“(…) Así amo yo la vida
y amo a la humanidad,
amor mío,
cuando te amo y amo
a los hombres sencillos
de mi bello y horrendo
país.”
Otto René Castillo,
poeta y revolucionario guatemalteco. Capturado por las fuerzas del gobierno,
fue conducido a la base militar de Zacapa y después de ser torturado y
mutilado, fue quemado vivo el 23 de marzo de 1967.
Andrés
Figueroa Cornejo
Justo
un peldaño menos empobrecida que Haití, la historia moderna de Guatemala, ese
“lugar de muchos árboles” (náhuatl), ha sido humanidad rota, volcán sangriento
donde se acunara una de las culturas más complejas preinvasión hispana. Allí
está. Lacerada, violada y podrida por el imperialismo estadounidense, su
trágicamente famosa United Fruit Company -hoy Compañía de Desarrollo Bananero
de Guatemala S.A.-, sus tiranos infinitos con o sin charreteras, la
corrupción a escala superlativa y en la actualidad, ocupada por la industria
del narcotráfico, que junto con la de las armas y la prostitución más rentan en
el planeta financiero. Guatemala. Extensión obscena de los intereses del Estado
corporativo norteamericano. Exporta azúcar, banano, café, cardamomo y petróleo
en un 41,2 % del total a Estados Unidos, y de ese imperio importa un 34,5 % de
todo. Guatemala. La plaza donde Ernesto Guevara de la Serna sacó sus
principales conclusiones respecto del imperialismo y otros asuntos políticos,
antes de colaborar con la emancipación de Cuba. La que, producto de la guerra
civil donde el ejército del capital bien apertrechado por el Pentágono política
y militarmente, sólo entre 1978 y 1986 mató a alrededor de 250 mil personas, de
las cuales 45 mil permanecen desaparecidas, mientras fueron diezmadas, como si
jamás hubieran existido, 443 aldeas. Guatemala. 45 % de mestizos, 40 % de
originarios, 15 % de blancos. Guatemala. Estrangulada por los poderes del norte
criminal.
TRABAJADORES POR LA JUSTICIA
Y
Guatemala encumbra cabeza del humedal de sangre embarrada. Victoria Reyes es la
Secretaria General (A) del Sindicato
Nacional de Operadores de Justicia
del Organismo Judicial -SINOJ- y relata que su agrupación “cuanta con 50
afiliados. Es un sindicato gremial, o sea que está formado por auxiliares
judiciales y quienes colaboran con la administración de la justicia. En
Guatemala muy pocos se asocian a un sindicato. Lo más triste es que si alguien
lo hace, nadie quiere asumir responsabilidades. Y algunos participan en el comité sólo para protegerse”.
-¿Cuál es tu visión de la actual
organización de los asalariados guatemaltecos?
“Difícil.
No hay fuentes de trabajo y las que existen suelen súper explotar al trabajador
y no garantizan los derechos al seguro
social, pago de bonos, etc. La fuerza laboral en la llamada economía informal va
desde niños de 6 años hasta ancianos de más de 70 años. En la empresa privada
está prohibido organizarse. Lo mismo ocurre en dependencias del Estado, como el
Registro Nacional de las Personas (RENAP), la Superintendencia de Administración
Tributaria (SAT), el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), el Ministerio
Público y el Organismo Judicial. Como botón de muestra a los dirigentes de los
compañeros organizados del RENAP, se les privó de acercarse a las instalaciones
de su trabajo. Lo mismo ocurrió con los empleados de INACIF, quienes por
organizarse finalmente fueron despedidos por la actual directora Licda de
Ovalle quien está ‘haciendo méritos’ para ser reelecta. Asimismo, el Ministerio
Publico destituyó a la secretaria general de los trabajadores de la División de
Investigaciones Criminológicas (DICRI), y a los compañeros de la SAT.”
-¿Y qué hace la cartera del sector?
“El
Ministerio de Trabajo no hace nada y la ignorancia del trabajador respecto de
sus derechos es ideal para que los patronos hagan lo que la gana se les dé, sin
contar con la corrupción de algunos empleados y funcionarios públicos en esa
partición.”
-¿Y tú sindicato?
“No
podemos entablar una negociación de pacto bajo el argumento de que no somos el sindicato
mayoritario, aunque legalmente sí podríamos por nuestra condición gremial. Sin
embargo, el Organismo Judicial al que pertenecemos y administra justicia en general y la laboral se
justifica con que el código de trabajo dice que se negociará con el sindicato
que tenga mayor número de afiliados, y el mayoritario tiene alrededor de mil
personas de casi 8 mil que somos.”
