"No
aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar."
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar."
Bertolt Brecht
- Entrevista con el
internacionalista y revolucionario argentino, Darío Amador
Por Andrés Figueroa Cornejo
“Yo había estado preso en
Argentina en 1971, a los 15 años de edad. Mi cumpleaños número 16 me lo
festejaron mis captores torturándome 24 horas seguidas”, recuerda Darío Amador,
rebelde y fumador empedernido, argentino y políglota, revolucionario de memoria
inoxidable, una palabra montada sobre la siguiente, fácil de risa, sin un
pliegue delator en la frente. “A fines de los 70’ muchos de los argentinos
estábamos exiliados. En mí caso, me hallaba fuera del país por una decisión del
Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo
(PRT-ERP, http://www.youtube. com/watch?v=HGciTxTxECw& feature=related).
Fue una de las pocas órdenes que no quise cumplir. Pero la propia realidad me
demostró que no existía otra alternativa. Con un grupo de compañeros
salimos a Brasil donde nos asilamos en la ONU y partimos a Holanda.”
Es temprano
en el invierno de Buenos Aires. Mientras arruga un siguiente cigarrillo contra
el fondo del cenicero, Darío Amador cuenta que “Para algunos el exilio era una
situación sólo de paso; la idea era retornar a Argentina a recomponer lo
destruido. Sin embargo, lo que muchos pensamos que podía ocurrir en Suramérica,
se dio en Nicaragua, cuando Anastasio Somoza comenzó a debilitarse debido al
descontento popular. En tanto, en el exilio el PRT se dividió. Me quedé en el
sector de Enrique Gorriarán Merlo (http://www.elortiba.org/ gmerlo.html)
que deseaba ir a Nicaragua a luchar mediante un acuerdo con los sandinistas. Yo
era de la opinión de que había que tomar contacto directo con el Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Y eso hice. Tenía 23 años. A través
del Subcomandante Smith, nicaragüense y representante del FSLN en Europa me
enrolé.”
FIN DE LA ‘EXCEPCIÓN’ CUBANA
-¿Qué significados políticos tenía la Revolución
Nicaragüense en curso?
“Lo
que pasaba en Nicaragua resolvía en los hechos un debate muy profundo respecto
de la Revolución Cubana. Un territorio de la izquierda latinoamericana
planteaba que la experiencia cubana era irrepetible y excepcional. En cambio,
los sandinistas estaban comprobando que esa ‘excepción’ no era tal, y que
efectivamente era posible tomar el poder en un país a partir de la construcción
de un ejército revolucionario y el empleo de la lucha armada en un período
determinado, bajo un contexto específico. En buenas cuentas, Nicaragua
confirmaba que lo que habíamos efectuado nosotros en Argentina y tantas otras
organizaciones políticas en toda América Latina era la consecuencia lógica de
un proceso histórico y la única posibilidad de desarrollar un enfrentamiento
real con las burguesías locales y el Imperialismo.”
-¿Y en particular para los revolucionarios argentinos
que sufrían una represión inenarrable desde antes aun del golpe de Estado de
1976?
“Cuando
se padece una derrota, como en el caso argentino, la crítica y autocrítica
necesaria terminan por convertirse en un lamento autoflagelante, en un
arrepentimiento de todo lo bueno que pudimos hacer y la exaltación de todos los
errores cometidos. Los sandinistas mostraban sin quererlo, que lo de Cuba, si
bien no era un modelo para calcar, en términos generales, validaba los métodos
utilizados por Fidel Castro. Pero no los restringidos a la lucha armada. El
proceso revolucionario cubano estuvo liderado por un movimiento –el 26 de
Julio- que incluía a sectores marxistas y a sectores nacionalistas
revolucionarios. Es decir, enseñaba la formación de una conducción política
diversa.”
