sábado, 28 de julio de 2012

Las responsabilidades del ex Presidente Fernando Lugo y el Senador argentino Aníbal Fernández en el caso de los 6 campesinos paraguayos encarcelados injustamente



  • Entrevista con el abogado defensor de los prisioneros y especialista en DDHH, Eduardo Suáres: “Una cosa es la complicidad de la CIA, del Departamento de Estado; la política del Plan Colombia y Paraguay, etc. (Al Senador) Aníbal Fernández  le cabe una clara complicidad. En otro nivel, existió una indolencia y responsabilidad política muy grande de los gobiernos paraguayo y argentino. Bastaba un llamado telefónico de Lugo para terminar con el tema.”


“…Pensaba publicar / En la Tempestad,
La Casa encantada, / Poemas en dos tiempos,
Ese era el plan. / Pero como siempre / la vida entró en los planes.
(...) Ahora, 1984, en Argentina / esta mi segunda Patria
puedo hacerlo. / Pero Poemas en dos tiempos
es el que no va / porque en mi Paraguay
sigue el primer tiempo: el de la tiranía.
Así el tercero no se dio / al menos / todavía.”

Carmen Soler, poeta y luchadora paraguaya



Eduardo Soáres, “El Negro”, es uno de los letrados más notables y comprometidos por la defensa de los Derechos Humanos en causas nacionales e internacionales de Argentina. Preside la Asociación Gremial de Abogados y es miembro de la Mesa Nacional de Convocatoria por la Liberación Nacional (http://www.lahaine.org/index.php?p=53683). La presente entrevista tuvo sitio en su céntrica oficina bonaerense donde se explayó sin censuras ni temblores respecto del caso de los 6 campesinos paraguayos acusados de un crimen improbado y que fueron extraditados de Argentina a la más espantosa cárcel de un Paraguay en el que la sombra de la tiranía de Alfredo Strossner no termina de marcar a fuego la actualidad dolorosa de ese país. Aquí el abogado y el militante social Eduardo Soáres se funden y acusan con todas sus letras. Aquí Eduardo Soáres denuncia, como defensor legal,  a los honorables responsables políticos de la felonía del poder que castiga a los pobres más pobres del campo paraguayo. A los pobres, perseguidos y pobres, condenados y empobrecidos, de uno de los países más pobres de América Latina y el mundo. Salen al ruedo desde el actual Senador nacional y político justicialista argentino, Aníbal Fernández, hasta el propio ex Presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

“El campesinado en Paraguay es el sujeto social activo de cualquier cambio social en ese país. Si bien fue una de las primeras naciones industrializadas y modernas del continente, hacia mediados del siglo XIX la Guerra de la Triple Alianza la retornó a la edad de piedra (Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay). Fue el primer genocidio que produjo el Estado argentino. Luego vendría el de los pueblos originarios. Hasta la guerra, Paraguay tenía 5 millones de habitantes. Cuando terminó quedaba menos de un millón de personas, de las cuales el 80 % era mujeres, niños y viejos. ¿Qué ocurrió? Paraguay era un país muy independiente, contaba con la influencia de los jesuitas y su misión comunitarista, tenía su propia flota mercante y comercializaba por el Paraná. Las burguesías de Buenos Aires y Brasil jamás iban a permitir que Paraguay tuviera semejante desarrollo y equidad interna. Era un “mal ejemplo”. Por eso en Convocatoria reivindicamos al Doctor Rodríguez de Francia, como a Francisco Solano López, quien murió peleando junto a su pueblo”, explica Soáres.

-¿Y los trabajadores asalariados de hoy?

“La clase obrera paraguaya es mucho menor que la campesina. El ex Presidente Fernando Lugo era Obispo de San Pedro, al norte de Paraguay, y quien lo llevó con su movilización y sus votos al Palacio de López fue el campesinado. Esto es importante porque los 6 campesinos son de San Pedro, y se conocían mutuamente con Lugo.”

ANÍBAL FERNÁNDEZ Y SUS LAZOS CON EE.UU.

-¿Quiénes son los 6 campesinos condenados?

“De los 6 campesinos, algunos pertenecían al Partido Patria Libre (marxista y nacional-revolucionario) y otros al Movimiento Agrario Popular. El PPL es una agrupación reconocida con personalidad jurídica, pero ya en las primeras elecciones en las cuales participó fue ilegalizado y diezmado. Los hechos se suceden cuando comienza una cacería contra estas organizaciones de masas. A los 6 campesinos se les imputa injustamente el asesinato de la hija del ex Presidente paraguayo Raúl Cubas, Cecilia Cubas, secuestrada en el 2004 y encontrada muerta al año siguiente. La verdad es que el homicidio tuvo que ver con una guerra interna donde en 1998 murió acribillado el Vicepresidente Luis María Argaña. Todas las miradas imputaron a Raúl Cubas como autor de ese acto. Los implicados pertenecían al partido stronista (por el dictador Alfredo Strossner http://www.youtube.com/watch?v=HOoZWp96nxk&feature=fvwrel). Años después, ante el asesinato de Cecilia Cubas, se acudió al manido argumento de que el responsable era el “terrorismo de izquierda”. Frente a la persecución contra el PPL, dos de sus máximos dirigentes pidieron asilo en Brasil que se lo concede. Otros dirigentes solicitaron asilo a Bolivia que también les otorga refugio. Incluso el actual ministro de Justicia del Presidente Evo Morales señaló públicamente que se trata de perseguidos políticos.”

-¿Cuál fue la conducta política de Argentina?

“Ahora bien, los 6 campesinos se presentaron en la Embajada Argentina en Paraguay, y el diplomático argentino, el Doctor Romá, les invitó a Argentina por escrito. Ellos llegaron al país con su abogada defensora. Cruzaron la frontera con sus documentos, pasaron por Misiones sin problemas hasta arribar al Comité de elegibilidad para los refugiados (CEPARE). Allí enseñaron  la acreditación que certificaba que eran perseguidos, que carecían de causas pendientes, etc. El Procurador les tomó sus papeles y les indicó que volvieran la siguiente semana, luego de la cual los detuvieron y sometieron a juicio de extradición. Les informaron que apareció una orden de Paraguay donde pedían su extradición.”

-¿Cómo se explica el incidente, considerando el comportamiento y prestigiosa imagen internacional de Argentina en materia de Derechos Humanos?

“En verdad quien estaba detrás de todo era Aníbal Fernández, en ese momento ministro del Interior del gobierno nacional, a cargo también de las relaciones internacionales con Migraciones y un hombre muy ligado a los intereses norteamericanos (seguridad, DEA).”

-¿Qué hizo entonces Aníbal Fernández?

