domingo, 17 de noviembre de 2019

Chile. Asambleas Populares: “Estamos por una nueva sociedad proveniente desde abajo”

Andrés Figueroa Cornejo 
Luego de la fórmula constituyente fraguada a puerta cerrada por los parlamentarios miembros del sistema de partidos políticos institucionales, ya comienzan a hacerse oír las voces profundas de un pueblo que arrancó su organización propia, en negación y promesa de superación del régimen de la ganancia privada. Es el caso de las Asambleas Populares Autoconvocadas del gran Santiago.
Uno de sus voceros, Fernando Palma, informó que, “somos una coordinadora de asambleas de la Región Metropolitana. Acá estamos tres de los cuatro voceros, porque ayer la vocera de la seccional norte, la Paloma, recibió una lacrimógena en la cabeza y se encuentra de cuidado. Nos estamos organizando desde el mismo 18 de octubre, cuando inició el movimiento, y como pueblo, somos el poder constituyente, somos la soberanía”.
Por su parte, Renato Milla, también vocero, señaló que, “nosotros no estamos esperando a que la casta política y el empresariado sigan poniéndose de acuerdo en cómo seguir defendiendo sus privilegios y granjerías. Muy por el contrario, nosotros estamos levantando las grandes demandas y derechos del pueblo de Chile, en la idea de edificar una gran constituyente popular autoconvocada”.
-¿Y cómo se ligan con otras experiencias similares a las de ustedes que existen a lo largo del país?
“Lo nuestro es una coordinación en permanente crecimiento y articulación con otras formas de organización que resuelva cada zona, de acuerdo a sus modos. Esperamos que en determinado momento, se elijan delegados que participen de una gran constituyente popular que sintetice las demandas del pueblo. Y realizamos esta práctica frente a una institucionalidad que secuestró nuestra soberanía. La fuerza popular constituyente ya se puso en marcha”.
Daniel Jiménez, otro vocero de la coordinación, comunicó que, “este 18 de noviembre se cumple un mes del alzamiento, y junto con muchos buscamos que se exprese la voluntad popular de que nuestro proceso constituyente termine con la creación de un nuevo Estado y una nueva sociedad proveniente desde abajo. Totalmente lo contrario que las pretensiones e intereses de las élites. Este 18 de noviembre efectuaremos cortes de calle, toma de instituciones simbólicas del poder, para acabar con una concentración masiva en la Plaza de la Dignidad, ex Plaza Italia, a las 17.00 horas”.
-¿Ustedes están construyendo un proceso independiente respecto del Estado y las clases sociales que lo soportan?
“El proceso constituyente del pueblo comenzó el 18 de octubre, y debido a la exclusión propia del sistema, se ha desenvuelto por fuera de la institucionalidad. Y esa independencia la practicamos en asambleas y en las calles, a la vez. Rechazamos los cabildos inventados por las municipalidades y por el sistema de partidos políticos del parlamento que sólo quieren aprovechar las energías y fuerzas populares para sus fines e intereses, completamente contrarios a los de la mayoría social”.
-¿Cuándo se reunirán como Asambleas y de qué manera se puede tomar contacto con ustedes?
“El próximo sábado 23 de noviembre, en la comuna de Santiago, en la calle Maipú 424, tenemos una nueva cita, pero esta vez a nivel nacional. Y mientras tanto, la forma de contactarnos lo más rápido posible es mediante la cuenta Twitter @AsambleasA”
Por su parte, Víctor Chanfreau, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, indicó que, “la solución no está en la falsa paz y la nueva constitución de la que hablan los parlamentarios, sino que en la lucha, en las calles y los territorios”.
La otra vocera de la ACES, Ayelén Salgado, dijo que, “en el congreso vendieron las demandas de los movimientos sociales. Nos hablan de paz cuando estamos sufriendo una represión policial brutal. Sólo en la población Lo Hermida, los uniformados realizan invasiones que se han saldado con más de 350 personas heridas. A los secundarios y dirigentes sociales nos continúan persiguiendo. Ya vimos que la institucionalidad existe sólo para defender a los empresarios y a la clase política. Por eso seguiremos movilizados”.
Los miembros de las Asambleas Populares, justo antes de ofrecer su mensaje, se percataron de que muy cerca de allí se encontraba en un punto de prensa Beatriz Sánchez, la ex candidata a la presidencia del Frente Amplio, uno de los grupos que participó en la cocción constituyente de los partidos políticos de la institucionalidad. La gente de las Asambleas Populares, como los ciclistas que se estaban reuniendo en la Plaza de la Dignidad para protestar sobre ruedas, rodearon a Sánchez, acusándola de ‘traidora’ y ‘cómplice’ del proyecto constitucional antipopular. La funa o denuncia pública interrumpió la conferencia de prensa de la líder del Frente Amplio, quien debió retirarse rápidamente en su coche, en medio de cánticos y gritos nada amistosos con su papel político en la actual contingencia.


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Chile. A casi un mes del alzamiento, Piñera tiembla frente al despeñadero

Andrés Figueroa Cornejo 

Una vez más, y cuando aún no acaba la jornada de protestas populares, este martes 12 de noviembre, Piñera y su gabinete ha aparecido en cadena nacional de medios masivos de comunicación para no ofrecer soluciones a los derechos sociales por los cuales hace casi un mes, millones de personas están en movilización permanente en todo el país.

Antes de su alocución, las opiniones en las redes sociales se dividían entre quienes esperaban el anuncio de su renuncia, y quienes aguardaban el establecimiento del estado de sitio y el retorno, todavía mucho más cruento, de los militares a las calles.
Sin embargo, el todavía presidente Piñera se limitó a ofrecer tres puntos que ya había mencionado profusamente antes: un “acuerdo por la paz y contra la violencia”; una indefinida “agenda social”; y el acuerdo con el sistema de partidos políticos de la institucionalidad para ‘cocinar’ una “nueva constitución”, con una inextricable mayor “participación de la ciudadanía”.

En términos de represión en contra del pueblo en lucha, llamó a reintegrarse a las policías a aquellos efectivos que habían pasado a retiro recientemente para que colaboren con los vigentes.

En el mismo tono, se atrevió a decir que su gobierno “no tolerará ninguna violación de los derechos humanos”, y, a la vez, que desde el miércoles 13 de noviembre se perseguirá y castigará a quienes hayan “incitado y fomentado actos de violencia”, de acuerdo a la Ley de Seguridad Interior del Estado. Esto último pareciera apuntar a reprimir a liderazgos sociales, aunque aún tiene que ponerse en práctica para evaluar su impacto y sentido.
Además de una intensificación de la criminalización sobre la población que se está manifestando, Piñera fue incapaz de mostrar nuevas cartas. Al parecer, ya no las tiene.

La debilidad política de Piñera respecto de los soportes de las fuerzas tradicionales de la derecha dura y subordinada al imperialismo estadounidense, como la misma oficialidad de la FFAA o el alto clero, lo coloca al desnudo frente a una población que sólo espera su caída definitiva.

Él es el principal responsable político de la violación sistemática de todos los derechos humanos contra miles de chilenos. Ni siquiera merece la pena recordar las más de 20 personas muertas en las protestas; las violaciones a mujeres y hombres por uniformados; la tortura repetida contra menores de edad; el horror de la pérdida de la visión, parcial o total, que provocado el espanto mundial; el uso de armamento de guerra ante un pueblo desarmado.

Lo cierto es que a las fuerzas, intereses y grupos sociales que representa Piñera, les interesa mucho menos “acordar” alguna combinatoria de cambio constitucional con la oposición institucional, que perder su puesto en La Moneda. ¿Habrán medido con mayor exactitud las relaciones de fuerza y la naturaleza del movimiento que la propia oposición? ¿Prefieren mantener a su peón de turno en el Ejecutivo que realizar algunas concesiones menores a la Constitución de Pinochet?

La lucha por la salida de Piñera del Ejecutivo continúa siendo el primer desafío de un pueblo que ha despertado y durante cuatro semanas no deja de multiplicarse y destruir el miedo tras su paso. Los procesos constituyentes son posteriores a la resolución del problema del poder. Y el poder está en manos de la oligarquía aún. Por lo demás, cualquier fórmula de nueva constitución demanda los tiempos largos que Piñera y los suyos necesitan para intentar recomponerse. La oposición institucional no termina de comprender la totalidad contradictoria y en pleno desenvolvimiento de un movimiento inédito. Los manifestantes continúan reproduciendo su descontento antiguo, pese al terror mediático y las municiones. Duros son los caminos de la libertad.