-De todos modos ya el Frente Sandinista
era una herramienta político-militar bien poco convencional…
“Si bien el FSLN nace de una
matriz marxista leninista formulada por su fundador, el Comandante Carlos
Fonseca, toma la figura y el legado de Sandino como un eje central de su
política. Es preciso recordar que el Frente no siempre se llamó Frente Sandinista de Liberación Nacional. Un
tiempo, en los 60’, se denominó simplemente Frente de Liberación Nacional.
Después el sandinismo se adquiere como identidad política porque, de alguna
manera, condensaba el sentimiento popular, por un lado, y el sentimiento
antiimperialista, por otro, muy alejado de los nacionalismos burgueses. Esto
es, un nacionalismo ligado a la resistencia contra el imperialismo invasor, la
pobreza y la dependencia. Por lo demás, el sandinismo llevó adelante un trabajo
muy fuerte con los cristianos. Se trataba de pueblo católico que se incorporó a
la lucha armada, pero no yéndose de la letra del Evangelio, sino que inspirada
en ella. El sandinismo supo interpretar a su pueblo.”
LA UNIDAD INEVITABLE PARA VENCER
-¿Cuál era la composición política del
sandinismo?
“Entonces el sandinismo
estaba dividido en tres vertientes. Las tres se denominaban FSLN. Una era la
tendencia insurreccional o ‘tercerista’; otra la Guerra Popular Prolongada
(GPP); y otra era la proletaria. Se trataba de tres concepciones distintas y
bien peleadas entre ellas. Sin embargo, como ocurrió en Cuba, se demostró que
para vencer al enemigo la unidad era un paso imprescindible e inevitable. La
unidad casi no era una decisión de cada sector: fue una imposición de la
realidad que obligaba a unificar fuerzas.”
-¿Y qué tendencia hegemonizaba?
“Ninguna. Se dio una mezcla
tan poderosa que resultaron situaciones insólitas. Por ejemplo, los
‘insurreccionalistas’ cobraron más fama en el Frente Sur donde se constituyó
prácticamente un ejército de línea (propio de la GPP); mientras que los GPP
obtuvieron sus mayores éxitos en las insurrecciones de Estelí, Genoteca. ¡Es
decir, insurreccionaron pueblos con el apoyo de las fuerzas de la montaña! La vertiente
proletaria desempeñó un papel importante en la formación y la política. Todos
cumplieron un rol que fue complementario. Y aquí yo acentúo un nuevo aporte del
FSLN al pensamiento revolucionario latinoamericano: la vieja discusión entre
GPP o Guerra Insurreccional es determinada por la realidad y sus necesidades.
Esto es, la revolución comporta una integralidad que no puede fundarse sobre
recetas, libros o manuales. Y la realidad es la lucha de clases, la debilidad y
fortaleza del enemigo, los niveles de conciencia del pueblo (que no
necesariamente son teóricos, sino de conciencia de clase y requerimientos
objetivos).”
LA CONTRARREVOLUCIÓN
-¿Se observaba 1979 como ‘el año
decisivo’?
“En
1978 los sandinistas pensaban qué harían para las elecciones del 1980. El 19 de
julio de 1979 se precipitó por el accionar del propio FSLN en términos
políticas (no se diga ‘militares’. La revolución no se hace ‘con huevos’, se
hace con cerebro básicamente.). Y, por otra parte, el contexto internacional
todavía permitía en aquella época el apoyo de sectores externos, que no
gravitaban sustantivamente en el devenir nicaragüense, pero que permitieron el
corte paulatino del apoyo del gobierno norteamericano a Somoza llevado a cabo
por Carter.”
-¿Y el factor que constituyó el asesinato de Pedro
Chamorro por Somoza?