“Aníbal Fernández recibió permanentemente a los peores dirigentes del Partido Colorado de Paraguay (ultraderecha). Y a los pocos días de lo acontecido, Fernández dijo ‘van a ser extraditados’ los campesinos. Esto es, se atrevió a adelantar cómo terminó el fallo. Como defensa, nosotros lo recusamos por sus dichos. Se negó a recibir a los familiares de los campesinos; a nosotros en nuestro papel de defensa; a todos los organismos de DDHH que fueron a pedir por ellos. En resumen, Aníbal Fernández fue la punta de lanza de la extradición a los 6 campesinos.”

-¿Y por qué ligas eso con sus relaciones con los norteamericanos?

“En la Gremial de Abogados nosotros hemos logrado grandes victorias en materia de extradición. ¿Pero qué ocurre con Paraguay? Que junto con Colombia, son los dos países donde los norteamericanos tienen una presencia importantísima. Paraguay es la Colombia de Sudamérica. Los norteamericanos han construido allí una pista para control de vuelos de alto porte, tienen presencia logística a través de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional); y una ubicación estratégica respecto de Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, en medio del Chaco. En fin. Cuando los norteamericanos están detrás de un caso así, es mucho más difícil impedir la extradición. La CIA y el Departamento de Estado norteamericano han acusado a Patria Libre y al Movimiento Agrario de ser gente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Paraguay. Sus argumentos se fundan sobre pruebas similares a las usadas cuando mataron al Comandante Reyes de las FARC y apareció una computadora donde se involucró a un montón de personas que nunca tuvieron nada que ver con esa organización.”

-¿Y cómo terminó Aníbal Fernández?

“Desde el Ministerio del Interior se fue al de Seguridad. Mucho antes había sido Intendente de Quilmes. El Juez en lo Correccional, Ariel González, lo imputó por los cargos de ‘falsificación de documento público’ y ordenó su captura. Por ello estuvo incluso prófugo. Asimismo, participó del gobierno de Carlos Menem. En la administración de Eduardo Duhalde fue Secretario General de la Presidencia. Luego se hizo kirchnerista y mañana tal vez se hará macrista (por Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y eventual candidato de la ultraderecha para los comicios nacionales de 2015). Cuando asumió Néstor Kirchner como mandatario, de diputado nacional, Aníbal Fernández se convirtió en ministro del Interior.”

-¿Por qué?

“Si pienso bien de Néstor Kirchner, creo que con Aníbal Fernández en el Ministerio del Interior dejaba tranquilos a los norteamericanos. Posteriormente, Cristina Fernández lo nominó como ministro de Justicia. Ahora es Senador nacional por Buenos Aires.”  

AL TACHO DE LA BASURA LA TRADICIÓN DE REFUGIO A LOS PERSEGUIDOS

-¿Cómo obró la defensa de los campesinos?

“Nosotros iniciamos dos expedientes distintos: uno judicial sobre su extradición, y otro civil administrativo donde solicitamos refugio para los paraguayos. Argentina, por primera vez en 200 años, rompió una tradición que compartía quizás con México, de favorecer el refugio y protección a perseguidos de cualquier lugar del mundo. Se inició una presión muy grande del gobierno paraguayo. Viajó incluso a Argentina la madre de Cecilia Cubas, acompañada por el embajador en la Argentina de Paraguay, el Doctor Fiorotto, quien después resultó ser uno de los sujetos denunciado por violación a los DDHH en el gobierno de Strossner. Posteriormente el propio gobierno argentino pidió que lo sacaran de embajador por acusaciones de delitos de lesa humanidad.

Los 6 campesinos fueron sometidos a juicios de extradición alrededor de 2005. Esto es importante. Uno de los principales testigos nuestros, es decir de la defensa de los paraguayos, fue el juez mismo que les pidió la extradición, don Pedro Mayor Martínez, quien es muy probo e íntegro y afirmó que los campesinos no tuvieron nada que ver con el hecho imputado. ¡El mismo juez que investigaba la causa pidió la extradición por el mandato formal de hacerlo!”

LOS MOVIMIENTOS DE LA DEFENSA

-¿Qué hizo la defensa de los campesinos en relación a la figura, talla y posición políticas de Fernando Lugo?

“Yo sostuve dos entrevistas con Fernando Lugo. La primera cuando vino a Argentina en su calidad de candidato a la presidencia. Le expliqué la situación de los campesinos. Él los conocía a todos y me aseguró que se iba a ocupar del asunto. Cuando Lugo fue elegido Presidente el 2008, los campesinos todavía estaban presos en Argentina. Nuevamente me entrevisté con Lugo aproximadamente dos horas en su residencia presidencial, acompañado de unas 15 organizaciones campesinas. Entonces nos señaló que hablaría con la Presidenta argentina en 15 días, pero jamás cumplió esa promesa.”

-¿Qué otras gestiones de alto nivel efectuaron?

“Una vez que el gobierno concedió inéditamente la extradición, me llamó el ministro del Interior argentino, Florencio Randazzo –ya se había ido del cargo Aníbal Fernández-, y me explicó la situación con mucha sinceridad y franqueza. Me comunicó que al gobierno le había ‘truchado’ información, que ‘Aníbal Fernández nos hizo la vida imposible’; que había un dictamen de la Secretaría de DDHH a favor del refugio que Aníbal Fernández  sacó, poniendo otro contra el refugio. También me indicó que ‘Yo estoy desde ahora (como titular de Ministerio del Interior)’ y que lo que había sucedido antes no era de su competencia. Sin embargo, Randazzo también me aclaró que no era necesario que Lugo hubiera hablado con la Presidenta. Que habría sido suficiente que hablara con él u otra alta autoridad un ministro o un secretario de Estado paraguayo para llegar a la Presidenta y comunicarle que los funcionarios de Paraguay estaban preocupados por la situación, y las cosas habrían sido distintas.”

-¿Qué lectura concluyes de los dichos de Randazzo?

“Que existió una responsabilidad muy grande de Lugo y los dirigentes luguistas. Es decir, Fernando Lugo dejó abandonados a su suerte a los 6 campesinos. En ese momento los presos estaban en huelga de hambre en Argentina, en el Penal de Marcos Paz, y Randazzo me hizo una propuesta: que si los campesinos levantaban la huelga de hambre, mientras ‘nosotros estemos en el gobierno’ no los enviaremos a Paraguay, pero tampoco los pondrían en libertad. La cuestión es que nadie les sacaría los 35 años de presidio a los que estarían condenados.”

LOS RESPONSABLES DE LA INFAMIA, EL JUICIO, LA CONDENA  Y FERNANDO LUGO

-¿Qué evaluación realizas en cuanto a las responsabilidades políticas en el caso en sus distintos escalones?

“Una cosa es la complicidad de la CIA, del Departamento de Estado; la política del Plan Colombia y Paraguay, etc. En este ámbito, para mí a la posición de Aníbal Fernández no  sólo le cabe una responsabilidad política, sino que una clara complicidad. En otro nivel, existió una indolencia y responsabilidad política muy grande de los gobiernos paraguayo y argentino. Bastaba un llamado telefónico de Lugo para terminar con el tema. En este aspecto, yo le creo al gobierno de Argentina. Siendo un gran crítico de la actual administración, debo decir que nunca me prometió algo que no cumpliera. Al abogado que habla, nunca. Al dirigente de Convocatoria, es otra cosa.”

-¿Dónde enviaron a los presos y cómo terminó el juicio?

“A la Cárcel de Tacumbú de Asunción, que es un infierno. Es un recinto para 1200 personas donde hay 5 mil. Allí se sobrevive en medio de la mayor promiscuidad y miseria. Sólo es comparable con las peores cárceles peruanas, colombianas, mexicanas o el viejo Penal de Caseros de Argentina. La Gremial de Abogados no deja de visitar a los campesinos al menos una vez al mes. ¡El Fiscal del juicio de nuestros defendidos luego saldría en los periódicos portando un fusil M-16 y una pistola al cinto, posando en medio de una matanza de campesinos! Así fue el juicio: una brutal parodia. A los 6 paraguayos los condenaron a 35 años de prisión.”

-Tú fuiste a ver a los campesinos a Paraguay…

“Llegué tres días antes del golpe (22 de junio de 2012). Me encontré con la matanza de Curuguaty (11 campesinos y 6 policías muertos), producida por el gobierno y la policía de Lugo, quien inmediatamente después de los crímenes sacó a su ministro del Interior y puso al Doctor Candia Amarilla, jefe de los fascistas paraguayos. De hecho, el mismo Lugo lo denunció varias veces de golpista. ¡Candia Amarilla fue justamente el jefe de los fiscales que inició la persecución a los 6 campesinos! Mira, uno no le pide a Lugo que se comporte como el Presidente chileno Salvador Allende, pero que por lo menos preste alguna resistencia. Prácticamente ya la mitad de su gabinete era Colorado cuando fue destituido. Y lo más determinante: Lugo reprimió al mismo sector que lo llevó al gobierno. Declaró Estado de Sitio en los tres Estados del norte, incluido donde él fue Obispo; es decir, donde más fuerza social y electoral tenía. Como si no bastara, Lugo firmó  un convenio con el ex presidente colombiano, Álvaro Uribe, para asesorar a la policía paraguaya para la represión. Con este Paraguay me encontré. No me permitieron entrevistarme con los campesinos presos, mientras  me ponían un fusil M-16 en la cara. En la cárcel me conocían, sabían que era uno de los abogados de los campesinos. Sin embargo, esta vez me dijeron que debía solicitar una autorización al servicio penitenciario por escrito. Luego vino la destitución de Lugo.”

- En términos estrictamente políticos, ¿cómo observas el nuevo cuadro?

“Entre el campesinado (el sector más dinámico de la sociedad paraguaya) y la derecha recalcitrante y stronista del Partido Colorado, no existirá lugar para las medias tintas, para el reformismo, dada la fracasada experiencia reciente. Por eso, cualquier organización con auténtica vocación transformadora y que tenga confianza plena e inserción real en el campesinado, tiene muchas posibilidades de crecer para construir otro Paraguay. En el centro se encuentra la demanda histórica por la reforma agraria.”

-De acuerdo a datos evacuados por el Censo 2010, en Argentina existen más de medio millón de migrantes paraguayos…

“El extractivismo sojero y el bombardeo agrotóxico que emplea esa industria ha expulsado al campesinado a las ciudades grandes, primero a las del propio Paraguay y luego a Argentina. Basta cruzar la frontera. Y aquí realizan los peores trabajos, y son tratados como la escoria de la humanidad debido a una baja de conciencia política y solidaria de la sociedad argentina.”    

-¿Qué hará la defensa ahora, ante el nuevo cuadro político existente en Paraguay con la destitución de Fernando Lugo?    

“Con la defensa paraguaya vamos a apelar a la condena, donde se argumentará que ella se está aplicando en condiciones prácticamente de irregularidad del orden democrático.”

Julio 28 de 2012   

miércoles, 18 de julio de 2012

A 33 años de la victoria sandinista: “Los rebeldes tienen que seguir siéndolo después de la toma del poder”



"No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar."

Bertolt Brecht


  • Entrevista con el internacionalista y revolucionario argentino,  Darío Amador 




Por Andrés Figueroa Cornejo


“Yo había estado preso en Argentina en 1971, a los 15 años de edad. Mi cumpleaños número 16 me lo festejaron mis captores torturándome 24 horas seguidas”, recuerda Darío Amador, rebelde y fumador empedernido, argentino y políglota, revolucionario de memoria inoxidable, una palabra montada sobre la siguiente, fácil de risa, sin un pliegue delator en la frente. “A fines de los 70’ muchos de los argentinos estábamos exiliados. En mí caso, me hallaba fuera del país por una decisión del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP, http://www.youtube.com/watch?v=HGciTxTxECw&feature=related). Fue una de las pocas órdenes que no quise cumplir. Pero la propia realidad me demostró que no existía otra alternativa. Con un grupo de compañeros salimos a  Brasil donde nos asilamos en la ONU y partimos a Holanda.”

Es temprano en el invierno de Buenos Aires. Mientras arruga un siguiente cigarrillo contra el fondo del cenicero, Darío Amador cuenta que “Para algunos el exilio era una situación sólo de paso; la idea era retornar a Argentina a recomponer lo destruido. Sin embargo, lo que muchos pensamos que podía ocurrir en Suramérica, se dio en Nicaragua, cuando Anastasio Somoza comenzó a debilitarse debido al descontento popular. En tanto, en el exilio el PRT se dividió. Me quedé en el sector de Enrique Gorriarán Merlo (http://www.elortiba.org/gmerlo.html) que deseaba ir a Nicaragua a luchar mediante un acuerdo con los sandinistas. Yo era de la opinión de que había que tomar contacto directo con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Y eso hice. Tenía 23 años. A través del Subcomandante Smith, nicaragüense y representante del FSLN en Europa me enrolé.”

FIN DE LA ‘EXCEPCIÓN’ CUBANA

-¿Qué significados políticos tenía la Revolución Nicaragüense en curso?

“Lo que pasaba en Nicaragua resolvía en los hechos un debate muy profundo respecto de la Revolución Cubana. Un territorio de la izquierda latinoamericana planteaba que la experiencia cubana era irrepetible y excepcional. En cambio, los sandinistas estaban comprobando que esa ‘excepción’ no era tal, y que efectivamente era posible tomar el poder en un país a partir de la construcción de un ejército revolucionario y el empleo de la lucha armada en un período determinado, bajo un contexto específico. En buenas cuentas, Nicaragua confirmaba que lo que habíamos efectuado nosotros en Argentina y tantas otras organizaciones políticas en toda América Latina era la consecuencia lógica de un proceso histórico y la única posibilidad de desarrollar un enfrentamiento real con las burguesías locales y el Imperialismo.”

-¿Y en particular para los revolucionarios argentinos que sufrían una represión inenarrable desde antes aun del golpe de Estado de 1976?

“Cuando se padece una derrota, como en el caso argentino, la crítica y autocrítica necesaria terminan por convertirse en un lamento autoflagelante, en un arrepentimiento de todo lo bueno que pudimos hacer y la exaltación de todos los errores cometidos. Los sandinistas mostraban sin quererlo, que lo de Cuba, si bien no era un modelo para calcar, en términos generales, validaba los métodos utilizados por Fidel Castro. Pero no los restringidos a la lucha armada. El proceso revolucionario cubano estuvo liderado por un movimiento –el 26 de Julio- que incluía a sectores marxistas y a sectores nacionalistas revolucionarios. Es decir, enseñaba la formación de una conducción política diversa.”

-De todos modos ya el Frente Sandinista era una herramienta político-militar bien poco convencional…

“Si bien el FSLN nace de una matriz marxista leninista formulada por su fundador, el Comandante Carlos Fonseca, toma la figura y el legado de Sandino como un eje central de su política. Es preciso recordar que el Frente no siempre se llamó Frente Sandinista de Liberación Nacional. Un tiempo, en los 60’, se denominó simplemente Frente de Liberación Nacional. Después el sandinismo se adquiere como identidad política porque, de alguna manera, condensaba el sentimiento popular, por un lado, y el sentimiento antiimperialista, por otro, muy alejado de los nacionalismos burgueses. Esto es, un nacionalismo ligado a la resistencia contra el imperialismo invasor, la pobreza y la dependencia. Por lo demás, el sandinismo llevó adelante un trabajo muy fuerte con los cristianos. Se trataba de pueblo católico que se incorporó a la lucha armada, pero no yéndose de la letra del Evangelio, sino que inspirada en ella. El sandinismo supo interpretar a su pueblo.”

LA UNIDAD INEVITABLE PARA VENCER

-¿Cuál era la composición política del sandinismo?

“Entonces el sandinismo estaba dividido en tres vertientes. Las tres se denominaban FSLN. Una era la tendencia insurreccional o ‘tercerista’; otra la Guerra Popular Prolongada (GPP); y otra era la proletaria. Se trataba de tres concepciones distintas y bien peleadas entre ellas. Sin embargo, como ocurrió en Cuba, se demostró que para vencer al enemigo la unidad era un paso imprescindible e inevitable. La unidad casi no era una decisión de cada sector: fue una imposición de la realidad que obligaba a unificar fuerzas.”

-¿Y qué tendencia hegemonizaba?

“Ninguna. Se dio una mezcla tan poderosa que resultaron situaciones insólitas. Por ejemplo, los ‘insurreccionalistas’ cobraron más fama en el Frente Sur donde se constituyó prácticamente un ejército de línea (propio de la GPP); mientras que los GPP obtuvieron sus mayores éxitos en las insurrecciones de Estelí, Genoteca. ¡Es decir, insurreccionaron pueblos con el apoyo de las fuerzas de la montaña! La vertiente proletaria desempeñó un papel importante en la formación y la política. Todos cumplieron un rol que fue complementario. Y aquí yo acentúo un nuevo aporte del FSLN al pensamiento revolucionario latinoamericano: la vieja discusión entre GPP o Guerra Insurreccional es determinada por la realidad y sus necesidades. Esto es, la revolución comporta una integralidad que no puede fundarse sobre recetas, libros o manuales. Y la realidad es la lucha de clases, la debilidad y fortaleza del enemigo, los niveles de conciencia del pueblo (que no necesariamente son teóricos, sino de conciencia de clase y requerimientos objetivos).”

LA CONTRARREVOLUCIÓN

-¿Se observaba 1979 como ‘el año decisivo’?

“En 1978 los sandinistas pensaban qué harían para las elecciones del 1980. El 19 de julio de 1979 se precipitó por el accionar del propio FSLN en términos políticas (no se diga ‘militares’. La revolución no se hace ‘con huevos’, se hace con cerebro básicamente.). Y, por otra parte, el contexto internacional todavía permitía en aquella época el apoyo de sectores externos, que no gravitaban sustantivamente en el devenir nicaragüense, pero que permitieron el corte paulatino del apoyo del gobierno norteamericano a Somoza llevado a cabo por Carter.”

-¿Y el factor que constituyó el asesinato de Pedro Chamorro por Somoza?

“Chamorro era el candidato de los yanquis para las elecciones del 80. Era un hombre que disputaba el poder con la dinastía somocista desde una perspectiva liberal burguesa. Su desaparición hace que ciertos segmentos de la burguesía comiencen a mirar al sandinismo como una alternativa ‘no tan terrible’. El sandinismo no apareció diciendo ‘vamos a realizar la dictadura del proletariado’. El primer gobierno luego de la revolución es de reconstrucción del país. Se establece una Constitución que plantea claramente la economía mixta, porque no había condiciones en Nicaragua para un ‘Estado proletario’. En verdad, el proletariado era muy pequeño en relación al campesinado, y la industria era ínfima y dependiente del extranjero, y en particular de EEUU.”

-El gobierno revolucionario debió ‘dar el ancho’ para emprender su estabilización…

“En ese contexto, los sandinistas después del triunfo construyeron un gobierno variopinto, donde estaba hasta Violeta Chamorro, viuda de Pedro Chamorro, que en 1990 ganó las elecciones al FSLN. Recuerdo que en la primera época, Violeta Chamorro tenía dos hijos: uno militaba en el FSLN y el otro era parte de la ‘Contra’ (http://es.wikipedia.org/wiki/Contras).”

-¿Esencialmente qué era la Contrarrevolución?

“Un ejército mercenario basado en los restos de la Guardia Nacional somocista, al que posteriormente se fueron incorporando campesinos por miedo y por la influencia de pastores evangélicos norteamericanos. Los católicos también estaban divididos. Es importante que se considere que el nuevo gobierno sandinista era el que más sacerdotes tenía en su gabinete de todo el planeta.”

 “LA REALIDAD SUPERA LAS FICCIONES Y LOS MANUALES”

-¿Cómo entras a Nicaragua?

“Ingresan contingentes internacionalistas de todas partes. Algunos llegamos independientes, solos y solas al FSLN. Otros llegaron organizados, como Gorriarán. De los argentinos ‘solos’, unos partieron al Frente Sur, otros al Frente Norte.”

-¿Cómo fue la recepción a los internacionalistas ‘solos’?

“Buena, porque en la propia dirección nacional del FSLN conformada unitariamente había un mexicano, por ejemplo. Hubo hondureños, costarricenses, panameños desde el principio. Luego el internacionalismo se extendió a chilenos, uruguayos, que eran más que los argentinos y que llegan con una formación distinta, con otras experiencias. Muchos cayeron en la insurrección y después en la lucha frente a la ‘Contra’. Pero para los nicaragüenses el internacionalismo era natural. Nunca existió algún problema por esa condición. Es más, ningún internacionalista se equivocó intentando volcar su protagonismo en la revolución. Todos nos encolumnamos tras la dirección del FSLN. Éramos compañeros de otros lugares que íbamos a colaborar con una revolución legítimamente nicaragüense.”

-¿Los dirigentes del pueblo  de Nicaragua pensaron únicamente la revolución en su territorio?

“Aquel que sostenga que los sandinistas nunca consideraron la revolución internacional, se equivoca por desconocimiento o miente. Los sandinistas siempre pensaron que posterior al triunfo en Nicaragua vendría Honduras, porque es un país fronterizo y el propio FSLN se creó allí (Carlos Fonseca, Tomás Borge, etc.), cuando apenas eran no más de 10 nicaraguenses exiliados en Honduras. Costa Rica jugaba el papel de una Suiza Centroamericana donde operaba tanto la CIA, como los sandinistas. A la vez, sabían que El Salvador era un polvorín y que, al igual que en Guatemala, existían condiciones revolucionarias. Y sin perder de vista el caso de Colombia.”

-Pero también Argentina y Chile estaban sometidos a cruentas dictaduras militares…

“Al día siguiente de la muerte de Mario Roberto Santucho (http://www.marxists.org/espanol/santucho/biografia.htm), caído en combate justamente un 19 de julio, pero de 1976, un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo de El Salvador arrojó una bomba y tiroteó la embajada de Argentina en ese país. Eso nos sorprendió porque para los argentinos El Salvador quedaba tan lejos del sur y tan cerca de EEUU que siempre nos preguntamos ‘¿Cómo podrá tomar el poder esta gente? La van a bombardear al día después’. Pero la realidad supera las ficciones que transmite la lectura excesiva que no se confronta con la práctica. Hay que leer, cómo no, pero sin dogmatizar jamás. Los manuales se escriben luego de las experiencias, remiten a una situación empírica, concreta y específica y no pueden aplicarse mecánicamente a ningún lado.”

-¿Cuál fue tu puesto en la lucha?

“Uno tenía que estar donde lo demandara el FSLN. Yo venía de la guerrilla urbana, que en Nicaragua era muy difícil. Imagínate que la capital de Nicaragua, Managua, se llamaba ‘Frente Interno’. Se trata de un país muy pequeño. En fin, uno iba a  aprender. Ahí viví la experiencia más rica de mi vida, y no solamente por el triunfo. La primera vez que pisé suelo nicaragüense fue en marzo de 1979. Las tareas que me encomendaron tenían que ver con la Inteligencia de las fuerzas revolucionarias y me obligaban a salir y a entrar permanentemente al país. Ya en mayo de 1979, cuando comienza la ofensiva final, me quedé en Nicaragua hasta la victoria y más tarde continué con las labores antes encomendadas.”

-¿Dónde te sorprendió el día del triunfo?

“Yo estaba en el norte de Nicaragua (zona fronteriza con Honduras) el 19 de julio. Allí se encontraba a cargo el Comandante Julio Ramos, quien luego sería el Jefe de la Inteligencia Militar del país. Tanto el Frente Sur, como el Frente Oriental fueron los que en definitiva tomaron Managua.”

-El 19 de julio de 1979 apenas empezaba el trabajo…

“A partir de allí había que construir un nuevo Estado, un nuevo Ejército, una nueva conciencia. ¿Cuál era el problema? Que gran parte de los insurreccionados eran personas sin conciencia política. Y el FSLN fue consolidándose sobre una alianza que hizo con sectores de la burguesía para quitarle todo el apoyo posible a Somoza. Posteriormente se configuró una Junta de Reconstrucción de 5 miembros, donde había dos sandinistas en rigor: Daniel Ortega y Moisés Hassan. Este último era militante sandinista, pero no con las características de Ortega. Al tiempo renunció Hassan, de hecho.”
-¿Qué hiciste en la nueva etapa que se abrió? 

“Participé en la creación del nuevo Ejército. No había grados. Mi calidad, junto a muchos, era de asesor. Por otro lado, la lucha para enfrentar a la ‘Contra’ comienza en 1980 organizada por el Imperialismo y materializada en un principio por los mismos coroneles, mayores, agentes de Inteligencia argentinos que nos habían reprimido en mi país de origen. Estaba, por ejemplo, el Coronel Valín, José Osvaldo Riveiro, etc. Su centro de operaciones se situaba en Honduras. Ello era materia de un acuerdo entre la CIA con el Ejército argentino, con Leopoldo Galtieri básicamente. Además de las relaciones del propio somocismo con la dictadura argentina. Existe una foto famosa de ‘Tacho’ Somoza con el Almirante Massera. Hay que recordar que la Guardia Nacional de Somoza contaba con un armamento muy diverso. De Argentina provenía el FAL, piezas de artillería, morteros. Mucho de origen israelí también. Al respecto, los sandinistas tenían una enorme simpatía por la causa palestina. Por eso se explica que  un año después del triunfo se inaugurara la Embajada de Palestina en Nicaragua.”

LA IMAGINACIÓN Y LA REBELDÍA

-Es difícil sintetizar todos los aprendizajes obtenidos en una experiencia semejante. ¿Qué contenidos destacarías en especial?

“El proceso revolucionario de Nicaragua demostró que la imaginación de la humanidad, de la mujer y el hombre, debe liberarse, cobrar poder. Los rebeldes tienen que seguir siendo rebeldes después de la toma del poder. Más que antes, incluso. Los rebeldes deben ser flexibles, críticos y autocríticos; poner todo en duda hasta que no se compruebe su efectividad. Si el revolucionario no es rebelde, no puede ser revolucionario nunca. Y si el rebelde no es revolucionario es preciso hacer lo posible para que se transforme en un revolucionario. El revolucionario es un rebelde organizado colectivamente. En este ámbito, los sandinistas fueron muy imaginativos. No había nada de ortodoxia. En 1980, producto de la inmensa campaña de alfabetización realizada, el sandinismo terminó por ganar el corazón de su pueblo. Eso luego sufrió cambios debido a  algunos dirigentes sandinistas que se desprendieron del propio sandinismo y porque la guerra y su costo en vidas fue feroz. Las cifras en este sentido son opacas y dolorosas en un país que cuando se llegó al poder contaba con menos de tres millones de habitantes. Los años más duros de la guerra corrieron entre 1982 y 83.”

-¿Qué aspectos y personas relevarías de la participación de revolucionarios argentinos?

“Yo creo que la presencia más destacada fue la jugada por Enrique Gorriarán desde todo punto de vista. El compañero efectuó operaciones y aportes gigantescos a la revolución nicaragüense, sobre todo después de la victoria. Y me refiero campos asociados a la Inteligencia, la Seguridad y la Política Exterior del nuevo Estado. El ajusticiamiento de Somoza, por ejemplo, no fue un acto de venganza ni nada que se le parezca. Ocurrió que Somoza pretendía instalarse en Miami y desde allí dirigir en conjunto la ‘Contra’ con el objetivo de regresar al poder. Y se supo de la autoría de la ejecución de Somoza por la caída de uno de los más grandes guerrilleros que conocí en mi vida que fue el Capitán Santiago (Alfredo Irurzún) y que cayó en esa acción. Todavía hay que recuperar su cuerpo que está en Paraguay. El Capitán Santiago fue uno de los seres humanos más bellos y valiosos que me he encontrado en mis andadas. Lo conocí en 1975. Era un argentino originario de Santiago del Estero. La primera vez que estuve con él en Argentina pensé que me hablaría de política tres horas, y en realidad conversó dos horas de la vida y sólo un rato de política. Él decía que la política no podía estar separada de la vida personal. Primero preguntaba cómo se sentía uno.”

-Es inevitable evocar al Che Guevara frente a un revolucionario argentino…

“Creo que es preciso bajarlo a la tierra al Che Guevara y transformarlo en un hombre común que hizo cosas poco comunes en situaciones poco comunes. Para mí ha habido decenas de miles de Che en América Latina.”

-¿Y hoy?

“No es el tiempo de crear dos, tres, muchos Vietnam porque no hay condiciones. Pero sí es tiempo de crear muchos Che, muchos Santucho, y muchos luchadores anónimos que tengan una conducta coherente con los intereses profundos del género humano, y que supera con creces la lucha armada, que es sólo un método. El hombre y no el arma es lo esencial. No siempre hay que emplear la lucha armada, como no siempre hay que usar la lucha pacífica. Lo que sí está más que claro es que nunca en la historia de la humanidad, ya no sólo del capitalismo, un sector dominante perdió pacíficamente ni se rindió sin pelear. Y la toma del poder no es el objetivo de los revolucionarios. Es el medio para crear una sociedad nueva.”

-¿Y en Argentina en particular?

“Hay que reconstruir el paradigma que se desplomó junto al muro de Berlín y trabajar cotidianamente por la unidad del pueblo.”    

  
19 de julio de 2012


miércoles, 11 de julio de 2012

El sitio de Piñera contra el pueblo chileno


Andrés Figueroa Cornejo


Hoy estoy en Chile de paso y retorno a la Argentina en unas horas. Aprovecho los últimos momentos para acariciar a los míos y dar un paseo por las arterias centrales de Santiago. Hoy también hay protesta nacional contra el mal gobierno, contra la vida empeorada, la injusticia y su multiplicación imparable. Es 11 de julio antes del mediodía. Hace rato que la armadura del Estado, sus carros blindados, las fuerzas especiales de la policía permanecen apostados en casi todas las esquinas donde se sucederán las manifestaciones.

¿Por qué el 11 de julio? El ex Presidente Salvador Allende, el último estadista del país de Violeta Parra, hace 41 años nacionalizó el cobre, ingreso y sostén histórico del Chile, luego del desastre del salitre. El territorio extendido donde nací es una explanada estrecha, flanqueada por la cordillera andina y el Pacífico, una zona movedizaza, atormentada por placas submarinas. Mi pueblo es trabajador sin horario, vecino y poblador empobrecido, asalariado que alcanza el fin de mes a cuotas asesinas, usura, préstamo infinito.

Parece que Chile estuviera aislado del resto América Latina. Pero la verdad es que sus relaciones sociales, la manera en que se desenvuelven las formas más salvajes del capital en los tiempos de su mundialización, no lo distinguen de la mayoría continental, salvo porque el programa antipopular del liberalismo a ultranza tuvo su bautismo a sangre y fuego hacia fines de los 70’ de la centuria pasada. Con un fusil puesto en la cabeza rota de mi pueblo, Chile se convirtió en el laboratorio perfecto para imponer la ortodoxia y perversión experimental de la Escuela de Chicago. De la Unidad Popular, las formaciones nucleares de poder popular, la alta oficialidad militar tutelada por el imperialismo norteamericano fue y es la herramienta  de una revolución capitalista jamás vista en la historia de ese modo de producción. Los acontecimientos  son bien conocidos por quienes se interesan en explicarse la privatización absoluta, la bancarrota de cualquier gesto industrialista; por qué tanta concentración económica, tanta desigualdad de horror, tanto despojo, tanta explotación y expoliación; por qué todo se ha vuelto mercancía, porque el sistema financiero proveniente de los polos más poderosos del planeta es el que organiza el orden de las cosas; por qué la dependencia profunda y antigua como maldición.

Yo sé lo que ocurrirá hoy, día de protesta que no nostalgia, sino que actualiza la demanda soberana de recuperar el cobre, el litio, los bosques mancillados; el mar, el agua, los campos, las costas, los puertos, los ríos fabulosos, la banca, los derechos sociales, los servicios básicos. Una movilización contra la discriminación insultante y la bala contra los mapuche y las mujeres y los migrantes y los trabajadores y los pobres, los más morenos, las minorías sexuales, los viejos y los jóvenes.

Yo sé lo que ocurrirá hoy. La represión encarcelará a centenares o más a lo largo del país. Le romperá las costillas y la boca enérgica al pueblo. Porque los únicos que emplean ‘todas las formas de lucha’ en Chile son los administradores del Estado de los que mandan provisoriamente a costa y en contra de los intereses de las grandes mayorías. Los más jóvenes, los adolescentes, los casi niños, serán el objetivo primero. Para que se atemoricen de una vez, como si la rebeldía y el movimiento objetivo de las contradicciones del propio capitalismo se extinguieran con la pólvora del escarnio de sus funcionarios armados. El mal gobierno castiga mientras más luchadores se agregan al descontento corrosivo como petróleo.

Yo sé lo que ocurrirá hoy. Cuando llegue a la Argentina, también en pie de combate social, sabré cómo habrá terminado la jornada. Que ningún proyectil criminal se entierre en la piel rebelde de mi pueblo. Otro escribirá con superior visión lo que pasará este 11 de julio. Simplemente estoy emputecido. Mi hora de lucha está hoy en Argentina. A poco de salir de Chile me llevo en la pupila un Santiago sitiado por Sebastián Piñera y los intereses antisociales que representa. Y en la cabeza del corazón, la convicción de que terminó la siesta para la minoría en el poder.

Julio 11 de 2012 

domingo, 1 de julio de 2012

Argentina: Dos cucharadas de coyuntura y un funeral


Pawla Kuczynskiego

Andrés Figueroa Cornejo


1. El invierno parte en dos el 2012, pero no termina de llegar. De todos modos en la Ciudad de Buenos Aires los mendigos ya duermen agolpados  en los pasillos de tiendas desahuciadas de algunas estaciones del subterráneo metropolitano. Tanto por razones mundiales como nativas, la recesión técnicamente es un hecho en Argentina Y la distribución de la riqueza se torna más regresiva. Según los economistas de Apuntes para el Cambio, hasta el tercer trimestre de 2011, el 37,6 % del excedente total producido iba a los trabajadores y el resto a los pocos dueños. Pese a que durante el período evaluado el PIB del país no se encontraba en franco detrimento como ahora, la distribución se polarizó contra la mayoría que vende su fuerza de trabajo para sobrevivir. El movimiento del capital en los países dependientes es ese precisamente: concentración de la propiedad y la ganancia, destrucción de fuerzas productivas, empeoramiento de las condiciones salariales, laborales y contractuales del trabajo; apropiación incesante de los recursos naturales, profundización del extractivismo minero y agropecuario; hegemonía del momento financiero del proceso completo de la generación de valor. Sin olvidar que los auténticos propietarios y gobernantes son corporaciones transnacionales, donde las burguesías locales simplemente reciben su renta, legalizan el saqueo y la explotación del trabajo, y administran políticamente un Estado cuyo sentido último es blindar el orden de la minoría que se apropia del excedente socialmente originado mediante el control social, la burocracia, las armas, la alienación, y los recursos en efectivo cuando el capital los apremia. En síntesis, siempre el Estado burgués garantiza el dominio burgués sobre la totalidad social.

¿A qué intereses representa la actual administración del Estado argentino? Interdependientemente y como conjunto dinámico y de hegemonía transnacional, al capital financiero, a fracciones de la oligarquía terrateniente y de la burguesía industrial. Para las clases que mandan en Argentina (‘de afuera o de adentro’ son categorías que ya tienen bien poco qué explicar ante la mundialización capitalista), el populismo de retórica desarrollista del equipo CFK todavía garantiza gobernabilidad. Objetivamente, de no mantenerse los fuertes subsidios a los servicios básicos y los derechos sociales -en un contexto inflacionario que se ubica entre el 25 y 30 % anual y con un tercio oficial de toda la fuerza de trabajo  informalizada o ‘en negro’- hace rato que las protestas sociales sectoriales, descoyuntadas, pero cada vez más frecuentes, se habrían vuelto el factor central de la inestabilidad. Entonces no primaría la lucha entre las clases que oprimen, sino que entre las que oprimen y las oprimidas. 

¿Pero cómo se sostienen los subsidios y los programas sociales cada vez más acotados, mientras la industria del narcotráfico y la explotación sexual, la corrupción, trata de personas y la delincuencia devenida del empobrecimiento se naturalizan por reiteración creciente? Como el Ejecutivo no toca los intereses nucleares de los que, en efecto, gobiernan –por ejemplo, los bancos ni siquiera pagan impuestos por sus utilidades y son el ámbito que más incrementa sus ganancias-, engorda la deuda pública. De acuerdo al Ministerio de Economía, la deuda pública aumentó casi un 9 % el 2011 respecto del año anterior. La cifra nombrada fue de casi 179 mil millones de dólares, y más de la mitad corresponde a préstamos salidos de instituciones del propio Estado, como los ahorros previsionales de los trabajadores acumulados en la ANSeS, el Banco Central y el Banco Nación.         

En el engranaje concreto de gran parte de la economía argentina, el país depende comercialmente de Brasil. Pero el gigante carioca  también se encuentra estancado por la ralentización asiática y europea. El particular ‘proteccionismo’ argentino obliga al gobierno a improvisar acuerdos bilaterales continuamente para intentar equilibrar una balanza de pagos que ya le juega desfavorablemente. Empero,  el país no vive de sus mercancías terminadas, sino de los precios de la soja, los cereales y, en menor medida, de la piedra mineral, dictados por las bolsas más poderosas del planeta. Y de los impuestos a los propios trabajadores, parcialmente retornados (y golosamente esquilmados) mediante los subsidios arriba descritos. Es decir, los salarios y los ingresos por labores eventuales y contractualmente frágiles o cuasi formales que superan los 1.155 dólares, son considerados por el gobierno como utilidades. Hasta los cuentapropistas tendrán que pagar un 35 % de sus ingresos desde julio de este año. ¿Por qué? Porque una de las políticas económicas del capitalismo argentino se basa en el intento de distribuir los ingresos de los propios trabajadores entre los propios trabajadores, sin tocar los intereses del gran capital.  Esto es, el precio del trabajo está determinado por las expectativas de ganancia del capital, nunca por las necesidades del trabajador, y como si no bastara, el sueldo es mordido impositivamente.  En tanto, el pequeño comercio al detalle se ve obligado a especular con los precios de las mercancías que intermedian con los consumidores finales, lo que impulsa aún más la inflación. ¿Son gente perversa los verduleros? Ante los precios sin competencia posible del retailer y el supermercadismo, el almacenero oculta la fecha de vencimiento de su producto y hasta su precio original, para deshacerse de su pequeño sobre stock. La venta de ropa usada a cuotas es tan real, como la multiplicación asombrosa de tarjetas de créditos de consumo de casas financieras y comerciales en la billetera del argentino medio. Y contando los subsidios y los microcréditos, un gran territorio de la población llega malamente a fin de mes. Por eso la comida china por kilo está desplazando el consumo de carne entre los trabajadores. Por eso sólo cuando hace frío se llena el subterráneo metropolitano que cuesta el doble que el transporte colectivo microbusero. Por eso la venta de diarios y libros baja y la lectura de periódicos gratuitos, aumenta. Por eso la televisión es la recreación principal y, en millones de casos, la única. Porque, pese a la opacidad premeditada de las cifras oficiales de todos los índices, según estudios independientes, más de la mitad de Argentina es población empobrecida.

¿Y los derechos sociales elementales como la educación y la salud? Primero, no son gratuitos porque su financiamiento sale del trabajo de la mayoría social, y por otra parte, camino a la chilenización del ámbito, la educación primaria y secundaria ya está privatizada en un 50 %, mientras la superior o universitaria ‘gratuita’ reproduce en su seno las desigualdades de clase. Sólo una minoría de empobrecidos puede darse el lujo de terminar una carrera. Trabajar y estudiar es cada vez más corriente y difícil, y derechamente imposible en instituciones de excelencia (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147081 y  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=139594). En tanto, la salud resiste su condición mixta y segmentada.


2. El actual jefe de la Central General de Trabajadores, Hugo Moyano, ya no existe. El 27 de junio, a metros de la Casa Rosada, convocó a una concentración cuyas demandas eran justas formalmente –no al impuesto al trabajo y asignaciones familiares para todos-, pero empleadas demagógicamente para otros fines. Tras Moyano, paradigma de la mafia escabrosa de la burocracia sindical (un grupo de interés lumpen aburguesada, antidemocrático, funcional al capital y cuyos opositores son silenciados por patotas a sueldo), se encuentra el autoproclamado candidato a la presidencia nacional para el 2015 y actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el peronista de derecha Daniel Scioli. Y tras Daniel Scioli están los apetitos del capital financiero, los dueños del caro suelo del gran Buenos Aires y otras extensiones provinciales, y sobre todo la impotencia de los intereses de clase de una derecha política que carece de liderazgos sólidos (salvo los que sólo ven los recalcitrantes agrupados en el Partido para una República con Oportunidades (PRO)  y su precandidato presidencial, propietario y jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri). Los argumentos y campaña para que la concentración de Moyano fueron profusamente ofrecidos por la prensa enemiga de los trabajadores y el pueblo, El Clarín y La Nación. La movilización principalmente compuesta por el rubro camionero y transportista (que conduce el propio Moyano) fue acompañada en mucho menor medida por dirigentes y asalariados de parte organizada sindicalmente de  municipales, petroleros, aeronáuticos, bancarios,  judiciales.

La izquierda anticapitalista resolvió participar de manera autónoma en la movilización, ‘ni junta ni revuelta’ con Moyano, porque las reivindicaciones proclamadas formalmente son materia de sus programas y porque asistieron trabajadores concretos. Lo dejaron documentado en sendas declaraciones escritas y habladas, antes y después de la actividad. Ahora bien, más allá del presentismo y sus frutos limitados,  las debilidades unitarias de la izquierda y el proceso complejo de vincularse con la fortaleza suficiente al campo amplio de los trabajadores organizados –debido a razones endógenas y a la tradición peronista- le impiden todavía llamar por sí sola a una manifestación de esta naturaleza (si es que les cabe ese papel). Frente a la estacada de la izquierda no capitalista, caracterizada transitoriamente por pertenecer e incidir sólo en segmentos dispersos de clase trabajadora capaz de trascender el corsé de la pura lucha economicista y orientarse tras el socialismo, se vio emplazada a asistir al acto. De cualquier manera, el avance y la claridad respecto de una refundación sindical donde la existencia y multiplicación de los cuerpos de delegados tallen un rol cardinal, existen en la izquierda. En fin. Lo cierto es que, una vez más, la incómoda coyuntura le impone como desafío principal ante la apertura de un nuevo ciclo de lucha de clases que tenderá a su agudización objetiva, a la unidad por abajo (siempre y fundamentalmente) y por arriba. De lo contrario la oportunidad histórica de volverse alternativa política de las grandes mayorías, se aleja inexorablemente. Al respecto, las tácticas de construcción de fuerza propia en medio de la diáspora de los destacamentos anticapitalistas con vocación genuina de poder, deben combinarse por necesidad histórica con la convergencia. A los dueños de todo no les tiembla la mano cuando sus intereses llegan a tocarse siquiera ‘con el pétalo de una rosa’ y su consistencia de clase reclama formaciones políticas infinitamente más poderosas que la cortoplacista ‘unidad en la acción’ de las fuerzas populares.

Para el caso, la movilización y entierro político de Moyano del 27 de junio, terminó por brindar réditos políticos a la administración de CFK en la disputa en particular. La concentración reunió a alrededor de 50 mil personas, pero en bloques con objetivos dispares. Con una presentación en blanco y negro, añeja y extemporánea, Hugo Moyano no dijo nada. Balbuceó que los empresarios también eran trabajadores (!), que él no era golpista, “que no pierde nada, señora Presidenta, con dialogar”, que continuaría en la jefatura de la CGT, y lo más sabroso fue la crítica a los K  al señalar que “cuando muchos nos quedamos en el país después del golpe de 1976 hubo dos clases de exilio: los que se exiliaron fuera del país y los que se exiliaron en el sur argentino a lucrar con la (circular) 1050 (del Banco Central)”, aludiendo al estudio de abogados de los Kirchner que embargó viviendas de los quebrados por la indexación de deudas hipotecarias en la época.

El quiebre de la CGT es inminente –si es que Moyano, con la decencia que no tiene, no abandona el sindicalismo y se dedica definitivamente  a sus negocios-. Por otro lado, Scioli acabó debilitado.

Moyano pronto será historia con minúscula. El sindicalismo no nació ni morirá con él, naturalmente. Tampoco la evocación instrumental de una Argentina pujante, líder continental de desarrollo en los tiempos del primer Perón y de la fase de sustitución de importaciones del capitalismo de hace más de medio siglo, surtirá efectos hipnóticos ante el malestar ascendente de la población debido al estado del país real. Por ello resultó un contrasentido que la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) crítica del gobierno se hubiera restado de la convocatoria. De hecho, frente a la crisis de la CGT, propiciar la unidad de los trabajadores organizados desde posiciones de fuerza más progresivas, habría resultado la opción más oportuna. Tanto concreta, como simbólicamente, una protesta amplia de asalariados empuñando las banderas de sus organizaciones naturales cobra mucho más sentido para el conjunto del pueblo que llenar de estandartes de orgánicas políticas la plaza. Aun más si esos trabajadores provienen de centrales, confederaciones, o corrientes sindicales diversas, pero con  sus objetivos claros y comunes. Las semillas de la refundación sindical argentina reivindican concesiones tácticas. La destrucción de la burocracia sindical anclada en la pelea exclusiva por el salario, la falsa unidad nacional, la subordinación al capital, es una de las claves en la carrera por la politización y creación de convicción de poder de los trabajadores y el pueblo. Si la estrategia es la organización de la vida por la propia sociedad, la democracia radical, la libertad y la igualdad, entonces las rencillas contingentes sólo benefician el actual orden antipopular. Sin atajos ni agendas abreviadas, pero siempre con estatura política y supeditados a los intereses históricos de los mancillados.

Julio 1 de 2012