Andrés Figueroa Cornejo
El Estado corporativo norteamericano,
esta vez mediante la transnacional Monsanto (http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/22562-monsanto-golpea-en-paraguay-los-muertos-de-curuguaty-y-el-juicio-pol%C3%ADtico-a-lugo.html),
prosigue su recomposición hegemónica en América Latina golpeando al pueblo
paraguayo al estilo hondureño. Revela así a los desmemoriados, cómo el
imperialismo se vale de tácticas adecuadas a los estados de la lucha de clases
a escala mundial y continental para resolver la crisis capitalista en curso; la
recuperación y ampliación de su tasa de ganancias a través del despojo
sempiterno de los recursos naturales y la ubicación primario extractivista y
agrominera a la que está condenada Latinoamérica en el sistema-mundo, en tanto
no destaque por necesidad, argumento y fuerza una estrategia liberadora unitaria
del pueblo trabajador que trascienda las fronteras impuestas por las clases
dominantes locales, pura extensión subalterna de los intereses del imperialismo
financiero.
¿Cuánto tiempo puede
sobrevivir un proyecto de inspiración popular y desarrollista –por descafeinado
que sea, que ni para conquistar derechos básicos y democráticos de primera
necesidad alcanza- con su enemigo de clase durmiendo con un ojo abierto en la misma
cama? ¿Cuáles son los límites, los
tiempos y la suerte de administraciones estatales aspirantes a ‘socialdemocracias
para países periféricos’? ¿Es siquiera posible hablar de socialdemocracia en
una América Latina integrada al movimiento del capitalismo mundial como ‘dadora
de sangre’ irrecuperable para beneficio de los Estados tutelares del planeta?
¿No es acaso esa misma condición de dependencia y ubicación fundacional en la
división internacional del capital la que obliga a Latinoamérica a convertirse
en un territorio político y económico unido por abajo y por el medio y por
arriba, por requerimiento histórico, lejos de todo romanticismo y anclado metálicamente
al fin del bienestar objetivo de sus pueblos? ¿Por qué alguien puede considerar
los apetitos de los Estados chino y ruso como una alternativa progresiva
respecto del imperialismo norteamericano para privilegiar sus alianzas?
¿Existen imperialismos ‘mejores’ que otros o sólo existe imperialismo y sus
pugnas internas?
Mientras Paraguay guevara, es
decir, desbarata los espejismos –inocentes, pagados o simplemente imbéciles- provenientes
del fetiche de las democracias representativas, en Argentina las luchas intraperonistas
determinan la agenda palaciega. El peronismo de derecha encabezado por el
proclamado candidato a las elecciones nacionales de 2015, el gobernador y
empresario de la Provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, se apoya, tanto sobre
el dirigente sindical camionero Hugo Moyano, también empresario y
transitoriamente ‘dueño’ de buena parte de la Central General de Trabajadores
(CGT), como de fracciones del capital terrateniente, para moverle el piso a la
administración más pirotécnica que efectiva de CFK. Desde la Casa Rosada, la
Presidenta cobra mejor prensa en los foros internacionales que en país, en
tanto el pueblo argentino todavía soporta el alza cotidiana del costo de la
vida a punta de microcréditos de consumo con fecha de vencimiento. El trabajo ‘informal’
o ‘en negro’ –uno de los pilares de un modelo para multiplicar el plusvalor y que
sabe a escala mundial que los empobrecidos permanecen más controlados
socialmente con un mal trabajo que con ninguno- oficialmente está en un tercio de la fuerza
laboral; la vivienda propia es un privilegio imposible para la mayoría; la
industria del narcotráfico y la prostitución crecen como espuma; y la
inseguridad (laboral, económica, y, en consecuencia, delincuencial), la
violencia patriarcal y la corrupción, condimentan
la comida china vendida por kilo y sustituta de las parrilladas. Para el país,
de acuerdo a analistas de uno y otro lado, se avizora un nuevo ciclo recesivo
debido a la contracción del crecimiento brasileño y chino, que se estaría
larvando ahora mismo, pero que se expresaría con superior nitidez hacia fines
de 2012; y la sensación térmica de los trabajadores y el pueblo aún es de
incertidumbre, resignación o inquietante malestar. El trauma social provocado
por la insubordinación popular devenida de la crisis de principios del milenio funciona
contradictoriamente: para unos como eventualidad nuevamente sin conducción política
popular, y para otros como terror paralizante.