“Chamorro era el candidato de
los yanquis para las elecciones del 80. Era un hombre que disputaba el poder
con la dinastía somocista desde una perspectiva liberal burguesa. Su
desaparición hace que ciertos segmentos de la burguesía comiencen a mirar al
sandinismo como una alternativa ‘no tan terrible’. El sandinismo no apareció
diciendo ‘vamos a realizar la dictadura del proletariado’. El primer gobierno
luego de la revolución es de reconstrucción del país. Se establece una
Constitución que plantea claramente la economía mixta, porque no había
condiciones en Nicaragua para un ‘Estado proletario’. En verdad, el
proletariado era muy pequeño en relación al campesinado, y la industria era
ínfima y dependiente del extranjero, y en particular de EEUU.”
-El gobierno revolucionario debió ‘dar
el ancho’ para emprender su estabilización…
“En ese contexto, los
sandinistas después del triunfo construyeron un gobierno variopinto, donde
estaba hasta Violeta Chamorro, viuda de Pedro Chamorro, que en 1990 ganó las
elecciones al FSLN. Recuerdo que en la primera época, Violeta Chamorro tenía
dos hijos: uno militaba en el FSLN y el otro era parte de la ‘Contra’ (http://es.wikipedia.org/wiki/ Contras).”
-¿Esencialmente qué era la Contrarrevolución?
“Un ejército mercenario basado
en los restos de la Guardia Nacional somocista, al que posteriormente se fueron
incorporando campesinos por miedo y por la influencia de pastores evangélicos
norteamericanos. Los católicos también estaban divididos. Es importante que se
considere que el nuevo gobierno sandinista era el que más sacerdotes tenía en
su gabinete de todo el planeta.”
“LA REALIDAD SUPERA LAS FICCIONES Y LOS
MANUALES”
-¿Cómo entras a Nicaragua?
“Ingresan contingentes
internacionalistas de todas partes. Algunos llegamos independientes, solos y
solas al FSLN. Otros llegaron organizados, como Gorriarán. De los argentinos
‘solos’, unos partieron al Frente Sur, otros al Frente Norte.”
-¿Cómo fue la recepción a los internacionalistas
‘solos’?
“Buena, porque en la propia
dirección nacional del FSLN conformada unitariamente había un mexicano, por
ejemplo. Hubo hondureños, costarricenses, panameños desde el principio. Luego el
internacionalismo se extendió a chilenos, uruguayos, que eran más que los
argentinos y que llegan con una formación distinta, con otras experiencias.
Muchos cayeron en la insurrección y después en la lucha frente a la ‘Contra’.
Pero para los nicaragüenses el internacionalismo era natural. Nunca existió
algún problema por esa condición. Es más, ningún internacionalista se equivocó
intentando volcar su protagonismo en la revolución. Todos nos encolumnamos tras
la dirección del FSLN. Éramos compañeros de otros lugares que íbamos a
colaborar con una revolución legítimamente nicaragüense.”
-¿Los dirigentes del pueblo de Nicaragua
pensaron únicamente la revolución en su territorio?
“Aquel que sostenga que los sandinistas
nunca consideraron la revolución internacional, se equivoca por desconocimiento
o miente. Los sandinistas siempre pensaron que posterior al triunfo en
Nicaragua vendría Honduras, porque es un país fronterizo y el propio FSLN se
creó allí (Carlos Fonseca, Tomás Borge, etc.), cuando apenas eran no más de 10
nicaraguenses exiliados en Honduras. Costa Rica jugaba el papel de una Suiza
Centroamericana donde operaba tanto la CIA, como los sandinistas. A la vez,
sabían que El Salvador era un polvorín y que, al igual que en Guatemala,
existían condiciones revolucionarias. Y sin perder de vista el caso de
Colombia.”
