domingo, 19 de enero de 2020

Chile. 18-O: Hacia la unidad ardiente de quienes luchan

Andrés Figueroa Cornejo 
“Nuestra participación en la lucha del pueblo no se limita a los derechos sobre la educación, sino que a todos los derechos humanos y sociales que no existen aquí. Cuando comenzamos a saltar los torniquetes del Metro de Santiago, Chile cambió rotundamente”, afirmaron los voceros de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, Ayelén Salgado y Víctor Chanfreau, en el marco del acto político, social y cultural que organizó el Comité de Recuperación del Cuartel Borgoño, ex lugar de exterminio y tortura durante la tiranía pinochetista, el pasado 18 de enero de 2020.
Los jóvenes de la ACES enfatizaron que “Abrazamos las luchas anteriores de nuestro pueblo, mientras que desde el 18 de octubre de 2019 se ha expresado el descrédito profundo y multitudinario respecto de la institucionalidad y todas sus formas. Por eso estamos involucrados en las prácticas deliberantes del pueblo a través de nuestra actuación en las asambleas territoriales. Nosotros sabemos dónde debemos estar: junto a las y los populares, en la calle, muy lejos de la institucionalidad opresora”.
“No dejaremos de ser oprimidos hasta que no destruyamos al opresor que habita en nosotros”
En la ocasión, uno de los dirigentes de la toma de terreno Violeta Parra de la comuna metropolitana de Cerro Navia, Juan Caripán, dijo que “estamos en hora de definiciones, en horas de la unidad de todas y todos quienes están en lucha. Por nuestra parte, somos cientos de familias que desde hace cuatro meses permanecemos resistiendo en una zona donde el 70 por ciento de la población se ha levantado sobre tomas de terreno. Se trata de un territorio humano empobrecido que históricamente proviene de la migración campo-ciudad, y que fue y es desplazado a la periferia capitalina”, y agregó que “la toma Violeta Parra la estamos construyendo a contrapelo del negocio inmobiliario ligado a la administración municipal. A diario nos debatimos entre intereses económicos y políticos, y la demanda de vivienda de los pobres. Son cuatro meses de enfrentar y repeler los intereses político-electorales que sistemáticamente intentan ingresar a la toma. Hemos tenido que expulsar dirigentes que comerciaban con la miseria de hermanos migrantes haitianos. Lo mismo hemos hecho con los narcotraficantes. Somos parte de ese pueblo que perdió el miedo”.
-¿Y cuál es el desafío principal?
“La transformación de nuestras propias consciencias. El proceso de deconstruir, de desarmar el llamado sentido común del opresor que se reproduce en nuestras ideas y conductas, es la labor más dura y que, seguro, nos tomará más tiempo. No dejaremos de ser oprimidos hasta que no destruyamos al opresor que habita en nosotros. La formación de la lealtad colectiva a la independencia política de nuestros propios intereses como clase popular, es la lucha más demandante.”
“Las conquistas del pueblo se han ofrecido por fuera de la institucionalidad”
Asimismo, el abogado del Comité de Defensa del Pueblo Hermanos Vergara Toledo, Nicolás Toro, indicó que “en materia represiva, desde el 18 de octubre nos ha tocado encarar una conducta policial y de las Fuerzas Armadas que no es nueva, salvo por su masividad. Hemos constatado una explosión cuantitativa enorme de violaciones de los Derechos Humanos. Pero, por ejemplo, el empleo estatal de la tortura contra los estudiantes, ya era una realidad en el levantamiento de 2011. Ni qué decir de lo que ocurre con el pueblo nación mapuche a partir de los 90 del siglo XX en adelante. Desde el 18-O, hoy existen más de mil demandas de violaciones de los DDHH cometidas por agentes del Estado con la complicidad del gobierno de Piñera, el cual, en vez de limitar esas transgresiones, las alienta. No se explica de otro modo la declaración de guerra de Piñera y la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional contra la movilización social. Ya son alrededor de 400 personas con daños oculares, una cantidad proporcionalmente mayor a las cometidas durante los 17 años de dictadura cívico militar. Ello constituye un hecho inédito en nuestra historia. Mutadas las policías a través del tiempo, podemos verificar el escalamiento de la violencia aplicada contra el derecho a la protesta. De semejante situación, nosotros responsabilizamos al conjunto del Ejecutivo, en la cabeza de Sebastián Piñera, y a los altos mandos policiales y militares del país”.
