“Es parte de la
actual batalla de ideas recuperar el lenguaje subversivo y recrearlo, sin
perder su densidad ni su poder de fuego.”
C.K.
Andrés Figueroa
Cornejo
Claudia
Korol –inteligencia, abrazo, muerte al patriarcado, escritora, anticapitalismo,
educadora popular, energía, composición humanista y libertaria en la noche del
saqueo, rigor y método, ternura y combate- fue la coordinadora del Juicio Ético
Popular a las corporaciones transnacionales que se realizó entre el 28 y 30 de
octubre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires,
sede Constitución, y en el establecimiento de Pañuelos en Rebeldía. La
iniciativa fue impulsada por el Centro de Investigación y Formación de los
Movimientos Sociales Latinoamericanos y el Equipo de Educación Popular Pañuelos
en Rebeldía, junto a una gran cantidad de organizaciones sociales y
agrupaciones en lucha de Argentina y América Latina.
En la justificación nuclear del Juicio estuvieron Alcira Daroqui, Directora de la Carrera de Sociología
de la UBA; Guillermo Ortega de Base Is
de Paraguay; Bernardino Camilo da Silva del Movimiento Sin Tierra de
Brasil; Berta Cáceres, coordinadora del
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras; Cristina
Castro de la Red Hermandad de Colombia;
Oscar González de CACTUS de México; y
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.
Los movimientos
sociales en defensa de los pueblos argentino, brasilero, paraguayo, mexicano,
uruguayo, colombiano y hondureño, desde abajo enjuiciaron a las firmas Barrick
Gold, Minera La Alumbrera, Agua Rica,
Ledesma, REPSOL, Pan American Energy, Monsanto, Proyecto Navidad (Pan American
Silver), Proyecto Potasio Río Colorado, Cargill, Alto Paraná, Microsoft,
Telefónica y Google, entre otras.
“LA UNIVERSIDAD PÚBLICA TAMBIÉN ES UN
CAMPO EN DISPUTA”
La
académica Alcira Daroqui celebró que “el juicio se dé en una universidad pública
donde aún tenemos la autonomía para comprometernos con las resistencias y
luchas populares, pese a que en el actual marco de correlación de fuerzas, en
el gobierno universitario se reproduzcan ciertas alianzas y complicidades con
el poder. Sabemos que la universidad pública también es un campo en disputa”.
Daroqui
señaló que “hoy las transnacionales son un eslabón clave de las cadenas
contemporáneas del neocolonialismo. Son operadoras centrales del extractivismo,
del saqueo y destrucción de la naturaleza, y de la vulneración del derecho de
las poblaciones. Es decir, significan saqueo y muerte. Sabemos que el
capitalismo busca su reproducción permanente. Las investigaciones realizadas
involucran a industrias cerealeras, petroleras, mineras, forestales,
agropecuarias, de carreteras, energéticas. El resultado de cada informe y
juicio habla de que seguimos transitando fuertemente por procesos de
profundización de la desigualdad y la injusticia, aspectos constitutivos del
capitalismo. La crítica universitaria devenida en política es un hecho que
debemos exigir y ejercer. Exigir para que se ejerza y ejercer para ser parte de
la lucha. Es cierto que muchos saberes originados en la universidad son
ocultados para no tener conexiones con el movimiento social. Ese es un desafío:
la articulación entre ambos espacios para que se produzca una potencialidad
política que nos permita enfrentar el actual orden de cosas como militantes,
como pensadores, como luchadores. Es imposible comprender el quehacer
destructivo de las transnacionales sin la complicidad del Estado y los
gobiernos.”