-Pero también Argentina y Chile estaban sometidos a
cruentas dictaduras militares…
“Al día siguiente de la
muerte de Mario Roberto Santucho (http://www.marxists.org/ espanol/santucho/biografia.htm ),
caído en combate justamente un 19 de julio, pero de 1976, un comando del
Ejército Revolucionario del Pueblo de El Salvador arrojó una bomba y tiroteó la
embajada de Argentina en ese país. Eso nos sorprendió porque para los argentinos
El Salvador quedaba tan lejos del sur y tan cerca de EEUU que siempre nos
preguntamos ‘¿Cómo podrá tomar el poder esta gente? La van a bombardear al día
después’. Pero la realidad supera las ficciones que transmite la lectura
excesiva que no se confronta con la práctica. Hay que leer, cómo no, pero sin
dogmatizar jamás. Los manuales se escriben luego de las experiencias, remiten a
una situación empírica, concreta y específica y no pueden aplicarse
mecánicamente a ningún lado.”
-¿Cuál fue tu puesto en la lucha?
“Uno tenía que estar donde lo
demandara el FSLN. Yo venía de la guerrilla urbana, que en Nicaragua era muy
difícil. Imagínate que la capital de Nicaragua, Managua, se llamaba ‘Frente
Interno’. Se trata de un país muy pequeño. En fin, uno iba a aprender.
Ahí viví la experiencia más rica de mi vida, y no solamente por el triunfo. La
primera vez que pisé suelo nicaragüense fue en marzo de 1979. Las tareas que me
encomendaron tenían que ver con la Inteligencia de las fuerzas revolucionarias
y me obligaban a salir y a entrar permanentemente al país. Ya en mayo de 1979,
cuando comienza la ofensiva final, me quedé en Nicaragua hasta la victoria y
más tarde continué con las labores antes encomendadas.”
-¿Dónde te sorprendió el día del
triunfo?
“Yo estaba en el norte de
Nicaragua (zona fronteriza con Honduras) el 19 de julio. Allí se encontraba a
cargo el Comandante Julio Ramos, quien luego sería el Jefe de la Inteligencia
Militar del país. Tanto el Frente Sur, como el Frente Oriental fueron los que
en definitiva tomaron Managua.”
-El 19 de julio de 1979 apenas empezaba
el trabajo…
“A partir de allí había que
construir un nuevo Estado, un nuevo Ejército, una nueva conciencia. ¿Cuál era
el problema? Que gran parte de los insurreccionados eran personas sin
conciencia política. Y el FSLN fue consolidándose sobre una alianza que hizo
con sectores de la burguesía para quitarle todo el apoyo posible a Somoza.
Posteriormente se configuró una Junta de Reconstrucción de 5 miembros, donde
había dos sandinistas en rigor: Daniel Ortega y Moisés Hassan. Este último era
militante sandinista, pero no con las características de Ortega. Al tiempo
renunció Hassan, de hecho.”
-¿Qué hiciste en la nueva etapa que se abrió?
“Participé en la creación del
nuevo Ejército. No había grados. Mi calidad, junto a muchos, era de asesor. Por
otro lado, la lucha para enfrentar a la ‘Contra’ comienza en 1980 organizada
por el Imperialismo y materializada en un principio por los mismos coroneles,
mayores, agentes de Inteligencia argentinos que nos habían reprimido en mi país
de origen. Estaba, por ejemplo, el Coronel Valín, José Osvaldo Riveiro, etc. Su
centro de operaciones se situaba en Honduras. Ello era materia de un acuerdo
entre la CIA con el Ejército argentino, con Leopoldo Galtieri básicamente.
Además de las relaciones del propio somocismo con la dictadura argentina.
Existe una foto famosa de ‘Tacho’ Somoza con el Almirante Massera. Hay que
recordar que la Guardia Nacional de Somoza contaba con un armamento muy
diverso. De Argentina provenía el FAL, piezas de artillería, morteros. Mucho de
origen israelí también. Al respecto, los sandinistas tenían una enorme simpatía
por la causa palestina. Por eso se explica que un año después del triunfo
se inaugurara la Embajada de Palestina en Nicaragua.”
LA IMAGINACIÓN Y LA REBELDÍA
-Es difícil sintetizar todos los
aprendizajes obtenidos en una experiencia semejante. ¿Qué contenidos destacarías
en especial?
“El proceso revolucionario de
Nicaragua demostró que la imaginación de la humanidad, de la mujer y el hombre,
debe liberarse, cobrar poder. Los rebeldes tienen que seguir siendo rebeldes
después de la toma del poder. Más que antes, incluso. Los rebeldes deben ser
flexibles, críticos y autocríticos; poner todo en duda hasta que no se
compruebe su efectividad. Si el revolucionario no es rebelde, no puede ser
revolucionario nunca. Y si el rebelde no es revolucionario es preciso hacer lo
posible para que se transforme en un revolucionario. El revolucionario es un rebelde organizado colectivamente. En este
ámbito, los sandinistas fueron muy imaginativos. No había nada de ortodoxia. En
1980, producto de la inmensa campaña de alfabetización realizada, el sandinismo
terminó por ganar el corazón de su pueblo. Eso luego sufrió cambios debido
a algunos dirigentes sandinistas que se desprendieron del propio
sandinismo y porque la guerra y su costo en vidas fue feroz. Las cifras en este
sentido son opacas y dolorosas en un país que cuando se llegó al poder contaba
con menos de tres millones de habitantes. Los años más duros de la guerra
corrieron entre 1982 y 83.”
-¿Qué aspectos y personas relevarías de la
participación de revolucionarios argentinos?
“Yo creo que la presencia más
destacada fue la jugada por Enrique Gorriarán desde todo punto de vista. El
compañero efectuó operaciones y aportes gigantescos a la revolución nicaragüense,
sobre todo después de la victoria. Y me refiero campos asociados a la
Inteligencia, la Seguridad y la Política Exterior del nuevo Estado. El
ajusticiamiento de Somoza, por ejemplo, no fue un acto de venganza ni nada que
se le parezca. Ocurrió que Somoza pretendía instalarse en Miami y desde allí
dirigir en conjunto la ‘Contra’ con el objetivo de regresar al poder. Y se supo
de la autoría de la ejecución de Somoza por la caída de uno de los más grandes
guerrilleros que conocí en mi vida que fue el Capitán Santiago (Alfredo
Irurzún) y que cayó en esa acción. Todavía hay que recuperar su cuerpo que está
en Paraguay. El Capitán Santiago fue uno de los seres humanos más bellos y
valiosos que me he encontrado en mis andadas. Lo conocí en 1975. Era un argentino
originario de Santiago del Estero. La primera vez que estuve con él en
Argentina pensé que me hablaría de política tres horas, y en realidad conversó
dos horas de la vida y sólo un rato de política. Él decía que la política no
podía estar separada de la vida personal. Primero preguntaba cómo se sentía
uno.”
-Es inevitable evocar al Che Guevara frente a un
revolucionario argentino…
“Creo que es preciso bajarlo
a la tierra al Che Guevara y transformarlo en un hombre común que hizo cosas
poco comunes en situaciones poco comunes. Para mí ha habido decenas de miles de
Che en América Latina.”
-¿Y hoy?
“No es el tiempo de crear
dos, tres, muchos Vietnam porque no hay condiciones. Pero sí es tiempo de crear
muchos Che, muchos Santucho, y muchos luchadores anónimos que tengan una
conducta coherente con los intereses profundos del género humano, y que supera
con creces la lucha armada, que es sólo un método. El hombre y no el arma es lo
esencial. No siempre hay que emplear la lucha armada, como no siempre hay que
usar la lucha pacífica. Lo que sí está más que claro es que nunca en la
historia de la humanidad, ya no sólo del capitalismo, un sector dominante
perdió pacíficamente ni se rindió sin pelear. Y la toma del poder no es el
objetivo de los revolucionarios. Es el medio para crear una sociedad nueva.”
-¿Y en Argentina en particular?
“Hay que reconstruir el
paradigma que se desplomó junto al muro de Berlín y trabajar cotidianamente por
la unidad del pueblo.”
19 de julio de 2012
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