias, sino que también destruyó las
relaciones sociales solidarias, los valores y conceptos que posibilitaron
situaciones anteriores a la existencia de la lucha armada, como el “rosariazo”,
“cordobazo”, “correntinazo”, las inmensas luchas del pueblo, el auge del
movimiento popular que manifestaba Argentina a fines de los 60’.
Gorriarán representa gran
parte de todo eso. Y el MTP se nutrió de tres vertientes: el marxismo, el
peronismo y el cristianismo. El “Pelado” junto a muchos compañeros, fue
consecuente con sus ideas. Por ejemplo, aquellos que cayeron en La Tablada (1989),
murieron convencidos de esa política y dirección, mientras que los que hoy
critican a Gorriarán, muchas veces, son los mismos que comieron de su mano, que
recibieron un sueldo hasta los sucesos de La Tablada. Esos mismos que decían
apoyar y sostener a Gorriarán, al día siguiente de La Tablada cambiaron
completamente de bando.”
-¿Qué hay tras las críticas?
“Lo que se le critica a
Gorriarán explícita, pero no directamente, como todas las críticas
traidoras, es haber sobrevivido. No
haberse muerto y continuar combatiendo del modo que había que hacerlo en cada
lugar. En época de incremento de las luchas sociales y altísimos niveles de la
lucha de clases, la violencia revolucionaria es un hecho ineludible. ¿Por qué?
Porque del otro lado se ejerce la explotación y represión con brutal violencia.
Ahora bien, en una época de reflujo del combate social, Gorriarán fundó el
Partido para el Trabajo y el Desarrollo. Independientemente de que uno haya estado
o no de acuerdo, una cosa es el enemigo
y otra muy distinta, un compañero que uno pueda considerar equivocado. Y cuando
cae un compañero, incluso de muerte natural, es preciso reivindicarlo. No por
que murió, sino por lo que hizo mientras
vivió. La historia de una persona no se
puede leer editadamente, cortada a pedacitos. Gorriarán desde que empezó su
vida política fue un militante político, y antes de morir mantuvo las mismas
ideas y principios que al comienzo.”
-La figura de Gorriarán sufre el síndrome del hombre invisible…
“Invisibilizar y / o
estigmatizar a Gorriarán es la práctica habitual del imperialismo. Invisibiliza
al enemigo y el enemigo de los capitalistas es desaparecido. En los 70 en la
dictadura, a la gente se le desaparecía físicamente, y posterior a la
dictadura, el imperialismo intenta hacer desaparecer materialmente no sólo a su
enemigo, sino que a sus métodos, ideas y objetivos. A Gorriarán no se le
perdona haber peleado, haber caracterizado una etapa y haber actuado en
consecuencia. No se le perdona la ejecución de Somoza, del comandante Bravo,
uno de los principales cuadros político-militares de la contrarrevolución
nicaragüense. Pero Gorriarán no es invisible en Nicaragua. Que yo sepa, allí no
existe ningún cuartel con su nombre. Lo que sí lleva su nombre es un centro
cultural, un comedor infantil, una biblioteca popular en Managua.”
-¿Y por qué desde las llamadas izquierdas en
Argentina, a 7 años de la desaparición física de Gorriarán Merlo, no se ha
realizado un solo homenaje o recordatorio o alguna pobre mención pública?
“Yo pregunto a esas tantas
izquierdas argentinas que dicen “seremos como el Che”, ¿cuándo empezarán a ser como
el Che? Ese es el problema de fondo.”
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