“EL CAPITAL CREA UN ORDEN JURÍDICO Y
POLÍTICO PARA FACILITAR LA EXPOLIACIÓN, EL DESPLAZAMIENTO DE COMUNIDADES, LA
RUINA AMBIENTAL”
El
representante del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil (1979), Bernardino
Camilo da Silva, explicó que “hasta
ahora hemos obtenido terrenos para 400 mil familias, mientras 80 mil viven en asentamientos. Nuestra lucha es por
la educación, la salud y fundamentalmente contra el modelo agrícola impuesto
por gigantes transnacionales productivistas. Y las juzgamos porque están cometiendo
un crimen que hemos documentado fundadamente, de manera objetiva y real. Ya han
hablado las comunidades dañadas”, y añadió que “para el capitalismo el concepto
de crimen es distinto que para el pueblo. Para nosotros un crimen es todo
aquello que agrede a la población, y no el robo de comida de un niño
hambriento. El crimen es la devastación de los recursos naturales y la
sobreexplotación de nuestra gente. Creemos que el saqueo es una estrategia
general que el capitalismo usa en toda Nuestra América. De este modo, el
capital crea un orden jurídico y político para facilitar la expoliación, el
desplazamiento de comunidades, la ruina ambiental”.
Bernardino
Camilo aseguró que “como el capital está mundializado, nosotros también debemos
globalizar nuestras luchas. Tenemos los mismos enemigos. Por nuestra parte,
hemos enfrentado de manera directa los intereses de corporaciones que nos ha
costado vidas de militantes. El juicio simbólico a las trasnacionales que
hacemos ahora es, entonces, una iniciativa que apunta hacia la unidad y la
creación de conciencia”.
“MÁS DE 4 MILLONES DE COLOMBIANOS HAN
SIDO DESPLAZADOS POR LAS TRANSNACIONALES”
La
joven colombiana Cristina Castro se refirió a su país, arguyendo que “las
transnacionales en Colombia funcionan sobre la militarización y
paramilitarización de los territorios, y no sólo mediante la anuencia de la
oligarquía ligada al narcotráfico. Las fuerzas armadas hacen el trabajo de
‘limpiar’ el terreno para luego entregarlo a la inversión extranjera, la cual
no crea empleos sino que los destruye y multiplica el trabajo precario y
subcontratado. Algunos creen que con el cambio del Presidente Álvaro Uribe por
Juan Manuel Santos habría alguna modificación política al respecto. Pero las
cosas continúan igual. El 50% de los colombianos está bajo la línea de la
pobreza. Dos mil personas mueren anualmente por desnutrición y el 13% de la
población la sufre. Grandes extensiones territoriales son destacadas para la
producción de biocombustibles. El 7,4% de la tierra en Colombia está en manos
de un 0,4% de terratenientes, y el 1,7% de la tierra está distribuido en el
51,3% del campesinado”.
Cristina
indicó que la actuación del capitalismo en Colombia ha devenido en “el
agotamiento de los recursos naturales; la privatización de los servicios
públicos; la destrucción del medioambiente y la biodiversidad; y el hambre. Uno
de los mecanismos utilizados para el beneficio de las corporaciones es el
terrorismo de Estado. Las poblaciones indígenas son duramente golpeadas por los
megaproyectos. Las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa
humanidad están a la orden del día. Más de 4 millones de colombianos han sido
desplazados por las transnacionales”.
La
delegada colombiana informó que los juicios populares a las corporaciones
multinacionales contemplaron “el sector alimentario (Coca-Cola, Nestlé) y
minero (Gator, Pan American). El carbón y el oro están en el centro de la
explotación y las maldiciones de mi pueblo. Y las empresas, además, compran los
servicios de los paramilitares para su protección. Desde el 2010 llevamos
adelante la Campaña Nacional e Internacional Contra el Despojo para
sensibilizar a la gente sobre sus efectos”.
“ANTES TRAÍAN ESPEJOS. AHORA TRAEN
TRANSGÉNICOS”
El
paraguayo Guillermo Ortega indicó que “las transnacionales merecen ser juzgadas
porque atentan contra la vida, usurpan los territorios, explotan los bienes
colectivos, contaminan las fuentes de vida, asesinan a las poblaciones, y
acaparan la producción de alimentos. En el mundo existen alrededor de mil 200
millones de hambrientos. El cambio de matriz alimenticia y su homogeneización
se basa en el supermercadismo. Aquí vemos la concentración privada y
patentización de los conocimientos; la eliminación de las semillas nativas; el
socavamiento de las resistencias y bases de la alimentación milenaria”.