-¿Qué acciones pueden emprender en este
caso?
“Nosotros
hacemos denuncias ante la Procuraduría de los Derechos Humanos y ante el mismo
Organismo Judicial cuando un trabajador afiliado esta siendo objeto de acoso
laboral, aunque aquí no existe esa figura dentro del código de trabajo.
Entonces intentamos trasladar al acosado a otro lugar de trabajo. La actual
presidenta del OJ es más accesible que otros magistrados que han sido
presidentes y nunca les interesaron los trabajadores. En materia sindical el
más descarado es el Sindicato de Trabajadores del OJ, pero no porque
la organización sea mala, sino porque son sus dirigentes ya han vendido al
trabajador negociando pactos sin beneficios económico-sociales efectivos y
porque se valen de sus puestos para que entren a trabajar sus familiares. Claro
que ello tiene un precio y lo paga tanto el afiliado al sindicato, como los
demás trabajadores. Pero sus asociados no se dan cuenta o no quieren darse
cuenta. En nuestro caso, hasta esta fecha la Procuraduría de los Derechos Humanos
no se ha pronunciado al respecto.”
-¿Cuáles son los principales riesgos
que corren los trabajadores del área judicial?
“El
despido indirecto, acoso laboral, traslados a poblaciones muy distantes de sus
lugares de origen o de sus lugares actuales de trabajo. El riesgo de no
obedecer la orden de ‘traslado motivado’, como ellos le llaman, tiene por
resultado la destitución. Esto ocurre en todos los organismo del Ministerio Público
y el Organismo Judicial.”
-¿Cuál es el estado de ánimo de los
trabajadores del sector?
“Muchos
trabajadores están inconformes con el proceder especialmente de la actual Corte
Suprema, pero tienen miedo y no realizan denuncias. Aceptan lo que les hacen
los jueces. De hecho, yo misma soy víctima de no permitir que
violenten mis derechos a pesar de que el reglamento de ética del OJ dice que
los jueces no pueden influir en los traslados, proponer o nombrar. Sin embargo,
el propio Organismo Judicial infringe la ley. Nuestro sindicato ha puesto el
dedo en la llaga y no es del agrado de muchos funcionarios del Organismo Judicial.
Por eso muchos somos perseguidos. Es más,
el 18 de junio pasado denunciamos ante el Secretario de la Presidencia, el acoso
laboral del cual son objeto varias trabajadoras del Juzgado de Instancia Penal
del departamento de Jutiapa, al extremo que ya hay destituidas, mientras que otras
ya están en el hospital de psiquiatría. Sin contar con el absurdo de que la misma
jueza que denuncia a las trabajadoras, a su vez, es denunciada por varios abogados de ese pueblo
por abusos en contra de las litigantes y el personal del Juzgado.”
-¿Qué más les queda por hacer?
“En
breve efectuaremos denuncias ante la OIT, quien tiene amenazada a Guatemala por
la violación a los derechos de los trabajadores. También sindicatos de Estados
Unidos han realizado acusaciones por lo mismo ante la OIT.”
MEDIDAS SIN PUEBLO
Por
otra parte, actualmente los estudiantes normalistas (profesores) están
luchando porque el gobierno quiere imponer un bachillerato en educación, cuando
en Guatemala la carrera magisterial se cursa en Educación Media. La
administración política del Estado, encabezada por el presidente y general en
retiro Otto Pérez Molina, unilateral e inconsultamente pretende eliminar ese
formato, mientras que los estudiantes, varios catedráticos y muchos padres de
familia no están de acuerdo con la medida debido a que se reduce el tiempo en
un bachillerato con orientación en educación. Además, el Ejecutivo quiere que
para ser educadores los jóvenes estudien 3 años en la Escuela
de Maestros de Educación Media que, sin tener estatus de Facultad,
pertenece a la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala. La ministra de
Educación, Cinthya del Águila, dice que los alumnos no saben leer ni sumar, pero
en el bachillerato que está proponiendo e imponiendo, contradictoriamente, se
reducen las clases de lenguaje y matemática. La medida ha provocado protestas.
El proyecto gubernativo busca que la carrera profesoral sea de 5 años y en un
horario de todo el día, situación que muchos padres no podrán sostener económicamente.
Lejos de ser incluyente y democrática, la imposición no consideró a la
comunidad educativa ni al pueblo en general.
Pese
a sus dolores inconmensurables, Guatemala amanece de a poco, como quien
enciende tímidamente una pupila después del horror.
Junio
20 de 2012
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