Por abajo y a la izquierda,
el sectarismo miope y maximalista hace nata. Ofrece luchas acotadas con marca
registrada y, en muchas ocasiones, se da de puñaladas cortoplacistas –como si
el enemigo principal fuera otra fracción del partido quebrado y no el
imperialismo y las clases dominantes-. La cantidad de banderas que no dicen
nada al pueblo trabajador se subdividen entre sí hasta el absurdo, y la sola ‘unidad
en la acción’ opera como estrategia y no como táctica. En una Argentina donde
los representantes políticos de los que mandan pueden darse el lujo de hacerse
trizas en las portadas; la construcción de un empeño político unitario, alternativo
al capitalismo y que como punto de llegada aspire a representar de manera
concreta y desde el movimiento real de los trabajadores y el pueblo sus
intereses históricos, está en pañales. Pero existe.
LA REUNIÓN ES LA ESTRATEGIA POLÍTICA
Casi como un pretexto para
provocar acercamientos políticos que mañana cristalicen en una organización
constelada, el 21 de junio terminó la primera parte de la Campaña Chau Roca con
un acto cultural abierto y en la calle, donde se encuentra el monumento enrejado
al general Julio Argentino Roca del microcentro de la Ciudad de Buenos Aires y
que persigue su retiro de allí. Roca fue uno de los ejecutores protagónicos de
la llamada ‘Campaña del Desierto’ a fines del siglo XIX y comienzos del XX,
donde fueron exterminados miles de indígenas con el objeto de usurparles tierra
y entregárselas a los terratenientes de la época y ‘mejorar la raza’ con
inmigrantes europeos. Fue la conquista sangrienta del ‘espacio vital’ de la
clase dominante argentina. Posteriormente, como presidente de la nación, el
general Roca fue el primero en reprimir y expulsar obreros en general, y a
trabajadores y dirigentes anarquistas y socialistas del país, en particular.
Sobre la iniciativa, Mariano
Rosa, Coordinador General de la iniciativa, señaló que “hemos logrado una
fuerte instalación del objetivo con el historiador Osvaldo Bayer recorriendo
universidades, con el dirigente originario Qom, Félix Díaz, y con una jornada
cultural que agrega a la campaña a centenares de participantes. Es el momento
ya de volverla una Campaña nacional.”
El actor y ex diputado de la
Ciudad, Víctor Bidonde, entre el 2003 y el 2007 fue el primero en presentar
legislativamente la idea de sacar al militar de un lugar de privilegio, esa ofensa para los
humillados.
-Considerando los poderes que ostentan y mantienen
los dueños de la tierra en Argentina, donde ni siquiera ha existido una reforma
agraria simbólica o parcial (base a fin de cuentas de cualquier intento
industrialista), la estatua, las calles, las plazas que llevan el rostro de Roca son expresión a lo largo de todo el
país y no sólo del centro de la Capital, de esa fracción de clase dominante,
¿qué porvenir le ves a la caída del monumento?
“Cuando presenté el proyecto
de ley el 2005, a instancias, ocurrencia y mérito de Osvaldo Bayer, no había
condiciones de conciencia suficientemente intensas para que se concretara.
Ahora es distinto. Hay mucho más respaldo y participación popular. Más vigor y
organización. Más madurez respecto de la continuidad existente entre los viejos
genocidas y esclavistas con los actuales.”
Juan, estudiante de 19 años,
por su lado indicó que “Esto es importante para que se conozca la historia real
del país. La Campaña del Desierto significó la embestida militar contra los
pueblos originarios para apoderarse de su tierra. La antesala al mismo
comportamiento del general Roca, esta vez como presidente de la nación, con sus
políticas antiobreras.”
-¿Y tu generación cómo observa esta lucha?