-No sólo muerte, secuestros, violaciones, amputaciones oculares han marcado la contingencia…
“Sí. Un fenómeno nuevo es la prisión política. Hablamos de más de 2.500 personas que están o han pasado por las cárceles, violándose todos sus derechos humanos. La calle 14 de la penitenciaría Santiago 1, concentra la mayor cantidad de prisioneros políticos del país, y más de la mitad de los recluidos ni siquiera tiene cargos en su contra. Debido a ello, creamos la Coordinadora 18 de Octubre por la Libertad de lxs Prisionerxs Políticxs. Donde nos invitan, solicitamos que las asambleas territoriales incorporen la demanda de la libertad de nuestros protegidos. Esto es, exigimos la libertad inmediata de los detenidos y su reconocimiento como prisioneros políticos.
Desde 1957, bajo el gobierno filo-fascista de Carlos Ibáñez del Campo, fundador también de Carabineros de Chile, se creó la Ley de Seguridad del Estado con el fin de contar con atribuciones extraordinarias para reprimir las movilizaciones populares de entonces, movilizaciones que, en muchos casos, también fueron gatilladas por el alza del precio del transporte colectivo.”
El jurista Nicolás Toro manifestó que “el Poder Judicial está haciendo parte de la misma política represiva de las policías y del Estado en general frente a las protestas. La inmensa mayoría de los casos de prisión política y cautelar deberían haberse derivado a que los acusados vivieran el proceso en sus casas. Pero ocurre todo lo contrario. La conducta arbitraria y antisocial de la justicia, además es uno de los aspectos del “acuerdo” de todo el sistema político pactado el 15 de noviembre de 2019”, y sumó que “debe quedar muy claro que las conquistas del pueblo en general, y en materia de prisión política en particular, se han ofrecido por fuera de la institucionalidad. El rol que cumplimos los abogados es completamente insuficiente, sin la movilización social, activa y de combate. Todo movimiento popular que abandona a sus presos políticos pierde su contenido ético”.
“Las y los luchadores de hoy son nuestros hijos y nietos”
Finalmente, Fermín Montes, legendario combatiente internacionalista de los tiempos de Ernesto Guevara, mientras portaba uno de los escudos anti-municiones policiales que caracteriza a las y los jóvenes de la Primera Línea, señaló que “he tenido el privilegio de conocer a los actuales luchadores. Sus principios y aspiraciones son las mismas de quienes hemos batallado toda la vida contra la opresión. En este espacio de memoria, el ex Cuartel Borgoño, existe un proyecto político superador del capitalismo que debe enriquecerse y discutirse sin miedo. Y ese proyecto político liberador recoge las antiguas luchas de nuestros pueblos y las de hoy. No son antagónicas. Por el contrario. Son continuidad necesaria para la construcción de un camino coherente con la historia concreta de la rebeldía”, y añadió que “Es cierto, Piñera apenas llega a un 6 por ciento de aprobación según las encuestas, pero eso no es lo importante. Lo importante es no perder de vista que los intereses de clase del gobierno de ultra derecha cuentan con un Estado que tiene el monopolio de las armas. Las fuerzas del pueblo se restablecen mediante la reflexión y la práctica colectiva, y enfrentando la tarea de organizarnos tanto en los territorios, como sectorialmente. Volviéndonos uno con las y los compañeros jóvenes, que hoy son nuestros hijos y nietos. Y no olvidando jamás que la emancipación popular y su proyección de victoria es, en un primer momento, continental y latinoamericano”.

