Por Andrés Figueroa Cornejo
Los líderes de la Confederación de Trabajadores Bancarios de Chile –única multisindical del sector financiero que opera en el país- señalaron que “Una vez más la industria bancaria batió sus propias marcas, y de acuerdo a cifras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, el 2010 obtuvo utilidades por 3.383 millones de dólares, lo que representa un alza de 26,22% respecto de 2009”.
La presidenta de la organización, Andrea Riquelme, indicó que “cuando todavía se sienten los estragos de la crisis económica mundial en Chile, y los salarios de los trabajadores se mantienen prácticamente congelados, el sistema bancario afirmó que sus ingentes ganancias se explicarían por el aumento de las colocaciones; el menor gasto en provisiones que se registró en gran parte de 2010; y por un margen de interés más alto debido a que la inflación de 2010 resultó más alta que en 2009”, y añadió que “lo que no dicen los banqueros es que las utilidades de una empresa que funciona con recursos de terceros, recursos públicos, se enriquece por el abusivo spread o diferencial entre el interés con el que presta y el interés con el que compra fundamentalmente al Banco Central; las escandalosas e ilegales “ventas atadas”; los denominados “gastos operacionales” (por ejemplo los cobros por la sola mantención de una tarjeta y otras “comisiones”); y los malos salarios que perciben los trabajadores del sistema, salvo la minoría compuesta por las altas gerencias.”
De acuerdo a cifras oficiales, los salarios generales el 2010 se reajustaron en términos reales, cerca de un 3%, toda vez que los alimentos han cobrado un alza de un 5 a un 10%, y el transporte colectivo aumentará un 8% próximamente. Asimismo, en marzo, los gastos escolares promediarán por niño o joven de educación básica o secundaria, 730 dólares, superior a la media de las remuneraciones mensuales de los trabajadores asalariados.
El Oligopolio y la ausencia de regulaciones
Por su parte, el secretario general de la Confederación sindical, Luis Mesina, enfatizó que “como si fuera poco, la concentración de las utilidades es cada vez más aguda en el sector, impidiendo la competencia y, por tanto, facilitando la imposición de sus condiciones a los usuarios de cualquier tamaño.” Al respecto, Santander registró las mayores utilidades con 1.023 millones dólares en 2010. Le siguió Banco de Chile, que además anotó la mayor alza en sus ganancias. Ellas subieron 46,8% en relación a 2009, llegando a los 808 millones de dólares; y en tercer lugar se ubicó Bci con beneficios por 474 millones de dólares. Es decir, a diciembre de 2010, sólo estos tres bancos controlaban casi el 70% de la industria total.
La Confederación Bancaria denunció a la opinión pública “la usura de la industria del crédito y la deuda que únicamente beneficia a sus dueños y accionistas a costa de los usuarios y la labor de sus trabajadores, y los altísimos riesgos que comporta su concentración creciente contra las micro empresas y los ciudadanos”.
Luis Mesina informó que “los trabajadores bancarios de Chile en la actualidad están empeñados en aportar a la construcción de una banca que esté subordinada a los intereses profundos del desarrollo nacional y el bien común, y no a la especulación usurera que sólo bendice a los accionistas del sistema. Y, por otra parte, el esfuerzo de la Confederación guarda sentido con fortalecer la organización de los trabajadores del área como aspecto central para contar con un mayor poder de negociación colectiva y alcanzar mejores condiciones de trabajo y de vida”.
Finalmente, la multisindical exigió a las autoridades de turno “que dispongan de los medios para regular un sistema financiero cuyo crédito esté al servicio del bienestar de las grandes mayorías, del desarrollo y la creación de más y mejor empleo. Los objetivos de los trabajadores del sector y de la comunidad en general son los mismos: deseamos una industria financiera lejos del lucro y la trampa, y a disposición del progreso de todos los chilenos. Emplazamos al gobierno actual a tomar medidas concretas que permitan una mayor competencia del sector, crédito barato para los pequeños emprendimientos y los créditos hipotecarios. Emplazamos a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras a poner fin al oligopolio bancario y a abrir un diálogo franco y ciudadano para la formación de un sistema financiero a escala humana y promotora del desarrollo nacional, y no sólo de la satisfacción personal e ilimitada de sus dueños y accionistas”.
Febrero 2 de 2011
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