Entrevista con el economista y marxista argentino
Fernando Azcurra:
“En Argentina gobierna la pequeña burguesía
democrática”
Por Andrés Figueroa
Cornejo
Fernando Azcurra,
marxista, economista, militante social atado a las luchas de la clase
trabajadora argentina y del mundo, y académico universitario, recuerda sus 20
años cuando un obrero que lo salvó de una buena paliza en una asamblea sindical
por hablar de más, luego se convirtió en su mentor político. También
evoca su niñez y adolescencia en una villa miseria, mientras el entrevistador
se pasea por los estantes agobiados de publicaciones.
Actualmente, Fernando
trabaja concienzudamente en una producción sobre la obra del economista Piero
Sraffa, autor de “Producción de mercancía por medio de mercancía”.
Fernando Azcurra es un argentino sencillo y un intelectual orgánico llano
y de risa fácil.
-Ante la inminente
victoria electoral de Cristina Fernández de Kirchner a fines de octubre de este
año, ¿cómo caracterizarías su proyecto económico?
“Se habla de heterodoxia,
de progresismo, de nacionalismo popular. Son términos tendientes a establecer
una frontera con los sectores más reaccionarios, con la ortodoxia y los
intereses externos al país.”
-¿Por qué?
“Porque poner en el
bolsillo de los trabajadores ingresos mediante las políticas sociales es
construir demanda. Esa fuerza de demanda aparece como un estímulo para la
inversión. Porque primero afirman que debe haber mercado para que los privados
inviertan. Entonces el Estado destina recursos sobre todo, pero no solamente,
al capital privado de la pequeña y mediana industria dirigido al mercado
interno, con el fin de que pueda desarrollarse, acumular y expandirse. En
buenas cuentas, el país está administrado por la pequeña burguesía democrática.
Y políticamente, el gobierno precisa del apoyo de los trabajadores a través de
las grandes centrales sindicales, independientemente del gusto de la burguesía
y la izquierda. En materia ideológica,
con las políticas sociales, se acallan los movimientos de resistencia, de
protesta y de violencia más radicales. Por tanto, si la propia clase
trabajadora no promueve a sus dirigentes, ese lugar lo ocupa ahora la pequeña
burguesía, el kirchnerismo. Este no es un gobierno que se haya propuesto
salir del sistema.”
-¿Y por qué se habla
tanto de ‘burguesía nacional’ aquí?
“En la Argentina no
existe burguesía nacional, en el sentido de que se haga cargo del mercado
interno. Lo que denominan burguesía nacional es una burguesía concentrada que
tiene la forma de las grandes corporaciones internacionales, como si fuera
extranjera.”
-¿Y por qué se denomina
al actual gobierno como ‘progresista’?
“En las últimas
décadas el país fue controlado por el poder establecido a través de la
dictadura militar, luego de Menem y De la Rúa –funcionales y funcionarios del
capital financiero mundial-. Ellos endeudaron a Argentina y el Estado vendió
sus empresas más importantes. Con los ‘K’ se privilegia el mercado y la
producción interna. Se ejecutan medidas de reestablecimiento de cierta
legislación social para los trabajadores, como la recreación de las
convenciones paritarias. La orientación es diferente de los gobiernos
anteriores. Por eso aparece esta política como un progresismo interno en el
concierto internacional, aunque desde el punto de vista histórico, es
retardatario porque finalmente sus objetivos son mejoras dentro del sistema.
Esta administración no incentiva que los
trabajadores asuman iniciativas políticas y desarrollen sus intereses. Está el
ejemplo de las cooperativas de trabajadores, pero asignarle fondos a esas
iniciativas sería plantear un ejemplo de empresa y de desarrollo de relaciones
de producción antagónico al capital privado. No se les ofrece a los
trabajadores la capacidad de resolución propia respecto de su labor y de las
inversiones.”
-¿Cuál es el marco de
relaciones de fuerzas mundiales dentro del cual surge el fenómeno ‘K’?