“Contradictoriamente. Una
parte está a favor de cambiar la sociedad y sus símbolos de clase; otra quiere
que las cosas se mantengan tal cual; y hay una mayoría indolente. Sin embargo,
la sensibilidad sobre el asunto es tangible.”
Entre los asistentes, hubo
muchos migrantes. El boliviano de Potosí, Llanel dijo que “Hace poco me enteré
que este tipo arriba del caballo fue un asesino. Y como se quiere cambiar la
estatua por una indígena, estoy aquí.”
Con voz emocionada, Julio,
peruano y miembro del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales, recita
el poema de su autoría ‘No te avergüences hermano’: “Si apenas te has educado y
todo el tiempo sufrido / si siempre te han oprimido por ser un pobre paisano /
la culpa la tienen otros / con bancos, cheques y minas / de todo tiene el
patrón, nosotros nada tenemos /si sólo de sufrimiento se compone nuestro rumbo,
ya no vayas de tumbo en tumbo / si rotoso y hambriento, en tu centro de
trabajo, en tu barrio, en donde sea / hagan que todo el mundo vea a los de
arriba y a los de abajo / no te tragues un carajo de tu mismo corazón”.
A la consulta sobre el
sentido de la actividad, Antonio Célico, actor, director teatral y docente, fue
directo al grano cuando señaló que “Me parece interesante que a través de una iniciativa
fuertemente cultural puedan encontrarse personas de pensamiento diversos. Las
dificultades que padece Argentina para que la propia izquierda dialogue pueden
también combatirse de esta manera. De una desmonumentalización podemos caminar
para pensar juntos qué país queremos. La reunión es la estrategia generosa que
debería conducirnos hoy.”
Por último, el diputado
anticapitalista que presentó nuevamente la iniciativa en marzo de 2012, Alejandro
Bodart, informó que “Ahora en la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
existen tres proyectos muy similares de otros bloques políticos, lo que
significa que la campaña ha tenido un impacto político. Es importante que se
sepa que el jefe de gobierno, el ultraderechista Mauricio Macri (que debe ser
ídolo de Roca como representante político de esa clase social, y que me lo
imagino por las noches subiéndose secretamente en el caballo estatuado), no
tiene mayoría en la diputación; la oposición tiene mayoría. No es posible que
en el centro de la Ciudad se erija un monumento al genocidio, al robo, a un
sujeto que reimplantó la esclavitud en Argentina y que consideraba que los
pueblos originarios y los trabajadores eran ‘sub razas’”.
-Para una parte de los argentinos, Roca es un héroe…
“El pueblo, como parte de su
lucha larga, debe poner sus propios símbolos. Por eso Roca debe sacarse de aquí
y colocarse la obra magnífica de la Mujer Originaria que está en construcción.
La cara de Roca tampoco puede estar en el billete de más valor en circulación
(el de 100 pesos). El verdadero héroe es la persona común que con su sacrificio
construye el país día a día, mientras es condenado a la miseria y al despojo.”
-La mayoría de los asistentes al acto son jóvenes…
“Significa que los pocos de
arriba no han podido borrar la historia. Es decir, existe futuro para la
emancipación. Lo cierto, en todo caso, es que resulta perentorio unirnos para
tener la fuerza que nos permita cambiar la realidad.”
-¿Cuáles son las condiciones para que un proyecto que
atenta contra el imaginario de los poderosos se haga efectivo?
“Qué haya movilización
popular real. Sin ella, en el gobierno de la Ciudad no ocurrirá nada. Y es
preciso contar con una política amplia y unitaria, porque este no es mi
proyecto: es una causa justa por sí sola. En estas actividades van creándose
los lazos de la sociedad que todavía no existe, pero que hay que crear. Nadie
cambia el mundo, cambiando una estatua, claro. Sin embargo, estas iniciativas
generan ámbitos propicios para la reunión y la tarea grande de construir una
herramienta política, una alternativa, para transformar la realidad entre todos
quienes buscan una sociedad distinta. Ya no es posible que un pequeño grupo de
personas viva a costa de la mayoría y de que todo esté gobernado por la
ganancia. Para mí se trata de edificar una sociedad socialista. Otros le
pondrán otro nombre. Eso hoy es lo menos importante.”
Junio 24 de 2012
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