Ortega
manifestó que “la acumulación del capital precisa de la militarización del
continente, es decir, los territorios deben estar libres de campesinos e
indígenas para dar rienda suelta al monocultivo en extensas regiones. El
exterminio de comunidades en resistencia y luchadores sociales es parte del
Plan Colombia que avanza hacia el sur, a Paraguay. Las transnacionales, a
través de los medios de comunicación y de la llamada ‘responsabilidad social de
la empresa’, ofrecen insignificantes ‘beneficios’ para manipular de mejor
manera a las poblaciones. Antes traían espejos. Ahora traen transgénicos”.
“NUESTRO ‘YA BASTA’ CRECE Y NUESTROS
MUERTOS DEJAN DE SER NÚMEROS PARA VOLVERSE ROSTROS DE LA DIGNA RABIA”
La
intervención de Óscar González de México reveló la ascendencia política y poética que el modo de
expresarse del Subcomandante Marcos tiene en la juventud rebelde de uno de los
países más complejos de América Latina. Óscar dijo que su agrupación proviene “de
la Mixteca Oaxaqueña, al norte del Estado de Oaxaca, un Estado que está al
norte de Chiapas”, y continuó con que “los juicios populares contra las
transnacionales tienen sentido por la violencia sistémica con que nos enfrenta.
En los últimos 5 años en México esta violencia nos lleva 50 mil muertos. Y
desde el dolor con que vivimos el 2010 el asesinato impune de nuestra compañera
Bety Cariño (http://www.youtube.com/watch?v=LSk7drjmSx4),
recordamos que ella manifestaba que había
que hacer este tipo de juicios y enfrentar a esta bola de cabrones porque ellos
le siguen apostando a la muerte, mientras nosotros le apostamos a la vida.
Ellos le siguen apostando al despojo y nosotros a cuidar nuestros territorios.
Ellos le siguen apostando a la represión y nosotros a nuestra digna rabia.
Ellos le siguen apostando al asesinato político y nosotros a la reproducción de
la vida y a nuestra madre tierra. Ellos le siguen apostando a la ambición y
nosotros a nuestra cosmovisión. Ellos le siguen apostando a desaparecernos y
nosotros a nuestra ética. Ellos le siguen apostando a militarizarnos y nosotros
decimos que si ganamos esta lucha, la ganamos, y si la perdemos, también la
ganamos porque ¡vengan a desaparecernos!”
El
mexicano Óscar González aseveró que “en esta confusión que se vive, difícil es
encontrar respuestas si no sentimos y compartimos el dolor del otro y de la
otra, si no vemos quién está muriendo y por qué está muriendo. ¿Hacia dónde
caminar con tanta rabia? Pero mientras el tiempo y el desprecio del arriba
avancen, abajo se generan nuevas respuestas gracias a los ecos que se
intercambian en cada punto cardinal. El camino es abajo y la rabia y la
organización deben estar contra el arriba. Los políticos y su aparato estatal
son el rostro público de esta guerra. Su crisis y el desmoronamiento que se
vive ahí es síndrome de lo que nos pasa aquí abajo. Nuestras muertas, nuestros
muertos han dejado claro que en esta guerra abierta de despojo y control contra
la población hay quien gana y quien pierde. Tal vez se podría pensar que ellos
ganan al imponer el miedo, pero no es así. Ese miedo se está venciendo. Nuestro
‘ya basta’ crece y nuestros muertos dejan de ser números para volverse rostros
de la digna rabia. Los malos gobiernos dicen que buscan la paz, pero ya nadie
quiere seguir escuchándolos. Sabemos que ellos son los responsables que
profundizan la impunidad y se esconden tras falsos argumentos, administrando
nuestros conflictos. Nosotros resistimos el miedo, combatimos la indiferencia,
resurgimos de la guerra. Pura narcodictadura televisada y guerra de cuarta
generación disfrazada de fortalecimiento de las organizaciones. Juegan las
balas a evadir los muros para aniquilarnos, destrozar los gérmenes de resistencias.
Sus miras se dirigen al cuerpo organizado. Pero siempre sobrevive la esperanza”.
¡Y VAMOS A SEGUIR ESTANDO EN LAS CALLES PORQUE
NOS DA LA GANA!, ¡Y NOS TIENEN MIEDO PORQUE NO TENEMOS MIEDO!
Honduras
es sinónimo de dictaduras de nuevo tipo en el continente respecto de las que
inundaron con masacres y ceño militar los años 70 del siglo pasado. Dictadura
del capital siempre, que hoy se sostiene sobre formas aparentemente de
representación democrática. Dictaduras, al fin y al cabo.
Berta
Cáceres, embajadora del Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), también fue miembro
del Tribunal contra las transnacionales. Berta comunicó que “en Honduras
seguimos siendo testigos de la historia de coloniaje y de violencia contra la
vida, contra los pueblos, contra las culturas, los bienes naturales, contra la
felicidad, contra el derecho de hablar y pensar, de nuestras autonomías y
autodeterminaciones, contra la soberanía y la misma dignificación humana. El
sistema hegemónico de muerte ha demostrado que es capaz de todo. Incluso de dar
golpes de Estado en pleno siglo XXI. ¡Vaya que nos parecemos en esta historia! Se
legalizan los golpes de Estado y su impunidad. En Honduras las transnacionales han
intensificado su actividad por medio de Tratados de Libre Comercio con EEUU,
Europa, Canadá. Las corporaciones ya habían perdido mucho con la inclusión de
mi país al Petrocaribe, al ALBA, como lo explicitaron la Texaco, la Esso, la Shell:
hasta las comidas rápidas de McDonald's, Pizza Hut y Burger King,
que no soportaban que se les pusiera impuestos y que, en consecuencia, daban la
comida a la soldadesca que reprimía al pueblo. Asimismo, estaban enfurecidas
las farmacéuticas porque Honduras iba a firmar un acuerdo con Cuba para el
comercio de medicamentos genéricos. También la minera canadiense Entremares que
financió el transporte para ‘la marcha de los blanquitos’ y la movilización del
Ejército. Y tras el golpe estuvieron las hidroeléctricas gringas, alemanas, canadienses,
que nos discursean con la mentira de la ‘energía verde’”.
Berta aclaró que los
gobiernos colombianos de Álvaro Uribe y José Manuel Santos, “han exportado a Honduras
paramilitares y la llegada de su Ejército y de las Autodefensas Unidas de
Colombia, que cautelan las grandes extensiones de tierra robadas por compañías como la Standard Fruit Company. Y
como en los 80’, Honduras se convierte en un gran portaviones ocupada por
Norteamérica, donde se encuentra la Base Aérea ‘José Enrique Soto Cano’ y la Fuerza de Tarea
Conjunto Bravo en Palmerola. Avanza el Plan Mérida, supuestamente creado contra
el terrorismo y el narcotráfico. Lo irónico es que donde están las bases
estadounidenses se ha incrementado el narcotráfico. Qué hablar de las ‘agencias
de seguridad’ privadas, que ya son 5 veces más que el Ejército hondureño, y
donde se encuentra hasta la Inteligencia de Israel”, y sumó que “lo más
importante es el papel de los organismos financieros internacionales, como el
Banco Mundial, la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
que están costeando con millones de dólares todos estos megaproyectos. ¡Cómo se
habla de ‘normalización’ y respeto a los derechos humanos en Honduras! Lo único
que legitimamos son nuestras luchas, la autodeterminación y autodefensa para la
vida. La legitimidad de la rebeldía, de la libertad. ¡Y vamos a seguir estando
en las calles porque nos da la gana!, ¡Y nos tienen miedo porque no tenemos
miedo!”
“DE LA POBREZA NO SE SALE SIMPLEMENTE CON
SUBSIDIOS”
El
Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, intervino en la fundamentación del juicio a las
multinacionales, apuntando que “este fenómeno lo estamos viviendo no sólo en América
Latina, sino también en Asia y en África. Sin embargo, nadie se mete en la casa
de uno si no se le abre la puerta. Estamos frente a una gran complicidad de los
gobiernos aquí. Muchos de nuestros países carecen de soberanía. Pasa en
Argentina y en otras naciones. Tenemos que profundizar los derechos de los
pueblos, como lo dicta la Declaración realizada en Argel en 1976”.
Pérez Esquivel recordó
que hace unos años fue convocado por el Secretario General de las Naciones
Unidas para integrar una comisión internacional de investigación sobre el rol
de las transnacionales en Sudáfrica y Namibia por los problemas mineros “en
torno a la explotación de oro, diamantes, minerales estratégicos. Ahí se
descubrieron las violaciones sistemáticas a las sanciones obligatorias en Sudáfrica
y países que dicen defender los derechos humanos. Sabíamos que tres naciones
iban a proteger las violaciones en Sudáfrica y Namibia: Estados Unidos, Gran
Bretaña y Alemania. ¿Por qué? Porque Estados Unidos tenía 464 empresas en Sudáfrica;
Gran Bretaña tenía 362; y 142 Alemania. Los ejércitos no violan los derechos
humanos porque enloquecen. Tras ellos existen políticas estructuradas para la
dominación de los pueblos. Las bases militares norteamericanas en nuestros
continentes tienen objetivos muy claros. Y muchas veces a uno le duele que
tantas organizaciones sociales piensen que esas cosas terminaron. Cuidado con
esto. El caso del monocultivo de la soja no tiene que ver con el control de los
agrotóxicos, sino que se trata de quién se queda con el pedazo más grande de la
torta. Esa es la realidad. Es preciso hablar de la democracia de la tierra y
los territorios. Porque, ¿qué significa la democracia?, ¿poner el voto en una
urna cada tanto? La democracia es derechos e igualdad para todos. Mientras, el
sistema jurídico criminaliza las protestas sociales. En Honduras, UNASUR se
equivocó cuando reconoció la dictadura. ¿Somos coherentes o nos estamos
engañando? Por otro lado, las Agencias Privadas de Seguridad se multiplican, son
alquiladas por países y corporaciones, se entrenan en Gran Bretaña y Estados
Unidos y son más fuertes que los propios ejércitos nacionales. Hace un tiempo,
también, publiqué un artículo que se llamó ‘Los Barrios Privados’ de Tucumán.
Nunca conocí lugares más privados de agua, de luz, de obras de asfalto. Y
estaban llenos de seguridad policial, pero para asegurar que esos pobladores
privados de todo no cuestionen a los pocos privilegiados. Es cierto. Hay avance
en la conciencia colectiva, hay esperanza. Pero urge un salto cualitativo hacia
la construcción social y política. Estamos rodeados de gobernadores que son
señores feudales y que hacen lo que quieren, vendiendo el territorio nacional.
¿Cuáles son las alternativas sociales y políticas para enfrentar todo esto? Es
un enorme desafío. Existe una gran potencialidad en América Latina de
luchadores para construir una nueva sociedad. No creo más en las Naciones
Unidas si no se democratiza. Ya hay 32 países en el mundo que no tienen agua.
Pero ahora vienen por todo. Las bases militares que existen en América Latina
no están para los desfiles. Hoy se encuentran muy entretenidos con Libia, con
Irak, con Afganistán y todo el Medio Oriente. ¿Pero dónde están los recursos
que las transnacionales requieren? En Latinoamérica. No estoy de acuerdo con
políticas coyunturales implementadas sólo para recibir votos. Creo en los
cambios estructurales. Y de la pobreza no se sale simplemente con subsidios. Se
sale con propuestas de alternativas de trabajo y de lucha del pueblo”.
Octubre 30 de 2011
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