“El contexto en el que
actuó Perón en la década del 50 del siglo pasado, fue mucho más desfavorable
que el contexto en el que opera el kirchnerismo. Es decir, los ‘K’ están
realizando una pequeñez respecto de lo obrado por Perón. En la actualidad
existen relaciones de fuerzas mucho más beneficiosas para los trabajadores,
para el progresismo profundo en serio, para tomar acciones contra el capital
financiero, para efectuar expropiaciones. Hay en curso en la actualidad en el
mundo del capital una guerra cambiaria, monetaria y comercial; también
asistimos a la declinación de la importancia del dólar debido a la crisis;
surge la constitución de nuevos bloques que comienzan a pensar en nuevas monedas y una política proteccionista
de la que muy pocos economistas hablan. Es una situación muy parecida a la
producida por la Depresión de los años 30’ del siglo anterior.”
-Pero no ha habido hasta
el momento ninguna situación visiblemente revolucionaria en el globo como
efecto de la feroz crisis económica…
“Todavía la clase
trabajadora a nivel mundial se encuentra en una situación de reflujo. La caída
del llamado ‘campo socialista’ fue un duro golpe para los asalariados del
planeta. La URSS no era un buen padre, pero era un padre al fin. La clase
trabajadora hoy, ideológica y políticamente está retrasada, y en muchos sitios
sigue a los movimientos burgueses nacionalistas, o de la pequeña y mediana
burguesías (como en Argentina). Se está frente a una depresión política y organizativa
de la clase trabajadora.”
LA LUCHA CONTRA EL
CAPITAL FICTICIO
-Tú eres uno de los
intelectuales del mundo que plantea que el capitalismo financiero sería el que
gobierna el resto de los momentos del capital. ¿Cómo se expresa ese dominio en
Argentina?
“Fue lo que ocurrió
durante la dictadura, con Menem y De la Rúa, que estalló el 2001 bajo la
dirección de Domingo Cavallo, un cuadro formado en la Universidad de Harvard y
en el gran mercado financiero de los EEUU para manejar el país a favor de las
empresas norteamericanas y europeas. Es decir, convirtió a Argentina en un
ámbito de explotación para luego girar al exterior todas las riquezas. Y ahora
pasa que el predominio del capital financiero a escala mundial está
cuestionado.”
-Se vincula el capital
financiero con los bancos, los papeles y los bonos exclusivamente…
“Esos sólo son los
instrumentos del capital financiero. Sin embargo, el imperialismo financiero es
una nueva manera en que el proceso de producción y reproducción del capital
industrial se encuentra totalmente subordinado a los dictados del gran capital
financiero. No existe separadamente por un lado, capital industrial y, por
otro, capital financiero. Este último es industrial y financiero al mismo
tiempo. Es erróneo afirmar que se elimina X mercado y ya está. Para intervenir
el capital financiero es imperativo controlar la bolsa de valores, los
mercados, los mercados de futuro; es decir, todo aquello que implica el capital
ficticio. Eso es enfrentar directamente el sistema, dando pasos ciertos hacia
un proceso de cambio mundial. Por eso nadie lo plantea.”
-¿Y en Argentina existe
algún tipo de regulación del capital financiero?
“A raíz de la crisis de
inicios de 2000, se estableció una reglamentación mediante la cual los
capitales especulativos tienen que dejar una fracción de su valor inmovilizada
durante un lapso antes de sacar antes de poder disponer de ellas libremente. Y
como además el país no se ha podido endeudar por haber entrado en default, esto resultó favorable
desde la perspectiva de la administración de la política económica. Esto es,
Argentina se vio obligada a ‘arreglarse’ con lo propio, sin endeudarse. A ello
hay que agregar que el país realiza su comercio exterior en un 90% con Brasil y
China, lo que le ofrece autonomía respecto de Europa y EEUU a la hora de tomar
decisiones relevantes.”
-¿Y qué ocurre con la
industria sojera?
“La fuerte inversión en
soja está provocando una alarmante desertificación, tal como la permisividad
que existe en la extracción minera.”
-¿El
pueblo argentino tiene alguna alternativa política distinta a Cristina
Fernández que resulte viable y represente sus intereses de clase?
“Definitivamente,
no. Al menos en este momento. La izquierda no peronista carece de base social,
no es representativa. El pueblo argentino no se siente expresado por ninguna de
esas fuerzas. Son, lamentablemente, expresiones minoritarias.”
Septiembre
17 de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario