Por primera vez la comunidad de la entidad en crisis sacó un compromiso formal del gobierno a sus demandas. Sin embargo, la movilización terminó con 8 personas detenidas.
Garrote y zanahoria. Así le fue a la comunidad de la Universidad de las Artes y las Ciencias Sociales, Arcis, luego de una nueva marcha realizada el 12 de noviembre último entre la sede central de la entidad, situada en la calle Libertad, y las dependencias del Ministerio de Educación por plena avenida Alameda de Santiago, a causa de la crisis institucional que sufre la casa de estudios y que tiene a todos sus estamentos en la más agobiante incertidumbre (http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=191171).
A un par de cuadras del edificio de la cartera de enseñanza de Chile, sin mediar provocación y permaneciendo en el bandejón peatonal de la principal arteria del país, trabajadores, estudiantes y académicos fueron objeto de la embestida de los carros lanzaagua de carabineros. En tanto, una representación del conjunto de la comunidad ingresó al Ministerio de Educación, mandatada para sostener una reunión con las autoridades del ramo con el fin de salvar a la universidad de su pésima administración e incluso de irregularidades asociadas a recursos internos y externos que habrían ido a parar a los bolsillos de sus dueños anteriores, el empresario Max Marambio y el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, ICAL, perteneciente al Partido Comunista chileno.
El martes 11 de noviembre, los estudiantes se tomaron la sede del comando del diputado Giorgio Jackson, donde lograron presionarlo exitosamente para que el parlamentario acatara colaborar con la demanda de la Arcis.
Una puerta abierta gracias a la lucha incesante
Luego de innumerables movilizaciones, paros, marchas, asambleas, comisiones parlamentarias amañadas, represión policial a granel, sospechosos bombazos con resultado de muerte en las inmediaciones de la universidad con el objetivo de criminalizar a la propia comunidad en resistencia, heridos graves en los hospitales por la violencia uniformada; negligencia, cinismo, arbitrariedades, despidos a discreción, persecución sindical, estudiantil y académica, sueldos y servicios básicos impagos, acumulación de deudas y un largo etcétera, por parte de su actual arquitectura directiva, este miércoles la fuerza en acción de la Arcis recepcionó del gobierno central, oficialmente y por primera vez, una contestación auspiciosa a sus reivindicaciones.
A la salida de la cita en las dependencias del Ministerio de Educación, Andrés Leiva, Presidente de la Asociación de Académicos Autoconvocados de la Arcis señaló que “El ministerio nos aseguró que recibiríamos una respuesta por su lado, antes del viernes 14 de noviembre de esta semana. Al respecto, nosotros sólo aceptaremos reunirnos con el jefe de la cartera de Educación, Nicolás Eyzaguirre. No hay otra alternativa”, y agregó que “Nos atendió la asesora del gabinete de Eyzaguirre, Luz María Gutiérrez, quien nos comunicó que ella era la encargada del tema Arcis y que, curiosamente, estaba sorprendida de que la comunidad universitaria fuera capaz de decirle cuáles pueden ser las salidas del conflicto, reconociendo que somos una fuerza dialogante y no una caricatura odiosa en la que nos han tratado de convertir. Finalmente, el gobierno parece darse cuenta de que la situación que sufre la Arcis es más bien un síntoma de un problema de la educación chilena que sólo un caso. Por eso el Estado debe intervenir, en vez de considerar la crisis como un mero asunto entre privados”.
De regreso por la acera de la Alameda norte, entre el ministerio y la universidad, los estudiantes una vez más resultaron violentamente reprimidos por las Fuerzas Especiales de la policía. Mientras se llevaban entre dos agentes a una estudiante, la académica de la institución, Leslie Maxwell, denunció que “El coronel González, justo antes de que descendieran los uniformados de sus vehículos blindados, azuzó a sus subordinados con la orden ‘como perros a la calle, a matar’, y segundos después, el mismo oficial gritó ‘callejón oscuro para estos huevones’, refiriéndose a los jóvenes. Por eso lo emplacé. Ya estamos hartos. Durante todo este conflicto hemos terminado con estudiantes baleados, apaleados, presos y hospitalizados”.
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