lunes, 6 de enero de 2020

Chile. Toma de terreno Violeta Parra: “Somos resultado de la negación estatal del derecho a la vivienda”


Andrés Figueroa Cornejo 
Entrevista con el dirigente de la ocupación del terreno ubicada en la comuna capitalina de Cerro Navia, Juan Caripán.
“La toma se llama Violeta Parra porque es un nombre representativo de la cultura popular y cercano a las familias de la zona. Violeta Parra vivió en Barrancas, cerca de donde se encuentra la toma”, explica Juan Caripán, dirigente de la toma de terreno que inició en septiembre de 2019 y que “está compuesta principalmente por familias de la zona poniente de la Región Metropolitana que colindan con la comuna de Cerro Navia, como Pudahuel, Renca, Lo Prado”.
Juan recuerda que llegaron a ocupar el terreno con 20 carpas. “El objetivo fue evitar riesgo de pérdida y que el daño fuera mínimo para las familias y cumplir con los plazos legales que nos permitieran convertirnos en toma de terreno y comenzar a construir”, informa el dirigente y añade que “Hoy tenemos ocupadas las 6 hectáreas del terreno con unas 300 familias viviendo en mediaguas (viviendas provisorias de madera), en sitios trazados de 10 por 7,30 metros de largo, que permiten construcciones de 70 metros cuadrados, usando la extensión de las calle que son de 6 metros de largo, como continuidad de los sitios para que niñas/os y adultos se vayan relacionando y construyendo vida de barrio. El traslado de vehículos por las calle interiores de la toma, es mínimo”.
-¿Cuál es un principio rector del proyecto de convivencia en la toma?
“Cuando hablamos de proyecto a largo plazo o colectivo, hablamos de barrios obreros, por la composición de todas las familias que viven en la toma. Todas son familias de trabajo. Hacemos el ejercicio político de autogestión, donde todas y todos son necesarios y deben aportar en las distintas tareas. El desarrollo de la independencia política de las y los pobladores ha puesto límite para que ningún partido político del régimen saque provecho personal de la situación, mientras que otras organizaciones políticas y sociales, no hegemónicas, que se acercan asumen las tareas de acompañamiento.”
-¿Qué dificultades han debido enfrentar?
“Vivir en una toma de terreno es un desafío permanente. Las condiciones de vida son precarias, es un estado de emergencia y alerta constante. Los principales problemas que hemos enfrentado durante estos cuatro meses de ocupación son el oportunismo político de un pequeño grupo de dirigentes que estaba intentando instrumentalizar la lucha como plataforma electoral. También, el aprovechamiento y la sinvergüenzura de dirigentes que buscan convertir la lucha por la vivienda en un negocio personal, sacando ganancia de la necesidad y miseria de las familias mediante el cobro por ingresar a la toma, conseguir un sitio, por ocupar agua o luz. Además de robar plata y mercadería que llegaba como ayuda para las familias de la toma. Como si no fuera suficiente está el narcotráfico que ha intentado instalarse, pero que hemos logrado expulsar de manera colectiva. Asimismo, la derecha ha tanteado intervenir, ofreciendo soluciones que en nada ayudan a resolver los problemas de fondo. Sin embargo, los pobladores están despiertos y no aceptan este tipo de maniobras que vienen de operadores políticos conocidos como Luis Plaza, ex alcalde de Cerro Navia, procesado un par de años atrás por el caso basura KDM. En la práctica, hemos identificado y denunciado a la derecha que hoy nos gobierna como la gran responsable de negarnos el derecho a la vivienda propia a través de su ley de ‘integración social’, que busca entregar amplias facultades a las inmobiliarias para negociar con el derecho a la vivienda. Por lo demás, el actual régimen es el principal responsable político del estallido social con graves violaciones de los derechos humanos, cobrando vidas de nuestra gente, y donde han ocurrido violaciones, mutilaciones, encarcelamientos, desapariciones, etc.
Y el mayor obstáculo que se interpone a un desarrollo más rápido del proyecto de vivienda y sociedad nueva que nos proponemos tiene que ver con el predominio del individualismo por sobre los compromisos colectivos. Muchos prefieren que las cosas sean fáciles, que tengamos solución a la vivienda ojalá mañana. El sacrificio y la entrega son exigencias que no todos están dispuesto a cumplir. Olvidan que este sistema político y económico está hecho para mantener los privilegios de unos pocos a costa de negarle al pueblo todos sus derechos.”
-¿Está presente el feminismo popular y el ambientalismo consecuente?
“Tanto el feminismo como el ambientalismo, tienen espacio en el devenir de la toma. De hecho, son condiciones naturales y centrales para sostener la ocupación. Pero la toma es una experiencia todavía muy joven y sobre esos principios necesarios aún estamos en el trabajo espontáneo, sin superior responsabilidad consciente de la organización.
Hay terreno para ocupar en trabajos de campo, reciclaje, huertos, forestación, etc. Esos trabajos nos ayudarían mucho en términos de alimentación, mejoramiento de las condiciones del lugar y mantención del control sanitario de los espacios.
Y las mujeres de los sectores populares siempre están presentes. Muchas de ellas son las que levantan iniciativas para mantener el lugar. Hay casos en que son madre y padre, se hacen cargo del cuidado y gasto completo de sus hijos, dirigen la organización, toman decisiones, construyen sus viviendas, participan instalando agua, luz, levantan cercos, hacen guardia para mantener la seguridad en la noche, arman la olla común.”
-¿Las familias de la toma han tenido alguna participación en las protestas populares iniciadas el 18 de octubre de 2019?
“Parte de las familias de la toma han participado en las movilizaciones desde el 18 de octubre. Ahora bien, la toma de terreno es una respuesta a la crisis social que vivimos porque arranca de la injusticia social y la negación sistemática a las familias trabajadoras del derecho a la vivienda propia. Esa crisis se expresa mediante la espera por largos años de una solución habitacional, y en la caída en la especulación inmobiliaria, donde las familias terminan endeudadas por 20 o 30 años, pagando créditos hipotecarios cada vez más caros.”
-¿Qué ocurre con la solidaridad externa a la toma?
“La solidaridad es fundamental para sostener una experiencia de lucha como una toma de terreno. Así como los trabajadores necesitan organizarse para obtener conquistas sociales; los pobladores, cada uno por su lado, no pueden mejorar su vida. Necesitamos el apoyo y la dirección técnica, legal, logística; la organización en distintas comisiones que permitan a las familias sacar adelante las tareas que sean necesarias. Por supuesto que esa solidaridad externa, para que resulte eficiente, no confunde los espacios, siempre apunta a la compañía y la independencia que la clase trabajadora y el pueblo necesitan para llevar adelante demandas como el derecho a la vivienda.”
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